Pales­ti­na. 15 de mayo, ani­ver­sa­rio 72 años de la Nak­ba, la catás­tro­fe con­tra el pue­blo pales­tino /​En la mani­fes­ta­ción orga­ni­za­da por el ani­ver­sa­rio de Nak­ba seis pales­ti­nos resul­ta­ron heri­dos /​Más info…

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano /​15 de mayo de 2020 – 

Hoy 15 de mayo, ani­ver­sa­rio 72 años de la Nak­ba, la catás­tro­fe con­tra el pue­blo palestino

Mien­tras los israe­líes cele­bran el esta­ble­ci­mien­to de su “Esta­do judío”, la pobla­ción pales­ti­na llo­ra su catás­tro­fe (Nak­ba en ára­be), lo que para noso­tros es el prin­ci­pio del fin. El fin de la liber­tad, el fin de la dig­ni­dad, el fin de la paz y la igualdad.

La Nak­ba, fue un acto deli­be­ra­do y sis­te­má­ti­co nece­sa­rio para la crea­ción de un esta­do de mayo­ría judía en la Pales­ti­na his­tó­ri­ca, que era mayo­ri­ta­ria­men­te ára­be antes de 1948.

Inter­na­men­te, los líde­res judíos sio­nis­tas uti­li­zan el eufe­mis­mo “trans­fe­ren­cia” cuan­do se habla de estos pla­nes, pero hoy son cali­fi­ca­dos como “lim­pie­za étnica”.

Las raí­ces de la Nak­ba radi­ca en la apa­ri­ción del sio­nis­mo polí­ti­co en la Euro­pa del siglo 19, cuan­do algu­nos Judíos, influi­dos por el nacio­na­lis­mo que enton­ces barría el con­ti­nen­te, lle­ga­ron a la con­clu­sión de que la solu­ción a siglos de per­se­cu­ción anti­se­mi­ta en Euro­pa era la crea­ción de un esta­do para los judíos en Pales­ti­na y empe­zó la emi­gra­ción como colo­nos a la Tie­rra San­ta, des­pla­zan­do a los pales­ti­nos indí­ge­nas en el proceso.

En noviem­bre de 1947, a raíz de los horro­res de la Segun­da Gue­rra Mun­dial y el geno­ci­dio nazi de los judíos de Euro­pa, la recién crea­da Orga­ni­za­ción de las Nacio­nes Uni­das apro­bó un plan para divi­dir el Man­da­to de Pales­ti­na en un esta­do judío y otro árabe.

Se asig­na apro­xi­ma­da­men­te el 55% de los terre­nos a la pro­pues­ta de esta­do judío, aun­que los judíos sio­nis­tas poseían sólo el 7% de la tie­rra pri­va­da en Pales­ti­na y repre­sen­ta­ban sólo alre­de­dor del 33% de la pobla­ción, un gran por­cen­ta­je de los cua­les eran inmi­gran­tes recien­tes de Europa.

El esta­do ára­be pales­tino se iba a crear en el 42% del Man­da­to de Pales­ti­na, con Jeru­sa­lén con­vir­tién­do­se en una ciu­dad internacional.

Casi inme­dia­ta­men­te des­pués de la apro­ba­ción del plan de par­ti­ción, esta­lló la vio­len­cia y comen­za­ron las expul­sio­nes masi­vas de pales­ti­nos, mucho antes de que los ejér­ci­tos de los Esta­dos ára­bes veci­nos se involucraran.

Cuan­do la expan­sión fue ter­mi­na­da por las fuer­zas sio­nis­tas, el nue­vo esta­do de Israel com­pren­día el 78% de la Pales­ti­na his­tó­ri­ca, y el res­to, Cis­jor­da­nia, inclui­da Jeru­sa­lén Orien­tal, y la Fran­ja, cayen­do bajo el con­trol de Jor­da­nia y Egip­to, res­pec­ti­va­men­te. En la gue­rra de 1967, Israel ocu­pó el 22% res­tan­te y se ini­ció la colo­ni­za­ción de ellos poco des­pués. La Nak­ba no ter­mi­nó en 1948 sino que con­ti­núa has­ta el día de hoy, en for­ma de un robo con­ti­nuo por par­te de Israel de tie­rras pales­ti­nas para los asen­ta­mien­tos y comu­ni­da­des judía s en Israel, la des­truc­ción de vivien­das y tie­rras agrí­co­las pales­ti­nas, la revo­ca­ción de los dere­chos de resi­den­cia, las depor­ta­cio­nes, los bru­ta­les perió­di­cos ata­ques mili­ta­res que pro­vo­can bajas civi­les en masa como el que tuvo lugar en Gaza en el verano de 2014, y la nega­ción del dere­cho inter­na­cio­nal­men­te reco­no­ci­do del retorno a millo­nes de refu­gia­dos pales­ti­nos en todo el mundo.

De acuer­do a un infor­me difun­di­do en 2019 por el dia­rio israe­lí Haa­retz , des­de los ini­cios de la últi­ma déca­da, los equi­pos del minis­te­rio de gue­rra israe­lí han des­apa­re­ci­do los archi­vos “en un esfuer­zo sis­te­má­ti­co para ocul­tar evi­den­cias de la Nak­ba”, fecha en la que cien­tos de miles de pales­ti­nos fue­ron expul­sa­dos de sus hoga­res, debi­do al esta­ble­ci­mien­to del régimen.

La con­fa­bu­la­ción ha esta­do a car­go del depar­ta­men­to Mal­mab, vin­cu­la­do al minis­te­rio de gue­rra de Israel, cuyos pre­su­pues­to y acti­vi­da­des son secre­tos, expli­có el diario.

