Resumen Latinoamericano* /4 de abril de 2020
Mientras los sistemas de salud de Asia del Este, Europa y América están desbordados, intentando contener la crisis del coronavirus, se infiere que el COVID-19 va a golpear con más fuerza a los países en desarrollo.
Décadas de recortes y de políticas públicas de austeridad promovidas por las instituciones financieras internacionales (IFIs) como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y los Bancos Regionales de Desarrollo, han debilitado a los sistemas de salud pública, impidiendo la capacidad de los gobiernos para responder a la pandemia.
Además, como sostiene Eric Toussaint “todos los pueblos del «Sur Global» están amenazados por esta crisis multidimensional del sistema capitalista mundial. La pandemia del coronavirus constituye un gravísimo problema de salud pública y la difusión del virus provoca enormes sufrimientos humanos. Esta pandemia esta por alcanzar masivamente a los países del «Sur Global», cuyos sistemas de salud pública, ya débiles o muy frágiles, estuvieron terriblemente maltratados durante 40 años de políticas neoliberales” y plantea como salida necesaria la de: “promover una auténtica revolución para modificar radicalmente la sociedad: en su modo de vida, su modo de propiedad, su modo de producción, en los valores que inspiran los comportamientos. Esta revolución se realizará solamente si las víctimas del sistema comienzan a ser auto-activas, se auto-organizan y desalojan o expulsan el 1 %, y sus lacayos, de los diferentes centros de poder para crear un verdadero poder democrático. Una revolución ecologista y socialista, autogestionaria y feminista”.
En tiempos de pandemia es clave pensar y repensar las salidas posibles a esta aguda crisis civilizatoria mundial. Las organizaciones populares de América Latina y Caribe se articulan a partir de un Llamamiento expresando “Estamos atravesando una crisis integral que amenaza la vida en todas sus formas. El COVID-19 se transformó en pandemia en un momento de agudización de la crisis capitalista y de reiterados intentos desde el poder económico de que la clase trabajadora cargue con la recomposición de la tasa de ganancia empresarial; que confluye con el debilitamiento de los sistemas de salud, el deterioro de las condiciones de vida y el despojo de lo público como resultado del giro neoliberal. La asfixia a la que nos someten la deuda externa, los organismos internacionales y el agobio permanente del imperialismo contra nuestra soberanía le dan forma a un escenario que anticipa las graves consecuencias”. También desde Argentina, un conjunto de organizaciones agrupadas en la “Autoconvocatoria por la Suspensión de Pagos e Investigación de la Deuda” presentó una carta abierta solicitando con celeridad que no se destine un peso o dólar más al pago de una presunta deuda, que además es una verdadera estafa al pueblo y a los intereses de la nación. Reclamando que se realice una investigación independiente y participativa de los pagos pendientes para anular, directamente, los que son ilegítimos, ilegales y odiosos.
En sintonía con ello, desde Ecuador y Colombia, también se unieron diversas organizaciones populares exigiendo la apremiante condonación de la deuda externa en América Latina y la necesidad de subordinar los intereses de una minoría financiera en pos del bienestar social de nuestros pueblos. Siguiendo en Nuestra América, Franck Gaudichaud, plantea que es necesario “observar a Chile para entender en qué clase de mundo quieren que vivamos”.
Son tiempos de “cuarentenas”, que nos muestran también, la centralidad de la lucha por el derecho a la vivienda, como lo plantea Mats Lucia Bayer. Que concluye que es el momento para plantear estos y otros debates imprescindibles para una salida justa a esta crisis integral del sistema capitalista.
Son, por lo tanto, tiempos complejos, inciertos pero, a su vez son tiempos de rebeldía y de Solidaridad Internacionalista.
Comité por la Abolición de las Deudas Ilegítimas, CADTM