Por Luciano Andrés Valencia, Resumen Latinoamericano, 23 abril 2020
Harriet Tubman es un símbolo de la lucha contra la esclavitud en el sur estadounidense y una de las personas más influyentes en la historia de su país. Nacida en 1820 o 1821 en el condado de Dorchester (Maryland) con el nombre de Amarinta Ross, era hija de Benjamin Ross y Harriet Green, matrimonio esclavo que tuvo 11 hijos.
Nunca aprendió a leer o escribir. De niña trabajó para una mujer de nombre Miss Susan, que le encargaba la vigilancia de un bebe mientras dormía. Si el niño lloraba, era duramente castigada. Llegó a recibir cinco azotes antes del desayuno. A los 6 o 7 años fue sorprendida robando azúcar y, para evitar el castigo, decidió huir. El hambre le hizo regresar y fue brutalmente azotada. Los azotes a esclavos tenían como objetivo inculcar el terror para que nunca más pensaran en fugarse. Sin embargo la lección que aprendió fue diferente: no hay camino de retorno una vez que se realiza la fuga.
Más tarde trabajó para el hacendado James Cook vigilando trampas para ratas en un pantano. El frío le generó problemas de salud, por lo que fue devuelta a su antigua dueña. Luego se desempeñó en varias granjas.
Su carácter rebelde hizo que fuera castigada constantemente. Siendo adolescente recibió una herida en la cabeza, al ser alcanzada por una pesa de un kilogramo que un capataz arrojó contra un esclavo fugitivo que Harriet se había negado a ayudar a capturar. A partir de entonces empezó a sufrir ataques de apoplejía, dolores de cabeza, visiones e hipersomnia. Devota cristiana, atribuía sus visiones a premoniciones divinas.
En 1844 fue obligada a casarse con un hombre negro libre llamado John Tubman, con el que vivió cinco años y no tuvo hijos. Por entonces empezó a utilizar el nombre de su madre, Harriet, y el apellido de su esposo. También indagó en la historia de su familia. En 1840 su padre Ben había sido liberado a la edad de 44 años como establecía el testamento de su antiguo amo. Gracias a los servicios de un abogado blanco descubrió que su madre había sido libre por un breve periodo de tiempo, porque el primer amo había muerto sin hacer previsión de ella. Sin embargo nadie le había dicho esto y al poco tiempo volvió a ser esclava. Esto acentuó su rechazo a la esclavitud.
En 1849 su amo de entonces Edward Brodess intentó venderla debido a sus problemas de salud. Cuentan que Harriet rezó en un primer momento para hacerle cambiar de opinión. Cuando parecía que la venta podía concretarse, decidió cambiar sus oraciones: “A principios de marzo empecé a rezar, Oh mi Señor, si no puedes cambiar el corazón de ese hombre, mátale” (1). Extrañamente Brodess murió, pero esto no mejoró su situación porque la familia fue separada y vendida a diferentes haciendas.
El 17 de septiembre de 1849 escapó junto a sus hermanos Ben y Henry. Su amo Anthony Thompson no los detectó en un primer momento porque habían sido recientemente vendidos, pero al tomar conocimiento publicó un anuncio en el Democrat en donde ofrecía 100 dólares por cada fugado. Ante esto lo pensaron mejor, y como Ben había sido padre recientemente, decidieron volver. Sin embargo al poco tiempo Tubman decidió escapar nuevamente.
Guiada solo por la Estrella Polar y viajando de noche para evitar las patrullas de cazadores de esclavos, Harriet logró llegar al Estado libre de Pennsylvania, en el norte de los Estados Unidos. Años después relataría esta experiencia de la siguiente manera: “Cuando descubrí que había cruzado la línea, dijo, miré mis manos para ver si era la misma persona. Hubo tal gloria sobre cada cosa; el sol llegó como el oro a través de los árboles, y se ocupó de los campos, y sentí que estaba en el cielo” (2).
Se desconoce la ruta que pudo haber utilizado, pero siempre estuvo ligada al llamado “Ferrocarril Subterráneo” (Underground Railroad), una red clandestina para ayudar a escapar a los esclavos hacia los estados norteños donde la esclavitud había sido abolida. Estaba formado por antiguos esclavos, activistas abolicionistas blancos y miembros de la Sociedad Religiosa de los Amigos Cuáqueros, opuesta a la esclavitud. No era realmente un ferrocarril, sino que su nombre provenía de que utilizaban términos ferroviarios: los “conductores” o “maquinistas” eran quienes ayudaban a escapar a los esclavos; las “estaciones” eran las casas seguras donde los fugitivos podían esconderse, alimentarse, descansar y recibir atención médica; los “pasajeros” eran los fugados; los “carriles” las rutas de escape; la “Estación Central” la jefatura y el “Destino” los Estados norteños (3). Harriet llegó a ser la conductora más famosa del Ferrocarril.
