Resumen Latinoamericano* /13 de abril de 2020
El hambre y la pobreza siguen aventajando al Covid-19, ya que el pueblo no puede cumplir con la cuarentena porque no hubo un plan efectivo de abastecimiento y, a pesar del riesgo que implica salir a protestar, los hondureños presionan al régimen cada día con más fuerza.
Este lunes se han intensificado las demandas del pueblo hondureño que sigue exigiendo al régimen por el “Saco Solidario” que prometió como un alivio a la angustia de los ciudadanos incapaces de trabajar debido a la cuarentena por el Covid-19.
También los médicos siguen presionando para que se distribuya el equipo de protección biomédica que se pidió desde antes que se registrara el primer caso positivo en el país.
Y es que el régimen ha contado con unos 15 mil millones de lempiras para hacer frente al estado de emergencia, dinero percibido por donaciones de organismos financieros internacionales, ayuda de países aliados y creación de leyes de “alivio” a la economía.
Este lunes han continuado las protestas del pueblo que muere de hambre, en la capital Tegucigalpa y Comayagüela, se efectuaron plantones en las salidas al oriente y sur del país, también en el sector de Suyapa, al menos 2,000 personas aquejaron que no tenían alimentos.
El reclamo social por alimentos es una constante a pesar de la restricción de movilidad, al igual que las medidas de presión del personal de salud, hoy en Tegucigalpa y San Pedro Sula, especialistas de la medicina protestaron por la falta de insumos de protección biomédica.
Durante el fin de semana las acciones de reclamo social fueron tomando fuerza en el norte del país, más precisamente en varios municipios del departamento de Cortés, epicentro del Covid-19 en el país, ya que la autoridad no responde con el abastecimiento.
El Libertador*