Yehiel Horev, que diri­gió Mal­mab duran­te dos déca­das has­ta 2007, ale­gó que Israel había empren­di­do el pro­yec­to para ocul­tar even­tos de 1948 por­que “mos­trar­los podría gene­rar ten­sión” entre la pobla­ción pales­ti­na y res­tar cre­di­bi­li­dad a los estu­dios sobre el ori­gen de los refu­gia­dos palestinos.

El dia­rio, ade­más, men­cio­nó un docu­men­to de 25 pági­nas guar­da­do por Mal­mab, que ase­gu­ra que un 70 % de la emi­gra­ción de los refu­gia­dos pales­ti­nos fue con­se­cuen­cia de las ope­ra­cio­nes mili­ta­res israe­líes, lo que con­tra­di­ce la narra­ti­va ofi­cial de que estos se fue­ron a peti­ción de sus líderes.

Haa­retz, sin embar­go, des­ta­có que Mal­mab no es el úni­co “ocul­ta­dor” de las evi­den­cias que mues­tran la masi­va expul­sión de pales­ti­nos. En el año 1998, expi­ró el perio­do de con­fi­den­cia­li­dad de 50 años para los más anti­guos docu­men­tos del ser­vi­cio de segu­ri­dad inter­na (Shin Bet) y el ser­vi­cio de inte­li­gen­cia de Israel (el Mos­sad), pero que estos siguie­ron sin hacer­se públi­cos duran­te años, apos­ti­lló la fuente.

A los pales­ti­nos se les con­si­de­ra como la mayor comu­ni­dad de refu­gia­dos del mun­do, con casi 6 millo­nes, que fue­ron obli­ga­dos a aban­do­nar su patria, en un prin­ci­pio, por la gue­rra ára­be-israe­lí en 1948 y lue­go por la gue­rra de los Seis Días en 1967.

Aun­que la reso­lu­ción 194 de la Asam­blea Gene­ral de Nacio­nes Uni­das (AGNU) esta­ble­ce el dere­cho de los pales­ti­nos a regre­sar a su patria, el régi­men de Israel lo impi­de y así pone obs­tácu­los en las lla­ma­das nego­cia­cio­nes de paz entre las dos par­tes del conflicto.

La insis­ten­cia de los israe­líes para impe­dir el retorno de los refu­gia­dos pales­ti­nos a su patria, ade­más de ser­vir­les en la judai­za­ción de los terri­to­rios pales­ti­nos ocu­pa­dos, ha cau­sa­do una de las cri­sis de refu­gia­dos más lar­ga en la actua­li­dad. Asi­mis­mo, el blo­queo israe­lí a la Fran­ja de Gaza ha empeo­ra­do la situa­ción de los refu­gia­dos esta­ble­ci­dos allí.

La con­me­mo­ra­ción de los 72 años de la nak­ba (catás­tro­fe) pales­ti­na trae con­si­go una agu­di­za­ción sus­tan­ti­va de la colo­ni­za­ción sio­nis­ta en Pales­ti­na refren­da­da en el famo­so “Acuer­do del siglo”. Ins­ti­ga­do, exclu­si­va­men­te, por las admi­nis­tra­cio­nes esta­dou­ni­den­ses e israe­lí, dicho “Acuer­do” no cons­ti­tu­ye una pie­za colo­nial excep­cio­nal a la des­ven­tu­ra de la his­to­ria pales­ti­na, sino un arma­tos­te más de la fina estra­te­gia colo­nial que se ha ido for­jan­do des­de la crea­ción del Esta­do sio­nis­ta. De hecho, podría­mos decir que el “Acuer­do del siglo” con­su­ma los Acuer­dos de Oslo cele­bra­dos entre 1992 y 1993 que, des­de el pun­to de vis­ta pales­tino, no fue­ron otra cosa que una pro­fun­di­za­ción y muta­ción de las téc­ni­cas de colo­ni­za­ción que se acei­tan bajo las nue­vas téc­ni­cas “inten­si­vas” de la gober­nan­za neoliberal.

La Nak­ba con­ti­núa hoy en día, el geno­ci­dio con­tra el pue­blo pales­tino con­ti­núa. El esta­do sio­nis­ta israe­lí con­ti­núa ejer­cien­do vio­len­cia y una agre­sión injus­ta sobre la pobla­ción palestina. 

Fuen­te: www​.eldes​con​cier​to​.cl


Nak­ba: la lim­pie­za étni­ca en Palestina

Masa­cres, expul­sión pla­ni­fi­ca­da y sis­te­má­ti­ca para “vaciar” Pales­ti­na de sus habi­tan­tes, lim­pie­za étni­ca, robos, pilla­je, saqueos a gran esca­la y casos de des­truc­ción de aldeas sin apa­ren­te nece­si­dad militar.

Por: Tere­sa Aranguren

Nak­ba sig­ni­fi­ca catás­tro­fe y es la pala­bra con la que los ára­bes se refie­ren a lo ocu­rri­do en Pales­ti­na en 1948: el año de la Nak­ba, el año de la catás­tro­fe, así lo vivió la pobla­ción pales­ti­na, una catás­tro­fe que arro­lló sus vidas, les arre­ba­tó sus casas, sus cam­pos, los pai­sa­jes de la infan­cia, los con­de­nó al exi­lio, los con­vir­tió en refu­gia­dos. Sin embar­go el tér­mino Nak­ba no es el ade­cua­do para des­cri­bir lo que ocu­rrió en Pales­ti­na en aque­llos meses pre­vios y pos­te­rio­res a la crea­ción del esta­do de Israel por­que lo que ocu­rrió enton­ces no fue un tsu­na­mi ni un terre­mo­to sino una ope­ra­ción de lim­pie­za étni­ca. No fue una catás­tro­fe sino un crimen.

