Resumen Latinoamericano 5 de mayo de 2020
«Por supuesto quisiera ser un escritor comprometido en su totalidad. Que mi obra fuese un firme puño, un claro fusil.”
Hoy se cumplen 44 años de esa aciaga madrugada del 5 de Mayo de 1976, donde las manos asesinas de la dictadura se llevaron para siempre al gran Haroldo Conti. Este escritor y docente, autor de la mítica novela “Mascaró, el cazador americano” y participante de la revista “Crisis”, llevó su compromiso con su pueblo hasta las últimas consecuencias.
Militante orgánico del PRT y figura pública del FAS, ante el genocidio en curso rechazó irse del país, colocando en su escritorio una frase en latín que decía Hic meus locus pugnare est hinc non me removebunt (Este es mi lugar de combate, y de aquí no me moveré).
En 1973 le había dado al mundo un ejemplo de lo que significa ser un intelectual comprometido con su pueblo y con su tiempo, donde derrochando coherencia rechazó la prestigiosa Beca Guggenheim (y los miles de dólares que conlleva) con una valiente carta:
”Deseo dejar en claro que mis convicciones ideológicas me impiden postularme para un beneficio que, con o sin intención expresa, resulta cuanto más no sea por fatalidad del sistema, una de las formas más sutiles de penetración cultural del imperialismo norteamericano en América Latina.” “Yo he sido jurado de la Casa de las Américas, y considero que esa distinción del pueblo cubano es absolutamente incompatible con una beca ofrecida por una Fundación creada por un senador de los Estados Unidos, o sea, no un hombre del pueblo norteamericano, sino del sistema que la oprime y nos oprime”
Bien sabían los militares del valor que estos intelectuales aportaban a la lucha por la liberación de sus pueblos, de ahí que se hayan transformado en blancos de importancia en su plan asesino para cortar de raíz los intentos de transformarlo todo que esa generación estaba llevando a cabo.
Allí cayó el poeta Roberto Santoro (que compartí célula en el PRT con Haroldo y el poeta Humberto Constantini), y el mismo centro clandestino donde llevaron a Conti, el infame Vesubio, fue donde también nos fue arrebatado Raymundo Gleyzer.
A pocos días de la desaparición de Haroldo, el genocida Videla montó un encuentro con intelectuales para intentar ocultar la carnicería que se había desatado sobre nuestra patria. A este encuentro fueron invitados (y acudieron) Jorge Luis Borges y Ernesto Sabato ente otros, además del sacerdote Leonardo Castellani. Pese a que a todos se les había pedido que lo hagan, solo Castellani preguntó por el paradero de Conti al dictador.
Hoy, a 44 años de su secuestro, las aguas de su amado Delta siguen rugiendo con fuerza el grito: ¡Haroldo Conti, presente! ¡Ahora y siempre!
La canción de Haroldo
por Vicente Zito Lema
no dejes callar la música
de tu corazón
la muerte no calma la fiebre de
estar vivo
la muerte no es amor
viento de octubre trae
la vibración suave y dorada
de otros días
viento de octubre en una rama
y lleva y lleva y desparrama
sin tino
las cenizas sobre la tierra
aunque tiemble de gozo
la tierra no es humana
no dejes callar
la música de tu corazón
de un momento para otro llegará
la nieve
y aguas negras en el Norte
me sorprenderá a mí no a
los pájaros ¡ellos son tantos!
se habrán marchado
dejarán una estela moverán el cielo
lo callado pesará como eterno
por favor amigo nuestro
deja que escuchemos
la música de tu corazón
le has pedido al ciruelo
de tu puerta que florezca
aunque no volvieras tú
que florezca él
¿quién ha dicho que
las flores calman a los muertos?
la muerte no es belleza
la muerte no es amor
no dejes callar la música
no dejes callar la música
de tu corazón.
Extraido del facebook de Venceremos