Marina Duarte de Souza /Resumen Latinoamericano /25 de abril de 2020
La CONAQ, que actúa en territorios de todo el país, realizó un informe autónomo y denuncia desamparo de esa población
La Coordinación Nacional de Articulación de las Comunidades Negras Rurales Quilombolas (CONAQ) presentó, este jueves (23), que fueron registrados siete fallecimientos como consecuencia del nuevo coronavirus en comunidades quilombolas del país a lo largo de 12 días. Para el movimiento, que actúa en más de 3.500 comunidades en todas las regiones de Brasil, la situación de ese sector de la población ante la pandemia es «desesperante».
Los datos integran un monitoreo autónomo desarrollado por la organización y además señalan que los casos están aumentando. Entre el 16 y el 17 de abril, había diagnósticos en cinco estados, con 29 casos pendientes de confirmación, siete confirmados y dos muertes, estas últimas en los estados de Amapá y de Pernambuco.
Pero este miércoles (22), el número aumentó con el fallecimiento de cuatro quilombolas en ciudades de Goiás y de Pará. Este jueves (23), la comunidad de Marambaia, en Río de Janeiro, registró un fallecimiento, y tres casos fueron confirmados en Pernambuco y una persona internada en estado grave en Maranhão.
Con la subnotificación en todo el país, la CONAQ denuncia que la situación es aún más grave en los quilombos, alegando que muchas secretarías municipales de salud dejan de informar cuando la transmisión y la muerte ocurren entre personas quilombolas.
“Los datos revelan una alta tasa de letalidad de la covid-19 entre los pueblos quilombolas y un gran subregistro de casos. Situaciones de dificultades en el acceso a exámenes y negativa de exámenes a personas con síntomas han sido relatadas por las personas de las comunidades”, afirma la entidad.
Para la organización, cada dos días, aproximadamente, ocurre un fallecimiento por covid-19 entre quilombolas. Las pocas condiciones de saneamiento, acceso a agua y falta de un sistema de salud estructurado en esas comunidades son señaladas como factores que potencializan el ritmo de propagación y letalidad de la epidemia.
“Debido a la falla estructural de sucesivos gobiernos y dinámicas de racismo institucional, las comunidades no cuentan con un sistema de salud estructurado. Al contrario, los relatos de la mayor parte de las comunidades son de frágil asistencia y de la necesidad de peregrinación hasta centros de salud mejor estructurados. Esta situación tiende a agravarse exponencialmente con las consecuencias sociales y económicas de la crisis de covid-19 en la vida de las familias quilombolas”, dice el texto.
Auxilio de emergencia
Otra dificultad relatada en este momento en diferentes comunidades es el acceso a la renta básica de emergencia, especialmente en lo que toca a la accesibilidad de los procedimientos de registro vía aplicación y falta de acciones de gobiernos estaduales y municipales en el sentido de atender demandas de emergencia de los remanescentes de quilombos.
“Es perceptible la parálisis de los gobernantes que miran el caos en los quilombos y acaban por reforzar discursos vacíos del gobierno federal que, hasta el momento, no ha hecho llegar ayudas de emergencia ni medidas de protección más efectivas a los quilombos en todo Brasil”, reitera la CONAQ.
Edición: Vivian Fernandes
Traducción: Pilar Troya
Brasil de Fato*