Pales­ti­na. Cár­ce­les y pri­sio­nes para Falas­tín-Pales­ti­na mol­dean el cuer­po de lo que lla­man Israel

Ramón Pedre­gal Casa­no­va /​Resu­men Lati­no­ame­ri­cano /​13 de abril de 2020 – En medio del cam­po bal­dío, cubier­tos con cha­pa metá­li­ca ondu­la­da, hay unos barra­co­nes que sir­ven de cole­gio a la infan­cia de las pobla­cio­nes cer­ca­nas. Delan­te de sus com­pa­ñe­ros y com­pa­ñe­ras, que están de pie, en filas, una niña lee con voz encen­di­da: Bue­nos días patria mía. Bue­nos días tie­rra que­ri­da des­de siem­pre. ¡Viva Pales­ti­na libre y ára­be! ¡Viva!, gri­tan los demás. Enton­ces sue­na el himno de Pales­ti­na por un alta­voz, y jun­tos can­tan: Mi patria, mi tie­rra, la tie­rra de mis ances­tros. Mi patria, mi patria, mi patria, mi pue­blo, mi pue­blo eterno. Con mi deter­mi­na­ción, mi fue­go y el vol­cán de mi regre­so esca­lé mon­ta­ñas, luché, alcan­cé lo impo­si­ble, me libe­ré de mis cadenas. …

Son las Niñas y Niños de Pales­ti­na la pró­xi­ma gene­ra­ción que va a pasar por las pri­sio­nes del ente sio­nis­ta. Ya lo están sien­do. El lla­ma­do esta­do de Israel ha meti­do en sus cár­ce­les al mayor núme­ro de pri­sio­ne­ros del mun­do, casi la mitad de la pobla­ción de Pales­ti­na ha esta­do en las cár­ce­les del inva­sor, en todas las fami­lias hay pri­sio­ne­ros, muer­tos y heri­dos. El año del esta­ble­ci­mien­to del régi­men sio­nis­ta fue 1948, des­de enton­ces han sido cien­tos de miles quie­nes han per­ma­ne­ci­do en cel­das y en con­di­cio­nes infra­hu­ma­nas. Por estas mis­mas fechas hace doce meses recor­dá­ba­mos el docu­men­to titu­la­do: “La solu­ción, un Esta­do pales­tino libre, inde­pen­dien­te y sobe­rano” http://​www​.rebe​lion​.org/​d​o​c​s​/​2​2​3​3​3​0​.​pdf en el que expo­ne­mos “… en Pales­ti­na es lo nor­mal, el ejér­ci­to inva­sor israe­lí detie­ne a la mayo­ría de los niños pales­ti­nos a altas horas de la noche de la mane­ra que he con­ta­do. En un cuar­tel se les inte­rro­ga sin defen­sa y emplean­do la vio­len­cia físi­ca y ver­bal, se les encie­rra en cel­das de ais­la­mien­to y se les encar­ce­la sin que pue­dan ver a nadie duran­te días, en cen­te­na­res de casos duran­te meses, ais­la­dos de todo. Los inva­so­res quie­ren que les cuen­ten de qué hablan en su casa, quién pro­tes­ta más con­tra los ocu­pan­tes, si saben de alguien resis­ten­te a la ocupación,…

Cuan­do un gru­po de abo­ga­dos ingle­ses que for­man par­te de una aso­cia­ción de defen­sa de los niños, vio a las niñas y los niños tra­ta­dos como se ha des­cri­to, pro­tes­tó pidien­do res­pon­sa­bi­li­da­des; des­de la fis­ca­lía mili­tar de los inva­so­res de Pales­ti­na la res­pues­ta fue la siguien­te : “cada niño pales­tino es un terro­ris­ta en potencia”.

En la Secre­ta­ría Gene­ral de la ONU para la Cues­tión de los Niños tie­nen una res­pues­ta a esa afir­ma­ción: Se ha pro­pues­to “incluir al ejér­ci­to sio­nis­ta en la lis­ta de orga­ni­za­cio­nes terro­ris­tas, como Al Qae­da, Boko Haram, Isis y Talibán”.

