Perú. Nie­gan aten­ción a ges­tan­te en hos­pi­tal colap­sa­do tras cri­sis por COVID-19

Luce­ro Ascar­za /​Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 3 de mayo de 2020

Pese a que Minis­te­rio de Salud orde­nó a cen­tros de salud garan­ti­zar aten­ción de par­tos las 24 horas, un hos­pi­tal en Piu­ra negó el ingre­so a una ges­tan­te que entró en labor de par­to. En lo que va del año, se han regis­tra­do sie­te muer­tes mater­nas en la región, cifra que solo supe­ran Lima, Lore­to y La Liber­tad.

Miguel Arám­bu­lo y su espo­sa J acu­die­ron al hos­pi­tal Jor­ge Reáte­gui, en Piu­ra, el 28 de abril a las 7:30 de la maña­na. «A mi espo­sa le baja­ba agua, con can­ti­dad de san­gre», seña­la Arám­bu­lo. La labor de par­to los había toma­do por sor­pre­sa, pues no espe­ra­ban el naci­mien­to de su hija has­ta quin­ce­na de mayo.

A esa sor­pre­sa se sumó una menos gra­ta. «Le digo al vigi­lan­te que mi seño­ra está de par­to y me dice: si no se ha hecho la prue­ba, no la pode­mos aten­der acá», cuen­ta Arám­bu­lo. Según lo que le dije­ron, no con­ta­ban con prue­bas rápidas.

Des­pués de media hora de insis­tir y reci­bir nega­ti­vas del vigi­lan­te y per­so­nal de salud que pasa­ba por la entra­da, fue­ron envia­dos al hos­pi­tal regio­nal José Caye­tano Here­dia. Ahí sí los reci­bie­ron. Pen­sa­ban que todo esta­ría bien, has­ta que salió un médi­co a hablar con ellos.

«Me dijo ‘Yo la voy a eva­luar, pero si se infec­ta es su res­pon­sa­bi­li­dad, por­que acá hay casos COVID. Usted debió insis­tir en el Reáte­gui, acá tam­po­co tene­mos prue­bas’», indi­ca Miguel Arám­bu­lo a Way­ka. «En ese caso me la lle­vo, dije. No vaya ser que se infec­te y pase algo más gra­ve con ella y mi bebé».

Así, dos hos­pi­ta­les en Piu­ra le pusie­ron tra­bas a una ges­tan­te en tra­ba­jo de par­to. Ello pese a que una recien­te direc­ti­va del Minis­te­rio de Salud (Min­sa) orde­na a hos­pi­ta­les y cen­tros de salud garan­ti­zar aten­ción de par­tos las 24 horas. Enton­ces, ¿por qué pusie­ron en ries­go a una ges­tan­te negán­do­le atención?

Colap­sa­dos por demanda

“En las últi­mas sema­nas se ha incre­men­ta­do el núme­ro de par­tos. El pro­ble­ma se agu­di­za por­que los espa­cios se han redu­ci­do, ya que hay un núme­ro de camas que se han des­ti­na­do para aten­ción del COVID-19”, seña­la Mar­ga­ri­ta Pérez, deca­na del Cole­gio de Obs­te­tras del Perú (COP).

Según pre­ci­sa la obs­te­tra, el ori­gen del des­bor­de de los hos­pi­ta­les fue la sus­pen­sión de pos­tas y otros cen­tros de salud de pri­mer nivel de aten­ción al ini­cio de la emer­gen­cia sani­ta­ria. “En estos esta­ble­ci­mien­tos se atien­de un 80% de con­tro­les pre­na­ta­les (…) Todo se vio inte­rrum­pi­do de un momen­to a otro y las ges­tan­tes ya pro­gra­ma­das para estas fechas se avo­ca­ron a hos­pi­ta­les”, decla­ró Pérez a Wayka.

Fren­te a ese cua­dro y por insis­ten­cia de diver­sos gre­mios del sec­tor salud, el Min­sa apro­bó dos direc­ti­vas (del 22 y el 30 de abril) sobre la aten­ción a ges­tan­tes y recién naci­dos. Así, poco a poco se empe­zó a res­ta­ble­cer la aten­ción en cen­tros de pri­mer nivel.

“Era una nece­si­dad inmen­sa, sin duda es un avan­ce. Pero esta­mos pidien­do al Min­sa que ya se imple­men­te, por­que aún no han sali­do las pre­ci­sio­nes y linea­mien­tos”, indi­ca la deca­na del COP.

Mien­tras tan­to, la deman­da de las ges­tan­tes con­ti­núa. A la fal­ta de camas, se suma la reduc­ción de per­so­nal de salud que está con licen­cia por edad (mayo­res de 60 años) y la fal­ta de equi­pos de pro­tec­ción per­so­nal, sobre todo para áreas que no son de COVID-19.

