Bra­sil. Lula: depen­de de los tra­ba­ja­do­res cons­truir un mun­do pos­pan­dé­mi­co con un bene­fi­cio colec­ti­vo superior

Caro­li­ne Oli­vei­ra*, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 01 de Mayo de 2020.

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En un men­sa­je el Día del Tra­ba­jo, el ex pre­si­den­te tam­bién des­ta­có el papel de los pro­fe­sio­na­les de la salud.

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El 1 de mayo, día en que se cele­bra el Día del Tra­ba­jo, el ex pre­si­den­te Luiz Inácio Lula da Sil­va (PT), en un video publi­ca­do en sus redes socia­les, defen­dió que el mun­do des­pués de la pan­de­mia de coro­na­vi­rus debe­ría trans­for­mar­se des­de el pun­to vis­ta de las rela­cio­nes sociales.

«La his­to­ria nos ense­ña que las gran­des tra­ge­dias tien­den a ser par­te­ras de gran­des trans­for­ma­cio­nes. Lo que espe­ra­mos, lo que espe­ro, es que el mun­do que ven­drá des­pués del coro­na­vi­rus será una comu­ni­dad uni­ver­sal en la que hom­bres y muje­res, en armo­nía con la natu­ra­le­za, ser el cen­tro de todo y que la eco­no­mía y la tec­no­lo­gía estén a su ser­vi­cio y no al revés, como ha suce­di­do hoy. En el mun­do que espe­ro des­pués de la pan­de­mia de coro­na­vi­rus, el colec­ti­vo triun­fa­rá sobre la soli­da­ri­dad y la soli­da­ri­dad. la gene­ro­si­dad triun­fa­rá sobre las ganan­cias «, dijo el ex presidente.

Lula seña­ló al capi­ta­lis­mo como res­pon­sa­ble de la cri­sis y enfa­ti­zó que son los tra­ba­ja­do­res quie­nes garan­ti­zan la pro­duc­ción mun­dial. «Se nece­si­ta­ron 300,000 cadá­ve­res para que la huma­ni­dad vie­ra una ver­dad que los tra­ba­ja­do­res hemos sabi­do des­de el día en que naci­mos. La tra­ge­dia del coro­na­vi­rus expu­so una ver­dad incues­tio­na­ble a la luz solar: lo que sos­tie­ne el capi­ta­lis­mo no es el capi­tal». Es esta ver­dad, nues­tra vie­ja cono­ci­da, la que lle­va a los prin­ci­pa­les perió­di­cos eco­nó­mi­cos del mun­do, las biblias de éli­te del mun­do, a anun­ciar que el capi­ta­lis­mo tie­ne sus días con­ta­dos. Y lo es. Está murien­do. Y está en nues­tras manos. , en manos de los tra­ba­ja­do­res, la tarea de cons­truir este nue­vo mun­do que se avecina «.

Al refe­rir­se a Jair Bol­so­na­ro, seña­ló que gran­des tra­ge­dias reve­lan el «ver­da­de­ro carác­ter de las per­so­nas y las cosas». «No me refie­ro solo al liber­ti­na­je del Pre­si­den­te de la Repú­bli­ca con el recuer­do de más de cin­co mil bra­si­le­ños ase­si­na­dos por los codi­cio­sos. La pan­de­mia dejó al capi­ta­lis­mo desnudo». 

El ex pre­si­den­te tam­bién habló sobre la impor­tan­cia de la soli­da­ri­dad entre la cla­se tra­ba­ja­do­ra en este momen­to. «Bra­sil siem­pre ha sido una tie­rra de espe­ran­za. A pesar de las difi­cul­ta­des extre­mas, noso­tros, los que naci­mos y vivi­mos aquí, supi­mos cómo enfren­tar­los y cómo rein­ven­tar­nos para cre­cer. El odio y la igno­ran­cia se ali­men­tan mutua­men­te y son lo opues­to a lo que suce­de». Alma bra­si­le­ña, como bra­si­le­ño, estoy segu­ro de que deja­re­mos esta tra­ge­dia para un mun­do mejor, para un Bra­sil mejor, y es aho­ra, en medio de la tor­men­ta, que los bra­si­le­ños reve­lan lo que son, lo que somos: gene­ro­sos, tole­ran­tes, soli­da­rios. Es con ese espí­ri­tu, esa ale­gría y esa crea­ti­vi­dad que todos esta­mos luchan­do para salir de la oscu­ri­dad y traer el ama­ne­cer de la jus­ti­cia social, la igual­dad y la liber­tad lo antes posible «.

Coro­na­vi­rus

El vier­nes (30), Bra­sil regis­tró un núme­ro récord de casos nue­vos en 24 horas, con un aumen­to de 7,218,000 infec­ta­dos a las esta­dís­ti­cas, alcan­zan­do un total de 85,380,000 per­so­nas infec­ta­das con covid-19. En cuan­to al núme­ro de muer­tes, hubo un aumen­to de 435 muer­tes, alcan­zan­do un total de 5,901 mil: un aumen­to del 8%. Con estos datos, la leta­li­dad fue del 6,9%.