Con­tra­ria­men­te a la idea asen­ta­da en gran par­te de la opi­nión públi­ca occi­den­tal, la sali­da masi­va de la pobla­ción pales­ti­na de su tie­rra no fue la con­se­cuen­cia más o menos ines­pe­ra­da, más o menos espon­tá­nea, más o menos bus­ca­da, de la gue­rra que esta­lló tras la pro­cla­ma­ción del esta­do de Israel el 15 de mayo de 1948. La sali­da de la pobla­ción pales­ti­na de su tie­rra no fue sim­ple­men­te una hui­da en el caos de la gue­rra, fue una expul­sión pla­ni­fi­ca­da y sis­te­má­ti­ca. Y comen­zó bas­tan­te antes, en diciem­bre de 1947, ape­nas una sema­na des­pués de que la Asam­blea Gene­ral de la ONU apro­ba­se la reso­lu­ción de par­ti­ción de Pales­ti­na, es decir la divi­sión del terri­to­rio en dos esta­dos: un esta­do ára­be y otro judío.

En ese momen­to, según datos de la Admi­nis­tra­ción Bri­tá­ni­ca, tras déca­das de colo­ni­za­ción del movi­mien­to sio­nis­ta, la pobla­ción judía en Pales­ti­na lle­ga­ba al 30% y ni siquie­ra en el terri­to­rio asig­na­do al Esta­do judío eran aún mayo­ría; en cuan­to a la pro­pie­dad de la tie­rra, tan solo el 6% esta­ba en manos de las colo­nias sio­nis­tas, el res­to, más de un 90% del terri­to­rio, era pro­pie­dad ára­be. Los paí­ses ára­bes recha­za­ron el plan de par­ti­ción ale­gan­do que vio­la­ba los dere­chos fun­da­men­ta­les del pue­blo de Pales­ti­na y los prin­ci­pios de la Car­ta de Nacio­nes Uni­das, el movi­mien­to sio­nis­ta lo aco­gió con júbi­lo y a par­tir de ese momen­to sus diri­gen­tes tuvie­ron como obje­ti­vo prio­ri­ta­rio lim­piar de pobla­ción ára­be, musul­ma­nes y cris­tia­nos, el espa­cio de su futu­ro esta­do. Los méto­dos fue­ron una com­bi­na­ción de matan­zas indis­cri­mi­na­das como las de Deir Yas­sim, Kas­tel, Daway­meh, Tan­tu­ra y otras cuyo obje­ti­vo era sem­brar el terror y pro­vo­car la hui­da de la pobla­ción rural, y ope­ra­cio­nes mili­ta­res que cul­mi­na­ban con la expul­sión de todos los habi­tan­tes pales­ti­nos de una zona y de ciu­da­des como Jaf­fa, Hai­fa, Lid­da, Ram­leh o Safad.

En mar­zo de 1948 los altos man­dos del movi­mien­to sio­nis­ta apro­ba­ron el Plan Dalet que defi­nía la estra­te­gia mili­tar para “vaciar” de pobla­ción ára­be el terri­to­rio. Entre las reco­men­da­cio­nes del plan figu­ra el siguien­te párra­fo tal como lo reco­ge el his­to­ria­dor israe­lí Ilan Pap­pé en su libro La lim­pie­za étni­ca de Pales­ti­na (*):

“Estas ope­ra­cio­nes pue­den lle­var­se a cabo de la siguien­te mane­ra: ya sea des­tru­yen­do las aldeas (pren­dién­do­las fue­go, volán­do­las y ponien­do minas entre los escom­bros) o bien orga­ni­zan­do ope­ra­cio­nes de pei­na­do y con­trol según estas direc­tri­ces: se rodea las aldeas, se rea­li­za una bús­que­da den­tro de ellas, en caso de resis­ten­cia, los efec­ti­vos arma­dos deben ser liqui­da­dos y la pobla­ción expul­sa­da fue­ra de las fron­te­ras del Estado”.

En torno a 750.000 per­so­nas fue­ron expul­sa­das de su tie­rra en aque­llos meses, sus pro­pie­da­des, las de los ricos y las de los pobres, humil­des labran­zas y lujo­sas man­sio­nes, tie­rras, huer­tos, cam­pos de cul­ti­vo, talle­res, fábri­cas, biblio­te­cas y obje­tos artís­ti­cos, pasa­ron a manos del recién crea­do esta­do de Israel.

Más de 400 loca­li­da­des pales­ti­nas fue­ron des­trui­das, tras expul­sar a la pobla­ción se demo­lían los edi­fi­cios y se alla­na­ba el terreno con exca­va­do­ras para impe­dir que los veci­nos tra­ta­sen de vol­ver a sus casas. Y para borrar todo ves­ti­gio de su exis­ten­cia. Los nom­bres de esas aldeas ya no figu­ran en los mapas. Pero sí en la memo­ria de quie­nes las habi­ta­ron. Y de sus descendientes.

En diciem­bre de 1948 Nacio­nes Uni­das apro­bó la reso­lu­ción 194 que esta­ble­ce el dere­cho al retorno de los refu­gia­dos pales­ti­nos y a ser indem­ni­za­dos por los bie­nes per­di­dos. La reso­lu­ción se basó en el infor­me pre­sen­ta­do por el media­dor de la ONU, el con­de Fol­ke Ber­na­dot­te; el infor­me denun­cia­ba nume­ro­sos actos de pilla­je y des­truc­ción de pro­pie­da­des ára­bes y reco­men­da­ba exi­gir a Israel que per­mi­tie­se el regre­so de los refu­gia­dos y que estos fue­sen com­pen­sa­dos por las pro­pie­da­des des­trui­das:

“Nume­ro­sos infor­mes de fuen­tes fia­bles hablan de robos, pilla­je , saqueos a gran esca­la y casos de des­truc­ción de aldeas sin apa­ren­te nece­si­dad mili­tar. La res­pon­sa­bi­li­dad del gobierno pro­vi­sio­nal israe­lí de devol­ver la pro­pie­dad pri­va­da a sus due­ños ára­bes y de indem­ni­zar a esos due­ños por la pro­pie­dad des­trui­da desen­fre­na­da­men­te es clara…”

El 17 de sep­tiem­bre de 1948, al día siguien­te de haber com­ple­ta­do y fir­ma­do su infor­me, el Con­de Ber­na­dot­te fue ase­si­na­do en una calle de Jeru­sa­lén, jun­to al obser­va­dor de Nacio­nes Uni­das André Serot, por dos pis­to­le­ros del gru­po arma­do sio­nis­ta Irgun. A los refu­gia­dos pales­ti­nos nun­ca se les per­mi­tió vol­ver.

