Resumen Latinoamericano /15 de abril de 2020 – El Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) asegura que el Gobierno de Estados Unidos ayuda a la propagación del nuevo coronavirus (COVID-19).
El vicesecretario general de Hezbolá, el sheij Naim Qasem, en declaraciones ofrecidas a la cadena televisiva local Al-Manar arremetió el lunes contra Washington por el egoísmo que muestra a la hora de contrarrestar la crisis del brote global de este virus mortal.
“EE.UU. actúa como un elemento auxiliar en la pandemia del nuevo coronavirus porque funciona de manera inhumana, tanto a nivel nacional como internacional, ya sea a través de las sanciones que impone contra otros países en medio de su lucha para superar la enfermedad, o al tratar de comprar algunas instituciones e investigadores para monopolizar sus resultados o cuándo roba los suministros sanitarios y médicos pertenecientes a los países europeos”, adujo.
El funcionario de alto rango de la Resistencia libanesa aseveró que la era post-coronavirus será diferente y el mundo se enfrentará con una comunidad internacional debilitada económica y políticamente y con nuevas divisiones: “Además, ya no existirá un pensamiento que opina Estados Unidos está liderando el mundo”, apostilló.
Analistas ven muy posible que el orden mundial cambie después de que las naciones puedan contener la crisis causada por la letal enfermedad en sus territorios, o al menos en lo que concierne al modelo neoliberal, defendido por los occidentales y encabezado por Estados Unidos, dado que son muchas las sociedades a lo largo y ancho del planeta que no comparten en absoluto el actual sistema global, que se parece más al sistema de feudalismo medieval de la servidumbre, basado en la intimidación de unos países sobre otros.
El neoliberalismo, defendido por Washington contra viento y marea como el mejor modelo para controlar el destino de millones de personas, se opone abiertamente a la intervención del Estado como garante de una mayor justicia social, es decir, del Estado benefactor, y prioriza la economía y a las grandes corporaciones.
Ante esta coyuntura, el inquilino de la Casa Blanca le preocupaba más el curso económico de EE.UU. que la salud de sus ciudadanos. Washington, por la negligencia de su Gobierno, con más de 587 000 casos diagnosticados y 23 644 muertes se ha convertido en el epicentro de la enfermedad.
Fuente: HispanTV