Cuba en el libro de Bol­ton: Frus­tra­cio­nes de un halcón

Por Rafael Gon­zá­lez Mora­les. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 26 de junio de 2020. 

Des­de este mar­tes 23 de junio, las prin­ci­pa­les libre­rías de Esta­dos Uni­dos comen­za­ron a ven­der uno de los libros más espe­ra­dos de este año. El tex­to ya a dis­po­si­ción del lec­tor se titu­la: «La habi­ta­ción don­de suce­dió: Una memo­ria de la Casa Blan­ca». Su autor es el con­tro­ver­sial y cono­ci­do hal­cón neo­con­ser­va­dor John Bol­ton, quien en estos momen­tos está sien­do con­si­de­ra­do por Donald Trump y Mike Pom­peo como un trai­dor, pues lo acu­san de reve­lar infor­ma­ción cla­si­fi­ca­da en las pági­nas de su libro.

La pode­ro­sa casa edi­to­rial Simon&Schuster ha sido la encar­ga­da de poner­lo a dis­po­si­ción del públi­co a quien tra­ta de cau­ti­var con el siguien­te slo­gan: «Este es el libro que Donald Trump no quie­re que usted lea». Des­de hace unos días se ha des­ata­do una fuer­te cam­pa­ña publi­ci­ta­ria alre­de­dor del tex­to, a la que ha con­tri­bui­do espe­cial­men­te el pre­si­den­te esta­dou­ni­den­se con sus tweets y con el des­plie­gue de pre­sio­nes para obs­ta­cu­li­zar su publi­ca­ción. En esen­cia, todo este espec­tácu­lo pro­pa­gan­dís­ti­co ha sido muy favo­ra­ble para Bol­ton debi­do a que está ali­nea­do con sus dos prin­ci­pa­les moti­va­cio­nes: ganar dine­ro y noto­rie­dad. No obs­tan­te, debe tener algu­nas preo­cu­pa­cio­nes por las posi­bles accio­nes lega­les que se desa­rro­llen con­tra su per­so­na en el futu­ro inmediato.

Nin­gu­na de sus crí­ti­cas a Trump está ins­pi­ra­da en cues­tio­nes éti­cas ni pre­ten­de gene­rar un deba­te que modi­fi­que la orien­ta­ción de una polí­ti­ca exte­rior desas­tro­sa. Todas sus pala­bras están meticu­losa­men­te cal­cu­la­das y aten­dien­do a sus ante­ce­den­tes de mani­pu­la­dor, men­ti­ro­so e ines­cru­pu­lo­so no está muy cla­ro cuá­les de los hechos que reve­la ocu­rrie­ron de la mane­ra en que lo está con­tan­do. Bol­ton ha insis­ti­do en que su libro se cen­tra pre­ci­sa­men­te en los hechos para ale­jar­se de cues­tio­nes sub­je­ti­vas debi­do a que desea que el lec­tor saque sus pro­pias con­clu­sio­nes. Cuan­do ese plan­tea­mien­to se con­tras­ta con el capí­tu­lo titu­la­do con muy poca crea­ti­vi­dad: «Vene­zue­la Libre», nos per­ca­ta­mos que es una gran men­ti­ra al estar ple­ga­do de jui­cios, opi­nio­nes y cali­fi­ca­ti­vos con­tra Cuba y Venezuela.

En ese sen­ti­do, en el libro se refie­ren a «Cuba» o a los «cuba­nos» en 84 oca­sio­nes, inclu­yen­do las men­cio­nes que se refle­jan en las notas al pie. En el capí­tu­lo men­cio­na­do ante­rior­men­te se reco­gen 48 men­cio­nes, lo que evi­den­cia que el enfo­que prin­ci­pal en el tra­ta­mien­to del tema Cuba está vin­cu­la­do estre­cha­men­te a Vene­zue­la. Esta visión cons­ti­tu­yó una de las prio­ri­da­des del dise­ño de polí­ti­ca que pro­mo­vió Bol­ton cuan­do se desem­pe­ñó como Ase­sor de Segu­ri­dad Nacional.

La pri­me­ra men­ción a Cuba está en el pri­mer capí­tu­lo titu­la­do: «La lar­ga mar­cha a una ofi­ci­na en la esqui­na del Ala Oes­te». Hacien­do refe­ren­cia a la polí­ti­ca exte­rior de Oba­ma, el hal­cón neo­con­ser­va­dor plan­tea: «nue­vas ame­na­zas y opor­tu­ni­da­des esta­ban apa­re­cien­do de mane­ra rápi­da y ocho años de Barack Oba­ma sig­ni­fi­ca­ban que había mucho que repa­rar». En este con­tex­to, men­cio­na que en el Hemis­fe­rio Occi­den­tal una de las «ame­na­zas» es Cuba y tam­bién cali­fi­ca de esta mane­ra a Vene­zue­la y Nica­ra­gua. Por lo tan­to, Bol­ton des­de antes de ocu­par su res­pon­sa­bi­li­dad en la Casa Blan­ca ya tenía den­tro de sus prio­ri­da­des fun­da­men­ta­les empe­ñar­se a fon­do para cons­truir el pre­tex­to de la Isla como una supues­ta ame­na­za a la segu­ri­dad nacio­nal de Esta­dos Unidos.

