Resumen Latinoamericano, 25 Mayo 2020
Una crónica de muertes anunciadas. Así definen expertos lo sucedido en el asilo Perpetuo Socorro de San Pedro Sula. Ahí el coronavirus ha dejado al menos cuatro adultos mayores muertos y 39 infectados.
Las imágenes de dolor y mensajes de indignación que se vieron el jueves 14 de mayo, día en que estalló el escándalo por muertes en el asilo, contrastan con la puesta en funcionamiento de la unidad estabilizadora para pacientes con COVID-19 que la municipalidad de San Pedro Sula hizo en el Gimnasio Municipal. Esta unidad atiende a más de 19 enfermos de coronavirus referidos de los hospitales Catarino Rivas, Leonardo Martínez y del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS).
El proyecto se construyó en un tiempo récord de 20 días con la más alta tecnología para auxiliar a los sampedranos afectados por el nuevo virus. El alcalde Armando Calidonio alabó las instalaciones, de las que dijo que tienen la calidad y la calidez para dar atención digna a los pacientes.
Todo daba la impresión de estar bajo control. Al parecer, nadie esperaba que el virus atacara el Perpetuo Socorro, que alberga a 76 ancianos asistidos por 41 empleados municipales. De hecho, la Secretaría de Salud y la Región Metropolitana de San Pedro Sula anunciaron el 14 de mayo que siempre habían tenido las instalaciones bajo vigilancia.
No encendieron las alarmas
La pregunta es por qué la “vigilancia” permanente de las autoridades no impidió que se disparara la cantidad de casos confirmados en ese hogar de adultos mayores.
Nadie dijo nada. Nadie encendió las alarmas a comienzos de mayo, cuando en el transcurso de apenas seis días, dos ancianos del Perpetuo Socorro murieron en el hospital Catarino Rivas y uno más en el Seguro Social, reportó diario La Prensa.
La tarde del jueves abrió una investigación debido al supuesto “ocultamiento de información” sobre la propagación del coronavirus en el Perpetuo Socorro.
Elvis Guzmán, portavoz del MP en San Pedro Sula, dijo que la investigación está enfocada en descubrir porqué las autoridades municipales y los administradores del asilo ocultaban información sobre lo sucedido en el centro para adultos mayores.
Guzmán citó la ley del adulto mayor: “Con base en ella se investigará y deducirán responsabilidades”, añadió. El MP fue una de las autoridades que empezaron a responder tarde ante una situación que habían dejado que se les fuera de las manos. La actividad frenética para remediar el desastre continuó ese día.
La Fiscalía para la Trasparencia y el Combate Contra la Corrupción Pública (FETCCOP) entabló proceso penal contra la administradora del hogar Perpetuo Socorro, Ana María Ríos, y otro personal responsable. Ríos en el 2018 fue capturada por supuestamente haber realizado malversación de caudales públicos.
A la investigación del Ministerio Público se unió la denuncia hecha en la DPI por la abogada Gracia María Bertrand.
Denunció a Calidonio y a Ríos por los delitos de violación a los deberes de los funcionarios y por ocultamiento de información, establecido en el artículo 186 del Código Penal. Según la Asociación Hondureña del Adulto Mayor (ASHAM), mucho antes del 14 ya se había denunciado lo que pasaba en el centro. Las autoridades llegaron al asilo, pero los responsables no las dejaron entrar.
Para ASHAM, los funcionarios manejaron con “hermetismo” la información, ya que su deber al hacer las pruebas era alertar para impedir que el virus se propagara en el albergue de la tercera edad.
Ese mismo día, el subsecretario de Salud, Roberto Cosenza, había dicho que la atención que se daba a los ancianos del asilo era “buena”. Horas antes, el presidente de la Asociación de Médicos del Seguro Social en San Pedro Sula, Carlos Umaña, lamentó la situación, “ahora tenemos que atender a estos ancianos con tratamiento oportuno”.
Algunos detalles sobre lo ocurrido en el asilo resultan macabros. Se dice, por ejemplo, que la fiscalía investiga si varios ataúdes ingresaron al Perpetuo Socorro.
Cuando la población conoció de los casos de COVID-19 en el albergue para adultos mayores, varias personas angustiadas llegaron la noche del jueves al asilo en el barrio Medina para exigir información sobre sus parientes. “Mi tío tenía 81 años y padecía de diabetes tipo 2”, contó Roger Bautista, sobrino de un anciano fallecido en el centro. “Él murió en condiciones muy difíciles en ese asilo. Le hicieron dos pruebas y salió positivo de COVID-19”.
Las autoridades no informaron sobre las personas fallecidas y contagiadas, según quejas de familiares de los afectados por coronavirus. “Me gustaría que el alcalde, el presidente y administradores del asilo de ancianos den la cara y den respuestas. No sé qué están ocultando, cuál es el miedo”, reclamó uno de los parientes en el noticiero Hoy Mismo.
Terrible, ingenuo e inexcusable
Los primeros pacientes de COVID-19 comenzaron a llegar a la unidad estabilizadora del Gimnasio Municipal el sábado 16 de mayo. Entre ellos había varios de los albergados en el Perpetuo Socorro.