Seten­ta y dos años des­pués, en un mun­do para­li­za­do por una pan­de­mia que pone al des­cu­bier­to lo vul­ne­ra­bles que somos, cabria pre­gun­tar­se ¿Qué sen­ti­do tie­ne hablar de lo ocu­rri­do hace tan­to tiem­po? ¿Por qué recor­dar lo que ya pare­ce irre­pa­ra­ble?. Tie­ne sen­ti­do por­que la ver­dad impor­ta y hay que rom­per el velo de silen­cio y olvi­do con el que se tra­tó de ocul­tar lo ocu­rri­do hace 72 años en Pales­ti­na. Y sobre todo por­que los atro­ces hechos de enton­ces se per­pe­túan en la atro­ci­dad coti­dia­na de la ocu­pa­ción: el blo­queo de Gaza, el robo de la tie­rra para cre­ci­mien­to de las colo­nias, el muro y los con­tro­les mili­ta­res en Cis­jor­da­nia, la pau­la­ti­na e impla­ca­ble lim­pie­za étni­ca en Jeru­sa­lén oriental.

En pala­bras del escri­tor y aca­dé­mi­co pales­tino Bicha­ra Jader “La Nak­ba del 48 se ha con­ver­ti­do en Nak­ba per­ma­nen­te”.

* Ilan Pap­pé, La lim­pie­za étni­ca de Pales­ti­na, Crí­ti­ca, Bar­ce­lo­na, 2008

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Tere­sa Aran­gu­ren es perio­dis­ta y escri­to­ra. Auto­ra, entre otros libros, de ‘Pales­ti­na, el hilo de la memo­ria‘.

Fuen­te: Info​Li​bre​.es


En la mani­fes­ta­ción orga­ni­za­da por el ani­ver­sa­rio de Nak­ba seis pales­ti­nos resul­ta­ron heridos

Las fuer­zas israe­líes inter­vi­nie­ron con gas lacri­mó­geno y balas plás­ti­cas a los manifestantes

Seis pales­ti­nos resul­ta­ron heri­dos en la inter­ven­ción de los agen­tes de segu­ri­dad israe­líes en la mani­fes­ta­ción orga­ni­za­da por el 72 ani­ver­sa­rio Nak­ba (Gran Desas­tre) en Cis­jor­da­nia bajo la ocupación.

Según la infor­ma­ción obte­ni­da de las fuen­tes loca­les, un gru­po pales­tino orga­ni­zó mani­fes­ta­ción con el obje­ti­vo de reac­cio­nar a las resi­den­cias ile­ga­les judías y por el ani­ver­sa­rio de Nak­ba en la región As-Savi­ya vin­cu­la­da a la ciu­dad Nablus en el nor­te de Cisjordania.

Las fuer­zas israe­líes inter­vi­nie­ron con gas lacri­mó­geno y balas plás­ti­cas a los manifestantes.

En la decla­ra­ción escri­ta por la Media Luna Roja de Pales­ti­na fue seña­la­do que en la inter­ven­ción de los agen­tes de segu­ri­dad israe­líes, seis pales­ti­nos resul­ta­ron heri­dos por balas plás­ti­cas y muchos mani­fes­tan­tes se afec­ta­ron por el gas lanzado.

Fuen­te: www​.trt​.net​.tr


Más de 200 artis­tas hacen un lla­ma­mien­to para que Israel pon­ga fin al ase­dio a Gaza

El lla­ma­mien­to se ha hecho efec­ti­vo a tra­vés de una car­ta a la que se han adhe­ri­dos per­so­nas des­ta­ca­das del mun­do de la cul­tu­ra como el escri­tor inglés Phi­lip Pull­man, la actriz esta­dou­ni­den­se Alia Shaw­kat, los músi­cos, Roger Waters, Peter Gabriel y Brian Eno y los inte­gran­tes del gru­po Mas­si­ve Attack, lla­ma­da la cual tam­bién está res­pal­da­da por Amnis­tia Internacional

El lla­ma­mien­to se ha hecho efec­ti­vo a tra­vés de una car­ta a la que se han adhe­ri­dos per­so­nas des­ta­ca­das del mun­do de la cul­tu­ra como el escri­tor inglés Phi­lip Pull­man, la actriz esta­dou­ni­den­se Alia Shaw­kat, los músi­cos, Roger Waters, Peter Gabriel y Brian Eno y los inte­gran­tes del gru­po Mas­si­ve Attack.

El escri­to ins­ta a la comu­ni­dad inter­na­cio­nal a que haga efec­ti­vo un embar­go mili­tar con­tra Israel “has­ta que cum­pla ple­na­men­te con sus obli­ga­cio­nes en vir­tud del dere­cho internacional”.

En el esta­do espa­ñol, Lluís Llach, Pau Ala­ba­jos, Car­men París, Zoo, Txa­ran­go, Gos­sos, Joan Miquel Oli­ver (Antò­nia Font) o la actriz Bru­na Cusí, gana­do­ra de un Pre­mio Goya en 2018, se encuen­tran entre las figu­ras des­ta­ca­das que han dado apoyo.