Mira el video:

Lea el dis­cur­so completo:

«Mis ami­gos y mis amigos,

Tra­ba­ja­do­res de Bra­sil y del mundo,

Quie­ro comen­zar mi dis­cur­so mos­tran­do soli­da­ri­dad con las fami­lias de todas las víc­ti­mas del coro­na­vi­rus y con todos los tra­ba­ja­do­res y tra­ba­ja­do­ras que luchan por sal­var vidas en todo el mundo.

Un virus des­co­no­ci­do ha logra­do cerrar fron­te­ras, ence­rrar a más de tres mil millo­nes de seres huma­nos en el hogar y cam­biar dra­má­ti­ca­men­te la vida de cada uno de noso­tros. Hemos esta­do en un túnel lar­go e inter­mi­na­ble duran­te tres meses, reci­bien­do noti­cias peo­res cada día que el día ante­rior. La huma­ni­dad des­pier­ta todos los días con la espe­ran­za de que el núme­ro de muer­tos hoy sea más bajo que ayer. Esta­mos vivien­do los días más oscu­ros de nues­tra historia.

El virus, que ata­ca a todos, sin dis­tin­ción, mos­tró que la raza huma­na no es inmor­tal e inclu­so pue­de desaparecer.

La his­to­ria nos ense­ña, sin embar­go, que las gran­des tra­ge­dias tien­den a ser par­te­ras de gran­des transformaciones.

Lo que espe­ra­mos, lo que espe­ro, es que el mun­do que ven­drá des­pués del coro­na­vi­rus sea una comu­ni­dad uni­ver­sal en la que el hom­bre y la mujer, en armo­nía con la natu­ra­le­za, sean el cen­tro de todo, y que la eco­no­mía y la tec­no­lo­gía estar a su ser­vi­cio, y no al revés, como ha suce­di­do has­ta el día de hoy.

En el mun­do que espe­ro des­pués de la tra­ge­dia del coro­na­vi­rus, el colec­ti­vo triun­fa­rá sobre el indi­vi­duo, la soli­da­ri­dad y la gene­ro­si­dad triun­fa­rán sobre las ganancias.

Un mun­do en el que nadie explo­ta el tra­ba­jo de nadie, un mun­do en el que se res­pe­tan las dife­ren­cias entre uno y otro, un mun­do en el que todos, abso­lu­ta­men­te todos, tie­nen las herra­mien­tas para eman­ci­par­se de cual­quier tipo de domi­na­ción o control.

Pero las gran­des tra­ge­dias tam­bién reve­lan el ver­da­de­ro carác­ter de las per­so­nas y las cosas. No me refie­ro solo al liber­ti­na­je del Pre­si­den­te de la Repú­bli­ca con el recuer­do de más de cin­co mil bra­si­le­ños ase­si­na­dos por los codiciosos.

La pan­de­mia dejó al capi­ta­lis­mo des­nu­do. Se nece­si­ta­ron tres­cien­tos mil cadá­ve­res para que la huma­ni­dad vie­ra una ver­dad que los tra­ba­ja­do­res hemos sabi­do des­de el día en que naci­mos. La tra­ge­dia del coro­na­vi­rus expu­so una ver­dad incues­tio­na­ble a la luz del sol: lo que sos­tie­ne el capi­ta­lis­mo no es el capital.

Somos noso­tros, los tra­ba­ja­do­res. Es esta ver­dad, nues­tra vie­ja cono­ci­da, la que lle­va a los prin­ci­pa­les perió­di­cos eco­nó­mi­cos del mun­do, las biblias de éli­te del mun­do, a anun­ciar que el capi­ta­lis­mo tie­ne sus días con­ta­dos. Y lo es. Se esta murien­do. Y está en nues­tras manos, en manos de los tra­ba­ja­do­res, la tarea de cons­truir este nue­vo mun­do que se avecina.

Bra­sil siem­pre ha sido una tie­rra de espe­ran­za. A pesar de las difi­cul­ta­des extre­mas, noso­tros, que naci­mos y vivi­mos aquí, supi­mos enfren­tar­los y rein­ven­tar­nos para cre­cer. El odio y la igno­ran­cia se ali­men­tan mutua­men­te y son lo con­tra­rio de lo que suce­de en el alma bra­si­le­ña. Como bra­si­le­ño, estoy segu­ro de que deja­re­mos esta tra­ge­dia para un mun­do mejor, para un Bra­sil mejor.

Y es aho­ra, en medio de la tor­men­ta, que los bra­si­le­ños reve­lan lo que son, lo que somos: gene­ro­sos, tole­ran­tes, soli­da­rios. Y es con ese espí­ri­tu, esa ale­gría y esa crea­ti­vi­dad que todos esta­mos luchan­do para salir de la oscu­ri­dad y traer, lo antes posi­ble, el ama­ne­cer de la jus­ti­cia social, la igual­dad y la libertad.

Espe­ro que la tra­ge­dia de Coro­na­vi­rus sea la par­te­ra del ver­da­de­ro mun­do nue­vo con el que soñamos.

Lar­ga vida a los tra­ba­ja­do­res. ¡Viva el Pri­me­ro de Mayo!

Luiz Inácio Lula da Silva

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*Bra­sil de Fato – Edi­ción: Cami­la Maciel 

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