Algu­nos datos:

El Fon­do de las Nacio­nes Uni­das para la Infan­cia (UNICEF) infor­ma que “más de 370.000 niños pales­ti­nos de Gaza tie­nen nece­si­dad inme­dia­ta de apo­yo psi­co­so­cial, pri­me­ros auxi­lios y cui­da­dos, como con­se­cuen­cia de la agre­sión israelí.”

El 97% de los niños de Gaza ha sufri­do la vio­len­cia del ejér­ci­to israelí.

  1. El 70% de los niños pales­ti­nos de Cis­jor­da­nia ha sufri­do la vio­len­cia del ejér­ci­to israelí.
  2. Más del 40% de los niños pales­ti­nos ha per­di­do algún fami­liar en la últi­ma guerra.

Otro 40% de los niños pales­ti­nos ha teni­do a un fami­liar pre­so duran­te la guerra.

El 96% de los niños pales­ti­nos se ha vis­to expues­to a los gases lacrimógenos.

El 85% de los niños pales­ti­nos ha sido víc­ti­ma de los alla­na­mien­tos noc­tur­nos del ejér­ci­to israelí.

El 28% de los niños pales­ti­nos tie­ne por lo menos un her­mano en prisión.

El 37% de los niños pales­ti­nos ha sido heri­do por muni­ción real del ejér­ci­to israelí.

El 50% de los niños pales­ti­nos ha sido dete­ni­do por el ejér­ci­to israelí.

Los Niños y Niñas son dete­ni­dos en la calle, en sus casas, en los cole­gios, y sobre ellos des­car­gan todo el odio de que son capa­ces, tor­tu­rán­do­les, ame­na­zán­do­les de muer­te, emplean­do con ellos la vio­len­cia psi­co­ló­gi­ca, el terror, no deján­do­les ver a su fami­lia ni hablar con ella por telé­fono, no per­mi­tién­do­les tener libros ni seguir sus estu­dios, inte­rro­gán­do­les con insul­tos y gol­pes para que digan, ya hemos vis­to antes, de qué se habla en su casa, quién está con­tra la ocu­pa­ción, a quién cono­cen, visi­tan, o quién les visi­ta. Des­de 1967 han sido encar­ce­la­dos 60.000 Niños y Niñas, y des­de el año 2000 ya se acer­can a los 20.000 infan­tes que han esta­do dete­ni­dos y encar­ce­la­dos, y casi 500 están hoy en prisión.

Las cár­ce­les y pri­sio­nes para Pales­ti­nas y Pales­ti­nos, para Falas­tín-Pales­ti­na, son la arci­lla con que la poten­cia colo­nial mol­dea su cuer­po, car­ne y san­gre, de eso que sus res­pon­sa­bles lla­man Israel.

A con­ti­nua­ción reco­jo las pala­bras del perio­dis­ta, Miguel-Anxo Mura­do, que tra­ba­jó en el 2000 para las Nacio­nes Uni­das en Pales­ti­na, escri­tas en su libro-memo­ria de su estan­cia allí, titu­la­do Fin de siglo en Pales­ti­na: Los sol­da­dos habían meti­do en camio­nes a todos los hom­bres de entre quin­ce y cin­cuen­ta años y los tenían reclui­dos en Bet-El. … Allí los hom­bres y los mucha­chos de Rama­la espe­ra­ban sen­ta­dos a que lle­ga­sen los cola­bo­ra­cio­nis­tas enca­pu­cha­dos para sepa­rar a los que aca­ba­rían en cár­ce­les secre­tas de los israe­líes. La esce­na se repe­tía por todo el país, en cada pue­blo y en cada ciu­dad: los jeep mili­ta­res reco­rrían len­ta­men­te las calles gri­tan­do por un megá­fono un men­sa­je gra­ba­do en ára­be en el que se orde­na­ba a todos los hom­bres que se con­cen­tra­sen en la pla­za del pue­blo, o en la mez­qui­ta. Una vez esta­ban todos allí, unos páli­dos y otros enfer­mos de has­tío, lle­ga­ban los enca­pu­cha­dos, curio­sa­men­te dis­fra­za­dos igual que los terro­ris­tas sui­ci­das, escol­ta­dos por los sol­da­dos, e iban seña­lan­do con el dedo a uno, a otro más, para que los sol­da­dos se los lle­va­sen a los camio­nes. … En esos días, los pri­sio­ne­ros eran tan nume­ro­sos en toda Cis­jor­da­nia que el ejér­ci­to empe­zó a pin­tar­les núme­ros en los ante­bra­zos. Cuan­do esto se supo, esta­lló un escán­da­lo en el par­la­men­to israe­lí. Un dipu­tado, anti­guo super­vi­vien­te de los cam­pos de exter­mi­nio nazis, pedía expli­ca­cio­nes des­de la tri­bu­na, loco de ira. Pero la expli­ca­ción era evi­den­te. “Son dema­sia­dos ‑decía un mili­tar en las noti­cias-. ¿Qué quie­ren que haga­mos? Los nazis lo hacían por­que es un sis­te­ma que fun­cio­na bien. No lo copia­mos de ellos es que es así como se hacen estas cosas …”

