Resumen Latinoamericano, 20 de mayo de 2020—
La inusual salida a la luz de las divisiones en la familia real, coincide con momentos de desafío para Arabia Saudita y su gobernante de facto, el príncipe heredero Mohammed bin Salman, por la caída de los precios del petróleo y la pandemia de la Covid-19, según The New York Times.
Cercanos a los detenidos contactaron en semanas recientes con abogados y consultores para campañas legales, de cabildeo y de relaciones públicas, con vista a impulsar el fin de lo que denuncian como persecución política.
Un ex asociado del príncipe encarcelado Salman bin Abdulaziz bin Salman Al Saud firmó el viernes un acuerdo de 2 millones para que Robert Stryk, una figura bien conectada en los círculos de política exterior del Gobierno norteamericano, abogara por la liberación del detenido.
En abril último, Barry Bennett, cabildero y estratega republicano y asesor en la campaña presidencial de Donald Trump, convino en establecer enlaces para sacar de la cárcel a un príncipe exgran rival de Mohammed bin Salman.
Y otra realeza en prisión, la princesa Basmah bint Saud, hija del segundo monarca de Arabia Saudita, difundió su pedido de ser liberada y sus representantes se entrevistaron con abogados y consultores en Washington y Londres para reunir apoyo a la causa.
En el Congreso, el Pentágono y el Departamento de Estado, existe una creciente inquietud con el príncipe heredero, conocido por sus iniciales de MBS, quien es muy sensible a su imagen en el escenario mundial.
Los aliados de los encarcelados y sus representantes aspiran a explotar esa susceptibilidad para que libere a los personajes de la corte real a través de una combinación de cabildeo, esfuerzos de relaciones públicas y posibles acciones legales en tribunales internacionales, resalta el periódico neoyorkino.
Los documentos presentados al Departamento de Justicia por la firma consultora de Stryk, Sonoran Policy Group, en virtud de la Ley de Registro de Agentes Extranjeros, indican que sus abogados gestionarán la liberación del príncipe Salman con los gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y la Unión Europea.
Un representante de la familia de Basmah confirmó que él y uno de los familiares de la princesa se acercaron a abogados en Washington y Londres para trabajar para su liberación.
Pero no pudieron contratar a empresa alguna, porque el gobierno saudita congeló las cuentas bancarias de la princesa después de difundir por Twitter su solicitud de liberación.
Stryk tiene conexiones clave en la órbita de Trump. Trabajó con Rudolph W. Giuliani, el abogado personal del presidente durante la investigación de juicio político sobre los esfuerzos para ganar negocios con gobiernos extranjeros, incluido Bahréin.
Y está cerca de Kirsten Fontenrose, ex funcionaria principal del Consejo de Seguridad Nacional que manejaba la política estadounidense hacia Arabia Saudita antes de renunciar a fines de 2018.
Sin embargo, afirma que hay dificultades para convencer al Gobierno de que el caso de los príncipes encarcelados sea una razón de peso y una prioridad cuando Estados Unidos y Arabia Saudita enfrentan otros temas de preocupación geopolítica más urgentes.
Fuente: Al Mayadeen