Resumen Latinoamericano, 5 mayo 2020
I
Llega el
mes de mayo, y con él nuestro saludo combativo a la clase obrera de la Patria y
el mundo, que el pasado viernes celebró el Día Internacional de las
Trabajadoras y los Trabajadores, aunque en unas condiciones atípicas, impuestas
por la batalla que hoy libra la
humanidad contra la terrible pandemia del Covid-19; una realidad
que todo parece indicar seguirá haciéndose presente entre nosotros por un
tiempo más, y que ha golpeado con particular saña a los países cuyos gobiernos
han asumido la prédica capitalista.
Como se
sigue mostrando, es ese un modelo excluyente, injusto y decadente, que ha
dejado al descubierto su incapacidad para afrontar la actual coyuntura mundial.
Así ocurre en Estados Unidos, donde el sueño americano demostró ser una
quimera; y, también, en Europa, donde la “mano invisible del mercado”
desmanteló el denominado Estado de bienestar, considerado insostenible por las
elites gobernantes de ese continente, bajo una lógica neoliberal que abrió paso
a una “austera” política social, caracterizada por una disminución drástica del
porcentaje del presupuesto destinado a la protección de esos Pueblos y la
privatización de los servicios públicos, incluyendo los sistemas sanitarios;
una consecuencia que hoy padecen las europeas y los europeos, que tienen que
acudir a servicios de salud desbordados por la realidad de la pandemia.
II
Todo lo
contrario ocurre en Venezuela, donde el Gobierno Bolivariano, bajo el liderazgo
del compañero Presidente Nicolás Maduro, consolida el Sistema de Protección Social,
el de las Misiones y Grandes Misiones Socialistas, legado por el Comandante
Hugo Chávez, líder histórico de la Revolución Bolivariana; un modelo que ha
comprobado su efectividad, y que pone su acento en la gente, en salvaguardar su
vida, por encima de la rentabilidad y los cálculos de los efectos económicos;
así como en la solidaridad, la cooperación y la integración como herramientas
para combatir el Covid-19. Todo ello, a pesar de las limitaciones que supone
para el país el criminal bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por
el imperialismo norteamericano.
Nuestro
modelo, el socialista, que tiene además en países como China y Cuba referentes
destacados, ha demostrado su valía y no dudamos saldrá fortalecido de la
coyuntura que hoy vivimos; abriendo paso, pese a que no faltan quienes se
resisten, a los cambios que hagan, al decir del padre cantor Alí Primera, más
humana la humanidad. Suerte distinta les espera a los países que han asumido la
lógica de la barbarie capitalista, cuyos gobiernos saldrán debilitados, dada su gran incompetencia para hacer frente a la crítica situación
actual, por mucha fuerza económica y militar que tengan.
III
El
impulso de dichos cambios no es, sin embargo, una tarea fácil; por lo que
debemos, tal como lo expresara el Comandante Chávez durante su intervención en la XV Conferencia Internacional
de la Organización de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, celebrada en el
año 2009 en Copenhague-Dinamarca; batallar sin descanso en aras de avanzar en este
cometido, apelando a nuestra estirpe guerrera.
Señaló entonces nuestro Comandante Eterno: “…no esperemos de brazos cruzados la muerte de la humanidad. La historia nos
llama a la unión y a la lucha. Si el capitalismo se resiste, nosotros estamos
obligados a dar la batalla contra el capitalismo y abrir los caminos de la
salvación de la especie humana, nos toca a nosotros, levantando las banderas…de
la igualdad, del amor, de la justicia, del humanismo, del verdadero y más
profundo humanismo. Si no lo hiciéramos, la más maravillosa creación del
universo: el ser humano, desaparecerá…”.
Vencer la barbarie capitalista amerita, entonces, del concurso de todas y
todos, de la movilización permanente de las organizaciones políticas, sociales
y de la clase obrera, que está llamada a desempeñar, junto a otras fuerzas progresistas del
planeta, un rol protagónico en la actual coyuntura geopolítica, signada además
de la lucha por superar el Covid-19, por la brutal arremetida imperial contra
la soberanía e independencia de los Pueblos.
La construcción de ese mundo mejor dependerá de cuanto seamos capaces de
hacer desde ahora para que este planeta sea un lugar más justo, seguro y
decente; de nuestra consciencia respecto a la importancia de esta batalla
por salvar la especie humana. Ese
mundo, que no solo es posible sino necesario, debemos lograrlo para asegurar la
mayor suma de felicidad posible sobre la tierra. Luchemos por él!!