Unas pági­nas más allá se refie­re a la con­ver­sa­ción man­te­ni­da con un pri­sio­ne­ro que ha sali­do y había tra­ba­ja­do con el autor:

… Son­rió y me mos­tró las muñe­cas, don­de se veían unas seña­les rojas. Eran las mar­cas de los estri­bos de plás­ti­co que uti­li­za­ban los sol­da­dos para atar a los pri­sio­ne­ros. Aho­ra todos los pales­ti­nos lle­va­ban esa mar­ca en las muñe­cas que pare­cía el ras­tro de un inten­to de sui­ci­dio. En el fon­do, no era muy dis­tin­to de los núme­ros que tan­to habían escan­da­li­za­do en el Knéset.

Algu­nas cifras refe­ri­das al momen­to actual: cer­ca de 500 Niños y Niñas están en prisión.

59 muje­res están prisioneras.

Cer­ca de 500 bajo deten­ción admi­nis­tra­ti­va, una fór­mu­la emplea­da por el ejér­ci­to tur­co en su impe­rio, que Ingla­te­rra man­tu­vo cuan­do sus­ti­tu­yó a aquél, y que el régi­men israe­lí man­tie­ne, es la deten­ción y encar­ce­la­mien­to sin acu­sa­ción ni jui­cio, que cada seis meses pue­de ser reno­va­da por los mili­ta­res a cuyo car­go está el pri­sio­ne­ro. La deten­ción admi­nis­tra­ti­va, cap­tu­ra, secues­tro, es con­tra al Dere­cho Inter­na­cio­nal y las Con­ven­cio­nes de Gine­bra en lo refe­ren­te a los pri­sio­ne­ros en terri­to­rios colo­nia­les y ocupados.

Hay otros 1.500 pri­sio­ne­ros y pri­sio­ne­ras con enfer­me­da­des gra­ves y cró­ni­cas, cán­cer, car­dio­pa­tías, hepa­ti­tis, … y aho­ra coro­na­vi­rus. No reci­ben asis­ten­cia y muy esca­sa medi­ca­ción, y los que reci­ben algu­na no son infor­ma­dos sobre qué les están tratando.

Hay cer­ca de 600 que han sido con­de­na­dos a cade­na perpetua.

700 cum­plen de 10 a 15 años en prisión.

478 lle­van 20 años.

140 lle­van más de 20 años.

20 lle­van más de 20 años en aislamiento.

2.000 no reci­ben visitas.

50 no reci­ben visi­tas des­de hace más de 5 años.

Des­de 1967 has­ta Noviem­bre de 2019 han sido ase­si­na­dos en las pri­sio­nes 222 Pales­ti­nos y Pales­ti­nas, de ellos 67 lo fue­ron por des­aten­ción y aban­dono médi­co, 75 ase­si­na­dos tras la deten­ción, 7 han sido que­ma­dos vivos, y 73 fue­ron tor­tu­ra­dos has­ta morir.