Se cree que el Ferrocarril Subterráneo liberó a 100.000 personas entre 1810 y 1860 (4). Para algunos autores, esta cifra es muy pobre ya que significa alrededor de 2 mil al año, en una población esclava que había llegado a los 3 millones y continuaba creciendo a una tasa de 70 mil por año. Sin embargo los hacendados lo veían como una amenaza a su derecho a la propiedad y algo que instaba a la rebelión, por lo que llevaron a cabo acciones tendientes a ponerle fin (5).
Los casos de blancos pobres o de ideas revolucionarias que ayudaban a los esclavos negros no eran numerosos, pero sí suficientes para generar la alerta de los esclavistas que temían una unión entre ambos colectivos. A su vez los negros ayudaban a los blancos necesitados. Un esclavo fugitivo contó el caso de una mujer que recibió 50 latigazos por dar comida a su vecino blanco enfermo. El canal de Brunswick, en Georgia, separó a los esclavos negros de los trabajadores blancos irlandeses e italianos con la excusa de que podían agredirse mutuamente. Otra estrategia utilizada por los terratenientes fue contratar como capataces a blancos de los barrios más pobres (6).
Recorrido del Ferrocarril Subterráneo. Fuente: http://www.harriet-tubman.org/underground-railroad/
En 1850 Harriet supo que su sobrina Kessiah iba a ser vendida junto con sus hijos. Horrorizada, regresó a Maryland donde la rescató para llevarla a Pennsylvania. Tiempo después regresaría a buscar al resto de su familia. Su esposo John no quiso huir porque hacía poco que había contraído nuevamente matrimonio con una mujer llamada Caroline, con la que formaría una familia y vivirían juntos por 16 años, hasta que él fuera asesinado en una pelea con un hombre blanco.
Ese mismo año el Congreso de los Estados Unidos aprobó la Ley del Esclavo Fugitivo, una concesión a los Estados sureños a cambio de la admisión a la Unión de los territorios mexicanos conquistados por la guerra de 1846 – 1848 (en especial California) como Estados libres. La ley facilitaba a los cazadores esclavos la captura de fugitivos o de negros acusados de huir (7).
Pese a que los Estados del Norte ya no eran seguros –porque ahora serían devueltos al sur‑, Harriet Tubman y el Ferrocarril Subterráneo continuaron con su trabajo. El destino era ahora Canadá y, en menor medida, México –donde actualmente hay una comunidad negra descendiente de aquellos esclavos fugitivos-. Realizó un total de 19 viajes al sur liberando a miles de esclavos. Para engañar a cazadores y capataces solía utilizar disfraces y ocultarse en casas seguras o iglesias que apoyaban el abolicionismo. Las huidas se realizaban en las largas y oscuras noches de invierno, y solían elegir los días sábado sabiendo que los periódicos no imprimirían las noticias hasta la mañana del lunes.
A los fugitivos les decía “Serás libre o morirás”. Así expresaba su filosofía: “Había una o dos cosas a que tenía derecho: libertad o muerte. Si no tenía una tendría la otra, porque ningún hombre me iba a capturar con vida” (8). Muchas veces debió amenazar con un arma a algún fugitivo arrepentido, ya que su regreso ponía en peligro a todo el grupo.
El abolicionista Thomas Garret la llamó “Moses” (Moises) porque guiaba a su pueblo a la “Tierra Prometida”.
Se dice que se ofrecía por ella una recompensa de 40 mil dólares, lo que parece exagerado, ya que años después el gobierno federal ofrecería una recompensa de 25 mil dólares por cualquier información sobre los conspiradores en el asesinato de Abraham Lincoln. Es posible que esto fuera un mito creado años después para ayudarle a tener una pensión de guerra. En los diarios de la época no se menciona tal recompensa.
El abolicionista radical John Brown dijo de ella: “una de las personas más valientes del continente; general Tubman, así la llamamos aquí” (9). Estuvo vinculada con sus planes para realizar una incursión al arsenal de Harper Ferry, pero su estado de salud no le permitió participar. La rebelión fracasó y Brown fue ahorcado acusado de alta traición.
En 1859 el senador abolicionista William H. Seward le vendió por 1200 dólares un terreno en Auburn (New York), donde construyó su vivienda e instaló a su familia. Por entonces la ciudad era el centro de la lucha antiesclavista.
