La com­pa­ñe­ra y madre de dos hijos de Julián Assan­ge exi­ge su liber­tad, aten­dien­do el peli­gro de con­ta­gio del Covid-19 en la prisión

Por Sarah Oli­ver /​Resumen Lati­no­ame­ri­cano /​The Mail on Sun­day /​13 abril 2020

El artí­fi­ce de Wiki­Leaks, Julian Assan­ge, tuvo dos hijos den­tro de la emba­ja­da ecua­to­ria­na con una abo­ga­da, de 37 años, que se ena­mo­ró de él mien­tras ayu­da­ba en su lucha con­tra la extra­di­ción a los Esta­dos Unidos.

Ste­lla Morris se ena­mo­ró de Assan­ge hace cin­co años mien­tras lo visi­ta­ba
 Ella es abo­ga­da suda­fri­ca­na y cam­bió su nom­bre de Sara Gon­zá­lez Devant
 La pare­ja ha esta­do com­pro­me­ti­da des­de 2017 y la rela­ción comen­zó en 2015
 Ella lo visi­tó por pri­me­ra vez mien­tras tra­ba­ja­ba en un inten­to legal de dete­ner las extra­di­cio­nes a los EE. UU.
 El pri­mer hijo, Gabriel, fue con­ce­bi­do en 2016 antes del com­pro­mi­so de la pare­ja.
 La pare­ja cree que las agen­cias de inte­li­gen­cia de EE. UU. Inten­ta­ron robar el ADN del hijo de su pañal
 Ste­lla Morris tuvo su segun­do hijo, Max, en febre­ro de 2019, con el naci­mien­to fil­ma­do en una GoPro
 Assan­ge fue visi­ta­do en pri­sión por ambos hijos, cuan­do Max tenía tres meses de edad.

Julian Assan­ge tuvo dos hijos en secre­to mien­tras esta­ba escon­di­do en la emba­ja­da ecua­to­ria­na en Lon­dres, según reve­la The Mail on Sunday.

Gabriel, de dos años, y su her­mano Max, de un año, fue­ron con­ce­bi­dos mien­tras su padre se escon­día para evi­tar la extra­di­ción a Esta­dos Uni­dos, don­de enfren­ta car­gos de espio­na­je por la fil­tra­ción de miles de docu­men­tos de inte­li­gen­cia esta­dou­ni­den­ses clasificados.

En ese momen­to, Assan­ge, de 48 años, tam­bién era bus­ca­do en Sue­cia, don­de fue acu­sa­do de vio­la­ción. Siem­pre ha nega­do esas acu­sa­cio­nes de sexo, que aho­ra se han descartado.

La madre de los niños es la abo­ga­da suda­fri­ca­na de 37 años Ste­lla Morris, quien se ena­mo­ró del fun­da­dor de Wiki­Leaks hace cin­co años mien­tras lo visi­ta­ba para tra­ba­jar en un inten­to legal de dete­ner las extradiciones.

La pare­ja ha esta­do com­pro­me­ti­da des­de 2017.
Julian Assan­ge tuvo dos hijos en secre­to mien­tras esta­ba escon­di­do en la emba­ja­da ecua­to­ria­na en Lon­dres, según reve­la The Mail on Sunday. 

Foto: El fun­da­dor de Wiki­Leaks con su pri­mer hijo Gabriel
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Julian Assan­ge tuvo dos hijos en secre­to mien­tras esta­ba escon­di­do en la emba­ja­da ecua­to­ria­na en Lon­dres, según reve­la The Mail on Sun­day. Foto: El fun­da­dor de Wiki­Leaks con su pri­mer hijo Gabriel

En el momen­to en que Gabriel fue con­ce­bi­do en 2016, Assan­ge había esta­do den­tro de la emba­ja­da, cer­ca de Harrods, duran­te cua­tro años y se creía que esta­ba bajo vigi­lan­cia cons­tan­te por par­te de los ser­vi­cios de segu­ri­dad estadounidenses.

Sin embar­go, una ope­ra­ción poli­cial las 24 horas del día por Scotland Yard había sido reti­ra­da des­pués de una reac­ción públi­ca sobre el cos­to en espi­ral de £ 13.2 millones.

