Pales­ti­na. Al-Nak­ba es recuer­do permanente

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, Por *Pablo Jofré Leal, 16 de mayo de 2020–

El tiem­po, defi­ni­do por la cien­cia como aque­lla mag­ni­tud físi­ca don­de suce­den hechos y even­tos resul­ta ser impla­ca­ble, nada lo detie­ne. No hay mane­ra de impe­dir su avan­ce pero, el recor­dar, impi­de que hechos que mar­can nues­tra vida se pier­dan en el olvido.

El tiem­po, defi­ni­do por la cien­cia como aque­lla mag­ni­tud físi­ca don­de suce­den hechos y even­tos resul­ta ser impla­ca­ble, nada lo detie­ne. No hay mane­ra de impe­dir su avan­ce pero, el recor­dar, impi­de que hechos que mar­can nues­tra vida se pier­dan en el olvido.

El tiem­po es un flu­jo cons­tan­te de suce­sos y entre ellos, este mes de mayo nos per­mi­te evo­car hechos, acon­te­ci­mien­tos con enor­mes con­se­cuen­cias en el ámbi­to de la vida de diver­sos pue­blos en Orien­te Medio, en espe­cial del pue­blo pales­tino. Un suce­so, que con el paso del tiem­po no deja de encen­der nues­tros cora­zo­nes, de alen­tar nues­tra indig­na­ción y esti­mu­lar el dia­rio recuer­do, como la eti­mo­lo­gía de esta pala­bra lo refie­re recor­dis: del latín, vol­ver a pasar por el cora­zón. Ese suce­so es Al-Nak­ba, la catás­tro­fe en ára­be, el cri­men sin reso­lu­ción des­de que se die­ra cur­so a la crea­ción de la enti­dad sio­nis­ta, el día 14 de mayo del año 1948 y con ello el comien­zo de un geno­ci­dio que no ha terminado.

Al-Nak­ba es de esos acon­te­ci­mien­tos, que nos trae al pre­sen­te recuer­dos trá­gi­cos, inclu­so algu­nos que se per­pe­tra­ron un mes antes que el sio­nis­mo con­cre­ta­ra su mito fun­da­cio­nal, como fue la matan­za de Deir Yas­sin (1). Una Nak­ba con emo­cio­nes con­te­ni­das y otras que se des­bor­dan al dar cuen­ta de la serie de hechos, que impli­ca­ron la expul­sión de cien­tos de miles de pales­ti­nos de sus hoga­res, don­de hoy se eri­ge la enti­dad sio­nis­ta bajo el nom­bre de Israel. Ciu­da­des y pue­blos ocu­pa­das por colo­nos extran­je­ros, que se levan­ta­ron sobre los des­po­jos de las aldeas y pue­blos pales­ti­nos arra­sa­dos por la furia homi­ci­da de para­mi­li­ta­res sio­nis­tas, alza­dos sobre la san­gre y los hue­sos de miles de pales­ti­nos ase­si­na­dos en sus tie­rras hoy usur­pa­das en un pro­ce­so de expan­sión sobre terri­to­rio palestino.

Por ello, cuan­do sue­lo hablar de Al-Nak­ba, seña­lo con pleno con­ven­ci­mien­to, que esta catás­tro­fe es memo­ria y es pre­sen­te sobre los obje­ti­vos que tie­ne y debe tener toda rei­vin­di­ca­ción pales­ti­na sobre su tie­rra: el retorno y la auto­de­ter­mi­na­ción. Tareas indu­da­ble­men­te com­ple­jas a la luz de la actual diná­mi­ca de la polí­ti­ca cívi­co y mili­tar de Israel, con un gobierno de coa­li­ción que une corrup­tos y cri­mi­na­les de gue­rra y que está deci­di­da a vio­lar a todo lo que hue­le a dere­cho inter­na­cio­nal, con­tan­do para ello con el apo­yo irres­tric­to de Washington. 

