Por Deisy Francis Mexidor, corresponsalía Cuba de Resumen Latinoamericano, 30 abril 2020
Al parecer, de forma deliberada, el consejo editorial del diario The
Washington Post ignoró una carta enviada a ese medio de prensa por el embajador
de Cuba en Estados Unidos, José Ramón Cabañas, en la que calificó de insulto las
calumniosas afirmaciones de un artículo publicado en sus páginas sobre la
cooperación médica de la isla.
En la misiva, difundida este miércoles
en el sitio oficial de la Cancillería cubana, el diplomático se refiere a un artículo
difundido el 6 de abril bajo el título ‘En Cuba la solidaridad médica se ha
convertido en un gran negocio’.
“Lamentablemente, la sección
editorial del Washington Post confirma su tradicional postura al escribir sobre
temas cubanos”, precisó Cabañas al argumentar que el material periodístico contiene
afirmaciones que “no se ajustan a la verdad ni están respaldadas por fuentes
conocidas”.
Las aseveraciones que allí
aparecen están apuntaladas por plataformas financiadas por el gobierno de Estados
Unidos, escribió el representante del país caribeño.
Las distorsiones que contiene no
pueden verificarse con datos oficiales o fiables. No hay un balance informativo,
insistió el embajador al referirse a la publicación del diario, que se precia
de asegurar que en su cobertura mantiene la neutralidad política.
El eje de esta calumnia a la que se prestó la
página editorial del periódico The Washington Post, “plantea sin ningún fundamento
que Cuba trafica con personas o practica la esclavitud”.
De esa forma tratan de “denigrar
la encomiable labor que realizan y han realizado voluntariamente a lo largo de
todo este tiempo cientos de miles de profesionales y técnicos de la salud
cubanos en varios países, particularmente en países del tercer mundo”.
Es un insulto a los programas de
cooperación bilateral e intergubernamental que se han establecido legalmente
entre el gobierno cubano y los gobiernos de decenas de países, que se ajustan a
los lineamientos de las Naciones Unidas para la cooperación Sur-Sur y han
respondido a los requerimientos sanitarios que esos países han definido
soberanamente, advirtió el embajador.
No fue necesario publicar como
opinión –dijo‑, ideas provenientes del Departamento de Estado y de la USAID (Agencia
de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional).
Recalcó que, en Cuba, la salud
pública es un derecho humano, universal y gratuito y que la Escuela Latinoamericana
de Medicina de la isla es respetada en todo el mundo, incluyendo a expertos
estadounidenses.
Recordó el embajador Cabañas que cientos
de estudiantes de este país fueron formados “como médicos en Cuba e
innumerables pacientes han salvado sus vidas en la isla”.
Autoridades sanitarias de La
Habana confirmaron esta semana que en total más de 28 mil colaboradores de la
salud están integrados a 61 brigadas que prestan servicios en la actualidad en igual
número de naciones del mundo.
Desde finales de marzo han practicado más de 17
millones de consultas, unos 19 mil partos y miles de cirugías, pero todas las
brigadas están insertadas en el enfrentamiento a la Covid-19 donde se
encentran.
Pero en el actual contexto
epidemiológico global, Cuba recibió hasta la fecha 51 solicitudes oficiales de
cooperación.
Hasta el momento envió dos mil 30
profesionales en 24 brigadas del Contingente Internacional de Médicos
Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve, a 22
países.
En los últimos días han arreciado
las campañas de descrédito impulsada por el gobierno de Estados Unidos contra
la colaboración internacional de la mayor de las Antillas en materia de salud. Una
actuación que el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, tildó de “engaño
deliberado”.