A nivel nacio­nal, se han regis­tra­do ya 106 muer­tes mater­nas. Tres de ellas, por infec­ción de COVID-19. De acuer­do a la obs­te­tra Mar­ga­ri­ta Pérez, cole­gios regio­na­les repor­tan que los casos se incre­men­ta­ron por la inte­rrup­ción del con­trol pre­na­tal duran­te la cua­ren­te­na. “Es jus­ta­men­te en esos che­queos que se iden­ti­fi­can seña­les de ries­go en el emba­ra­zo y se pue­de pre­ve­nir la mor­ta­li­dad mater­na”, señala.

Mor­ta­li­dad mater­na en la región

Al 25 de abril de este año, en Piu­ra se habían regis­tra­do sie­te muer­tes mater­nas. Se tra­ta de la cuar­ta cifra más alta, des­pués de Lima, Lore­to y La Liber­tad. Algo que lamen­ta­ble­men­te no sor­pren­de, pues esta región ha man­te­ni­do altas cifras de mor­ta­li­dad mater­na en los últi­mos cin­co años.

En un repor­te pre­vio del Min­sa se infor­ma­ba que, de las muer­tes mater­nas ocu­rri­das has­ta el 18 de abril, 53.7% corres­pon­dían a muje­res entre 20 y 35 años, mien­tras que 29.5% fue­ron muje­res mayo­res de 35.

gestante
Cifras de mor­ta­li­dad mater­na 2020, actua­li­za­das al 25 de abril.
Fuen­te: Minsa

La espo­sa de Miguel Arám­bu­lo tie­ne 43 años; edad por la cual su emba­ra­zo y par­to podían pre­sen­tar ries­gos. Pese a ello, pri­me­ro un hos­pi­tal le negó la aten­ción; y lue­go la envia­ron a otro, don­de no cum­plie­ron con dar­le segu­ri­dad a la gestante.

En su deses­pe­ra­ción, Miguel y J acu­die­ron a Radio Cuti­va­lú, don­de pudie­ron dar a cono­cer el caso y logra­ron la inter­ven­ción de la Defen­so­ría del Pue­blo. Ade­más, Arám­bu­lo se comu­ni­có con la fis­cal pro­vin­cial de Pre­ven­ción del Deli­to, Car­men Zapa­ta, quien ges­tio­nó que el hos­pi­tal Reáte­gui les per­mi­ta el ingreso.

Ahí, casi a las 11 de la maña­na, la ges­tan­te pudo ser aten­di­da. Lue­go de cua­tro horas des­de que ini­cia­ron sus con­trac­cio­nes, y vién­do­se obli­ga­da a ir de un lado a otro. «Si hubie­se sido otra per­so­na que no tie­ne para movi­li­zar­se, la cria­tu­ra hubie­se muer­to, la seño­ra hubie­se muer­to», ase­gu­ra Miguel Arámbulo.

Ges­tan­tes y recién naci­dos en riesgo

El caso de Miguel y J expo­ne una peli­gro­sa situa­ción en medio de la emer­gen­cia sani­ta­ria. Si bien las direc­ti­vas del Min­sa apun­tan a garan­ti­zar la aten­ción a ges­tan­tes y recién naci­dos, aún no se cuen­ta con linea­mien­tos para su imple­men­ta­ción total. Algo preo­cu­pan­te en una de las regio­nes con más muer­tes maternas.

J es pro­fe­so­ra y ase­gu­ra­da por EsSa­lud. Ni ella ni su espo­so pre­sen­tan nin­gún sín­to­ma de COVID-19. Tam­po­co su hija, naci­da el 28 de abril. Por ese moti­vo, al ser dada de alta del hos­pi­tal Reáte­gui, le indi­ca­ron que cual­quier cita o che­queo, si no era una emer­gen­cia, ten­dría que espe­rar a que ter­mi­ne la cuarentena.

«No hay con­trol para niño sano», le dije­ron. «Enton­ces la bebé prác­ti­ca­men­te se va a que­dar a la volun­tad de dios. Cual­quier enfer­me­dad que le dé, no va a estar pro­te­gi­da», lamen­ta Miguel Arámbulo.

La ges­tan­te tam­po­co ha podi­do acce­der al sub­si­dio de lac­tan­cia que le corres­pon­de por EsSa­lud. «Me dije­ron que vaya a las ofi­ci­nas, pero todo está cerra­do», seña­la Arám­bu­lo. Con su espo­sa de des­can­so, una nue­va inte­gran­te en su fami­lia y él sin poder tra­ba­jar como taxis­ta, el sub­si­dio de S/​820 no es poca cosa. Un pro­ble­ma que se suma a la preo­cu­pa­ción por la salud de la recién nacida.

Fuen­te: Way​ka​.pe

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