Se entien­de que la pare­ja tam­bién logró man­te­ner en secre­to su rela­ción y el naci­mien­to de sus hijos de los diplo­má­ti­cos y fun­cio­na­rios ecua­to­ria­nos que habían dado refu­gio a Assange.

Assan­ge, naci­do en Aus­tra­lia, se encuen­tra reclui­do en la pri­sión de alta segu­ri­dad de Belmarsh.

Lle­va allí des­de abril pasa­do cuan­do la poli­cía lo sacó de la emba­ja­da lue­go de un enfren­ta­mien­to de sie­te años.

La abo­ga­da suda­fri­ca­na Ste­lla Morris (dere­cha) se ena­mo­ró del fun­da­dor de Wiki­Leaks hace cin­co años mien­tras lo visi­ta­ba para tra­ba­jar en un inten­to legal de dete­ner las extradiciones. 

La reve­la­ción sobre su fami­lia secre­ta sur­gió la sema­na pasa­da en docu­men­tos judi­cia­les, vis­tos por The Mail el domin­go, sobre el caso de extra­di­ción de Esta­dos Uni­dos y un inten­to de Assan­ge de ase­gu­rar la fian­za mien­tras Covid-19 arra­sa con la pobla­ción carcelaria.

Aho­ra, en una entre­vis­ta exclu­si­va mun­dial, Morris reve­la cómo:

Assan­ge vio a los dos niños nacer en hos­pi­ta­les de Lon­dres a tra­vés de un enla­ce de video en vivo y cono­ció a Gabriel cuan­do lo intro­du­je­ron de con­tra­ban­do en la embajada;

Creen que las agen­cias de inte­li­gen­cia esta­dou­ni­den­ses tra­ta­ron de robar el ADN de Gabriel de un pañal des­pués de sos­pe­char que Assan­ge era su padre;

At the time that Gabriel was conceived in 2016, Assange had been inside the Ecuadorian embassy, close to Harrods, for four years and was believed to be under constant surveillance by American security services. Pictured: Assange with Gabriel as a baby

Ambos niños, que son ciu­da­da­nos bri­tá­ni­cos, han visi­ta­do a su padre en prisión;

The revelation about his secret family emerged last week in court papers, seen by The Mail on Sunday. Pictured: Miss Morris and Assange's first son Gabriel, now aged two

The news will come as a bombshell to Assange's friends and enemies since he was widely understood to have led a near-monastic life since entering the embassy in 2012. Pictured: The couple's second son Max, aged one

La duque­sa de Beau­fort, la ex actriz Tracy Ward y el rape­ro bri­tá­ni­co M.I.A son las madri­nas de los niños.

Las noti­cias lle­ga­rán como una bom­ba para los ami­gos y enemi­gos de Assan­ge, ya que se sabía que había lle­va­do una vida casi monás­ti­ca des­de que ingre­só a la emba­ja­da en 2012.

En cam­bio, como mues­tran las imá­ge­nes exclu­si­vas de The Mail on Sun­day, era un padre prác­ti­co, juga­ba con su hijo bajo las nari­ces de sus anfi­trio­nes ecua­to­ria­nos cada vez más hos­ti­les y el escru­ti­nio las 24 horas del día de las agen­cias de inte­li­gen­cia esta­dou­ni­den­ses.
En el momen­to en que Gabriel fue con­ce­bi­do en 2016, Assan­ge había esta­do den­tro de la emba­ja­da ecua­to­ria­na, cer­ca de Harrods, duran­te cua­tro años y se creía que esta­ba bajo vigi­lan­cia cons­tan­te por par­te de los ser­vi­cios de segu­ri­dad esta­dou­ni­den­ses. Foto: Assan­ge con Gabriel como un bebé

En el momen­to en que Gabriel fue con­ce­bi­do en 2016, Assan­ge había esta­do den­tro de la emba­ja­da ecua­to­ria­na, cer­ca de Harrods, duran­te cua­tro años y se creía que esta­ba bajo vigi­lan­cia cons­tan­te por par­te del ser­vi­cio de segu­ri­dad estadounidense.

