Por Tony López R. Resumen Latinoamericano, 11 de junio de 2020
Severas críticas han recibido el gobierno de Colombia y su presidente Iván Duque Márquez, de diversos sectores políticos y sociales y de la opinión pública nacional e internacional por la próxima llegada al país de una brigada élite de la 82 División Aerotransportada del ejército de los Estados Unidos, conformada por 800 marines, y con esta llegada la evidente pérdida de soberanía porque fue la embajada de los Estados Unidos en Bogotá la que anunció, a los colombianos, tal noticia.
El anuncio no lo hizo la cancillería
que es a quien le corresponde, obviamente, luego de cumplimentar los trámites
constitucionales con el Senado de la República, como establece la ley, pero no
lo hicieron y desconocieron la Constitución, no es al Ministerio de Defensa,
que para colmo aparece firmando un
comunicado conjunto con la embajada de Estados Unidos, en la práctica,
recibiendo una orden de una potencia extranjera.
Esta unidad militar
estadounidense cuyo nombre es “Security Forces Assistance Brigade”, en opinión
del analista colombiano Felipe A Priast : “es
una fuerza nueva creada en el 2018 y está encargada de entrenar y asistir a naciones
aliadas de Estados Unidos que tienen problemas al interior de sus ejércitos, ya
bien sea que esos estados ven a esos ejércitos como una amenaza o bien porque
los quieren usar como fuerza de
choque contra otro estado que considera
enemigo”.
No es descartable que los marines vengan a verificar si hay o no
crisis interna en las FF.MM colombianas, el argumento del combate al
narcotráfico es poco creativo y nada diferente de los que fue el Plan
Colombia, un plan contrainsurgente y es claro que vienen a preparar
condiciones para una, no desechable, acción militar contra Venezuela.
Por la ubicación de esta
fuerza en los departamentos de Santander del Norte y Arauca, su accionar apunta
a explorar el terreno, realizar actos hostiles utilizando a los paramilitares y
mercenarios con vistas a provocar una respuesta venezolana y le brinde el
argumento a Estados Unidos, para iniciar un conflicto militar contra Venezuela
invocando al TIAR y la desprestigiada OEA.
Esta zona durante los
gobiernos de Álvaro Uribe Vélez, Juan Manuel Santos e Iván Duque, fueron
territorios ocupados por los narco-paramilitares, que operaban y operan
actualmente con la plena complicidad de sectores de las Fuerzas Militares
colombianas, precisamente, uno de los temas del conflicto al interior de las
fuerzas castrenses, pero esas bandas paramilitares pueden ser utilizadas para
promover la provocación.
Existe una importante
corriente interna dentro de la oficialidad del ejército que están en contra de
esos vínculos con los narco-paramilitares que tanto daño les ha causado al
prestigio del ejército, entre otras razones, porque la narco-política aplicada
por el ex presidente y actual senador Álvaro Uribe Vélez, desde su época de
gobernador de Antioquia, los llevó a corromper a una parte de la alta
oficialidad y a muchos de ellos los
enriqueció con dinero del narcotráfico y los indujo a una demencial
política con criminales asesinatos a inocentes jóvenes que tratan de encubrir bajo el nombre de “falsos-positivos”. Esos
asesinatos deben ser llamado como lo que son, crímenes de guerra.
Los escándalos públicos que se
han venido conociendo en los últimos tiempos, vienen de lejos, no olvidar que
fue durante la gobernación del departamento de Antioquia de Uribe Vélez y en
pleno maridaje con el ministro de Defensa Fernando Botero Zea, promovieron una
ley y se aprobó en el Congreso, la
creación de las Cooperativas de Seguridad Rural Privadas, conocidas como
Convivir, estas cooperativas están
consideradas la madre del narco-paramilitarismo, respaldadas por sectores importante del
estamento militar.
Como lo señala el mayor
Bermúdez Rossi “fue la legalización y
apoyo a los capos al narcotráfico, las Cooperativas de Vigilancia Rural
(Convivir) no fue más que insertar a la población civil en la guerra y
contradictorio con el protocolo II de Ginebra, para seguridad de
terratenientes, ganaderos, casatenientes, y narcotraficantes, el conflicto
interno se degrada hacia una guerra civil no declarada”. Los grupos de justicia
privada, según el decreto 356 de 1994, articulo 39, buscan insertarse a todo trance , legalmente,
en tales “Cooperativas” (1).
Fue en ese período que se
dieron varios escándalos de algunos altos mandos militares vinculados al
narco-paramilitarismos, como lo fue el del Comandante en Jefe de las Fuerzas
Militares Camilo Zúñiga, los generales Rito Alejo del Rio, Yanine Díaz, varios coroneles,
algunos encarcelados y otros fuera de
servicio.
