Nación Mapu­che. Las razo­nes de la huel­ga de Vic­tor Llan­qui­leo Pilquiman

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 22 de junio de 2020

El 21 de mar­zo del 2020 salió publi­ca­do un artícu­lo lla­ma­do “Una con­de­na abu­si­va y des­pro­por­cio­na­da: El caso de Víc­tor Llan­qui­leo con­de­na­do a 21 años de cár­cel”. Dicho artícu­lo expli­ca algu­nas de las razo­nes de lo injus­to y vicia­do que fue todo el jui­cio que con­de­nó a Víc­tor Llan­qui­leo. A con­ti­nua­ción pro­fun­di­za­re­mos en esas razo­nes, lo que nos per­mi­ti­rá enten­der por qué Víc­tor deci­de ini­ciar huel­ga de ham­bre el 4 de mayo, jun­to a otros comu­ne­ros mapu­che, que lle­van 50 días de huelga.

La huel­ga de ham­bre es el últi­mo recur­so que le que­da a una per­so­na para bus­car jus­ti­cia y liber­tad. Y a eso obli­ga el Esta­do cuan­do nie­ga la apli­ca­ción de jus­ti­cia a Víc­tor Llan­qui­leo Pilquimán.

Cuan­do habla­mos de su cau­sa, no pode­mos olvi­dar que él pro­vie­ne de una zona y de una fami­lia de lucha, ya que esto nos expli­ca el por­qué del ensa­ña­mien­to de todo el apa­ra­ta­je esta­tal en su contra

Llan­qui­leo es hijo de una fami­lia que ha sido acti­va des­de hace déca­das en el movi­mien­to Mapu­che, vin­cu­la­da a la defen­sa y recu­pe­ra­cio­nes terri­to­ria­les, tal como él seña­la en una Decla­ra­ción De don­de yo ven­go ha sido y es un terri­to­rio de lucha y resis­ten­cia. Las tie­rras mapu­che del Lleu-Lleu y más espe­cí­fi­co las tie­rras de Choque.

En los años 80, yo comen­cé a escu­char direc­ta­men­te de mis abue­los el valor de la tie­rra para el mapu­che, el pen­sa­mien­to y el camino tra­za­do por nues­tros kuifikeche.

Así, no es casua­li­dad que las tie­rras de don­de yo ven­go se hayan segui­do rei­vin­di­can­do en las déca­das de los 80 y 90 y en todos estos últi­mos 20 años. En el año 1984 ingre­sa­mos al fun­do El Cane­lo de Tra­na­que­pe jun­to a las comu­ni­da­des de Cho­que y Miquihue y algu­nas fami­lias de El Malo. Hoy par­te del fun­do El Cane­lo de Tra­na­que­pe fue entre­ga­do plan­ta­do de euca­lip­tus a las comu­ni­da­des del sector.

El obje­ti­vo de las fores­ta­les en alian­za estra­té­gi­ca con el esta­do es seguir pro­du­cien­do pul­pa de celu­lo­sa y con ello seguir enri­que­cien­do al gran empre­sa­ria­do forestal”.

El padre de Víc­tor mue­re en el año 2007 sien­do pro­ce­sa­do por la Ley de Segu­ri­dad del Esta­do, su her­mano Ramón, des­pués de un año de la muer­te de su padre fue acu­sa­do por la ley sobre con­duc­tas terro­ris­tas, cum­plien­do años de pri­va­ción de liber­tad. Y el mis­mo Víc­tor tam­bién ha sido per­se­gui­do polí­ti­ca y judi­cial­men­te con anterioridad.