Una com­pli­ci­dad evi­den­te la de Washing­ton, sin pudor alguno, ya sea tras­la­dan­do la emba­ja­da esta­dou­ni­den­se de Tel Aviv a Al-Quds, apo­yan­do a Israel en su des­co­no­ci­mien­to de las reso­lu­cio­nes con­de­na­to­rias de la Orga­ni­za­ción de las Nacio­nes Uni­das (ONU) de ins­ti­tu­cio­nes como la Unes­co, no reco­no­cer juris­dic­ción de la Cor­te Penal Inter­na­cio­nal (CPI) en los crí­me­nes come­ti­dos por el sio­nis­mo y en los últi­mos días, alen­tar la ane­xión de los asen­ta­mien­tos con colo­nos sio­nis­tas en Cis­jor­da­nia, el Valle del Jor­dán y las tie­rras al nor­te del Mar Muer­to, en bene­fi­cio de los ape­ti­tos expan­sio­nis­tas del mito del Erezt Israel (2)

Traer a cola­ción Al-Nak­ba es difi­cul­tar que la memo­ria que­de ocul­ta, impe­dir que sea una expre­sión de jus­ti­cia. Recuer­do, en una dispu­ta con un sio­nis­ta, que solía ale­gar su par­te ára­be como escu­do fren­te a las crí­ti­cas, el seña­lar­le la impor­tan­cia de la memo­ria como arma a quie­nes basan sus argu­men­tos en cons­truc­ción de mitos uti­li­zan­do para ello, no sólo la reli­gión, sino apa­ren­tes pro­me­sas y defi­ni­cio­nes de pue­blo ele­gi­do. Mitos cons­trui­dos, inclu­so con la usur­pa­ción de su arqueo­lo­gía, el ves­tua­rio, comi­da, músi­ca, cam­biar la deno­mi­na­ción de pue­blos y aldeas, que es la mane­ra que tie­ne el sio­nis­mo de tra­tar de borrar la iden­ti­dad de un pue­blo, apro­pián­do­se de su his­to­ria. Pero, está la memo­ria y esa no se hace des­apa­re­cer así como así con los pales­ti­nos, ni con nadie que ame su his­to­ria y la defien­da como lo hace Pales­ti­na y su pueblo.

El poe­ta nacio­nal pales­tino Mah­mud Dar­wish nos refie­re, que el com­ba­te del pue­blo pales­tino por su liber­tad, su lucha con­tra el opre­sor tie­ne un com­po­nen­te esen­cial: el cam­po de la memo­ria. En el sen­ti­do que uno de los acto­res, el sio­nis­mo, que pre­ten­de borrar, invi­si­bi­li­zar la memo­ria de un pue­blo mile­na­rio, su his­to­ria, su len­gua, median­te un pro­ce­so de sio­ni­za­ción. “Pero, el pue­blo pales­tino, a pesar de 72 años de una polí­ti­ca de exter­mi­nio pues­ta en prác­ti­ca des­de el momen­to mis­mo que nace la enti­dad sio­nis­ta y comien­ce Al-Nak­ba, lucha día a día para que esa memo­ria per­ma­nez­ca, por­que esté pre­sen­te aún en las con­di­cio­nes más adver­sas. Una Pales­ti­na indo­ma­ble, que hacien­do uso de todas las for­mas de lucha resis­te, para glo­ria de sus hijos e hijas y para la admi­ra­ción de todos aque­llos que cree­mos que más tem­prano que tar­de Pales­ti­na será capaz de alcan­zar su ple­na libertad”

Mayo Infaus­to

El 14 de mayo es una fecha dolo­ro­sa para el pue­blo pales­tino. Un núme­ro des­gra­cia­do, pues la cobar­día de las poten­cias occi­den­ta­les per­mi­tió, no sólo con­cre­tar el fin del Man­da­to bri­tá­ni­co sobre Pales­ti­na sin gene­rar la auto­de­ter­mi­na­ción de su pue­blo, sino que dio vía libre para la con­for­ma­ción de una enti­dad que daría impul­so a déca­das de crí­me­nes, usur­pa­ción, expo­lio y saqueo de un pue­blo y su tie­rra. Efec­ti­va­men­te, el día 14 de mayo del año 1948 nace, no sólo un régi­men tota­li­ta­rio, sino tam­bién un pató­geno que ha cau­sa­do un daño enor­me a la región don­de deci­dió ins­ta­lar­se. Lo deno­mino Sion 48, ver­sión israe­lí del SARS COV post segun­da gue­rra mundial.

