Resumen Latinoamericano* /31 de marzo de 2020
La comunidad Pu Lof Buenuleo de Furiloche (Bariloche) es habitante histórica de la llamada «Pampa de Huenuleo» que fue reconocida desde 1908 en Bariloche. A pesar de ello se debe enfrentar con una acusación de usurpación por parte de la justicia y las constantes agresiones de patotas armadas para que abandonen el lugar. La comunidad denuncia disparos al aire, amenazas, miguelitos en el camino y falsas denuncias. Solicitan la difusión de la situación de vulnerabilidad que existente desde que iniciaron la recuperación del territorio ancestral en septiembre del año pasado.
El predio ubicado en los altos de Bariloche fue habitado por los Buenuleo desde siempre. El abuelo y longko, Antonio, vivía y criaba sus animales en las 625 hectáreas que fueron reconocidas en 1908 como el lote pastoril 127 de la Colonia del Nahuel Huapi. Con el avance de la urbanidad la familia fue cediendo terrenos en donde se montaron barrios. Pero en agosto del 2014 fallece Don Antonio y mientras su familia realizaba el velatorio, Emilio Fiedrich sin título de propiedad ocupó las 90 hectáreas de los Buenuleo. Con a penas un boleto de compra-venta que aún no pudo comprobarse su veracidad y en que constataba la compra de las 90 hectáreas por solo 120 mil pesos la familia ancestral era despojada de su tierra.
En septiembre del 2014 la comunidad Buenuleo iniciaron una recuperación territorial ingresando al predio de manera pacífica. Desde aquel momento se sucedieron un sin fin de agresiones a pesar de haberse instalado una guardia policial en la entrada. Pero lo notorio fue que la justicia rionegrina amparó una denuncia de Emilio Fiedrich y a través del juez de primer instancia, Sergio Pichetto y luego el juez Marcos Burgos, imputaron a a los integrantes de la comunidad por “usurpación” a pasar de no estar saldada la disputa por la tierra y de haber numerosas denuncias por apremios ilegales. En diciembre la comunidad apelo la imputación y el tribunal de impugnación dio a lugar. «Recibimos una notificación en que la causa ahora pertenece a juzgado Federal. Nosotros tenemos todas las pruebas que el espacio es de la comunidad. Nosotros también pedimos la restricción a Emilio Fiedrich y las personas que atacan a los miembros de la comunidad, a veces, con disparos al aire y hasta tirando miguelitos en el río para obstaculizar el paso de vehículos», explicó Deolinda, parte de la comunidad.
El Estado nacional reconoce la existencia de la comunidad, y está en proceso el relevamiento territorial en el marco de la vigente Ley nacional 26.160.
Ayer la comunidad denunció los episodios de violencia que están padeciendo a diario: «Desde la Comunidad Buenuleo les queremos hacer saber los episodios de violencia que estamos pasando desde hace unos días en nuestro territorio, así también en el camino.
El día 28 de marzo, siendo la 12hs del mediodía, ingresaron al territorio el señor Víctor Sánchez con Víctor Vera, armados. Los integrantes de la comunidad salimos a echarlos del lugar protegiendo a nuestros pichikeche ka zomo, dimos aviso de inmediato a la comisaría 42 quien se hizo presente en el lugar. El mismo día a la tarde los volvimos a encontrar cortando arbikes verdes y sacando leña de nuestro territorio. Se volvió a llamar a la 42 y vinieron oficiales y no hicieron nada, todos los integrantes atentos a que no vuelvan a ingresar (no hay efectivos policiales por la situación a nivel mundial del coronovirus). El día 29 nos colocan en el camino palos con clavos seguramente con el propósito de que se pinchen los ruedas del vehículo. Eso fue en transcurso de la mañana. Como a las 18 hs se dirigían al territorio dos menores a los cual apedrearon y amenazaron Víctor Vera, Maruco Puñalef, Alejandro Vera, Olga flores. Al llegar al territorio los menores avisan y llamamos a la comisaría la cual nos dicen que ya estaba subiendo un patrulla que habían tiroteado una casa. ¡¡Nos habían denunciado a nosotros que los menores habían tiroteado el domicilio que cuidan los Vera!!
Hoy, siendo alrededor de la 16 horas, estábamos trabajando en el territorio y nos avisan que estaban allanando la vivienda de unos de nuestros integrantes al cual nos fuimos a ver. Llegando a la casa hay dos patrullas y la camioneta de la provincia con dos femeninas del senaf. No nos permitieron sacar fotos. De orden de allanamiento es la misma oficial que en una constatación en el territorio amenazó a una lamuen de llevarla presa y sacarle a sus hijos cuando la lamuen le pidió el oficio de la constatación el cual no tenían. Volviendo al territorio después del allanamiento, por el camino nos vuelven amenazar y a tirotear el señor Alejandro Vera y dos personas más: Maruco Puñalef , Olga flores y una menor de edad. Nos bajamos del vehículo en el que íbamos, cansados de tanta agresión y grabando todo, esperando que vuelva la policía, esperando que retiren las armas, y por tercera vez Alejandro Vera esconde el arma. Los oficiales de la policía nos piden que nos volvamos al territorio de donde nosotros éramos. Cansados de tanta injusticia, llevando una lucha pacífica, ya no creemos en la justicia. Tenemos video, imágenes de todas las agresiones y denuncias hechas en la cual nadie actúa. Vienen hacernos allanamientos, constatación. Los oficiales siempre prepotentes. Esperemos que no suceda una tragedia mayor.»
ANRed*