Participó en la Guerra de Secesión Americana (1861−1865) como parte de las fuerzas de la Unión en contra de los Estados Confederados sureños. Fue en un primer momento enfermera, donde se destacó por sus conocimientos que permitían evitar infecciones y amputaciones de miembros. Estuvo bajo el mando de varios generales, entre ellos Benjamin Butter, que había ayudado a escapar a varios esclavos, y David Hunter, miembro del movimiento abolicionista. Cuando el presidente Abraham Lincoln reprendió a Hunter por liberar esclavos, Harriet lo condenó por su falta de iniciativa para acabar con la esclavitud en el sur norteamericano: “Dios no permitirá que el señor Lincoln venza al Sur hasta que no haga lo correcto” (10).
El 22 de julio de 1862 el presidente Lincoln preparó una declaración anunciando la liberación de algunos esclavos, y leyó esta Proclama de Emancipación a su gabinete, hallando una fría desaprobación. El senador Seward señaló que tal anuncio en un momento en que la Unión estaba siendo derrotada en los campos de batalla sería visto como una acción desesperado de un gobierno consciente de que no podía ganar la guerra y, por lo tanto, trataba de provocar una rebelión de esclavos. Primero, la Unión debía obtener una gran victoria para que la emancipación pareciera un gesto generoso del vencedor. Lincoln estuvo de acuerdo con esto (11).
Ante esta falta de acción del gobierno, Tubman expresó que: “El señor Lincoln es un gran hombre, y yo soy una pobre negra; pero el negro puede decirle a Lincoln cómo ahorrar dinero y vidas jóvenes. Él puede hacerlo liberando a los negros. Supongamos que una asquerosa serpiente está en el suelo. Ella te muerde. Tu gente asustada te envía al médico para que te cure la herida y no mueras; pero la serpiente continúa rodeándote tu pierna y mientras el doctor te está curando ella te vuelve a morder. El doctor te cura esa mordedura, pero mientras lo hace la serpiente vuelve a morderte y seguirá haciéndolo hasta que la mates. Eso es lo que debería saber el señor Lincoln” (12).
El 17 de septiembre de 1862 se produjo la Batalla de Antietam, la más sangrienta de toda la guerra con 23 mil muertos en un solo día, en donde el general unionista George McClellan obligó a retirarse al general confederado Robert Lee. La batalla de Antietam fue un empate, según consideraciones estrictamente militares, pero, puesto que Lee se vio obligado a huir y renunciar a su plan de invadir territorio federal, estratégicamente fue una victoria de la Unión. El 22 de septiembre, cinco días después de la batalla, Abraham Lincoln anunció que, como medida de guerra basada en sus poderes de Comandante en Jefe, los esclavos de todas las regiones ocupadas por las fuerzas confederadas serían libres desde el 1° de enero de 1863 (13).
La Proclamación de Emancipación tuvo escasos efectos prácticos en lo concerniente a los esclavos. En aquellas zonas donde la esclavitud era legal y estaban controladas por las fuerzas de la Unión, la Proclamación no se aplicaba. Solo declaraba la abolición de la esclavitud en los Estados bajo control de la Confederación. Por lo tanto, la proclamación no liberó a ningún esclavo. Sin embargo jugo un papel muy importante en predisponer la opinión pública a favor de la causa unionista y evitó la intervención directa de Gran Bretaña para apoyar la independencia de la Confederación (14). Harriet Tubman también lo consideró un paso importante para la abolición de la esclavitud.
La guerra todavía duraría dos años más y las mujeres negras jugarían un importante papel en el triunfo de la Unión. Tubman ofreció su experiencia y habilidades para la causa y realizó incursiones en haciendas al frente de tropas negras y blancas. Durante el asalto de Combahee River, el 2 de junio de 1863, liberó a 750 esclavos.
El 9 abril de 1865 la Confederación se rindió tras ser derrotada en la Batalla de Appomattox y el país fue unificado bajo el liderazgo del norte capitalista. El 31 de enero, antes de finalizar la guerra, el Congreso había aprobado con los dos tercios de los votos necesarios la 13° Enmienda a la Constitución que ponía fin a la esclavitud legal, y el 6 de diciembre fue ratificada por los Estados miembros de la Unión, ya que los Estados rebeldes estaban bajo ocupación militar hasta que se resolviera su reincorporación. El presidente Lincoln no llegó a ver esto porque el 14 de abril fue asesinado por un fundamentalista sureño.