Una enti­dad, que gra­cias a la cri­sis de con­cien­cia de las poten­cias occi­den­ta­les, prin­ci­pal­men­te, le ha hecho pagar al pue­blo pales­tino los deli­tos, crí­me­nes y exter­mi­nio cau­sa­dos por una extin­ta Ale­ma­nia nacio­nal­so­cia­lis­ta. Una Ale­ma­nia, que has­ta el día de hoy asig­na fon­dos para expiar sus cul­pas por haber ase­si­na­do a con­na­cio­na­les de creen­cia judía, como tam­bién a pola­cos, fran­ce­ses, holan­de­ses, che­cos y otros innu­me­ra­bles paí­ses, don­de tam­bién se prac­ti­có una ope­ra­ción des­ti­na­da a exter­mi­nar a otros seres huma­nos por su creen­cia, etnia o raza. Cla­ro está, que los gobier­nos ger­ma­nos y sus con­cien­cias no alcan­za­ron para dar cuen­ta de los 23 millo­nes de sovié­ti­cos muer­tos en esa gue­rra, gita­nos, per­so­nas con defi­cien­cia men­tal, homo­se­xua­les, polí­ti­cos opo­si­to­res, pri­sio­ne­ros de gue­rra. Para ellos no hubo y no hay fon­dos de repa­ra­ción e inclu­so nega­cio­nis­mo res­pe­to al valor y esfuer­zo del pue­blo sovié­ti­co en el triun­fo sobre el Ter­cer Reich.

Hubo indem­ni­za­ción para algu­nos y olvi­do para otros, aque­llos quie­nes no reci­bie­ron el maná sur­gi­do de una ver­da­de­ra indus­tria, que dotó de ingen­tes recur­sos finan­cie­ros al nacien­te régi­men sio­nis­ta, tal como lo seña­la el inte­lec­tual esta­dou­ni­den­se Nor­man Fin­kels­tein (cuyos padres estu­vie­ron en cam­pos de con­cen­tra­ción en Maj­da­nek y Ausch­witz) en su libro titu­la­do “La Indus­tria del Holo­caus­to”. El pre­mio mayor? Per­mi­so para cons­ti­tuir­se como enti­dad y decla­rar unan supues­ta inde­pen­den­cia, cuya pri­me­ra mani­fes­ta­ción será la ocu­pa­ción de tie­rras pales­ti­nas a manos de sus gru­pos para­mi­li­ta­res: Haga­nah, Irgún, Lehi, dota­dos con moderno arma­men­to pro­por­cio­na­do por los mis­mos que fina­li­za­ron su man­da­to y que per­mi­tió ocu­par vas­tas tie­rras aje­nas y dar comien­zo a Al-Nakba.

Y hablo de supues­ta inde­pen­den­cia con la cer­te­za que no se pue­de usar ese con­cep­to, tal como lo he sos­te­ni­do en opor­tu­ni­da­des ante­rio­res y lo reafir­mo “Israel no pue­de hablar de inde­pen­den­cia ya que es una deno­mi­na­ción fan­ta­sio­sa pues, ¿de quién se inde­pen­di­zó este Israel sur­gi­do del atro­pe­llo del pue­blo pales­tino? ¿Cómo atre­ver­se a sig­nar un pro­ce­so de des­po­jo como algo asi­mi­la­ble a la decla­ra­ción de inde­pen­den­cia? ¿Qué eman­ci­pa­ción pue­de glo­ri­fi­car una socie­dad que se for­ma al ampa­ro del cri­men, el robo, en el mar­co del des­arrai­go, la expul­sión y la usur­pa­ción del terri­to­rio pales­tino y ampa­ra­do en esa acción cri­mi­nal bajo el mito de una de un supues­to dere­cho divino?

No se pue­de hablar de inde­pen­den­cia cuan­do enten­de­mos que este con­cep­to ata­ñe a la for­ma­ción o res­tau­ra­ción de un país des­pués de la sepa­ra­ción de otro del cual for­ma­ba par­te. Israel no ha res­tau­ra­do nada, no se ha sepa­ra­do de nada del cual pudié­se­mos decir que logró su auto­de­ter­mi­na­ción y menos aún for­ma­ba par­te de otro Esta­do que pudie­se remi­tir a la idea de inde­pen­den­cia. Es, por tan­to, una crea­ción fic­ti­cia”. Una for­ma­ción naci­da al ampa­ro de deci­sio­nes que vio­la­ron los dere­chos de millo­nes de seres huma­nos, for­za­dos a aban­do­nar sus aldeas, pue­blos y ciu­da­des. Mar­char­se for­za­da­men­te de sus hoga­res, dejar atrás sus cul­ti­vos, sus plan­ta­cio­nes de oli­vos, su gana­do, en un pro­ce­so de expul­sión que no termina.