Ese mismo día, las autoridades anunciaron que cuatro de los seis ancianos fallecidos en el asilo sampedrano resultaron positivos por COVID-19. En el caso de uno, sigue pendiente el resultado de la prueba y otro murió de forma natural, según Lesbia Villatoro, directora de la Región Metropolitana Salud de San Pedro Sula.
“De 78 muestras realizadas en el centro, obtenemos 39 positivas, lo que implica el 51% de positividad al COVID-19 en estos momentos”, agregó Villatoro el lunes 18.
Detrás de las frías cifras de muertos hay seres humanos, y también hay seres humanos detrás de las decisiones equivocadas que las autoridades tomaron y que causaron un desastre en el Perpetuo Socorro que podría haberse evitado a tiempo.
“Al pensar lo que pasó en España, Italia, Francia e Inglaterra con los asilos de ancianos, uno no pensaba que iba a pasar aquí, esperábamos que Honduras fuera la excepción. Es terrible, ingenuo e inexcusable. Se tenían que haber tomado medidas para evitar a toda costa que la COVID-19 llegara a nuestros asilos”, opina la abogada y defensora de derechos humanos con énfasis en estudios de la mujer, Vanessa Siliezar.
Un prefacio a lo García Márquez
“Lo sucedido en el Perpetuo Socorro es como un prefacio de lo que pasa en la novela de Gabriel García Márquez ‘Crónica de una muerte anunciada’. Es decir que no hay aspectos técnicos de bioseguridad, mecanismos ni controles. Al no seguir con los controles, lo más lógico es que la epidemia se expanda de una forma muy rápida”, señala el analista y doctor de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, Gabriel Paz Peña.
La indolencia es la raíz de muchos de nuestros problemas, incluyendo tragedias como la del Perpetuo Socorro. “Es una pena y una vergüenza para la sociedad porque somos indolentes”, agrega Peña.
Aunque se creó una ley para protegerlos, los adultos mayores “tienen que pelear en el cine, los supermercados y el transporte urbano”.
En su mayoría, las familias no visitan a las personas que abandonaron, según el analista, porque las consideran una carga, aunque hay excepciones, “como las comunidades de católicos y evangélicos”.
“La gente es muy hábil para recitar y aprenderse de memoria los versículos”, opina el doctor Peña. Sin embargo, muy pocos aplican los principios cristianos en su vida personal. Nuestra sociedad “maneja bien el antiguo adagio: tanto tienes, tanto vales; nada tienes, nada vales”.
El experto se queja de la deshumanización en la que hemos caído, ya que nuestra sociedad se basa en el dinero y en el mercantilismo, y eso nos hace olvidar los valores que nos hacen humanos.
Funcionarios que no hicieron su trabajo
Muchos se preguntan qué pasó y por qué el alcalde Armando Calidonio no actuó para impedir lo que ocurrió en el Perpetuo Socorro y este mismo cuestionamiento le hacen al presidente Juan Orlando Hernández en las redes sociales.
En su cuenta de Twitter, la máxima autoridad de San Pedro Sula ha comunicado los trabajos que han realizado en la unidad estabilizadora y también ha denunciado cada una de las cadenas y noticias falsas que se han publicado acerca de la municipalidad. “Nuevamente publican comunicados FALSOS y malintencionados. Infórmate correctamente, no se dejen sorprender”, escribió.
San Pedro Sula es la ciudad donde se registra el mayor número de casos de coronavirus en el país y donde las autoridades municipales no tomaron todas las medidas mitigadoras para impedir las muertes en el asilo sampedrano.
Calidonio, conocido por su obsesión con el orden y la limpieza, haría muy bien en usar los conocimientos adquiridos en el combate contra los gérmenes para separar de sus cargos a los funcionarios incompetentes que con su indolencia han sido en parte responsables de la crisis en el Perpetuo Socorro.
En Abril el Congreso Nacional aprobó reformar el artículo 2 del Decreto 198‑2018, el que consiste en autorizar a la municipalidad de San Pedro Sula para que pueda utilizar recursos de 1,600 millones de lempiras (64,00000 millones de dólares) del préstamo para obras de infraestructura en las áreas de salud y prevención contra la pandemia de Covid-19.
La parlamentaria de Libertad y Refundación (Libre) Shirley Arriaga en esta sesión se manifestó en contra de la propuesta de reformar ese proyecto de ley y puso en duda que la administración de Armando Calidonio administre de forma transparente estos recursos en medio de la crisis de COVID-19 y propuso, en representación de su partido, “que se audite y que se garantice que los L1,600 millones van a ser utilizados por la población sampedrana”.
2⁄3 Se ha dado el seguimiento epidemiológico a los casos diagnosticados positivos por #Covid19 del asilo Perpetuo Socorro, de los que 7 han ingresado al Hospital Mario Catarino Rivas y uno al Instituto Hondureño de Seguridad Social de esa ciudad.
El Subsecretario de Salud, @Roberto Cosenza, desmintió que el rumor que circula en redes sociales por vídeo donde se observa el ingreso de ataúdes al asilo, “el hogar de ancianos prestó ataúdes a la alcaldía y el vídeo es cuando la alcaldía les repuso los féretros al asilo”.
Fuente: Reporteros de Investigación