Colombia. Iván Marquez: «¡Que cese la farsa de la guerra contra el narcotráfico!»

Colom­bia. Iván Mar­quez: «¡Que cese la far­sa de la gue­rra con­tra el narcotráfico!»

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 23 de junio de 2020. 

El Coman­dan­te de las FARC-EP, Segun­da Mar­que­ta­lia, acu­sa al régi­men de Trump de tener una pos­tu­ra total­men­te hipó­cri­ta con­tra el narcotráfico. 

La fábri­ca de men­ti­ras más gran­de del mun­do es la Casa Blan­ca de los
EEUU. El «car­tel de los soles», es solo un nom­bre ruti­lan­te para engañar
a incau­tos. No exis­te. ¿Cuál es su estruc­tu­ra? ¿Quié­nes son los
inte­gran­tes del sono­ro car­tel? Ese es un inven­to enve­ne­na­do sali­do de la
pode­ro­sa usi­na de fakes news y de des­in­for­ma­ción que manipula
Washing­ton. La vin­cu­la­ción de los nego­cia­do­res de paz de las FARC-EP,
Iván Már­quez y Jesús San­trich a una orga­ni­za­ción nebu­lo­sa, utilizada
para jus­tifi­car la injus­ta agre­sión de los EEUU a Vene­zue­la, debe ser
cues­tio­na­da por infa­me. Reme­mo­ra la injus­ti­cia con­tra Simón Trinidad.
¡Qué car­tel de los soles ni que cara­jo! Dejen que la ver­dad pura y
lim­pia des­plie­gue sus alas y vue­le libre, para que el mun­do pue­da ver la
implo­sión de una men­ti­ra apun­ta­la­da en el viento.

La gue­rra con­tra las dro­gas es un fra­ca­so y es un frau­de. Jesse
Ven­tu­ra, exgo­ber­na­dor de Min­ne­so­ta, denun­ció hace unos años que la DEA y
la CIA finan­cian la des­es­ta­bi­li­za­ción de gobier­nos demo­crá­ti­cos y
sobe­ra­nos con dine­ros del nar­co­tráfi­co. Y lo hacen por­que estiman
impro­ba­ble, por inmo­ral, la apro­ba­ción por el Con­gre­so de recursos
des­ti­na­dos a una cau­sa horri­ble como impre­sen­ta­ble. Saben tam­bién esas
agen­cias que jamás obten­drían el bene­plá­ci­to del pue­blo de los EEUU para
pro­pó­si­tos tan sucios. Eso expli­ca por qué en la gran nación del norte
no exis­te una per­se­cu­ción cohe­ren­te a la mafia de la dis­tri­bu­ción de la
cocaí­na, que es la que final­men­te se levan­ta con las exorbitadas
ganan­cias del negocio.

La pos­tu­ra del gobierno de Washing­ton con­tra el nar­co­tráfi­co es
total­men­te hipó­cri­ta. Es cie­ga o apa­ren­ta ser­lo cuan­do las conductas
delic­ti­vas con­tri­bu­yen a refor­zar su ambi­ción de predominio.

A estas altu­ras quién no sabe que Iván Duque se eli­gió pre­si­den­te de
Colom­bia con dine­ros de la mafia reco­lec­ta­dos por el narcotraficante
cono­ci­do como el «Ñeñe Her­nán­dez», dine­ros mal­ha­bi­dos que se utilizaron
para el frau­de elec­to­ral y la com­pra de votos. A ese señor Duque debería
apli­cár­se­le la revo­ca­to­ria del man­da­to y tam­bién lo que él mis­mo pidió
como can­di­da­to pre­si­den­cial: que no solo vayan a la cár­cel los tesoreros
de las cam­pa­ñas, sino lo pro­pios candidatos.

Pero las hue­llas del expre­si­den­te Uri­be en su añe­jo tra­se­gar por los
sen­de­ros del nar­co­tráfi­co son mucho más pro­fun­das, por­que sien­do Director
de la Aero­náu­ti­ca Civil auto­ri­zó a Pablo Esco­bar la uti­li­za­ción de
pis­tas clan­des­ti­nas, licen­cia que le per­mi­tió des­pa­char avio­nes repletos
de cocaí­na hacia los EEUU. En pla­ta blan­ca fue Uri­be quien dio renombre
a Esco­bar al abrir­le el corre­dor aéreo hacia el nor­te, lo que finalmente
lo cata­pul­tó como el más pode­ro­so capo mafio­so de la épo­ca. Con razón
Pablo Esco­bar, agra­de­ci­do, se refe­ría al joven fun­cio­na­rio como «ése
ben­di­to muchacho».