La segun­da men­ción está en ese pro­pio capí­tu­lo y es pre­ci­sa­men­te para des­ta­car sus víncu­los con la comu­ni­dad cuba­no­ame­ri­ca­na, pero evi­den­te­men­te con un sec­tor muy espe­cí­fi­co. Bol­ton se está refi­rien­do a que fue con­tem­pla­do como uno de los can­di­da­tos para desem­pe­ñar­se como Secre­ta­rio de Esta­do duran­te la eta­pa de la tran­si­ción pre­si­den­cial. En este con­tex­to, seña­la que había muchas per­so­nas pro­mo­vien­do su can­di­da­tu­ra y afir­ma que está «muy agra­de­ci­do por el con­si­de­ra­ble apo­yo que tuvo entre (…) los cuba­no­ame­ri­ca­nos y los vene­zo­la­no­ame­ri­ca­nos». En esen­cia, fue res­pal­da­do des­de ese momen­to por la extre­ma dere­cha cuba­no­ame­ri­ca­na, quie­nes ya se habían con­ver­ti­do en fuer­tes acree­do­res de Trump. Tam­bién Bol­ton tenía su deu­da con este sec­tor, aun­que su odio con­tra Cuba obe­de­cía a razo­nes ideo­ló­gi­cas más pro­fun­das inde­pen­dien­te­men­te de sus nexos con la ultra­de­re­cha de Miami.

La ter­ce­ra men­ción está en el capí­tu­lo tres titu­la­do: «Amé­ri­ca des­can­sa libre». Bol­ton seña­la que el día des­pués del ata­que de Esta­dos Uni­dos con­tra Siria, acom­pa­ñó a Trump a un even­to cer­ca de Hia­leah en la Flo­ri­da con el obje­ti­vo de crear un cli­ma posi­ti­vo para deter­mi­na­dos sec­to­res de los nego­cios. Men­cio­na que en la acti­vi­dad se reu­nie­ron alre­de­dor de 500 per­so­nas, en su mayo­ría cuba­no­ame­ri­ca­nos y vene­zo­la­no­ame­ri­ca­nos. Duran­te el even­to, Bol­ton expli­ca que el sena­dor Mar­co Rubio se refi­rió a la mul­ti­tud sobre su recien­te desig­na­ción como Ase­sor de Segu­ri­dad Nacio­nal al plan­tear: «Es un mal día para Madu­ro y Cas­tro, y es un gran día para la cau­sa de la liber­tad». De hecho, el legis­la­dor anti­cu­bano fue uno de los acto­res más influ­yen­tes en la desig­na­ción de Bol­ton a par­tir de que su pre­sen­cia le garan­ti­za­ba una par­ti­ci­pa­ción per­ma­nen­te y coor­di­na­da en la toma de deci­sio­nes hacia Cuba y Venezuela.

El res­to de las men­cio­nes se con­cen­tran en el capí­tu­lo dedi­ca­do a Vene­zue­la. Bol­ton comien­za expli­can­do que en el gobierno de Trump des­pués de varios esfuer­zos sin éxi­to para derro­car a Madu­ro, se abrió un fuer­te deba­te y seña­la que par­ti­ci­pa­ron «espe­cial­men­te miem­bros de las comu­ni­da­des cuba­no­ame­ri­ca­na y vene­zo­la­no­ame­ri­ca­na en la Flo­ri­da». Esta afir­ma­ción recon­fir­ma el papel que siem­pre han desem­pe­ña­do estos gru­pos de con­jun­to con el gobierno esta­dou­ni­den­se en los inten­tos por des­es­ta­bi­li­zar el pro­ce­so bolivariano.

Varias men­cio­nes de Cuba en ese pro­pio capí­tu­lo están orien­ta­das a resal­tar el mani­do argu­men­to que Nico­lás Madu­ro es capaz de man­te­ner­se al fren­te del gobierno debi­do al «apo­yo y pre­sen­cia de los mili­ta­res cuba­nos». Bol­ton es reite­ra­ti­vo en este aspec­to que con­vir­tió en uno de los pila­res de la cam­pa­ña con­tra la Isla diri­gi­da a jus­ti­fi­car el recru­de­ci­mien­to sus­tan­cial de la polí­ti­ca anti­cu­ba­na, lo que toda­vía per­sis­te como un ele­men­to fun­da­men­tal den­tro de su estra­te­gia. En este enfo­que jus­ti­fi­ca­ti­vo de la inca­pa­ci­dad el gobierno de Trump para derro­car la revo­lu­ción boli­va­ria­na, tam­bién Bol­ton aña­de como acto­res cla­ves a Rusia, Chi­na e Irán.