Al momen­to de ser dete­ni­do, el 24 de abril de 2018, la poli­cía le pre­gun­ta su nom­bre, él levan­ta los bra­zos y dice “Víc­tor Llan­qui­leo Pil­qui­mán”, lis­to!, comien­za la gol­pi­za y el mon­ta­je de prue­bas. Tal como ocu­rrió con él en noviem­bre del año 2009, cuan­do fue impli­ca­do en el ata­que al fis­cal Elgue­ta, cau­sa por la cual estu­vo casi dos años en pri­sión pre­ven­ti­va, en don­de se le inten­tó mon­tar prue­bas fal­sas en su con­tra, mon­ta­je que fue lue­go des­man­te­la­do y decla­ra­do com­ple­ta­men­te ino­cen­te de todo car­go. No sin antes enfren­tar 86 días de huel­ga de ham­bre. Movi­li­za­ción en la que tam­bién se apun­ta­ba a dero­gar la ley anti­te­rro­ris­ta y la des­mi­li­ta­ri­za­ción del terri­to­rio mapuche.

El mon­ta­je con el que actual­men­te fue con­de­na­do Víc­tor Llan­qui­leo tuvo la coor­di­na­ción de la poli­cía, Fis­ca­lía, y tam­bién Tri­bu­na­les. Orques­ta­do todo des­de el Minis­te­rio del Inte­rior, quien actuó como que­re­llan­te en la cau­sa. Jui­cio en el que se pro­du­cen varias vul­ne­ra­cio­nes a dere­chos y garan­tías fun­da­men­ta­les. Par­tien­do por el momen­to de su detención.

Estan­do cer­ca del lugar de los hechos, de camino a reu­nir­se con un futu­ro clien­te, a Víc­tor se le impli­ca en un asal­to, no por­tan­do nin­gún ele­men­to que lo vin­cu­la­ra a tal hecho, ni ropa, ni armas, ni muni­cio­nes. Los cara­bi­ne­ros que lo detie­nen nun­ca vie­ron a los ver­da­de­ros asal­tan­tes, no sabían ni como eran, ni como ves­tían. Pero Víc­tor era Llan­qui­leo Pil­qui­mán, her­mano del, a la épo­ca, diri­gen­te de orga­ni­za­ción mapu­che. Hijo de un pro­ce­sa­do por Ley de Segu­ri­dad del Esta­do, nie­to de mapu­che por par­te de padre y madre que nun­ca clau­di­ca­ron en la defen­sa del terri­to­rio que les fue despojado.

A la fecha de su deten­ción, Víc­tor Llan­qui­leo tra­ba­ja­ba de sol­da­dor cali­fi­ca­do en fae­nas mine­ras y en tra­ba­jos par­ti­cu­la­res de cons­truc­ción, con ingre­so eco­nó­mi­cos más que sufi­cien­tes para sub­sis­tir, cues­tión que en jui­cio fue demos­tra­da por medio de sus coti­za­cio­nes pre­vi­sio­na­les en infor­me social al efecto.

Pero para impli­car­lo en el asal­to del que se le acu­sa, en jui­cio se pre­sen­ta­ron decla­ra­cio­nes de tes­ti­gos, tan­to de poli­cías como de civi­les, que ingre­san infor­ma­ción al jui­cio que nun­ca habían seña­la­do en la car­pe­ta de inves­ti­ga­ción, que­dan­do níti­da­men­te demos­tra­do que sus decla­ra­cio­nes fue­ron pre­pa­ra­das pre­via­men­te para impli­car­lo en este asal­to. Cues­tión que ade­más, es ile­gal, y que pese a ello, fue admi­ti­da por el tri­bu­nal que lo condena.

Suma­do a ello, las prue­bas de ADN que se le extraen son obte­ni­das median­te bru­tal tor­tu­ra, apli­can­do méto­dos de manual, gol­pes que el Direc­tor Regio­nal del INDH quien pre­sen­tó que­re­lla en con­tra de cara­bi­ne­ros por estos hechos, reco­no­ció en su decla­ra­ción en jui­cio nun­ca antes haber vis­to evi­den­cia­das en una per­so­na, y sólo haber cono­ci­do en estu­dios sobre tor­tu­ras que él ha rea­li­za­do. Al momen­to de su con­de­na, el Tri­bu­nal duda inclu­so que los gol­pes reci­bi­dos por Víc­tor hayan sido ver­da­de­ros, pese a que se pre­sen­ta­ron foto­gra­fías de la pro­pia poli­cía que evi­den­cia­ban el esta­do mal­tre­cho en el que se encon­tra­ba pos­te­rior a su deten­ción, y sin con­si­de­rar la decla­ra­ción del INDH en juicio.

