Por Hugo Ruiz Dìaz Balbuena, desde Paraguay para Resumen Latinoamericano, 15 abril 2020
I. Fin del capitalismo y pugna a muerte
Kissinger, en su obra sobre el Nuevo Orden Mundial, parafraseando a Carlos Marx sostiene que la historia de las civilizaciones, es la historia del ascenso y caída de imperios.
Y desde el punto de vista de un análisis profundo desde la perspectiva del sistema capitalista imperialista dominante, tiene razón: caída de imperios, por la dura pugna de los de abajo, marcan la historia.
Asistimos, como un privilegio de la historia, a la agonía, a la desintegración, a la caída, al derrumbe de uno de los imperios màs violentos y nefastos de toda la historia de la humanidad: el imperialismo norteamericano.
Y, desde la perspectiva de los condenados de la tierra, Carlos Marx, pone en evidencia en este momento de camino de bifurcación para toda la humanidad, una vez màs, que la historia de la humanidad, es la historia de la lucha de clases.
Hoy, el fantasma que alguna vez recorriera Europa, recorre todos los continentes. He aquí el núcleo de la problemática actual.
Se evidencia en esta crisis planetaria, que la burguesìa, los capitalistas, las potencias capitalistas, las distintas fuerzas capitalista dominantes en cada región y país, sea cual fuere su denominaciòn, continúan con la lucha de clases.
Y la continúan profundizando en este momento de una lucha abierta por su supervivencia. Y todos los golpes valen.
En los grandes centros de poder, intelectuales, académicos, científicos, periodistas, hombres y mujeres de la cultura, están, en esta etapa de agonía del sistema, preparando el post, pero manteniendo el sistema capitalista, el lucro y la violencia de su dominación.
La lucha hegemónica, en el màs sentido y contenido gramsciano; està pues desencadenada. El Leviatàn està mudando de forma.
En esta coyuntura o período histórico de toda la humanidad, la lucha, la confrontación, la pugna es a muerte.
De allì que la coincidencia con las tesis elaboradas por Slavoj Zizek es màs que una empatìa.
Con un agregado: son los pueblos, la tarea de los pueblos, son los oprimidos, los escupitados por el sistema, los que finalmente decidirán la tarea final de superación. Aunque sea innegable que la situación actual del capitalismo en su final, es asimilable a una implosión.
Veamos. El capitalismo, en su intrínseca barbarie, alcanzò lìmites inimaginables en esta coyuntura de crisis que afecta a todo el planeta y a toda la humanidad. Las inmorales, ilícitas y prepotentes sanciones y amenazas lanzadas por Estados Unidos contra Venezuela, contra Iràn, contra Cuba y otros confirma plenamente en términos factuales lo sostenido.
El desprecio explìcito demostrado por el centro del capitalismo mundial hacia la vida humana, hacia la humanidad, la prepotencia, la violencia desplegada, la avidez sin fin de lucrar con la vida humana, constituyen factuum irrefutables.
Asistimos en esta crisis no solamente a la crisis del capitalismo neoliberal, como una de las manifestaciones màs bàrbaras de su desarrollo, sino a la crisis final del capitalismo.
El mercado, el lucro, la oferta y la demanda no son la salvación. Son la condena de toda la humanidad. Y se devela como tal. Francia, nuevamente Francia, amenazada por la insurrección de un pueblo con tradición de revoluciones y de insurgencias. Màs que sintomático.
II. Paraguay: la necesidad de superación del Estado actual
En Paraguay, la crisis del Coronavirus, igual que a nivel global, desnudò el verdadero rostro del Estado creado en 1870 y que es el actual.
Un Estado en el que los grupos empresariales y sus voceros políticos, en una lucha por su propia supervivencia, no cesan en intentar conservar el orden, su orden de miseria.
Los grupos empresariales, en todos los niveles, los dueñòs del Estado, muestran un tal desprecio por la vida humana, por la vida, único valor supremo en esta crisis, que hasta lucran con la muerte, el hambre y la salud de toda la población.
Tal egoísmo de clase- que no sorprende- tiene un solo nombre: inmoralidad e inhumanidad capitalista.
Concientes de la crisis sistémica de su sistema social Estado, del agotamiento de este sistema y régimen capitalista subdesarrollado, como parte de la lucha de clases y la terea de demolición aplicada, lanzan una supuesta reforma del Estado.
Reforma que constituye una violencia ofensiva contra los trabajadores y sus salarios. Reforma que abre para los grupos empresariales nuevas puertas para seguir lucrando con la vida del pueblo.
Reforma que ya legitima los màs violentos ataques contra supuestos “ funcionarios y trabajadores privilegiados” ( Consenso de Washington), atacando a la población entera, asegurando el lucro vil del empresariado a costa de la vida de la población.
Reforma que busca la continuidad de este Estado Genocida, prolongando su agonía.
Reforma y pràctica de un gobierno neofascista que, a travès de la guerra hegemònica abierta, protege a los verdaderos responsables de esta crisis: la minorìa que concentra el 98 por ciento de toda la riqueza y que sigue lucrando a costa de la muerte y hambre de la poblaciòn.
Como a nivel mundial asistimos al fin del capitalismo, a nivel nacional, asistimos al fin del Estado creado en 1870 sobre el genocidio y liquidación del único proyecto independiente y soberano de toda Amèrica.
La Reforma no es màs que otra operación político-ideològica de la oligarquía criolla dirigida contra los intereses generales, contra la vida misma. En el mismo nivel se encuentra la propuesta de supuesta reforma constitucional.
Es un Estado en crisis, un sistema agotado como el centro capitalista. Esto no implica que la clase dominante no profundizarà la lucha de clases y la violencia.
Muy al contrario.
La tarea esencial hoy en el Paraguay, el gran desafío es, pues, la Transformaciòn de este Estado, de este régimen de apropiación privada, basada únicamente en el lucro.
Tarea que conlleva el desafío de desmantelamiento del Estado actual y su reemplazo por uno nuevo, sobre nuevas bases, sobre nuevos cimientos.
La superación del capitalismo se dà únicamente por la vìa del socialismo, no por la vìa de remiendos. La lucha es, en consecuencia, entre Socialismo o Barbarie.