Sin embar­go, una ope­ra­ción poli­cial las 24 horas del día por Scotland Yard había sido reti­ra­da des­pués de una reac­ción públi­ca sobre el cos­to en espi­ral de £ 13.2 millones.

Se entien­de que la pare­ja tam­bién logró man­te­ner en secre­to su rela­ción y el naci­mien­to de sus hijos de los diplo­má­ti­cos y fun­cio­na­rios ecua­to­ria­nos que habían dado refu­gio a Assange.

Assan­ge, naci­do en Aus­tra­lia, se encuen­tra reclui­do en la pri­sión de alta segu­ri­dad de Belmarsh.

Lle­va allí des­de abril pasa­do cuan­do la poli­cía lo sacó de la emba­ja­da lue­go de un enfren­ta­mien­to de sie­te años.

La pare­ja se casa­rá tras las rejas a menos que Assan­ge sea liberado;

Ambos mucha­chos, que son ciu­da­da­nos bri­tá­ni­cos, han visi­ta­do a su padre en prisión;

Morris está reve­lan­do su rela­ción y la exis­ten­cia de sus hijos por­que teme que la vida de Assan­ge esté en gra­ve ries­go si él per­ma­ne­ce en Bel­marsh, don­de un reclu­so ya murió de Covid-19.

Ella está pidien­do que su pro­me­ti­do sea libe­ra­do bajo los pla­nes del gobierno de libe­rar a miles de pri­sio­ne­ros para sofo­car la pro­pa­ga­ción del virus mor­tal entre los barrotes.

Ste­lla Morris dice que Assan­ge es doble­men­te vul­ne­ra­ble por­que sufre de una enfer­me­dad pul­mo­nar cró­ni­ca exa­cer­ba­da por sus años en la emba­ja­da y tie­ne pro­ble­mas de salud men­tal que se vuel­ven más gra­ves como resul­ta­do del aislamiento.

Ella dijo ano­che: ‘Amo a Julian pro­fun­da­men­te y ten­go muchas ganas de casar­me con él.

« En los últi­mos cin­co años he des­cu­bier­to que el amor hace que las cir­cuns­tan­cias más into­le­ra­bles parez­can sopor­ta­bles, pero esto es dife­ren­te: aho­ra estoy ate­rro­ri­za­da de no vol­ver a ver­lo vivo.

‘Julian me ha pro­te­gi­do feroz­men­te y ha hecho todo lo posi­ble para pro­te­ger­me de las pesa­di­llas de su vida.

Miss Morris feared the American security agencies watching Assange would be suspicious of her pregnancy and newborn Gabriel

‘He vivi­do en silen­cio y en pri­va­do, crian­do a Gabriel y Max por mi cuen­ta y anhe­lan­do el día en que poda­mos estar jun­tos como familia.

‘Aho­ra ten­go que hablar por­que pue­do ver que su vida está al borde.

‘La mala salud físi­ca de Julian lo pone en gra­ve ries­go, como muchas otras per­so­nas vul­ne­ra­bles, y no creo que sobre­vi­va a la infec­ción por coronavirus.

Men­tal­men­te, tam­po­co creo que sobre­vi­va a un mayor ais­la­mien­to forzado.

«Está efec­ti­va­men­te en con­fi­na­mien­to soli­ta­rio, en una cel­da has­ta 23 horas y media al día sin acce­so a noso­tros, su fami­lia o la ayu­da psi­quiá­tri­ca que necesita».

Miss Morris is revealing their long-term relationship and the existence of their sons because she fears Assange's life is at serious risk if he remains in Belmarsh, where one inmate has already died of Covid-19
Miss Morris had an international upbringing with her theatre director mother and urban planner father

Ayer se cum­plió exac­ta­men­te un año des­de que Assan­ge fue des­alo­ja­do de la emba­ja­da don­de se le había dado asi­lo polí­ti­co, colo­cán­do­lo fue­ra del alcan­ce de Esta­dos Unidos.

