Resumen Latinoamericano, 08 de junio de 2020
La semana pasada, la maestra les mandó una tarea que consistía en hacer un autorretrato y completar unas oraciones que decían «Yo soy….», «Lo que más me gusta de mí es…», «Me gusta que me traten…» y «Soy importante…».
Entendiendo que se referían a su identidad, ella respondió: «Yo soy una travita, me gusta que me traten con respeto y soy importante porque lucho por los derechos de todes».
«Ella es un ejemplo de cientos de niños y niñas que están empoderados, que están orgullosos y orgullosas de ser trans», explica Gabriela Mansilla de la Asociación Infancias Libres.
Además de visibilizar la realidad de los niños y niñas trans, en Infancias Libres trabajan sobre el orgullo que tienen que sentir por su identidad autopercibida. Al enterarse de la historia Mansilla se preguntó si “la maestra está preparada para dar una respuesta. Yo espero que si, que sea un Muy Bien Felicitado, y que con los compañeritos y compañeritas puedan trabajar la diversidad corporal en clase de acuerdo a la Ley de Identidad de Género. Hasta ahora, la maestra no le dio una devolución esperamos que lo haga pronto porque para ella es importante”, explica la creadora de la asociación.
A su vez, afirma que una vez que termine la cuarenta y vuelvan las clases, no se siga replicando el modelo binario para hablar sobre las identidades en las escuelas. “En pandemia, en esta situación de confinamiento nuestras niñeces y adolescencias trans/travestis siguen sufriendo violencia institucional por parte de la escuela. No se les contempla en su tarea, y cuando mandan algo, como es en este caso, nuestras niñeces de Infancias Libres se paran desde un lugar de empoderamiento. Lo que nos preguntamos es cómo van a volver nuestros niñas y niños a la escuela porque además de no sufrir violencias en sus casa están más cómodas y cómodos”
En un relevamiento sobre infancias trans,
hecho en todo el país donde entrevistaron a 100 familias, se desprende cuáles
son los principales obstáculos que experimentan en el camino por expresar y
vivir su identidad tal cual son. «Dentro de las reacciones de las
familias, la más común, cuando les cuentan sobre su identidad de género
autopercibida es el desconcierto en un 48 por ciento. Los padres afirmaron que
no sabían qué hacer o a quién recurrir. Un 36 por ciento intentó buscar ayuda.
De ese grupo, el 80 por ciento de las familias que recurrieron a profesionales
de la salud o la educación declararon que ellos no pudieron ayudarlos a conocer
qué era lo que les pasaba a sus hijes».
Por último, con respecto a las escuelas, en el informe de Asociación Civil
Infancias Libres afirman que se observaron distintos tipos de posturas por
parte de las instituciones. «El 62 por ciento de los colegios no se
encontraban preparados para brindar una respuesta adecuada, y un 56 por ciento
las instituciones intentaron colaborar con lo que se encontraba a su
alcance».