Vene­zue­la. A pesar de su fra­ca­so, Guai­dó es la pie­za cla­ve en el despojo

Por Mar­co Terug­gi. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 26 de junio de 2020. 

La figu­ra de Juan Guai­dó como pre­si­den­te encar­ga­do de Vene­zue­la ha resul­ta­do un fra­ca­so polí­ti­co. Sin embar­go, vis­to como meca­nis­mo para jus­ti­fi­car robos de bie­nes de la Nación, el sal­do es dife­ren­te. En ese plan de des­po­jo se arti­cu­lan gobier­nos, trans­na­cio­na­les, jue­ces y abogados.

Juan Guai­dó está en un pun­to polí­ti­co muer­to. No logra recu­pe­rar ini­cia­ti­va, con­ven­cer, des­ha­cer­se de los expe­dien­tes de mal mane­jo de fondos
que lo rodean. El paso de las sema­nas y meses lo redu­ce, y ya queda
poco o nada del recuer­do de su paso por el Con­gre­so esta­dou­ni­den­se y la Casa Blan­ca a prin­ci­pios de este 2020.

Vis­to en esos tér­mi­nos, el ensa­yo del «pre­si­den­te encar­ga­do» es un fra­ca­so. La ins­ti­tu­cio­na­li­dad para­le­la y vir­tual no logra sus come­ti­dos polí­ti­cos. Así pasó tam­bién con el «Tri­bu­nal Supre­mo de Jus­ti­cia en el exi­lio», del cual no ya casi no se tie­ne memo­ria, o la «fis­cal gene­ral en el exi­lio», sin trascendencia.

Resul­ta enton­ces plau­si­ble la afir­ma­ción de John Bol­ton, excon­se­je­ro de Segu­ri­dad, que en su libro La habi­ta­ción don­de ocu­rrió escri­bió que el pre­si­den­te Donald Trump pre­sen­tó dudas sobre las capa­ci­da­des y apti­tu­des de Guaidó. 

Tam­bién resul­ta lógi­co que el mis­mo Trump haya deja­do ver en una entre­vis­ta recien­te, publi­ca­da en el por­tal Axios, sus dudas sobre Guai­dó.
¿Por qué no las ten­dría acer­ca de quien no ha logra­do una sola victoria
inter­na des­de que fue reconocido/​nombrado por su admi­nis­tra­ción el 23
de enero del 2019?

Vis­to así resul­ta cla­ro que Guai­dó es en oca­sio­nes un pro­ble­ma antes que otra cosa. A esto deben agre­gar­se sus apa­ri­cio­nes y fra­ca­sos gol­pis­tas, como el 30 de abril del 2019, o su vin­cu­la­ción con los mer­ce­na­rios de la Ope­ra­ción Gedeón que lle­ga­ron a Vene­zue­la el pasa­do mes de mayo.

Pero Guai­dó pue­de ser ana­li­za­do de otra mane­ra: no por su resul­ta­do polí­ti­co inme­dia­to e interno, sino como engra­na­je de un meca­nis­mo de des­po­jo. Guai­dó, al ser nom­bra­do pre­si­den­te encar­ga­do de Vene­zue­la por EEUU ha per­mi­ti­do que, en su nom­bre, sean pues­tos en mar­cha robos a los bie­nes de la Nación. Y ahí no se tra­ta de un fra­ca­so para EEUU.

El des­po­jo

«En lo interno Guai­dó está dis­mi­nui­do, creo que Trump nun­ca cre­yó en
él, lo que sí ha ser­vi­do es para la estra­te­gia de des­po­jo, en lo
inter­na­cio­nal siguen avan­zan­do y nos siguen cer­can­do», expli­ca a Sputnik
María Ale­jan­dra Díaz, abo­ga­da, dipu­tada de la Asam­blea Nacional
Cons­ti­tu­yen­te.¿Qué dice real­men­te el libro de John Bol­ton sobre Trump y Vene­zue­la?Ese
robo se hizo evi­den­te des­de el ini­cio del reco­no­ci­mien­to de Guai­dó como
«pre­si­den­te encar­ga­do». El 25 de enero, dos días des­pués de su
auto­pro­cla­ma­ción, el secre­ta­rio de Esta­do, Mike Pom­peo, le dio la auto­ri­dad a Guaidó
«para reci­bir y con­tro­lar cier­tas pro­pie­da­des en cuen­tas del Gobierno
de Vene­zue­la o del Ban­co Cen­tral de Vene­zue­la (BCV) en poder del Banco
de la Reser­va de Fede­ral de Nue­va York o cual­quier otro ban­co asegurado
en EEUU». 

