En un país como Andalucía ‑con un 17,9% de la población del Estado- que absorbamos el 32,1% de las contrataciones del estatales en hostelería en mayo (con un total de 9.874 contratos) no es una buena noticia. Es toda una manifestación de la dependencia económica de la clase trabajadora andaluza de un sector volátil, precario y con alto porcentaje de temporalidad.
Pero estas son las cifras que señala un estudio de Randstad, que concreta que a nivel provincial de las ocho donde más contratos se han registrado en hostelería cinco han sido andaluzas: Sevilla (2.048), Cádiz (2.018), Málaga (1.674), Huelva (1.568) y Almería (1.021), todas por encima de las 1.000 firmas. Estos guarismos suponen un alivio para todas las personas contratadas que salen de las listas del paro, pero no por ello hay que verlo con mejor cara de la que realmente tienen estas contrataciones.
La ETT ha realizado un estudio sobre el comportamiento del mercado laboral en el sector de la hostelería en la actual situación de desconfinamiento para lo que ha comparado las cifras de abril y mayo proporcionadas por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).
Francisco Vílchez
Andaluz de Granada (1980). Grado en Humanidades en la UGR. Pluriempleado en el sector servicios y aficionado a hablar de lo que la prensa no dice ni pío.
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