Una Nak­ba, que día a día expre­sa nue­vas accio­nes del régi­men terro­ris­ta que impi­de el retorno de millo­nes de pales­tino a su tie­rra: la demo­li­ción de vivien­das de fami­lias pales­ti­nas en Cis­jor­da­nia (cuya per­ver­si­dad se expre­sa en espe­rar que se cons­tru­ya el hogar, que se habi­te, para des­pués no dejar pie­dra sobre pie­dra), des­truc­ción de cul­ti­vos en los bom­bar­deos cró­ni­cos con­tra la Fran­ja de Gaza y su blo­queo bru­tal des­de el año 2006 a la fecha. En la cons­truc­ción de asen­ta­mien­tos para ins­ta­lar allí, en tie­rras pales­ti­nas, a dece­nas de miles de extran­je­ros sio­nis­tas. Al-Nak­ba es un hecho pre­sen­te 72 años des­pués y con la mis­ma vio­len­cia de anta­ño. El sio­nis­mo sigue sien­do ese virus pon­zo­ño­so y cri­mi­nal que expul­só a 800 mil pales­ti­nos de sus tie­rras, de esa pales­ti­na his­tó­ri­ca que por don­de tran­si­tes, así ate­rri­ces en Tel Aviv o ingre­ses por la fron­te­ra con Jor­da­nia, logras escu­char a los cua­tro vien­tos “me lla­mo Pales­ti­na hoy usurpada”

Resul­ta evi­den­te que 72 años des­de Al-Nak­ba, sólo la lucha del pro­pio pue­blo pales­tino, de sus movi­mien­tos, orga­ni­za­cio­nes, sus hom­bres y muje­res, jun­to a la soli­da­ri­dad acti­va de las socie­da­des de este mun­do, podrán impe­dir el plan sio­nis­ta de ane­xar Cis­jor­da­nia y fre­nar el blo­queo de la Fran­ja de Gaza. Pales­ti­na es capaz de impe­dir el plan a tra­vés de su pro­pia lucha, que debe tener todas las for­mas ima­gi­na­bles, que debe inten­si­fi­car­se con­tra esta “impo­si­ción del siglo” dis­fra­za­da de acuer­do e impul­sa­do por este bino­mio con­for­ma­do por Washing­ton e Israel.

El robo, las san­cio­nes impul­sa­da por esta alian­za y el chan­ta­je per­ma­nen­te soca­van per­ma­nen­te­men­te la con­fian­za en ins­ti­tu­cio­nes inter­na­cio­na­les, timo­ra­tas y some­ti­das a la pre­sión finan­cie­ra y polí­ti­ca, inca­pa­ces de apli­car las leyes inter­na­cio­na­les que cas­ti­guen al sio­nis­mo por sus crí­me­nes. Una ins­ti­tu­ción como la ONU, incom­pe­ten­te de apli­car la Car­ta de las Nacio­nes Uni­das en su Capí­tu­lo VII don­de ha que­da­do demos­tra­do, des­de el mis­mo año 1948 a la fecha, que Israel ame­na­za la paz, la que­bran­ta, no cum­ple medio cen­te­nar de reso­lu­cio­nes que exi­gen su reti­ro de los terri­to­rios ocu­pa­dos, que demue­la el muro de la ver­güen­za, que deje de cons­truir asen­ta­mien­tos. Israel es un virus en el seno de Orien­te Medio y ejer­ce su influen­cia nega­ti­va sobre otras regio­nes del mun­do. Una enti­dad fren­te a la cual hay que exi­gir su ais­la­mien­to y hacer­la des­apa­re­cer por el peli­gro que repre­sen­ta como ideo­lo­gía, como polí­ti­ca con­tra sus veci­nos. Israel es el Sion 48 que requie­re el con­cur­so inter­na­cio­nal para luchar con­tra él. Todo lo demás es hipo­cre­sía y doble rasero

Sie­te déca­das des­pués de Al-Nak­ba, la rei­vin­di­ca­ción del retorno está intac­ta. Y en ello el valor dado a la memo­ria es fun­da­men­tal. Día a día, en cada Dab­ke que se eje­cu­ta, en cada comi­da que se com­par­te y se le deno­mi­na con su nom­bre en ára­be, tan­to en el terri­to­rio pales­tino como en el trans­tie­rro. Cada ban­de­ra que se iza en cual­quier lugar del mun­do en honor y soli­da­ri­dad con Pales­ti­na nos recuer­da que no es hora de fla­quear. Nos impo­ne la obli­ga­ción de denun­ciar al sio­nis­mo y sus cóm­pli­ces, no temer, no dejar­nos amedrentar.