Esta­dos Uni­dos quie­re que él se enfren­te a 17 car­gos bajo la Ley de Espio­na­je y uno de cons­pi­ra­ción para come­ter intru­sión informática.

Todos se rela­cio­nan con la fil­tra­ción de 700,000 docu­men­tos cla­si­fi­ca­dos entre­ga­dos a Wiki­Leaks por el ex ana­lis­ta de inte­li­gen­cia de los Esta­dos Uni­dos Chel­sea Man­ning (enton­ces Brad­ley Man­ning) en 2010.

Washing­ton dice que la fil­tra­ción puso en peli­gro la vida de los agen­tes esta­dou­ni­den­ses y sus fuen­tes que tra­ba­jan en el cam­po. Si se lo encuen­tra cul­pa­ble, podría enfren­tar 175 años de prisión.

Se entien­de que el dere­cho de Assan­ge a una vida fami­liar con Ste­lla Morris, una ciu­da­da­na sue­ca que ha vivi­do y tra­ba­ja­do duran­te casi 20 años, y sus dos hijos naci­dos en Gran Bre­ta­ña, serán par­te del inten­to legal de Wiki­Leaks de man­te­ner­lo en el Rei­no Unido.

Duran­te la últi­ma déca­da, el embro­llo legal, polí­ti­co y diplo­má­ti­co de Assan­ge ha domi­na­do los titu­la­res, al igual que las espe­cu­la­cio­nes sobre sus víncu­los con figu­ras famo­sas como la actriz Pame­la Ander­son de Baywatch.

Morris cono­ció a Assan­ge por pri­me­ra vez en 2011 toman­do una taza de té en el Frontli­ne Club de Lon­dres, un lugar popu­lar para los medios de comu­ni­ca­ción y la jus­ti­cia, cuan­do su ami­ga Jen­ni­fer Robin­son, abo­ga­da de Wiki­Leaks, pre­sen­tó una soli­ci­tud de ayu­da para luchar con­tra los recla­mos suecos.

Morris tuvo una edu­ca­ción inter­na­cio­nal con su madre direc­to­ra de tea­tro y su padre pla­ni­fi­ca­dor urbano.

La fami­lia pasó un tiem­po en Sue­cia, lo que sig­ni­fi­ca que habla­ba con flui­dez el sue­co, capaz de ayu­dar a defen­der a Assan­ge con­tra las acu­sa­cio­nes, que fue­ron res­cin­di­das el año pasado.

Tam­bién habla espa­ñol con flui­dez, una habi­li­dad que se vol­ve­ría igual­men­te nece­sa­ria cuan­do Assan­ge bus­ca­ra asi­lo en una emba­ja­da de Amé­ri­ca del Sur al año siguiente.

Es licen­cia­da en dere­cho y polí­ti­ca por la pres­ti­gio­sa Escue­la de Estu­dios Orien­ta­les y Afri­ca­nos de Lon­dres y reali­zó su maes­tría en Oxford, don­de fue una des­ta­ca­da académica.

Se con­vir­tió en miem­bro del círcu­lo ínti­mo de Assan­ge en la emba­ja­da, cam­bian­do ofi­cial­men­te su nom­bre de Sara Gon­zá­lez Devant a Ste­lla Morris para poder man­te­ner un per­fil más bajo mien­tras inves­ti­ga­ba y redac­ta­ba docu­men­tos lega­les para WikiLeaks.

By then intimate footage of Max's birth, shot on a GoPro camera by a friend, had been seized by the US along with Assange's legal documents from his quarters inside the embassy. Pictured: Assange in a prison van as he leaves Westminster Magistrates Court in January

Ella dijo: ‘Al prin­ci­pio era una rela­ción de tra­ba­jo. Esta­ba en la emba­ja­da todos los días y Julian se hizo amigo.

‘Con los años pasó de ser una per­so­na que dis­fru­té ver al hom­bre que más que­ría ver en el mundo.

‘Su ima­gen públi­ca no es de lo que me ena­mo­ré, es la per­so­na real detrás de ella.

‘Es un com­pa­ñe­ro gene­ro­so, tierno y amo­ro­so. Nues­tra rela­ción comen­zó a prin­ci­pios de 2015.