Otras de las refe­ren­cias a la Isla, está vin­cu­la­da a la for­mu­la­ción de Bol­ton sobre la deno­mi­na­da «Troi­ka de la Tira­nía». Sobre este aspec­to, en el libro se expli­ca que Trump en una reu­nión el 15 de agos­to del 2018 soli­ci­tó que le pre­sen­ta­ran opcio­nes mili­ta­res con­tra Vene­zue­la. Según Bol­ton, tra­tó de per­sua­dir al man­da­ta­rio expli­cán­do­le por qué esa no era la res­pues­ta, espe­cial­men­te, debi­do a la opo­si­ción del Con­gre­so a esa varian­te. En ese sen­ti­do, el enton­ces Ase­sor de Segu­ri­dad Nacio­nal deci­dió enfo­car­se con mayor fuer­za en Vene­zue­la pero des­de una pers­pec­ti­va más amplia que incluía san­cio­nes con­tra Cuba y Nicaragua.

Una de las men­cio­nes a Cuba en este capí­tu­lo más ilus­tra­ti­vas del odio de Bol­ton con­tra la nación cuba­na y de su mar­ca­da agre­si­vi­dad es cuan­do expli­ca su reac­ción ante el arres­to del opo­si­tor vene­zo­lano Juan Guai­dó a prin­ci­pios del 2019. El hal­cón seña­la que esta­ba segu­ro que sería acu­sa­do por Madu­ro de lide­rar un gol­pe de Esta­do en Vene­zue­la. En ese con­tex­to, refie­re «empe­za­mos a eva­luar pasos que debe­ría­mos adop­tar de inme­dia­to con­tra el régi­men de Madu­ro y tam­bién con­tra Cuba y Nica­ra­gua». Aña­de que se pre­gun­ta­ron: «¿Por qué no ir con­tra los tres a la mis­ma vez? Las san­cio­nes petro­le­ras eran una opción natu­ral, pero ¿por qué no decla­rar a Vene­zue­la un país patro­ci­na­dor del terro­ris­mo, algo que suge­rí por pri­me­ra vez en octu­bre de 2018, y tam­bién retor­nar a Cuba a la lis­ta que Oba­ma había removido?».

Pos­te­rior­men­te, se hacen refe­ren­cias a deci­sio­nes con­tra la Isla como la can­ce­la­ción del acuer­do con las gran­des ligas, la imple­men­ta­ción del títu­lo III de la Ley Helms-Bur­ton y sobre­sa­le la siguien­te expli­ca­ción de Bol­ton hacien­do refe­ren­cia a Trump: «con­sis­ten­te con su ame­na­za públi­ca de un blo­queo total y com­ple­to con­tra Cuba a par­tir de los envíos de petró­leo entre Vene­zue­la y Cuba, Trump tam­bién reite­ra­da­men­te soli­ci­tó al Depar­ta­men­to de Defen­sa opcio­nes con­cre­tas de cómo parar esos envíos, inclu­yen­do la inter­dic­ción». Tam­bién abor­da el dis­cur­so que reali­zó el 17 de abril en el Hotel Bilt­mo­re de Coral Gables cuan­do estu­vo rodea­do de miem­bros de la bri­ga­da mer­ce­na­ria 2506. Con rela­ción a este even­to anti­cu­bano, des­ta­có sus anun­cios vin­cu­la­dos a la apli­ca­ción de los títu­los III y IV de la Ley Helms-Burton.

Cuan­do se leen estas pági­nas des­de una pers­pec­ti­va obje­ti­va, pue­de per­ci­bir­se y sen­tir­se que se está en pre­sen­cia de alguien que no ha supe­ra­do su amar­ga derro­ta. El pro­fun­do odio y frus­tra­ción de Bol­ton hacia Cuba y Vene­zue­la cons­ti­tu­ye la pie­dra angu­lar sobre la que se eri­ge toda la mani­pu­la­ción y ter­gi­ver­sa­ción que se refle­ja en ese capí­tu­lo. Al hal­cón solo le que­da con­ti­nuar voci­fe­ran­do sus fal­se­da­des y tra­tar de sacar­le más dine­ro a sus con­fe­sio­nes mez­clan­do las men­ti­ras con las infamias.

* Fuen­te: Con­tex­to Latinoamericano

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