La car­ta abier­ta, publi­ca­da este miér­co­les 13 de mayo, expli­ca que: “Los casi dos millo­nes de habi­tan­tes de Gaza, pre­do­mi­nan­te­men­te per­so­nas refu­gia­das, se enfren­tan a una ame­na­za mor­tal en la pri­sión al aire libre más gran­de del mun­do” en ple­na cri­sis del Covid-19.

Entre los fir­man­tes tam­bién se encuen­tran los escri­to­res: Colm Tói­bín, Irvi­ne Welsh, Jea­net­te Win­ter­son, acto­res y actri­ces como Vig­go Mor­ten­sen, Julie Chris­tie, Ste­ve Coogan, el escul­tor Antony Gorm­ley, los artis­tas visua­les Kevin Beas­ley y She­pard Fai­rey; y los co-gana­do­res del Pre­mio Tur­ner 2019 Tai Sha­ni y Law­ren­ce Abu Hamdan.

Todas estas per­so­na­li­da­des y has­ta las más de 200 que han dado apo­yo han decla­ra­do que: “Se nece­si­ta urgen­te­men­te pre­sión inter­na­cio­nal para que la vida en Gaza sea habi­ta­ble y dig­na. El ase­dio de Israel debe ter­mi­nar. Y lo más urgen­te: se debe pre­ve­nir un bro­te poten­cial­men­te devastador”.

“Lo que suce­de en Gaza es una prue­ba para la con­cien­cia de la huma­ni­dad. Res­pal­da­mos el lla­ma­mien­to de Amnis­tía Inter­na­cio­nal a todos los gobier­nos del mun­do para que impon­gan un embar­go mili­tar a Israel has­ta que cum­pla ple­na­men­te con sus obli­ga­cio­nes en vir­tud del dere­cho internacional“.

“Reco­no­ce­mos que los dere­chos garan­ti­za­dos a las per­so­nas refu­gia­das por la Decla­ra­ción Uni­ver­sal de Dere­chos Huma­nos tam­bién deben ser res­pe­ta­dos para el pue­blo palestino».

La car­ta y el lis­ta­do com­ple­to de adhe­sio­nes está dis­po­ni­ble en liftthe​sie​ge​.com.MÁS DE 100 ESPACIOS LIBRES DE APARTHEID ISRAELÍ DENUNCIAN EL #CORONARACISM

Mas de 100 Espa­cios Libres de Apartheid Israe­lí de toda Euro­pa han denun­cia­do a dis­cri­mi­na­ción que sufren las per­so­nas racia­li­za­das en la cri­sis del Covid. En esta car­ta expli­can que el sis­te­ma de racis­mo y apartheid israe­lí está en un pun­to máxi­mo, seña­lan que “el gobierno israe­lí está fallan­do al no publi­car en ára­be medi­das de pro­tec­ción; las fuer­zas mili­ta­res isra­líes están tiran­do a tra­ba­ja­do­res pales­ti­nos a check­points lle­nos de gen­te; las auto­ri­da­des de pri­sio­nes israe­líes están dene­gan­do a pre­sos y pre­sas pales­ti­nas medi­das de salud y tra­ta­mien­tos; e Israel está con­di­cio­nan­do la entra­da de mate­rial médi­co para el Covid-19 en la ya mal­tra­ta­da y ase­dia­da Fran­ja de Gaza”.

En un com­pro­mi­so anti­rra­cis­ta que tie­ne en cuen­ta las estruc­tu­ras de opre­sión de cla­se, raza y géne­ro, recha­zan los giros auto­ri­ta­rios y anti­de­mo­crá­ti­cos se con­vier­tan en nor­ma. “Israel es uno de los prin­ci­pa­les expor­ta­do­res de doc­tri­nas y herra­mien­tas de repre­sión, vigi­lan­cia masi­va y crí­me­nes de gue­rra, todos pro­ba­dos en com­ba­te en los cuer­pos de la pobla­ción pales­ti­na”, añaden.

Entre las enti­da­des adhe­ri­das se encuen­tran La Barra­que­ta de Grà­cia, el Cen­tro Social La Ingo­ber­na­ble, el Espa­cio Veci­nal Argan­zue­la (EVA), la Aso­cia­ción Pro Dere­chos Huma­nos de Anda­lu­cía (PDHA), la aso­cia­ción LGTBIQ+ Rosa Que Te Quie­ro Rosa (RQTR), la libre­ría Vorá­gi­ne… y más de una trein­te­na de espa­cios del esta­do español.

Fuen­te: www​.elsal​to​dia​rio​.com


A 72 años de la Nak­ba: ‘Pales­ti­na, por ejem­plo’ de Lina Merua­ne, pelear con la mente

Si los judíos –como lo era el espo­so de Vir­gi­nia Woolf– fue­ron per­se­gui­dos por el nacio­nal­so­cia­lis­mo, hoy, la pobla­ción pales­ti­na, es per­se­gui­da por el sio­nis­mo des­de el día mis­mo de la Nak­ba. La ana­lo­gía le per­mi­te a Lina Merua­ne apro­piar­se de la fra­se de la Woolf: “al escri­bir estoy hacien­do algo”, y ejer­cer la escri­tu­ra como un acto de resistencia.

Las socie­da­des tie­nen dife­ren­tes actos para con­me­mo­rar su his­to­ria. Entre los más fre­cuen­tes halla­mos el día nacio­nal, los nata­li­cios de per­so­nas ilus­tres y las vic­to­rias béli­cas, entre muchos otros. Tales even­tos crean vir­tu­des y arman una éti­ca como lega­do y ejem­plo para una socie­dad. Sin embar­go, tam­bién encon­tra­mos con­me­mo­ra­cio­nes de lega­dos anti­éti­cos, el libro Pales­ti­na, por ejem­plo es jus­ta­men­te eso: un recor­da­to­rio del terri­ble coro­la­rio de la Nakba.

