El Instituto Tricontinental de Investigación Social lanza Estudios No 2, China y el coronashock, sobre la batalla de ese país contra el virus y lo que el resto del mundo puede aprender de ello.
China y el coronashock es el primero de una serie de estudios, cada uno con varias partes, sobre el coronashock – un término que se refiere a cómo un virus golpeó al mundo con enorme fuerza, y cómo el orden social en los estados burgueses se desmoronó mientras que el orden social en las partes socialistas del mundo parece más resiliente. Se compone de tres artículos sobre cómo China identificó el nuevo coronavirus y cómo el gobierno y la sociedad china lucharon contra su transmisión, incluye también una entrevista con el artista Li Zhong.
El gobierno chino y las organizaciones sociales tomaron inmediatamente medidas para detener la propagación del virus y la enfermedad en un momento en que los científicos acababan de empezar a acumular conocimientos sobre ellos y trabajaban sin vacuna ni tratamiento farmacológico específico para la covid-19. La velocidad de la producción de equipo médico, en particular el equipo de protección para lxs trabajadorxs médicos, fue impresionante. Al 28 de enero, China fabricaba menos de 10.000 conjuntos de equipo de protección individual (EPI) al día; al 24 de febrero, su capacidad de producción superaba los 200.000 al día. La acción pública también desempeñó un papel fundamental para frenar la propagación del virus, como los comités vecinales que fueron de puerta en puerta para verificar la temperatura y entregar alimentos y suministros médicos. La descentralización ha definido respuestas creativas
A pesar de la rápida y eficaz respuesta de China al SRAS-CoV‑2, el país está en el centro de los ataques encabezados por los jefes de Estado y los medios de comunicación occidentales, que alegan que el Gobierno chino ha ocultado información sobre la epidemia y que el sistema de alerta chino no funciona.
Nuestra investigación concluye que no hay pruebas de que el Gobierno chino haya suprimido sistemáticamente la información; sólo hay pruebas de que unos pocos médicos fueron reprendidos por sus hospitales o por la comisaría local por divulgar información al público y no utilizar los protocolos establecidos. Tampoco hay pruebas de que el sistema chino de información directa fuera defectuoso; sólo hay pruebas de que el sistema, como cualquier otro, no se ajustaba fácilmente a brotes desconocidos o no clasificados.
Lea Estudios No 2 del Instituto Tricontinental de Investigación Social, China y el coronashock
《披战袍斩病魔》Trabajadores médicos colocándose sus trajes para luchar contra el virus “maligno” – Li Zhong.
«Los virus como el SARS-CoV‑2 son complejos. El gobierno chino y su establishment médico actuaron de manera científica, con resolución y rapidez; la disciplinada acción pública de la sociedad china, incluyendo una inmensa escalada de trabajo voluntariado, fue impresionante. Weiyan, Xiaojun y yo observamos muy de cerca la evidencia del virus, de la enfermedad que comenzó a convulsionar a la sociedad y la forma en que el gobierno chino, el establishment médico y las organizaciones sociales respondieron. Este folleto es un tributo basado en la evidencia de su lucha contra el COVID-19.»
- Vijay Prashad, director del Instituto Tricontinental de Investigación Social.
Información clave:
Un importante artículo de la revista Science propone que, si el gobierno chino no hubiera iniciado la cuarentena y el aislamiento de Wuhan y la respuesta de emergencia nacional, habría habido 744.000 casos adicionales confirmados de COVID-19 fuera de Wuhan.
Poco después del brote del virus en Wuhan, más de 40.000 trabajadores médicos adicionales llegaron a la ciudad, y el equipo de protección, las pruebas, los ventiladores y otros suministros se precipitaron. En sólo dos meses, la situación de la epidemia en Wuhan estaba básicamente bajo control’, dijo la Dra. Li Lanjuan, que estaba en el terreno en ese momento.
Al 1 de febrero, el gobierno producía 773.000 kits de prueba al día; al 25 de febrero, producía 1,7 millones de kits al día; y al 31 de marzo, se producían 4,26 millones de kits de prueba al día.
Hasta el 9 de febrero, las autoridades sanitarias habían inspeccionado 4,2 millones de hogares (10,59 millones de personas) en Wuhan, es decir, el 99% de la población.
El senador de Florida Marco Rubio acusó a la OMS de «servilismo al Partido Comunista Chino» y escribió que Estados Unidos abrirá «investigaciones sobre la inaceptable lentitud de la OMS en la toma de decisiones sobre la declaración de una pandemia mundial y sobre cómo China ha comprometido la integridad de la OMS». Sin embargo, el plazo para la declaración de la OMS (un mes y medio) es similar, e incluso más rápido, en 2020 que en 2009 cuando se detectó el primer caso conocido de H1N1 en California el 15 de abril (la OMS declaró una pandemia mundial dos meses después).