Nuria Barbosa, Resumen Latinoamericano, 30 de mayo del 2020
La doctora cubana Sara Cirila Hernández Aranguren, se desempeña como
cirujana en el Hospital Scottish Livingstone, de Molepolole, capital del
distrito Kweneng y sus pacientes botswaneses la consideran una
princesa, una mujer de alto rango, noble y sagrada.
Ella aparece por sorpresa en las salas del hospital, a cualquier hora
del día o la noche, incluidos los fines de semana y feriados, para dar
seguimiento a cada uno de sus pacientes. Una misión internacionalista
anterior, de cinco años en Venezuela, la ayudó a adaptarse al rigor de
laborar en otro país, alejada de su familia y entregada totalmente a
salvar vidas.
Su presencia es muy necesaria en las consultas, guardias, salones de
operación y un referente importante en eventos científicos. Durante
mucho tiempo fue la única fémina cirujana general en el sector público
de ese país y desde noviembre del 2019 integra el Comité Ejecutivo de la
Sociedad Quirúrgica de Botswana (BSS, por sus siglas en inglés).
El Presidente de dicha institución, el doctor Chiapo Lesetedi, la
califica de «muy buena cirujana, con una disciplina, conocimientos y
compromiso que han sido la contribución esencial a los resultados de
trabajo alcanzados por el colectivo».
Sin embargo, para la doctora Sara la experiencia en el país africano
«ha sido muy bonita e interesante. He aprendido mucho, ya que el perfil
de un cirujano general en Cuba es un poco diferente de lo que hace el
cirujano general aquí. He tenido que hacer amputaciones por pie
diabético y por gangrenas, así como por enfermedades vasculares y
traumáticas. También atiendo patologías oncológica y urgencias».
Añade: «realmente he trabajado mucho y eso me ha dado una experiencia grandísima. Los trabajadores del hospital y la población en general me han acogido como una botswanesa más, como si hubiera nacido aquí. Les gusta que salude y les hable en su lengua. Además de los aspectos profesionales, he aprendido de ellos como seres humanos, de sus carencias y dificultades, y cómo a pesar de lo que han sufrido en el pasado, tienen una fuerza sorprendente, que les ha permitido salir adelante. Cuando regrese a Cuba, llevaré a Botswana en el corazón».
Tomado de Granma