« A pesar de toda la aten­ción públi­ca, logra­mos crear un espa­cio para una vida pri­va­da y, como era gra­ve para los dos, comen­za­mos a mirar hacia ade­lan­te, a nues­tros años jun­tos des­pués de la embajada.

« Me pidió que me casa­ra con él en 2017 y ele­gí un ani­llo de dia­man­tes, que le mos­tré en línea, que ambos ama­mos. Inclu­so espe­rá­ba­mos encon­trar una mane­ra de casar­nos en la embajada.

‘Que­ría­mos una fami­lia y lamen­ta­mos la impo­si­bi­li­dad de tener un bebé, dada nues­tra situa­ción. Se sin­tió como una tra­ge­dia para nosotros.

«Habla­mos de eso muchas veces y lue­go Julian dijo:» La gen­te toma deci­sio­nes difí­ci­les en situa­cio­nes difí­ci­les y nos las arreglaremos «.

«La mejor mane­ra en que pue­do des­cri­bir­lo es decir que fue como estar en una zona de gue­rra y que en las gue­rras la gen­te pue­de y se ena­mo­ra a pesar de todo».

‘Estar ena­mo­ra­do, com­pro­me­ter­se, tener hijos mien­tras esta­ba en la emba­ja­da, fue un acto de rebelión.

‘Ade­más, en el momen­to en que comen­za­mos a tra­tar de tener un bebé, pare­cía que la vida cam­bia­ría para mejor para Julian.

«Las Nacio­nes Uni­das lo esta­ban apo­yan­do, pen­sa­mos que no sería pro­ce­sa­do por los esta­dou­ni­den­ses, y que solo sería cues­tión de tiem­po antes de que fue­ra libre».

«Podría­mos ver un futu­ro en el que sería­mos una fami­lia común».

Tan­to Assan­ge como la seño­ri­ta Morris se lle­na­ron de ale­gría al des­cu­brir que esta­ba emba­ra­za­da, pero ella fue a su cui­da­do pre­na­tal sola.

«Fue soli­ta­rio, desa­fian­te», admi­te, y agre­ga que pasó de con­tra­ban­do esca­neos de su hijo por nacer a la emba­ja­da para com­par­tir con Assange.

‘Ella dio a luz, des­pués de haber sido indu­ci­da, en un hos­pi­tal de Lon­dres y lle­vó a Gabriel a cono­cer a su padre cuan­do solo tenía una sema­na de edad.

Ella tra­tó de disi­mu­lar su bul­to con ropa ondu­la­da y lue­go, cuan­do Gabriel nació, fue lle­va­do den­tro y fue­ra de la emba­ja­da en los bra­zos de un ami­go que hizo pasar al niño como suyo.

«Ver a Julian sos­te­nien­do a su hijo hizo que toda la locu­ra de su exis­ten­cia se des­va­ne­cie­ra», dice ella.

‘Julian crió a su hijo mayor, prin­ci­pal­men­te solo, des­de que era un niño peque­ño has­ta la edad adul­ta, por lo que su modo pre­de­ter­mi­na­do como padre es práctico.

‘Es cáli­do, tran­qui­lo y, sobre todo, orgu­llo­so. Nues­tros niños son niños feli­ces, les encan­ta ver la cara de su papá y escu­char su voz ‘.

Ste­lla Morris siem­pre se encar­ga­ría de lle­gar antes o des­pués de su hijo.

En enero de 2018, un guar­dia que tra­ba­ja­ba para la empre­sa de segu­ri­dad espa­ño­la que mane­ja­ba la emba­ja­da le advir­tió sobre un com­plot para robar uno de los paña­les de Gabriel para ase­gu­rar su ADN y pro­bar su paternidad.

«Por dis­gus­to, deci­dió decir­me qué se le había pedi­do que hicie­ra», dice Morris.

Le habían dado ins­truc­cio­nes de seguir­me fue­ra de la emba­ja­da y robar el pañal de nues­tro bebé des­de aden­tro para que pudie­ran ana­li­zar el ADN.

Me advir­tió que no vol­vie­ra a traer al bebé a la embajada.