Lina Merua­ne, escri­to­ra chi­le­na de ori­gen pales­tino y docen­te en la New York Uni­ver­sity, crea un for­ma­to enten­di­ble como un ensa­yo bre­ve o un poe­ma lar­go ‑quien lo lea lo cla­si­fi­ca­rá- ya que escri­be párra­fos ver­ti­ca­les a veces inter­ca­la­dos y a veces en itá­li­ca, expre­san­do en correc­ta líri­ca una cla­ra pro­sa. Esto últi­mo es muy fun­cio­nal a lo esen­cial de su tex­to, que es un dis­cur­so rei­vin­di­ca­to­rio, es decir, una diatriba.

La escri­to­ra bri­tá­ni­ca Vir­gi­nia Woolf –la Woolf como se le nom­bra en el libro– es cita­da cons­tan­te­men­te para com­pa­rar accio­nes y con­tex­tos. De ella se cita su afir­ma­ción al escri­bir estoy hacien­do algo mien­tras esta­ba escri­bien­do con­tra el nacio­nal­so­cia­lis­mo en la bom­bar­dea­da ciu­dad de Lon­dres del año 1940. Tal cita da valor a la acción de escri­bir con­tra el tota­li­ta­ris­mo, por lo cual, el arte de las pala­bras escri­tas sería resis­ten­cia para pre­ser­var la liber­tad de pen­sa­mien­to y final­men­te una bue­na cul­tu­ra. En cuan­to al con­tex­to de la mis­ma, esta carac­te­ri­za la ana­lo­gía que hace la auto­ra: si los judíos –como lo era el espo­so de la Woolf– fue­ron per­se­gui­dos por el nacio­nal­so­cia­lis­mo, hoy, la pobla­ción pales­ti­na, es per­se­gui­da por el sio­nis­mo des­de el día mis­mo de la Nakba.

¿Pue­de un día ser impe­re­ce­de­ro? Leyen­do a Lina Merua­ne pare­ce que sí. Suce­de que tras la Segun­da Gue­rra Mun­dial los replan­tea­mien­tos polí­ti­cos pro­po­nían el fin del colo­nia­lis­mo y el res­pe­to a la libre deter­mi­na­ción, aca­ban­do la asi­me­tría entre colo­ni­za­do­res y colo­ni­za­dos. A medi­da que se avan­za en las pági­nas del libro, apa­re­ce el geno­ci­dio afri­cano y el arme­nio, suma­do el holo­caus­to judío, hechos his­tó­ri­cos que debie­ron crear una socie­dad inter­na­cio­nal con prin­ci­pios míni­mos. Sin embar­go, Pales­ti­na es una excep­cio­na­li­dad de 72 años, dado que el 15 de mayo de 1948 –día de la Nak­ba– sigue vigen­te por la “expro­pia­ción defi­ni­ti­va” del terri­to­rio pales­tino y por la “sis­te­má­ti­ca expul­sión” de la pobla­ción palestina.

El com­pro­mi­so de la auto­ra al escri­bir, lo ve tam­bién en el movi­mien­to Boi­cot, Des­in­ver­sión y San­cio­nes –el cono­ci­do BDS – ; en la pre­sión inter­na­cio­nal de algu­nos; en lo que debe­rían hacer pro­fe­so­res, perio­dis­tas y pen­sa­do­res; y en lo que debe­ría ser el recha­zo a la retó­ri­ca paci­fis­ta, que solo ha man­te­ni­do la actual reali­dad des­fa­vo­ra­ble para Palestina.

Final­men­te, otra cita a la Woolf que apa­re­ce en el libro es “noso­tras pode­mos pelear con la men­te” dado que las muje­res bri­tá­ni­cas no esta­ban com­ba­tien­do con armas en la gue­rra, pero sí tenían otras ins­tan­cias, otras herra­mien­tas para hacer algo, dan­do un lugar a la mujer en la gue­rra. Enton­ces, la Merua­ne gene­ra ese apor­te con su dia­tri­ba ante la ocu­pa­ción mili­tar del Esta­do de Israel, entre­gan­do un tex­to muy pro­fun­do y de pocas pala­bras a la resis­ten­cia, cuyo obje­to es la per­vi­ven­cia de Pales­ti­na como pobla­ción y territorio.

Lina Merua­ne

Pales­ti­na, por ejemplo

Edi­cio­nes Libros del Cardo

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Fuen­te: www​.eldes​con​cier​to​.cl


Nak­ba, la catás­tro­fe: la Igle­sia ante el éxo­do pales­tino y la ame­na­za de la ane­xión de Cisjordania

Cam­po de refu­gia­dos pales­ti­nos de Jara­ma­na, en Damas­co (Siria), 1948. Foto: hani​ni​.org

En los terri­to­rios pales­ti­nos, la Igle­sia se suma este vier­nes a los actos en con­me­mo­ra­ción de la Nak­ba, la «catás­tro­fe» huma­ni­ta­ria que supu­so la crea­ción del Esta­do de Israel hace 72 años. Una fecha que este año está aún más ensom­bre­ci­da por el com­pro­mi­so del nue­vo Gobierno israe­lí de impul­sar a par­tir de julio la ane­xión par­cial de Cis­jor­da­nia. Una deci­sión uni­la­te­ral fren­te a la que la Igle­sia de la región pide a Euro­pa y el res­to de la comu­ni­dad inter­na­cio­nal san­cio­nes y que se impul­se un pro­ce­so via­ble de paz.

