Resumen Latinoamericano* /9 de abril de 2020
Debido al contexto sanitario, la Universidad Andrés Bello, al igual que muchas otras instituciones educacionales a nivel nacional, decidió cerrar sus puertas y con esto suspender las clases presenciales de manera total como forma de prevenir los contagios por Covid-19, dando continuidad al semestre académico a través de la plataforma Blackboard con clases en línea.
Cabe destacar que la universidad había preparado previamente el uso de esta plataforma en caso de nuevas movilizaciones por el estallido social, además de esto modificó un artículo del contrato, para así asegurar el poder hacer el cierre de semestre en la modalidad que se estime conveniente.
Luego de una semana en esta modalidad, la cual no estuvo exenta de dificultades, haciendo caso omiso a todas las problemáticas expuestas por lxs estudiantes para poder acceder a las clases – ya que no todxs estxs cuentan con las herramientas necesarias – a esto se le sumó las precarias medidas de apoyo económico que la Universidad Andrés Bello ha brindado a sus miles de estudiantes, los cuales hasta el día de hoy continúan desembolsando sumas que sobrepasan, en muchos casos, los 300 mil pesos mensuales (365 dólares).
Esto aún cuando no se está haciendo uso de la infraestructura, ni laboratorios, ni impresiones, etc.
Es por esto que estudiantes de distintas carreras de la UNAB sede Concepción, han decidido paralizar y no acceder a las clases online proporcionadas por la universidad, hasta que sus peticiones sean escuchadas.
«La decisión del paro online se sustenta en que este tipo de acceso a la educación (clases en línea) no está siendo equitativo para todas y todos, sino más bien consideramos que favorece a quienes tienen los medios para hacer uso de las presentes fuentes de acceso a la educación y perjudica a lxs que no, por lo que no es viable continuar validando las medidas que ha impuesto la institución para darle continuidad semestre académico, las cuales en vez de configurarse como un aporte en beneficio del proceso formativo de las y los estudiantes, se ha presentado como una herramienta con múltiples deficiencias y como un aparato segregador».
Agregan que «las clases deben suspenderse de manera total y ser recalendarizadas para su posterior recuperación presencial una vez que existan las condiciones sanitarias para volver a clases, no es posible darle continuidad al semestre mientras cada unx de nosotrxs y nuestras familias nos esforzamos día a día para sobrevivir a una pandemia desatada a nivel mundial».
A dos semanas de iniciada la movilización, las autoridades a cargo de darle solución a estos conflictos se han rehusado a sentarse a negociar, excusándose en lo dificultoso que ha sido para estos la administración de la institución durante la pandemia.
Resumen*