Dicen que Uri­be siem­pre ha sido fren­te­ro. Y tal vez por eso permitió,
sien­do pre­si­den­te, la uti­li­za­ción del aero­puer­to inter­na­cio­nal de El
Dora­do de Bogo­tá para des­pa­char, por esa puer­ta gran­de, inmensos
car­ga­men­tos de cocaí­na, y que por esa mis­ma vía retor­na­ran algunas
ganan­cias. Bueno, y has­ta el emba­ja­dor de Duque en Uru­guay, el señor
San­cle­men­te, tenía un labo­ra­to­rio de pro­ce­sa­mien­to de cocaí­na en las
adya­cen­cias de Bogotá.

Y estos hipó­cri­tas se ofen­den cuan­do alguien, al leer la realidad,
con­clu­ye que Colom­bia es un nar­co­es­ta­do. Per­si­guen con saña al eslabón
más débil de la cade­na, que son los cam­pe­si­nos pobres, pero nun­ca a los
ban­que­ros y empre­sa­rios lava­do­res de acti­vos. Pre­gun­ten a la actual
vice­pre­si­den­ta, Mar­ta Lucía Ramí­rez, que mien­tras pagó con sigi­lo la
fian­za a su her­mano Ber­nar­do, pre­so en EEUU por tráfi­co de heroí­na, y
tenien­do unas rela­cio­nes tur­bias con el mafio­so cono­ci­do como el «Memo
Fan­tas­ma», quie­re comer­se vivos a los cam­pe­si­nos, a las pobres «mulas», y
con­de­nar­los por los siglos de los siglos…

El pue­blo esta­dou­ni­den­se debe­ría ayu­dar a su Gobierno a qui­tar­se la ver­gon­zo­sa ven­da «que no lo deja ver».

Está cla­ro: La Casa Blan­ca uti­li­za a pre­si­den­tes débi­les con rabo de
paja. Les ofre­ce inmu­ni­dad a cam­bio de que se con­vier­tan en sus
mario­ne­tas. Y las mejo­res mario­ne­tas que ha teni­do en Sura­mé­ri­ca, sin
duda, han sido, Álva­ro Uri­be e Iván Duque de Colom­bia. Por eso, para
ellos no hay per­se­cu­ción ni cas­ti­go judicial.

Los men­ti­ro­sos, como los burros, se jun­tan para rascarse.

Cie­rro estas líneas reme­mo­ran­do el injus­to mon­ta­je judi­cial de Álvaro
Uri­be y su Fis­cal Gene­ral de bol­si­llo, señor Cami­lo Oso­rio, median­te el
cual se extra­di­tó a los EEUU al inta­cha­ble líder gue­rri­lle­ro Simón
Tri­ni­dad, bajo el car­go men­daz de nar­co­tráfi­co. La opi­nión recuer­da que
Simón derro­tó en los estra­dos judi­cia­les de ese país la men­ti­ra de los
dos abyec­tos per­so­na­jes. Tuvie­ron que inven­tar­se otro car­go, ajeno al
moti­vo de su extra­di­ción, para poder­lo con­de­nar: el de ser integrante
del Esta­do Mayor Cen­tral de las FARC. Y fue así como lo con­de­na­ron a 60
años de pri­sión, de los cua­les ya ha pur­ga­do más de 15. Actual­men­te está
reclui­do en una de las cár­ce­les más inhu­ma­nas de los EEUU, la de
Flo­ren­ce, Colorado.

Infor­mo al mun­do de que en esa pri­sión se encuen­tra enca­de­na­do un hom­bre ino­cen­te lla­ma­do Simón Tri­ni­dad de las FARC, para el cual pido soli­da­ri­dad y jus­ti­cia, y a tra­vés de ella su libe­ra­ción. Simón nun­ca fue inte­gran­te del Esta­do Mayor Cen­tral de las FARC, aun­que sí osten­tó el ele­va­dí­si­mo ran­go de nego­cia­dor de paz de una fuer­za insur­gen­te. Min­tió el Secre­ta­rio de Esta­do, John Kerry, cuan­do nos ase­gu­ró en La Haba­na que con la firma del Acuer­do de Paz con­si­de­ra­rían la libe­ra­ción de Simón Trinidad.

Junio 21 de 2020

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