Aunque la esclavitud había sido abolida, poco cambió la vida para la población negra. Durante su viaje en tren al Estado de New York, el revisor le ordenó que se retirara al vagón para fumadores. Al negarse fue agredida por el funcionario, que llegó a romperle el brazo. En Auburn se ocupó de cuidar a su familia, trabajó en varios empleos para ayudar a sus padres ancianos y alojó huéspedes. Uno de esos huéspedes fue el veterano de guerra Nelson Davis, 22 años más joven con el contrajo matrimonio en 1869 y adoptarían una niña, Gertie.
Su amiga Sarah Brandfotf publicó en 1869 Scenes in the life of Harriet Tubman, que le proporcionó a Harriet 1200 dólares para terminar de pagar sus deudas, y en 1886 Harriet: the Moses of her People.
En las últimas décadas del siglo XX se vinculó al movimiento sufragista, que reclamaba el voto femenino, llegando a trabajar con la activista blanca Susan B. Anthony. En una ocasión una mujer blanca le preguntó si creía que las mujeres debían votar, a lo que contestó: “He sufrido lo suficiente como para creerlo” (15). En 1886 pronunció el discurso de apertura de la Federación Nacional de Mujeres Afroamericanas. También se vinculó a la Iglesia Episcopal Metodista Africana Sion, que actualmente la considera santa y la incluye en su libro de oraciones. En 1903 donó su propiedad para que se construyera una residencia para personas negras ancianas e indigentes. La Iglesia decidió cobrar 100 dólares para aceptar el ingreso a la residencia, lo que frustró a Harriet. De todas formas participó en la inauguración del Hogar el 23 de junio de 1908.
Por entonces su salud había empeorado. En 1890 le realizaron una operación cerebral por la lesión recibida de joven, en la que se negó a recibir anestesia y solo mordió una bala como había visto hacer a los soldados en la guerra
En 1911 fue admitida en el hogar que había ayudado a crear. Había fracasado todos los intentos por obtener una pensión de veterana de guerra, y solo recibió una por su esposo a fines del siglo XIX. En ese hogar falleció de neumonía el 10 de marzo de 1913, sumida en la pobreza pero rodeada de la solidaridad de muchas personas.
La lucha de Harriet Tubman influyó en los movimientos por los derechos civiles del siglo XX y hoy es considerada una de las personas más influyentes de la historia norteamericana. Su hogar en Auburn fue demolido en 1944, pero en su lugar se levantó un Museo que honra su legado. En 2016 el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos anunció que incluiría su rostro en los billetes de 20 dólares en sustitución del presidente Andrew Jackson, defensor de la esclavitud y responsable de las deportaciones de indígenas que causaron la muerte de 4000 personas.
Fuente: http://www.harriet-tubman.org/20-dollar-bill/
Foto de portada: Fuente http://www.harriet-tubman.org/
Bibliografía:
(1) Bradford, Sarah H.; Scenes of life of Harriet Tubman, Auburn, W.J. Moses Printer, 1869, pp. 14- 15.
(2) Bradford, Sarah H.; Scenes of life…, p. 19.
(3) Harriet Tubman Historical Society; “Whats was the Underground Railroad?”, http://www.harriet-tubman.org/underground-railroad/.
(4) Harriet Tubman Historical Society; “Whats was the Underground Railroad?”, http://www.harriet-tubman.org/underground-railroad/.
(5) Asimov, Isaac; Los Estados Unidos desde 1816 hasta la Guerra Civil, Madrid, Alianza, 2000.
(6) Zinn, Howard; La otra historia de los Estados Unidos desde 1492 hasta el presente, Hiru, 1997, p. 161 y 173.
(7) Zinn, Howard; La otra historia de los Estados Unidos…, p. 169.
(8) Zinn, Howard; La otra historia de los Estados Unidos…, p. 160.(9) “Tubman, Harriet”, Enciclopaedia Britannica, vol. XII, 15º edición, 1995.
(10) Citado en: http://anatomiadelahistoria.com/2015/10/harriet-tubman-lucha-y-dignidad/.
(11) Asimov, Isaac; Los Estados Unidos desde 1816…
(12) Citado en: “Harriet Tubman”, articulo en Wikipedia, www.wikipedia.org.
(13) La misma se puede leer en: Harriet Tubman Historical Society: http://www.harriet-tubman.org/the-emancipation-proclamation/
(14)Asimov, Isaac; Los Estados Unidos desde 1816…
(15) Citado en: http://anatomiadelahistoria.com/2015/10/harriet-tubman-lucha-y-dignidad/