Resumen Latinoamericano, 23 abril 2020
Editorial del diario «Claridad», ligado al independentismo de Puerto Rico
Mientras en muchos países del mundo ya se tiene un cuadro completo
del impacto del COVID 19, y se preparan para una segunda fase de la
etapa de respuesta con menos restricciones para la población, en Puerto
Rico se sigue dando palos a ciegas por la falta de datos.
Se ha informado en medios de impacto mundial que ya se realizan
numerosos estudios en diferentes países con resultados que apuntan a que
al menos 1⁄3 parte de los contagiados por coronavirus no presentan
síntomas. Si es así, en Puerto Rico seguimos en babia. Según lo
informado por las autoridades sanitarias, las pruebas aquí solo se les
administran a personas que han sido referidas por un médico porque
presentan síntomas compatibles con la infección por coronavirus. Tomando
en cuenta la experiencia de los países que han realizado dichos
estudios, puede concluirse que el alcance de la infección en Puerto
Rico es significativamente mayor que lo que se revela en las 11,000
pruebas administradas hasta ahora. Puede concluirse también que debe
haber un número considerable de personas en la Isla que siguen
interactuando con sus familias, compañeros de trabajo y comunidad, que
son portadoras del virus aunque se vean perfectamente saludables.
Conocer al menos el por ciento aproximado de dichos casos asintomáticos
es una pieza de información fundamental para poder proyectar con certeza
el alcance real de la epidemia en nuestro país y el tiempo que duraría
la fase estricta de la cuarentena.
Incluso los datos que se desprenden de las 11,000 pruebas realizadas
son confusos. En entrevista con CLARIDAD, la epidemióloga y profesora
del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, Dra.
Cruz María Nazario, sostiene que los datos diarios publicados por el
Departamento de Salud sobre el número total de pruebas administradas no
son necesariamente útiles para trazar la cadena epidemiológica de
contagio por el virus. Según la académica, para que la información sobre
la cantidad y tipo de prueba sea útil en el seguimiento de los
contagios y sus contactos, deben contarse por separado las pruebas
moleculares y las pruebas rápidas, porque no son equivalentes, ni tienen
el mismo nivel de certeza y confiabilidad. El hecho de que la
información sobre los tipos de pruebas no se separe, puede abonar a la
confusión en el análisis y proyecciones sobre la epidemia.
Otra cifra que no se informa en Puerto Rico, contrario al resto de
los países, es el de las personas recuperadas. Este dato es un
indicador muy importante de la etapa en que se encuentra la epidemia.
Por eso, las autoridades sanitarias en el mundo celebran el momento en
que su número de recuperados supera el de los nuevos contagios porque es
como ver la luz al final del túnel en una epidemia.
Igualmente, las actividades de rastreo de contactos y vigilancia de
posibles casos sospechosos son importantes medidas de control de una
epidemia. En Puerto Rico, eso está en pañales. La semana pasada el
secretario de Salud anunció la creación de un grupo de trabajo para
dichas labores de rastreo y vigilancia de contactos sobre el cual no se
ha informado nada más. Anteriormente, se había anunciado la existencia
de una herramienta tecnológica adaptada a Puerto Rico con idéntico
propósito, pero tampoco se ha informado el status ni el avance de la
misma. Luego de mes y medio de cuarentena, aún nadie tiene una idea ni
de cuán extendida está la epidemia en las distintas regiones y
municipios de Puerto Rico, ni para cuando puede esperarse que crucemos
el umbral hacia la recuperación.
El recién nombrado Secretario de Salud, doctor Lorenzo González, no
es el responsable directo del desmadre que encontró en su departamento.
Pero tampoco es un advenedizo porque ocupó esa silla antes, y si aceptó
la encomienda de la gobernadora Wanda Vázquez y el PNP, fue porque
pensó que podría hacer una buena labor y ofrecerle a Puerto Rico el
liderazgo firme en salud pública que nos ha faltado por tanto tiempo. El
doctor González sabe que Puerto Rico lleva décadas con un departamento
de salud que abdicó su responsabilidad con la salud del pueblo y la
delegó en las aseguradoras privadas que solo velan por sus ganancias.
El gobierno de ningún país puede atender adecuadamente una epidemia
de esta magnitud sin un liderazgo efectivo de su autoridad sanitaria
principal. El doctor González es la cabeza visible de esa estructura
ahora, y es a él a quien corresponde traer la información completa
disponible sobre la epidemia, y darle apoyo y certeza al pueblo en medio
de la incertidumbre. Como siquiatra, él sabe cuán aterrador puede ser
el desconocimiento. Ha dicho que se propone recomendarle a la
Gobernadora que extienda la cuarentena durante el mes de mayo. Estamos
seguros de que por tratarse de un asunto de vida o muerte como este, la
inmensa mayoría del pueblo lo acatará responsablemente como lo ha hecho
hasta ahora.
También ha dicho que no acude ante la prensa porque siente que se le
faltó al respeto. Le pedimos que, en la misma medida, respete también la
necesidad de proyecciones y datos confiables que tenemos ante la
pandemia. No se le puede pedir a una población de 3 millones de personas
que se encierre indefinidamente, sin darles la información que arroje
luz hacia el camino que aún les aguarda. El pueblo puertorriqueño solo
reclama conocer la información pertinente y completa que ya conocen las
poblaciones de muchos otros países. No podemos seguir dando palos a
ciegas con el COVID 19.