Los Pri­sio­ne­ros y Pri­sio­ne­ras han sido ence­rra­dos en pri­sio­nes que se encuen­tran en terri­to­rio israe­lí, excep­to una. Esto va con­tra el Artícu­lo 76 del IV Con­ve­nio de Gine­bra, ahí se afir­ma que los pri­sio­ne­ros del terri­to­rio ocu­pa­do deben per­ma­ne­cer en cár­ce­les y pri­sio­nes del terri­to­rio ocu­pa­do. Lue­go el régi­men sio­nis­ta sabe que actúa con­tra el Dere­cho y los acuer­dos inter­na­cio­na­les. Lle­ván­do­se a los Pri­sio­ne­ros y Pri­sio­ne­ras a terri­to­rio israe­lí, ade­más de ser ile­gal difi­cul­ta las visi­tas fami­lia­res si son algu­na vez per­mi­ti­das, que en ese caso sería des­pués de 3 meses de per­ma­ne­cer ence­rra­dos. Ade­más sólo pue­den visi­tar­los miem­bros del pri­mer nivel fami­liar y una vez al año, y los hijos cada 2 años. Las visi­tas duran 45 minutos.

A comien­zos del mes de mar­zo, las muje­res pri­sio­ne­ras de la cár­cel de Damon denun­cia­ron por medio de la Comi­sión de Dete­ni­dos que se encuen­tran en una situa­ción deses­pe­ra­da, pues sus peque­ñas cel­das están infec­ta­das de roe­do­res, el sue­lo y las pare­des lle­nas de hume­dad, que tan solo les dan una luz mor­te­ci­na, que los baños per­ma­ne­cen sucios y sin puer­tas, que solo tie­nen 30 minu­tos para salir al patio, que no tie­nen aten­ción médi­ca ni aten­ción psi­co­ló­gi­ca, y en los casos que nece­si­tan hos­pi­ta­li­za­ción tam­po­co son atendidas.

A media­dos de mar­zo el régi­men sio­na­zi prohi­bió a los Pri­sio­ne­ros Pales­ti­nos dis­po­ner de pro­duc­tos de lim­pie­za, y ha anu­la­do las esca­sas visi­tas de los médi­cos, tan solo son aten­di­dos aque­llos que pre­sen­tan esta­dos febri­les extre­ma­da­men­te altos.

La Comi­sión de Estu­dios de Pri­sio­ne­ros Pales­ti­nos denun­cia que los Pri­sio­ne­ros son uti­li­za­dos como ani­ma­les en ensa­yos médi­cos del sionazismo.

La Comi­sión de Pri­sio­ne­ros denun­cia incur­sio­nes dia­rias en las cár­ce­les y cen­tros de deten­ción, y una gran can­ti­dad de pri­sio­ne­ros son trans­fe­ri­dos de una pri­sión a otra per­ma­ne­cien­do has­ta 18 horas en los fur­go­nes, y que, en oca­sio­nes, se les apa­lea y se les deja en jau­las al aire duran­te días y noches.

A esto se aña­de que hay pri­sio­ne­ros infec­ta­dos de coro­na­vi­rus debi­do a que los inte­rro­ga­to­rios han sido rea­li­za­dos por car­ce­le­ros y médi­cos que esta­ban con­ta­gia­dos, con lo que se teme la exten­sión rápi­da del virus pues las con­di­cio­nes de haci­na­mien­to y fal­ta de medios son pro­pi­cias para ello. El últi­mo caso de Pri­sio­ne­ro infec­ta­do ha sido en la pri­sión de Ashkelon.

Con rela­ción a las cár­ce­les y pri­sio­nes secre­tas, hay que hablar de la que tie­ne por nom­bre el núme­ro 1391, situa­da pró­xi­ma a la línea de sepa­ra­ción con Cis­jor­da­nia, no figu­ra en nin­gún docu­men­to refe­ri­do a las pri­sio­nes, esta eli­mi­na­da de los mapas y se prohí­be cual­quier infor­ma­ción sobre ella. Cuan­do se la men­cio­na se dice que es peor que Guan­tá­na­mo. El Fis­cal de la Cor­te Supre­ma de Sudá­fri­ca, Golds­to­ne, ha decla­ra­do que es un agu­je­ro negro, pues quien es ence­rra­do allí no se le vuel­ve a ver ni a saber de él. No se sabe cuán­tos Pri­sio­ne­ros hay, y nin­guno de sus nom­bres figu­ran en nin­gún regis­tro. Se sos­pe­cha que, ade­más de Pales­ti­nos, en ella se encuen­tran los secues­tra­dos liba­ne­ses, jor­da­nos, sirios, egip­cios e iraníes.