Por: María Mar­tí­nez López

Los días 28 y 29 de abril Israel cele­bró su Día de la Inde­pen­den­cia o Yom Ha’atzmaut, recor­dan­do cuan­do en 1948 David Ben-Gurión pro­cla­mó el naci­mien­to del Esta­do de Israel. En reali­dad, fue el 14 de mayo según el calen­da­rio gre­go­riano, pero en este país se cele­bra siguien­do el hebreo. La dis­tin­ción impli­ca, ade­más, que el mis­mo acon­te­ci­mien­to, ocu­rri­do el mis­mo día, se cele­bre en dis­tin­tas fechas y con un sig­ni­fi­ca­do total­men­te dis­tin­to: en los terri­to­rios pales­ti­nos es el 15 de mayo, y se deno­mi­na la Nak­ba.

Esta pala­bra ára­be que sig­ni­fi­ca «catás­tro­fe» con­me­mo­ra, «no cele­bra, la tra­ge­dia huma­ni­ta­ria como resul­ta­do de la gue­rra de 1948» que siguió a la pro­cla­ma­ción del Esta­do de Israel, y tras la cual este «se esta­ble­ció sobre las rui­nas del pue­blo pales­tino que vivía aquí», expli­ca el fran­cis­cano Ibrahim Fal­tas, res­pon­sa­ble de los cole­gios de la Cus­to­dia de Tie­rra Santa.

Comen­zó enton­ces el éxo­do de «cien­tos de miles de pales­ti­nos» que huían de las con­se­cuen­cias de la gue­rra y de los «bru­ta­les crí­me­nes con­tra ellos, como la demo­li­ción de dece­nas de aldeas y la masa­cre de dece­nas de miles de per­so­nas». Un desas­tre social en el que «los cris­tia­nos, par­te muy impor­tan­te del pue­blo pales­tino ára­be, paga­ron el pre­cio igual que los musul­ma­nes». Estos refu­gia­dos de 1948 y sus des­cen­dien­tes siguen sién­do­lo. Hoy, 72 años des­pués, suman cua­tro millo­nes de personas.

La con­me­mo­ra­ción de la Nak­ba hace memo­ria de todo ello, sobre todo con acti­vi­da­des cul­tu­ra­les en cole­gios y uni­ver­si­da­des. Dis­tin­tas enti­da­des sacan comu­ni­ca­dos públi­cos, y «tam­bién hay algu­nas acti­vi­da­des socia­les y mani­fes­ta­cio­nes aquí y allí que inten­tan recor­dar al mun­do cada 15 de mayo que este sigue sien­do un caso sin resol­ver». Des­gra­cia­da­men­te, fray Fal­tas reco­no­ce que las mani­fes­ta­cio­nes, pací­fi­cas en ori­gen, pue­den deri­var a veces en alter­ca­dos con los sol­da­dos israe­líes que vigi­lan su recorrido.

Tam­bién la Iglesia

En los actos socia­les pací­fi­cos no fal­ta la pre­sen­cia de repre­sen­tan­tes de las igle­sias cris­tia­nas; fun­da­men­tal­men­te por el «ele­men­to huma­ni­ta­rio que tie­ne la Nak­ba, ade­más de los ele­men­tos de polí­ti­ca nacio­nal e inter­na­cio­nal». Tam­bién se con­me­mo­ra con acti­vi­da­des cul­tu­ra­les e his­tó­ri­cas en las dece­nas de cole­gios per­te­ne­cien­tes a las dis­tin­tas igle­sias, y en los que estu­dian 50.000 niños y jóvenes.

Dada su res­pon­sa­bi­li­dad al fren­te de los cole­gios fran­cis­ca­nos, fray Fal­tas cono­ce bien esta ver­tien­te: «Que­re­mos ayu­dar a que esta cues­tión siga viva en las men­tes y los cora­zo­nes de las futu­ras gene­ra­cio­nes». Eso sí, siem­pre fun­da­men­tán­do­la en «la jus­ti­cia, la dig­ni­dad huma­na y los dere­chos, no en el odio».

En muchas parro­quias se cele­bran misas o rosa­rios por la paz, y otras acti­vi­da­des. Algo simi­lar ocu­rre el 25 de octu­bre, día de Nues­tra Seño­ra de Pales­ti­na, cuan­do dece­nas de miles de cris­tia­nos pales­ti­nos se con­gre­gan en el con­ven­to de Rafat, en Jeru­sa­lén, y cele­bran una gran pro­ce­sión pidien­do la paz «y que el Señor ilu­mi­ne las men­tes de los líde­res mun­dia­les para que pon­gan fin a esta cues­tión de for­ma que todos poda­mos con­vi­vir en paz y armonía».

Voz de paz

Esta impli­ca­ción social de la Igle­sia es para sus miem­bros y repre­sen­tan­tes la con­se­cuen­cia lógi­ca de su misión en gene­ral, y de su lar­ga his­to­ria en Tie­rra San­ta. Sus parro­quias, con­ven­tos, escue­las, uni­ver­si­da­des, hos­pi­ta­les, cen­tros voca­cio­na­les, vivien­das, resi­den­cias de ancia­nos, hos­pe­de­rías, etc. «han esta­do aquí des­de el día de la Nak­ba y mucho antes», aten­dien­do las nece­si­da­des del pue­blo palestino.

Has­ta el pun­to de que «es bien sabi­do que a veces inclu­so ha asu­mi­do el papel del Esta­do, cuan­do este esta­ba ausen­te. Com­ba­tir la pobre­za, ofre­cer opor­tu­ni­da­des labo­ra­les y de apren­di­za­je, abrir nue­vas pers­pec­ti­vas a los jóve­nes… todo ello son for­mas de cons­truir un futu­ro mejor y de redu­cir el odio y la vio­len­cia». Pero, en para­le­lo con ello, los cris­tia­nos no han deja­do de alzar la voz, recla­man­do «jus­ti­cia, paz, y una paz jus­ta, siem­pre de for­ma no vio­len­ta. Su voz es la del Señor Jesús que no dudó en con­de­nar las accio­nes erró­neas e injus­tas ni en apo­yar a los pobres y oprimidos».