Los Hom­bres y muje­res que habi­tan cada rin­cón de la Fran­ja de Gaza y Cis­jor­da­nia, como tam­bién aque­llos que viven la ocu­pa­ción, la segre­ga­ción y el apartheid en la Pales­ti­na his­tó­ri­ca, sabrán luchar por sus dere­chos y que cuen­ten con nues­tro apo­yo, de los que no esta­mos bajo la bota inmun­da del sio­nis­mo, aque­llos que esta­mos fue­ra de Pales­ti­na. Nues­tro deber es impul­sar y apo­yar este com­ba­te que no ter­mi­na­rá has­ta el fin de una ideo­lo­gía mal­sa­na, como tam­bién lle­var ade­lan­te la cam­pa­ña del Boi­cot, Des­in­ver­sión y San­cio­nes (BDS) y todas aque­llas for­mas de lucha que per­mi­tan derro­tar al sio­nis­mo. Al-Nak­ba ha sido una catás­tro­fe, sin duda y hoy el com­ba­te con­tra el Virus Sion 48 exi­ge for­ta­le­za y esa se encuen­tra en abun­dan­cia en el pue­blo palestino.

Pablo Jofré Leal

  1. Deir Yas­sin: Pue­blo pales­tino ubi­ca­do en las inme­dia­cio­nes de Al-Quds don­de se ase­si­nó a 260 civi­les pales­ti­nos entre los días 9 de abril al 11 de abril del año 1948. Deir Yas­sin, una loca­li­dad de apro­xi­ma­da­men­te 600 habi­tan­tes fue cer­ca­da por mili­cia­nos de los gru­pos terro­ris­tas sio­nis­tas israe­líes Irgún y del Lehi (Ban­da Stern) y con menor núme­ro de efec­ti­vos par­ti­ci­pó tam­bién una uni­dad de la Haga­náh lla­ma­da Pal­maj. La docu­men­ta­ción exis­ten­te ha com­pro­ba­do que los terro­ris­tas, pre­vio a ase­si­nar a sus víc­ti­mas, acom­pa­ña­ron su acción con muti­la­cio­nes, vio­la­cio­nes obli­gán­do­los inclu­so a des­fi­lar por los barrios judíos antes de ser ejecutados.
  2. Erezt Israel. Tér­mino que da cuen­ta de la deno­mi­na­ción de la “Tie­rra de Israel” que al reco­ger el tra­ba­jo de inte­lec­tua­les como el his­to­ria­dor israe­lí Shlo­mo Sand, nos per­mi­te afir­mar, en base a lo sos­te­ni­do en su libro “When and how was the land of Israel inven­ted” que el sio­nis­mo robó el tér­mino reli­gio­so Eretz Israel (tie­rra de Israel) y lo con­vir­tió en un tér­mino geo­po­lí­ti­co. La tie­rra de Israel no es la tie­rra de los judíos. Se con­vier­te en patria de ori­gen a fines del siglo XIX y prin­ci­pios del siglo XX, sólo a par­tir del sur­gi­mien­to del movi­mien­to sio­nis­ta”. Nue­va­men­te la afir­ma­ción del crear mitos, de men­tir en for­ma des­ca­ra­da de esta­ble­cer ideas fun­da­cio­na­les a par­tir del despojo. 

* Pablo Jofré Leal ‚Perio­dis­ta y escri­tor chi­leno. Ana­lis­ta inter­na­cio­nal, Mas­ter en Rela­cio­nes Inter­na­cio­na­les de la Uni­ver­si­dad Com­plu­ten­se de Madrid. Espe­cia­lis­ta en temas prin­ci­pal­men­te de Lati­noa­mé­ri­ca, Asia Occi­den­tal y el Magreb. Es cola­bo­ra­dor de varias cade­nas de noti­cias inter­na­cio­na­les. Crea­dor de pági­na WEB de aná­li­sis inter­na­cio­nal ANÁLISIS GLOCAL www.analisisglocal.c

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