Según los datos publicados por el Centro de Monitoreo Económico de la India (CMIE), solo en abril, aproximadamente 122 millones de indios quedaron sin trabajo. El sector informal es el más afectado. El Banco Mundial estima que 49 millones de personas en todo el mundo vivirán en “extrema pobreza”, con 1,7 euros o menos por día, como resultado directo de la “destrucción de la economía” en el contexto de pandemia, con la expectativa de que 12 millones de personas en India “serán empujadas” a la miseria.
Sitaram Yechury, secretario general del Partido Comunista de la India (marxista) – PCI (M) – ha acusado al primer ministro indio, Narendra Modi, de haber decretado “una cuarentena unilateral y no planificada en el último minuto” y “ahora sin saber cómo terminarlo científicamente ». “El costo”, dice, “está a cargo de millones de indios”. El líder comunista es una de las muchas voces que critican la cuarentena vigente desde el 25 de marzo y que el escritor Arundhati Roy calificó, en el Financial Times , como “el encierro más punitivo y mal planificado del mundo”.
En declaraciones a bloomberg.com , Ashwajit Singh, director ejecutivo de la compañía IPE Global, dijo que no esperaba una mejora en la tasa de desempleo este año y dijo que “más personas podrían morir de hambre que por el virus”.
Precarios y pobres, los que más sufren
Con la entrada en vigor del confinamiento el 25 de marzo, millones de trabajadores, dependientes de los ingresos diarios y que se encontraban sin trabajo estable, intentaron abandonar las grandes ciudades y regresar a sus lugares de origen. Las imágenes de los migrantes llenando de trenes, autobuses y camiones recorrieron el mundo.
Muchos viajaron cientos de kilómetros a pie y, para escapar de la policía, que los golpeaba con fuerza, siguieron las líneas de ferrocarril, a lo largo de ríos y arroyos, con pesadas bolsas en la espalda.
En abril y también mayo, se repitieron las caravanas de estos trabajadores, huyendo del hambre y el desempleo. Sin embargo, como ha subrayado algún medio, la mayoría de estos trabajadores no encuentran medios de subsistencia en el campo y, a pesar de la precariedad y explotación a la que están sujetos en los centros urbanos, terminarán regresando a las ciudades.
Este es el caso de Abdul Kareem, quien, después de estar desempleado en Nueva Delhi, con la cuarentena, viajó con dos hijos y su esposa a su aldea, en el estado de Uttar Pradesh. Ahora sus ahorros, 9000 rupias (107 euros), ya se han gastado. Por lo tanto, Kareem está seguro de que volverá, incluso “sin saber cómo será la situación laboral en Delhi cuando regrese”.
Fuente: www.abrilabril.pt
Francisco Vílchez
Andaluz de Granada (1980). Grado en Humanidades en la UGR. Pluriempleado en el sector servicios y aficionado a hablar de lo que la prensa no dice ni pío.
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