Una Nak­ba más sombría

Este año, pro­ba­ble­men­te, la cele­bra­ción de la Nak­ba ten­drá un tin­te más polí­ti­co y rei­vin­di­ca­ti­vo. Des­pués de 17 meses de blo­que polí­ti­co hace poco más de una sema­na Ben­ja­mín Netan­yahu logró for­mar un Gobierno de coa­li­ción con el cen­tris­ta Benny Gantz. A pesar de haber jus­ti­fi­ca­do este acuer­do con la emer­gen­cia rela­cio­na­da con la pan­de­mia de COVID-19, entre sus com­pro­mi­sos hay otros que no tie­nen nada que ver con la lucha con­tra el coro­na­vi­rus, como la ane­xión par­cial de Cis­jor­da­nia a par­tir del 1 de julio.

El fran­cis­cano pales­tino fray Fal­tas nie­ga la mayor: «No exis­te la ane­xión de “algu­nos” terri­to­rios», recal­ca. «La ane­xión de los asen­ta­mien­tos ile­ga­les cons­trui­dos en Cis­jor­da­nia y del valle del Jor­dán sig­ni­fi­ca que se ane­xio­na­rá toda Cis­jor­da­nia, dejan­do a los pales­ti­nos en islas ais­la­das y sitia­das, rodea­das al oes­te por el Muro, al este por los asen­ta­mien­tos, y con con­tro­les mili­ta­res entre medias». Es decir, Israel quie­re hacer­se con «el teso­ro de la tie­rra pales­ti­na», pero no con la gen­te que vive en ella, con­si­de­ra­da «una carga».

«¿Qué vida será esa? ¿Qué pers­pec­ti­vas y qué espe­ran­za que­dan para los pales­ti­nos?», se pre­gun­ta el fran­cis­cano, que cree que si esta ame­na­za lle­ga­rá a cum­plir­se sig­ni­fi­ca­rá «per­der la espe­ran­za para siem­pre. Y si lle­ga un pun­to en el que los pales­ti­nos no tie­nen nada que per­der, pue­de pasar de todo, una explo­sión, por­que nadie pue­de dete­ner a un pue­blo sin espe­ran­za». Pero enton­ces, ahí segui­rá la Igle­sia, «fiel a su misión y a su pue­blo, con la ayu­da de nues­tro Señor».

San­cio­nes simi­la­res a las rusas por Crimea

Este diag­nós­ti­co lo com­par­ten todos los repre­sen­tan­tes de la Igle­sia sobre el terreno, que reci­bie­ron con preo­cu­pa­ción el arran­que del nue­vo Eje­cu­ti­vo. «La ane­xión uni­la­te­ral de aún más par­te del terri­to­rio que les que­da a los pales­ti­nos no pue­de lle­var a la jus­ti­cia o la paz, sino solo a más injus­ti­cia, des­po­se­sión, esca­la­da de las ten­sio­nes, des­es­ta­bi­li­za­ción regio­nal y una mayor ero­sión del res­pe­to por el Dere­cho inter­na­cio­nal», sub­ra­ya­ban el Con­se­jo Mun­dial de las Igle­sias y del Con­se­jo de las Igle­sias de Orien­te Medio en una car­ta con­jun­ta a la Unión Europea.

En este docu­men­to, afir­ma­ban que «la UE no debe ser cóm­pli­ce por inac­ción o por una reac­ción inade­cua­da de este resul­ta­do». Por ello, le pedían que «dicha ane­xión se encuen­tre con con­se­cuen­cias reales, al menos pro­por­cio­na­les a las que adop­tó la UE como res­pues­ta a la ane­xión de Cri­mea por par­te de Rusia».

«Un círcu­lo vicio­so de tragedia»

Los patriar­cas y cabe­zas ecle­sia­les de Tie­rra San­ta exten­dían el lla­ma­mien­to a Esta­dos Uni­dos, la Fede­ra­ción Rusa y Nacio­nes Uni­das, a las que pedían «una ini­cia­ti­va de paz con pla­zos y fases deli­mi­ta­dos en línea con el Dere­cho inter­na­cio­nal y las reso­lu­cio­nes» de la ONU. En un comu­ni­ca­do fecha­do el mis­mo día de la for­ma­ción del Gobierno, los repre­sen­tan­tes cató­li­cos, pro­tes­tan­tes y orto­do­xos de la región insis­tían en que el plan de ane­xión «plan­tea cues­tio­nes gra­ves y catas­tró­fi­cas sobre la via­bi­li­dad de cual­quier acuer­do pací­fi­co que aca­be con este con­flic­to de déca­das». Se per­pe­tua­rá así «un círcu­lo vicio­so de tra­ge­dia e injus­ti­cia» que sigue cos­tan­do muchas vidas.

Al mis­mo tiem­po, exi­gían a la Orga­ni­za­ción para la Libe­ra­ción de Pales­ti­na, «úni­ca repre­sen­ta­ción legí­ti­ma del pue­blo pales­tino, que resuel­va sus dispu­tas inter­nas (así como cual­quier con­flic­to con otras fac­cio­nes que no están bajo su para­guas) para pre­sen­tar un fren­te uni­do dedi­ca­do a lograr la paz y la cons­truc­ción de un Esta­do via­ble fun­da­do sobre el plu­ra­lis­mo y los valo­res democráticos».

Fuen­te: El Semi­na­rio Cató­li­co de Infor­ma­ción alfa​yo​me​ga​.es

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