‘Tenía náu­seas. Sabía que había espio­na­je, pero esto se sen­tía des­pia­da­do, como si no hubie­ra límites.

‘No fue solo una inva­sión de la pri­va­ci­dad de Gabriel, me hizo pen­sar que no esta­ba a salvo.

Es difí­cil hablar de eso sin sonar como si fue­ra un com­plot loco, pero esa es la reali­dad del mun­do de Julian. Pue­de ser un lugar siniestro.

A pesar de sus preo­cu­pa­cio­nes, la pare­ja deci­dió tener un segun­do hijo.

La seño­ri­ta Morris que­dó emba­ra­za­da de Max, pero a medi­da que avan­za­ba su emba­ra­zo, el nue­vo gobierno ecua­to­riano se vol­vió hos­til con Assan­ge, prohi­bió las visi­tas y res­trin­gió su acce­so tele­fó­ni­co y en línea.

Assan­ge no cono­ció a su nue­vo hijo has­ta mayo, cuan­do a Morris se le per­mi­tió entrar a Bel­marsh con los dos muchachos.

No pudo ver­lo des­de noviem­bre de 2018 has­ta que Max lle­gó en febre­ro del año pasado.

Para enton­ces, las imá­ge­nes ínti­mas del naci­mien­to de Max, fil­ma­das en una cáma­ra GoPro por un ami­go, habían sido incau­ta­das por los Esta­dos Uni­dos jun­to con los docu­men­tos lega­les de Assan­ge de sus habi­ta­cio­nes den­tro de la embajada. 

Assan­ge no cono­ció a su nue­vo hijo has­ta mayo, cuan­do a la seño­ri­ta Morris se le per­mi­tió entrar a Bel­marsh con ambos niños.

«La pri­me­ra vez que Julian vio a Max lo habían man­te­ni­do ais­la­do y su salud men­tal ya esta­ba sufrien­do», dice ella.

‘Pero cuan­do Max dor­mi­ta­ba en los bra­zos de su padre, hubo un peque­ño atis­bo de nor­ma­li­dad para todos nosotros.

‘Aun así, ver a Julian en pri­sión es muy dis­cor­dan­te y mi cora­zón se hun­de por­que ten­go que lle­var a mis peque­ños a visi­tar a su padre allí.

‘No es algo que ima­gi­né cuan­do comen­za­mos nues­tra fami­lia. No me arre­pien­to de nada, pero quie­ro que mis hijos recu­pe­ren a su padre.

Morris actual­men­te vive con una fami­lia exten­sa en Londres.

Ella está sien­do apo­ya­da por la madre de Assan­ge, Chris­ti­ne Assan­ge, y su padre John Ship­ton, quie­nes están encan­ta­dos con sus nue­vos nietos.

La Sra. Assan­ge los ha des­cri­to como «lle­van­do ale­gría y luz a nues­tras horas más oscuras».

Las madri­nas de los niños tam­bién están ayudando.

La can­tan­te nomi­na­da al Oscar y al Grammy, M.I.A, es la madri­na de Gabriel, mien­tras que la ex actriz Tracy Ward, aho­ra la aris­tó­cra­ta acti­vis­ta Tracy Somer­set, duque­sa de Beau­fort, es de Max.

En la actua­li­dad, la seño­ri­ta Morris, como todos los miem­bros de la fami­lia de los pri­sio­ne­ros, tie­ne prohi­bi­da la visi­ta debi­do a Covid-19.

Está ansio­sa de que Assan­ge tam­po­co pue­da ver a su equi­po legal o pre­pa­rar­se para su audien­cia de extra­di­ción el pró­xi­mo mes.

«Duran­te mucho tiem­po temí per­der a Julian por sui­ci­dio si no hay for­ma de que pue­da dete­ner su extra­di­ción a los Esta­dos Uni­dos», dice.

‘Aho­ra temo poder per­der­lo por dife­ren­tes razo­nes, y antes, por el virus. Él no tie­ne voz en este momen­to, pero yo sí. Por eso lo estoy usando.

Itu­rria /​Fuen­te

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