Uru­guay. Mien­tras Laca­lle «rei­na», se mace­ra el ajus­te nacional

Nico­lás Cen­tu­rión /​Resu­men Lati­no­ame­ri­cano /​7 de abril de 2020

En Uru­guay se cum­plió un mes de gobierno mul­ti­co­lor lide­ra­do por Luis Laca­lle Pou, del Par­ti­do Nacio­nal, y el fes­te­jo se dio con un tari­fa­zo. El ser­vi­cio eléc­tri­co, el del agua y de cone­xión a inter­net aumen­ta­ron y los des­cuen­tos de IVA (impues­to al valor agre­ga­do) que se obte­nían al com­prar con tar­je­tas de débi­to, se han reducido.

El dólar subió y con ello el poder adqui­si­ti­vo de los tra­ba­ja­do­res se des­plo­mó. Fue el peor ajus­te de tari­fas de los últi­mos 15 años.

Una encues­ta de la con­sul­to­ra Cifra ‑El impac­to del coro­na­vi­rus en el tra­ba­jo- indi­ca que al 41% de los tra­ba­ja­do­res se le redu­jo su hora­rio labo­ral y 26% fue­ron o serán envia­dos al segu­ro de paro o des­pe­di­dos como con­se­cuen­cia del impac­to de las medi­das toma­das por el gobierno para con­te­ner el avan­ce del coro­na­vi­rus en Uru­guay. Sólo 33% de los tra­ba­ja­do­res man­te­nía a fines de mar­zo el mis­mo nivel de tra­ba­jo que a prin­ci­pios de mes.

En esta sema­na lle­gó el pri­mer envío de dine­ro por par­te del Ban­co Inter­ame­ri­cano de Desa­rro­llo (BID). La suma ascien­de a 400 millo­nes de dóla­res de un total de 1500 que soli­ci­tó el gobierno uru­gua­yo. El micro­cré­di­to ha ido en aumen­to en gran can­ti­dad de fami­lias en este mes debi­do a la situa­ción eco­nó­mi­ca del país, los tra­ba­ja­do­res infor­ma­les han vis­to caer sus ingre­sos debi­do a la casi nula cir­cu­la­ción de per­so­nas en la vía pública.

En mate­ria dis­cur­si­va, el gobierno vie­ne ganan­do la pul­sea­da. Todas las noches brin­da una con­fe­ren­cia a nivel nacio­nal y a pesar de con­tra­dic­cio­nes y decla­ra­cio­nes con­fu­sas, tie­ne gran acep­ta­ción en la pobla­ción. Según la últi­ma encues­ta de Equi­pos Con­sul­to­res, el Pre­si­den­te Laca­lle Pou tie­ne un 65% de apro­ba­ción, un pun­to por enci­ma de lo que medía Taba­ré Váz­quez del Fren­te Amplio en el pri­mer mes de su gobierno en el año 2005 habien­do gana­do en pri­me­ra vuelta.

Esto dis­pa­ra dis­tin­tas cues­tio­nes. Pri­me­ro, que a pesar de la cri­sis y de que hay sec­to­res que han vis­to dis­mi­nui­do su sala­rio real, valo­ran posi­ti­va­men­te las medi­das del gobierno. Segun­do, a raíz de la medi­da de redu­cir el sala­rio a los fun­cio­na­rios públi­cos que per­ci­ban más de 80.000 pesos (unos 1.800 dóla­res), el gobierno apro­ve­cha la mala ima­gen que tie­ne este sec­tor para enfren­tar a tra­ba­ja­do­res con­tra trabajadores.

La pan­de­mia ha con­den­sa­do toda la aten­ción mediá­ti­ca e infor­ma­ti­va en un solo tema, aun­que el plan neo­li­be­ral de trans­fe­ren­cia de recur­sos de los tra­ba­ja­do­res hacia las éli­tes sigue ins­tru­men­tán­do­se. Por momen­tos camu­fla­do den­tro de medi­das para com­ba­tir la pan­de­mia, por otros en decre­tos no difun­di­dos por la pren­sa y en oca­sio­nes a viva voz en todos los diarios.

Tal es el caso del minis­tro del Inte­rior, Jor­ge Larra­ña­ga, el mis­mo que pro­pu­so la refor­ma “Vivir sin mie­do” en el 2019 para que los mili­ta­res salie­ran a patru­llar en la vía públi­ca y se aumen­ta­ran penas sobre varios deli­tos. Todo un ejem­plo de popu­lis­mo puni­ti­vo, don­de pre­ten­de dar un giro con­ser­va­dor en las polí­ti­cas públi­cas de seguridad.

