Iraq. Polémica por la búsqueda de un buen candidato a primer ministro

Iraq. Polé­mi­ca por la bús­que­da de un buen can­di­da­to a pri­mer ministro

Resu­men Medio Orien­te, 10 abril 2020 

Irán ha veta­do la can­di­da­tu­ra del gober­na­dor chií de Najaf, con­si­de­ra­do dema­sia­do cer­cano a EEUU y que con­ta­ba con el aval de las mino­rías kur­da y suní. Y acep­ta a rega­ña­dien­tes la pos­tu­la­ción a pri­mer minis­tro del jefe de los ser­vi­cios de inte­li­gen­cia, un prag­má­ti­co a caba­llo entre Washing­ton, Tehe­rán y Ryad. Pero recha­za­do por la calle ira­quí. Al Kaze­mi es el ter­cer y últi­mo recam­bio para tra­tar de cerrar la cri­sis. Si la ten­sión con­las tro­pas de EEUU, el coro­na­vi­rus o el des­plo­me eco­nó­mi­co se lo lle­van, Irak entra en terreno ignoto 

Ni tres sema­nas ha aguan­ta­do sin tirar la toa­lla el que
fue­ra gober­na­dor de la ciu­dad san­ta chií de Nayaf, Adnan al Zur­fi, quien
renun­ció ayer a su can­di­da­tu­ra como pri­mer ministro.

Exi­lia­do a EEUU tras par­ti­ci­par como diri­gen­te del par­ti­do Dawa en la
revuel­ta chií con­tra Sadam Hus­sein tras su derro­ta en la Gue­rra del
Gol­fo de 1991, las pri­vi­le­gia­das rela­cio­nes de Al Zur­fi con Washing­ton y
los rece­los que su figu­ra sus­ci­ta­ba en Tehe­rán dina­mi­ta­ban sus opciones
por el veto del segun­do blo­que en el Par­la­men­to ira­quí, el de Fatah
(Alian­za de la Con­quis­ta), que agru­pa a las mili­cias chiíes pro-iraníes.

Al Zur­fi, que enca­be­za­ba en el Par­la­men­to el ter­cer grupo
par­la­men­ta­rio (Al-Nasr, del expri­mer minis­tro Hai­der al-Aba­di) contaba
con el apo­yo de las mino­rías kur­da –el pre­si­den­te de Irak, Barham Saleh,
fue quien lo pro­pu­so– y suní. Había logra­do asi­mis­mo el apo­yo de la
for­ma­ción chií con más par­la­men­ta­rios, el gru­po sadris­ta. Y eso que fue
él quien expul­só a sus mili­cias (Ejér­ci­to del Mah­di) de la ciu­dad santa
chií en 2004. 

Pero esa con­di­ción de «chií mode­ra­do y de con­sen­so» y el hecho de que
fue­ra una cara rela­ti­va­men­te nue­va que podría haber sido acep­ta­da por
las mani­fes­ta­cio­nes que des­de hace meses exi­gen la dimi­sión de toda la
cla­se polí­ti­ca no le vacu­na­ron con­tra el fra­ca­so, el segun­do en dos
meses de un can­di­da­to pro­pues­to a pri­mer ministro.

Con Adel Abdel Mah­di en fun­cio­nes des­de que dimi­tió en
noviem­bre por pre­sión de la calle, y tras otro inten­to infruc­tuo­so de
nom­brar como su suce­sor al chií Moha­med Tau­fiq Alaui, veta­do entonces
por kur­dos y suníes por su ali­nea­mien­to con Irán,
el pre­si­den­te kur­do pro­pu­so ayer como ter­ce­ra y últi­ma opción al jefe de los ser­vi­cios de inte­li­gen­cia, Mus­taphah al-Kazemi.

Veta­do en diciem­bre por Tehe­rán y acu­sa­do por las mili­cias chiíes
pro-ira­níes de com­pli­ci­dad en el bom­bar­deo esta­dou­ni­den­se que en enero
mató al coman­dan­te ira­ní Qasem al-Solei­ma­ni, Irán habría acep­ta­do su
can­di­da­tu­ra como «mal menor» des­pués de que Al-Kaze­mi se reuniera
recien­te­men­te con altos car­gos ira­níes y liba­ne­ses de Hiz­bu­llah, que le
die­ron su vis­to bueno.

Cuen­ta asi­mis­mo con el con­sen­so de todo el arco polí­ti­co chií, ya que
es uno de los polí­ti­cos favo­ri­tos del influ­yen­te gran aya­to­llah de
Najaf. Ali Al-Sis­ta­ni. Ello le garan­ti­za el apo­yo de Moq­ta­da al-Sadr y
su corriente.

Kur­dos y suníes pare­cen asi­mis­mo haber­le dado su pla­cet por las
bue­nas rela­cio­nes que el can­di­da­to ha cul­ti­va­do siem­pre con EEUU –estu­vo
exi­lia­do en Euro­pa en la era Hus­sein, vita­les eco­nó­mi­ca­men­te para Irak
en pleno des­plo­me del petró­leo y en medio de las san­cio­nes con­tra el
vecino y patrón iraní.

Asi­mis­mo, Al-Kaze­mi tie­ne rela­cio­nes pri­vi­le­gia­das con Ara­bia Saudí,
y es ami­go per­so­nal de Moha­med Ben Sal­man (MBS), hom­bre fuer­te de Ryad.

El tiem­po dirá si todo ello será sufi­cien­te para lle­var ade­lan­te su
can­di­da­tu­ra o si la polé­mi­ca en torno a la reti­ra­da esta­dou­ni­den­se, los
efec­tos del coro­na­vi­rus o el colap­so de las mal­tre­chas arcas estatales
se lo lle­van por delan­te. En ese caso, Irak se aso­ma­ría a lo
desconocido.

Itu­rria /​Fuen­te

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