El 28 de enero de 2019 la Casa Blan­ca emi­tió la orden eje­cu­ti­va 13.850, cen­tra­da sobre Petró­leos de Vene­zue­la (PDVSA)
y el BCV, que blo­queó «todos los bie­nes e intere­ses en pro­pie­dad de
PDVSA suje­tos a la juris­dic­ción de los EEUU». El 5 de agos­to del 2019,
emi­tió la orden eje­cu­ti­va 13.884 que embar­gó todos los acti­vos vene­zo­la­nos en su territorio.

Estas cuen­tas y acti­vos que­da­ron bajo mane­jo esta­dou­ni­den­se, lo cual
que­dó de mani­fies­to con el escán­da­lo sus­ci­ta­do pocas sema­nas atrás
cuan­do fue difun­di­da la noti­cia de que Donald Trump uti­li­zó 601 millones
de dóla­res de esos fon­dos para cons­truir el muro en la fron­te­ra con Méxi­co.

El plan del des­po­jo se plan­teó varios obje­ti­vos cen­tra­les con el fin de robar­se y repar­tir­se rique­zas del Esta­do vene­zo­lano. Uno de esos obje­ti­vos es la empre­sa refi­na­do­ra CITGO, filial de PDVSA en EEUU, el oro per­te­ne­cien­te al BCV que se encuen­tra en el Ban­co de Ingla­te­rra, y, apro­ve­chan­do este momen­to de ase­dio, el terri­to­rio de la Gua­ya­na Ese­qui­ba, en reclamación.

CITGO

La empre­sa filial de PDVSA en EEUU está bajo embar­go del Depar­ta­men­to del Teso­ro des­de agos­to del 2019, y la posi­bi­li­dad de que sea des­pe­da­za­da y entre­ga­da a empre­sas extran­je­ras estu­vo pre­sen­te des­de el ini­cio de su apro­pia­ción por par­te del Gobierno estadounidense. 

Se tra­ta de uno de los mayo­res acti­vos vene­zo­la­nos en el extranjero,
valo­ra­do en alre­de­dor de 8.000 millo­nes de dóla­res, con una estructura
de tres refi­ne­rías con capa­ci­dad cer­ca­na a los 749.000 barri­les diarios,
y unas 6.000 esta­cio­nes de ser­vi­cio dis­tri­bui­das en fran­qui­cias en el
país. 

Dos empre­sas bus­can apro­piar­se de CITGO para cobrar, lo que afir­man, les debe el Esta­do vene­zo­lano: la mine­ra cana­dien­se Crys­ta­llex, y la petro­le­ra esta­dou­ni­den­se, Cono­coPhi­llips.

Guai­dó puso al fren­te de la «Pro­cu­ra­du­ría Gene­ral» de su «Gobierno»,
es decir a quien debe repre­sen­tar y defen­der judi­cial­men­te los intereses
de la Repu­bli­ca sobre cues­tio­nes inter­na­cio­na­les, a José Ignacio
Her­nán­dez, quien había sido abo­ga­do de Cristallex.

Así, mien­tras por un lado Guai­dó afir­ma­ba defen­der CITGO, por el otro, fue par­te de una estra­te­gia de fallo a favor de las empre­sas extran­je­ras. María Ale­jan­dra Díaz seña­la que se tra­ta de la estra­te­gia de «bufe­tes que están alia­dos con Guai­dó, EEUU y las cor­po­ra­cio­nes, para des­po­jar a Vene­zue­la«.