El mis­mo poli­cía que diri­ge la tor­tu­ra en con­tra de Víc­tor Llan­qui­leo, Bryan Muñoz quien se comu­ni­ca de mane­ra direc­ta con jefa­tu­ras que dan ins­truc­cio­nes des­de la ciu­dad de San­tia­go de cómo y cuán­to tor­tu­rar a Víc­tor, es quien diri­ge la inves­ti­ga­ción de este asal­to, fir­ma la mayo­ría de los infor­mes poli­cia­les, toma las decla­ra­cio­nes a los tes­ti­gos, y cae en un sin núme­ro de con­tra­dic­cio­nes tan­to en la inves­ti­ga­ción como en su decla­ra­ción en jui­cio. El mis­mo Bryan Muñoz que ame­na­zó a Víc­tor Llan­qui­leo con vio­lar a su hija si no se decla­ra­ba cul­pa­ble de los hechos, es quien orques­ta el mon­ta­je de prue­bas en su contra.

Esta inves­ti­ga­ción debió ser rea­li­za­da por la Poli­cía de Inves­ti­ga­cio­nes, quie­nes por no estar impli­ca­dos en el asal­to mis­mo habrían sido evi­den­te­men­te más obje­ti­vos. Pero Cara­bi­ne­ros de Chi­le fue juez y par­te; víc­ti­ma, inves­ti­ga­dor y acu­sa­dor. La mis­ma ins­ti­tu­ción cues­tio­na­da por enri­que­ci­mien­to ile­gal, la mis­ma ins­ti­tu­ción acu­sa­da de mon­tar e inven­tar prue­bas en la cau­sa Hura­cán, es quien orques­ta este mon­ta­je. Por el cual, injus­ta e ile­gal­men­te Víc­tor Llan­qui­leo es con­de­na­do a 21 años de pri­va­ción de liber­tad, sien­do inocente.

Seña­lar que nin­gún tes­ti­go reco­no­ció a Llan­qui­leo, con la téc­ni­ca de reco­no­ci­mien­to facial al momen­to de decla­rar, pero extra­ña­men­te, si lo reco­no­cen en jui­cio a un año ocho meses de haber decla­ra­do, su memo­ria mági­ca­men­te se refresca.

Tam­po­co el tri­bu­nal con­si­de­ró la prue­ba de la defen­sa, la que sin con­tra­dic­cio­nes, y de mane­ra muchí­si­mo más con­tun­den­tes y lim­pia que la prue­ba acu­sa­to­ria, demos­tró que hacía Víc­tor ese día en la ciu­dad de Lau­ta­ro. Pero el tri­bu­nal no con­si­de­ró nada de ello. El tri­bu­nal antes del ini­cio del jui­cio ya tenía su con­de­na deter­mi­na­da, el jui­cio fue tan sólo una actua­ción de apli­ca­ción de derecho.

Es a la huel­ga de ham­bre enton­ces a lo que obli­ga el mis­mo Esta­do y sus ins­ti­tu­cio­nes racis­tas y per­se­cu­to­ras, es el últi­mo recur­so que le que­da a una per­so­na para bus­car jus­ti­cia y liber­tad. A Víc­tor Llan­qui­leo se le con­de­nó injus­ta, ile­gal, polí­ti­ca­men­te, a una durí­si­ma con­de­na. Hoy día su vida y su salud están en ries­go, y será res­pon­sa­bi­li­dad del Esta­do si la bús­que­da de jus­ti­cia le obli­ga a per­der todo lo que tiene.

FUENTE: Radio Kvrrut

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