La infor­ma­ción de que se dis­po­ne es de Pri­sio­ne­ros que el ente sio­na­zi ence­rró en el 2002, cuan­do lle­vó a cabo deten­cio­nes masi­vas, al no caber más en las pri­sio­nes ordi­na­rias, un buen núme­ro de ellos fue­ron ence­rra­dos en la 1391. Debi­do a las denun­cias inter­na­cio­na­les por la des­apa­ri­ción de dete­ni­dos, el régi­men sio­nis­ta aca­bó decla­ran­do que los tenía en esa pri­sión secreta.

Si siem­pre hay que exi­gir la liber­tad de los Pri­sio­ne­ros y Pri­sio­ne­ras de Pales­ti­na, en momen­tos como el que esta­mos vivien­do de extre­ma gra­ve­dad por la exten­sión del coro­na­vi­rus, se hace más urgen­te su libe­ra­ción. Las orga­ni­za­cio­nes huma­ni­ta­rias, los cen­tros inter­na­cio­na­les que se pro­nun­cian sobre los acon­te­ci­mien­tos más impor­tan­tes, Nacio­nes Uni­das, Liga Ára­be, … han pedi­do la libe­ra­ción inme­dia­ta de quie­nes sufren pri­sión bajo el régi­men de ocu­pa­ción israe­lí, en estos momen­tos, 7.000.

A la memo­ria vie­nen los ver­sos del poe­ma de Ahmad Dah­bur Can­ción pasa­je­ra a la tris­te­za: Cuan­do se derra­man los secre­tos en la últi­ma copa. /​Cuan­do la casa del hom­bre se con­vier­te en cár­cel. /​Cuan­do arde el jine­te en pleno medio­día, /​se des­pue­blan las pla­zas: has­ta la calle esca­pa de nosotros,/ y se mue­re la luz en el can­dil, /​el can­dil en la casa, /​y la casa se aba­te de tris­te­za. /¡Ah, jine­tes de la tie­rra pri­sio­ne­ra ! /​tras de voso­tros, la casa del hom­bre se ha con­ver­ti­do en cárcel.

El 17 de Abril es el Día de los Pri­sio­ne­ros, así lo decla­ró en 1974 el Con­se­jo Nacio­nal Palestino.

Es de toda urgen­cia escu­char el lla­ma­do del Pue­blo Pales­tino para que se exi­ja la libe­ra­ción de todos sus padres, her­ma­nos, hijos e hijas que se encuen­tran en pri­sión, pero que ade­más en situa­ción de haci­na­mien­to y con­di­cio­nes com­ple­ta­men­te insa­lu­bres se expo­nen a morir por la infec­ción del coronavirus.

Des­de estas líneas man­do mi abra­zo soli­da­rio inter­na­cio­na­lis­ta a quie­nes luchan con­tra el régi­men que per­si­gue y con­de­na a muje­res, hom­bres, Niños y Niñas de Palestina.

Ramón Pedre­gal Casa­no­va es autor de los libros: Gaza 51 días, Pales­ti­na. Cró­ni­cas de vida y Resis­ten­cia, Die­ta­rio de Cri­sis, Bel­ver Yin en la pers­pec­ti­va de géne­ro y Jesús Ferre­ro, y, Sie­te Nove­las de la Memo­ria His­tó­ri­ca. Pos­fa­cios. Pre­si­den­te de la Aso­cia­ción Euro­pea de Coope­ra­ción Inter­na­cio­nal y Estu­dios Socia­les AMANE. Miem­bro de la Comi­sión Euro­pea de Apo­yo a los Pri­sio­ne­ros Palestinos.

Miem­bro del Fren­te Anti­im­pe­ria­lis­ta Inter­na­cio­na­lis­ta (FAI).

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