Larra­ña­ga ha pre­sio­na­do para que lue­go de la Sema­na de Turis­mo (Sema­na San­ta en las socie­da­des no lai­cas) ingre­se al par­la­men­to la Ley de Urgen­te Con­si­de­ra­ción (LUC), un pro­yec­to de 457 artícu­los que se esta­ble­ce con suma cele­ri­dad con res­pec­to a los tiem­pos nor­ma­les de la legislación.

Entre varias cues­tio­nes, la LUC pro­po­ne mer­can­ti­li­zar la edu­ca­ción, soca­va la liber­tad de cáte­dra en las aulas, qui­ta auto­no­mía a la esta­tal Uni­ver­si­dad de la Repú­bli­ca, ini­cia un pro­ce­so de pri­va­ti­za­ción de las empre­sas públi­cas y con­tie­ne artícu­los que pro­mue­ven la cri­mi­na­li­za­ción de la protesta.

Este nue­vo (vie­jo) gobierno con remi­nis­cen­cias a la déca­da de 1990 se ha suma­do al coro ser­vil del Gru­po de Lima y ha apo­ya­do las decla­ra­cio­nes de Donald Trump y el inten­to de inva­sión en Venezuela.

Aun­que el abue­lo del pre­si­den­te, Luis Alber­to de Herre­ra, his­tó­ri­co líder del Par­ti­do Nacio­nal, a pesar de su ideo­lo­gía con­ser­va­do­ra, plan­tea­ba el antim­pe­ria­lis­mo y la no inje­ren­cia como impor­tan­te prin­ci­pio en terri­to­rio lati­no­ame­ri­cano. Hoy su nie­to no sigue, en ese aspec­to, la línea de la dinas­tía Herrera.

El Fren­te Amplio, que vuel­ve a ser opo­si­ción lue­go de 15 años de gobierno, se reu­nió con par­te del equi­po de pre­si­den­cia para pre­sen­tar­le una pla­ta­for­ma de medi­das a tomar para con­tra­rres­tar la cri­sis. La pos­tu­ra es jugar a ser “opo­si­ción res­pon­sa­ble” en nom­bre de un repu­bli­ca­nis­mo poco defi­ni­do, con un lide­raz­go aún más desdibujado.

Es una cla­ra pos­tu­ra ideo­ló­gi­ca que abo­na a la alter­nan­cia en el poder y que nie­ga la lucha de cla­ses cuan­do lla­ma a la uni­dad nacio­nal. Por su par­te la cen­tral úni­ca de tra­ba­ja­do­res, PIT-CNT, no ha logra­do con­ju­rar la uni­dad nece­sa­ria para con­tra­rres­tar el avan­ce neo­li­be­ral. Las líneas de acción son dis­pa­res, don­de varios sin­di­ca­tos orga­ni­zan ollas popu­la­res y la cúpu­la alien­ta a que no se realicen.

Esta cri­sis eco­nó­mi­ca y social del capi­ta­lis­mo que se esta­ba mace­ran­do, obvia­men­te es poten­cia­da por la pan­de­mia y en Uru­guay agra­va­da por un gobierno que car­ga todas las tin­tas en ajus­tar a los tra­ba­ja­do­res mien­tras los due­ños del país han esta­do exen­tos de cual­quier medida.

Esto nos demues­tra la debi­li­dad del pro­gre­sis­mo a la hora de gene­rar polí­ti­cas robus­tas que pro­te­jan y mejo­ren la cali­dad de vida de la cla­se tra­ba­ja­do­ra. Lue­go de estar en el gobierno, pocas son las polí­ti­cas que se man­tie­nen. Lo hemos vis­to en otros paí­ses y lo esta­mos vivien­do aho­ra en Uruguay.

Las con­quis­tas que no se hacen car­ne en el pue­blo y se digi­tan des­de un escri­to­rio, más tem­prano que tar­de se des­va­ne­cen en el aire. La reali­dad uru­gua­ya mues­tra que la social­de­mo­cra­cia es un cas­ti­llo de nai­pes que al pri­mer soplo neo­li­be­ral se derrumba.

* Licen­cia­do en Psi­co­lo­gía, Uni­ver­si­dad de la Repú­bli­ca, Uru­guay. Miem­bro de la Red Inter­na­cio­nal de Cáte­dras, Ins­ti­tu­cio­nes y Per­so­na­li­da­des sobre el estu­dio de la Deu­da Públi­ca (RICDP). Ana­lis­ta aso­cia­do al Cen­tro Lati­no­ame­ri­cano de Aná­li­sis Estra­té­gi­co.

Itu­rria /​Fuen­te

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