Como bien señala el colega
venezolano Ernesto Salazar sobre la crisis militar colombiana en la revista On
Line Pueblo en Armas, “los altos mandos
de las Fuerzas Militares de Colombia no conocen hoy a Simón Bolívar, ni lo
estudian ni mucho menos lo hacen conocer a las tropas: el Pentágono prohíbe su
estudio en las escuelas militares latinoamericanas y en el documento Santa Fe
IV; lo declara su enemigo”. Una gran ofensa para nuestros pueblos
latinoamericanos y caribeños.
No es casual que quien fuera
Comandante en Jefe de las Fuerzas Militares durante el gobierno de Uribe Vélez,
el general Carlos Alberto Ospina, comandante de las Fuerzas Militares de
Colombia, en entrevista que concedió a El Espectador…, “declare que no es “un especialista en Bolívar”, pues “no tengo un
conocimiento profundo de él” …; reconociendo, en cambio, que “me gustan las
películas de guerra. Por ejemplo, Las boinas verdes con John Wayne”.
” El entrevistador, Libardo
Cardona Martínez, le pregunta al general Ospina: “¿Cuál es su ídolo?”, y éste
le responde: “El mariscal Rommel, un
hombre noble, un buen soldado, valiente. Es un hombre muy parecido a nosotros”.
Aquí tienen nuestros amigos lectores el fiel retrato de nada menos que el
máximo jefe de las FF.MM colombianas cuyo ídolo no es Simón Bolívar, ni tan
siquiera Santander, sino el mariscal nazi fascista Erwin Rommel (1891−1944)
quien fue derrotado por el Mariscal británico Bernard L Montgomery (1887−1976)
en la batalla de El Alamein en 1942.
No es un secreto que dentro de
las Fuerzas Militares colombianas hay un sector importante que no está muy de
acuerdo en ser utilizado para iniciar una guerra contra Venezuela, no es una
posición de este momento sino de hace mucho tiempo. Hace muchos años que dentro de las Fuerzas
Militares hay una fuerte posición de importantes sectores y mandos militares,
incluso, en el alto mando, que no comparten la idea de inmiscuirse en acciones
que conduzcan a un enfrentamiento militar con Venezuela. Los ex Comandantes en
Jefe de las Fuerzas Militares, generales Fernando Tapia y José M Bonnet, nunca
fueron partidario de tal aventura.
No existe ningún argumento
político, económico, ni fronterizo, que se pueda utilizar para declarar una
guerra con Venezuela, por otra parte, las FF:MM colombianas son conscientes que
militarmente en una guerra convencional, los venezolanos están, no solo, mejor
preparados, sino mejor armados, y que los supera en poderoso armamento con
tecnología muy avanzada y además conscientes que defienden su país, mientras
Colombia es el agresor.
Desde hace años, las Fuerzas
Armadas Bolivarianas Venezolanas están preparadas en la lucha regular, que es
el déficit del ejército colombiano, que sí
es numeroso y tienen buena preparación, pero han sido preparados en
lucha irregular y la estrategia y táctica de lucha , así como los medios de
combates son distintos y diferentes.
Venezuela cuenta con 3
millones de milicianos, fuertemente armados, y con algo que es muy importante,
empuñan un fusil defendiendo su patria, es el agredido y las víctimas son los
venezolanos y venezolanas, y los colombianos en qué se convierten, en puros
mercenarios y carne de cañón al servicio de una potencia extranjera para buscar
sus beneficios imperiales, de los cuales Colombia no recibirá nada a cambio,
solo muerte y destrucción.
O se van a creer el cuento de
que el teatro de operaciones será solo en territorio venezolano, no, creo que, el
ideólogo contra el chavismo Álvaro Uribe y su pupilo Duque, se equivocan y lo
han dicho altas figuras del chavismo, si nos atacan e ingresan a Venezuela
estamos en el perfecto derecho de contraatacar y entrar en Colombia. Aunque
también hay que decir, que las relaciones, entre el presidente Duque y el ex
presidente Uribe, hoy no parecen andar muy bien, lo cual no se tiene un buen
escenario interno.
Como explica Duque que llama
al debate de control político y es de ese debate que sale una nueva
investigación de la Corte Suprema contra Uribe Vélez, lo hizo consciente e
interesadamente, la respuesta solo la tiene él. El gran escándalo por el espionaje de sectores
de las FF:MM, cuya información iba a Uribe y no al Presidente es un hecho
grave, no solo por el desconocimiento al Jefe de Estado, sino por el uso de esa
información le pueda dar Uribe que no es Jefe de Estado y las razones que tuvo
para compartimentarlo es sospechosa.
