Cuba, Enrique Moreno Gimeranez, Resumen Latinoamericano, 31 de mayo del 2020
Los resultados de la Mayor de las
Antillas en el combate al nuevo coronavirus no aparecen por estos días
en los titulares de los grandes medios de prensa. Otra vez reina el
silencio cuando este verde caimán se empina y salva vidas, golpe a golpe
contra a la covid-19, sin escatimar esfuerzos ni recursos, y desafiando
un bloqueo que persiste y daña, limita y encarece. En medio de esa
lucha sin tregua por la salud de nuestra gente, comparte también con los
que nos necesitan en momentos difíciles, más allá de nuestras
fronteras.
La verdad está ante los ojos del planeta. Esta vez tampoco pueden
ocultarla, ni con campañas o tergiversaciones, ni con todo el oro del
mundo. De la digna lucha de Cuba frente a la covid-19, del desvelo
permanente de sus líderes en la batalla contra la pandemia y de su
vocación solidaria en otras latitudes dan fe nuestro pueblo y sus
hermanos del mundo.
Lo logrado por esta Isla en tiempos de coronavirus se debe a la
Revolución, que con grandes sacrificios sostiene desde hace varias
décadas un sistema de Salud Pública, universal, gratuito y accesible al
100 % de la población cubana, cuyo centro es el ser humano y no el
capital.
Aunque falta todavía para vencer esta batalla, Cuba ha logrado
mantenerse en un escenario favorable en la lucha contra la pandemia.
Nuestra industria biofarmacéutica y otros centros científicos
desarrollan hoy 70 investigaciones y ensayos clínicos, además de
medicamentos para el tratamiento de esta enfermedad, solicitados por
decenas de naciones.
«La utilización de dos fármacos novedosos para el control de la
reacción hiperinflamatoria que se produce en la etapa de enfermedad
pulmonar, ha incrementado las tasas de supervivencia de pacientes graves
por encima del 80 % y de los críticos en más del 75 %», de acuerdo con
el ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda.
Nuestro sistema sanitario ha garantizado, desde hace décadas, tasas
de mortalidad infantil y esperanza de vida similares a las de muchos
países desarrollados y, al cierre de 2018, un nivel inmunitario del 98
%, con 14 enfermedades infecciosas erradicadas (11 de ellas por vacunas,
de las cuales ocho son de producción nacional), nueve que no
constituían problemas de salud y 29 enfermedades transmisibles
controladas.
Sin embargo, otra es la realidad de pueblos hermanos de la Patria
Grande. Recientemente, la oms ha declarado que América Latina es el
nuevo epicentro de la covid-19, episodio que se suma al lastre de ser la
región más desigual del planeta, a las décadas de saqueo de sus
recursos naturales y las consecuencias del neoliberalismo.
En medio de este complejo panorama en Nuestra América, no podemos
permanecer indiferentes. Como había hecho con anterioridad en el foro
del Movimiento de Países no Alineados y en la Asamblea Mundial de la
Salud, Cuba reiteró este jueves, en la Reunión de Trabajo Virtual entre
Parlamentos Latinoamericanos y del Caribe, su solidaridad con los
pueblos de la región y del mundo.
La vicepresidenta de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ana
María Mari Machado, al intervenir en el debate recordó que, sin
descuidar la protección de nuestro pueblo, 28 brigadas de profesionales
cubanos de la Salud se han incorporado a los esfuerzos de 24 países para
combatir la pandemia, sumándose a los más de 28 000 colaboradores que
ya prestaban servicios en 59 naciones, a pesar de la campaña del
Gobierno de Estados Unidos contra la cooperación médica cubana con el
objetivo de desacreditarla y sabotearla.
Que otros promuevan el odio, las guerras y mentiras e, incluso, el silencio. Esta tierra prefiere dar lecciones con acciones, ofrece lo mejor de los valores de su gente, y sigue andando de hermana por el mundo, incansable, en la defensa de la vida.
Tomado de Granma (Colaboración de R.C)