Será que a Duque se le ha
despertado la conciencia, porque fue, precisamente, su padre, don Iván Duque
Escobar, cuando era gobernador de Antioquia, el que le pidió al presidente
Turbay Ayala que sustituyera al joven Álvaro Uribe Vélez como director de
Aeronáutica Civil, por sus vínculos con el Cartel de Medellín.
Por otra parte, sí creen que
el gobierno de Trump va a implicarse directamente en esa aventura, de invadir a
Venezuela, se equivocan, en Estados Unidos la cosa como dice el dicho “el horno
no está para galleticas”. La crisis que
tiene con el Covid-19 y los disturbios anti raciales por el asesinato de George
Floyd y la intención de usar al ejército contra los manifestantes enardeció más
al pueblo estadounidense, el Secretario de Defensa y el generalato le dijo no a
Trump. No parece que EE. UU se impliquen directamente en una agresión, aunque
del psicópata Trump puede esperarse cualquier cosa.
Y en la hipótesis de un ataque
y una guerra desde Colombia contra Venezuela, hay que preguntarse qué va a
pasar con la guerrilla del ELN, los frentes del EPL y de las FARC-EP, porque las propias
Fuerzas Militares colombianas,
han reconocido públicamente,
en cerca de 7000 combatiente hoy se
encuentra en la filas de las disidencias de las FARC y en los frentes formados
por FARC-EP Segunda Marquetalia que comanda Iván Márquez y que estos ya han
recuperado sus viejos territorios.
De acuerdo a los comunicados y
objetivos de estas fuerzas insurgentes es
lograr la paz con justicia social, y acusan al gobierno de Duque y Uribe
de haber traicionado e incumplido los
Acuerdos de Paz de la Habana, de presionar a la JEP y tratar de modificar
lo acordado sobre la Justicia Transicional, así como la masacre que se está
cometiendo contra sus ex combatientes y con lideres sociales, afrocolombianos e
indígenas que sobre pasan ya los 1300 asesinados.
Desde hace muchos años, las Fuerzas
Militares colombianas, han tenido sus problemas internos y sobre todo porque
una oligarquía liberal-conservadora los ha abusado y usado para sus fines
políticos. Las Fuerzas Militares, en todos los países, se crearon para la
defensa de sus fronteras y siempre para enfrentar cualquier acción que venga de
otro país y en defender la soberanía e independencia. Nunca por política de Estado
usar esa fuerza por razones política interna contra sus ciudadanos. Para esos
hay otras dependencias policiales o las llamadas Guardias Nacionales.
En Colombia el manejo interno
e independiente Estado-FFMM ha sido respaldado por la Constitución de 1886
y la oligarquía liberal y conservadora la usaron distintamente en su beneficio, esas políticas se apreciaron
con la guerra de los Mil Días, el asesinato
del general Rafael Uribe Uribe, y se acentuaron aún más desde, él también asesinato del presidente Olaya
Herrera, pasando por Alfonso López Pumarejo en la década del 30 a quien
intentaron deponer en 1936 y luego en el 40 el desangre entre liberales y
conservadores, el magnicidio contra el líder revolucionario y popular Jorge
Eliecer Gaitán fue estremecedor, tal como él lo predijo, que su muerte podría
provocar graves conflictos en los próximos 50 años, esa guerra interna provocó 300,000 muertos de
1946 a 1958 (2), no se equivocó él carismático y preclaro líder.
Líder cuyo ejemplo y
pensamiento tratan de ocultar, así como su historia, hace unos años visité la
casa museo Jorge Eliecer Gaitán estaba muy bien atendida y hoy he tenido
noticias de que la Casa Museo ha sido prácticamente destruida, pese a las
reclamaciones de su familia y de su hija Gloria Gaitán.
Fue en el gobierno de Uribe Vélez,
cuando la oligarquía liberal-conservadora inició una política de arrasar con la
Casa Museo y el pensamiento e ideas de Jorge Eliecer Gaitán, abusando de su
poder. Es el pueblo colombiano el que
debe exigir respeto al gobierno y la recuperación de la memoria histórica de
sus líderes y pueblos. Pueblo que no
defiende su historia termina esclavizado por los grandes señores del poder
autoritario y monárquico.
El tema de la crisis militar
en Colombia y los diversos problemas que han confrontado en los últimos años,
serán reflejado en la segunda parte de esta historia, que hoy es, además de la
grave pandemia, un tema muy serio, no solo para Venezuela y Colombia, sino para
la región.
Tony López R., Periodista, politólogo y analista internacional.
Bibliografía consultada.
1.-
Pronunciamientos, conspiraciones y golpes de estado en Colombia.
Edic. Expresión
1997 autor. Mayor. Gonzalo Bermúdez Rossi.
2.- ¡Basta Ya! Colombia Memorias de Guerra. Grupo Memoria Histórica.
* Fuente: Rebelión