Eso mis­mo fue denun­cia­do por el Gobierno de Vene­zue­la, quien seña­ló cómo Her­nán­dez —que renun­ció a su car­go días des­pués— tra­ba­jó jun­to con el direc­tor del Ban­co Mundial
(BM), David Mal­pass, para que el Cen­tro Inter­na­cio­nal de Arre­glos de
Dife­ren­cias Rela­ti­vas a Inver­sio­nes (CIADI) depen­dien­te del Banco,
reco­no­cie­ra al «Gobierno de Guai­dó» para tra­mi­tar los arbitrajes. 

Ese pro­ce­so de robo de CITGO
y entre­ga a empre­sas extran­je­ras se encuen­tra en eta­pa avan­za­da: el 22
de mayo un juez de la Cor­te Fede­ral de EEUU avan­zó en auto­ri­zar la
liqui­da­ción de CITGO para que Crys­ta­llex cobre lo que afir­ma que se le
debe.

Sin embar­go, exis­te una reso­lu­ción del Depar­ta­men­to del Teso­ro que prohí­be la ven­ta de CITGO. La posi­bi­li­dad de que la filial de PDVSA sea rema­ta­da y per­di­da depen­de enton­ces cen­tral­men­te de la deci­sión del gobierno estadounidense.

El oro

El BCV tie­ne, como varios ban­cos cen­tra­les, oro res­guar­da­do en el Ban­co de Ingla­te­rra. A fina­les del 2018 efec­tuó el recla­mo para recu­pe­rar 30 tone­la­das de ese oro. El Gobierno bri­tá­ni­co, en vis­ta de su reco­no­ci­mien­to al «Gobierno inte­ri­no de Guai­dó» negó la soli­ci­tud y se que­dó, de mane­ra ile­gal, con el oro.

La posi­ción diplo­má­ti­ca del Rei­no Uni­do fue sin embar­go ambigua:
reco­no­cie­ron a Guai­dó, pero reci­bie­ron a su «emba­ja­do­ra», Vanessa
Neu­mann, sin las cre­den­cia­les for­ma­les. Es decir que se cons­tru­yó una
zona gris, de reco­no­ci­mien­to incom­ple­to —como en nume­ro­sos paí­ses, a
dife­ren­cia de EEUU — , que, en caso de un con­flic­to como el de la tenencia
del oro, no per­mi­te avan­zar en una resolución. 

Ante esa situa­ción, y en vis­ta de que el BCV hizo el recla­mo legal
ante un tri­bu­nal de Lon­dres en mayo de este año, la jus­ti­cia británica
ini­ció el lunes 22 de junio un deba­te para deter­mi­nar si se reconocerá
al BCV del Gobierno vene­zo­lano o a una jun­ta ad hoc nom­bra­da por Guai­dó. La tenen­cia del oro depen­de­rá de ese resultado.

El Gobierno vene­zo­lano pro­pu­so que el mon­to del oro recla­ma­do —cer­ca
de 1.000 millo­nes de dóla­res— sea direc­ta­men­te trans­fe­ri­do al Programa
de Desa­rro­llo de Nacio­nes Uni­das para aten­der la situa­ción de pan­de­mia y
la emer­gen­cia huma­ni­ta­ria den­tro el país.

La reso­lu­ción de la Jus­ti­cia bri­tá­ni­ca afec­ta­rá no sola­men­te al oro
en el Ban­co de Ingla­te­rra, sino que será un pun­to de refe­ren­cia para
demás casos en dispu­ta, como los 120 millo­nes de dóla­res pertenecientes
al BCV que man­tie­ne el Deu­ts­che Bank, o nume­ro­sas cuen­tas con­ge­la­das en
dife­ren­tes bancos.

«El oro en Ingla­te­rra se lo van a
robar abier­ta­men­te, se que­da­ron con las cuen­tas, como hicie­ron con
Libia, lo que no han podi­do que­brar inter­na­men­te lo están haciendo
inter­na­cio­nal­men­te, nos quie­ren secar de todos los bie­nes pro­pie­dad de
la Repú­bli­ca para repar­tír­se­lo entre las tras­na­cio­na­les, que es el
ver­da­de­ro poder detrás del poder en EEUU y en Ingla­te­rra», expli­ca María
Ale­jan­dra Díaz.

Gua­ya­na Esequiba

La cons­ti­tu­yen­te seña­la otro fren­te de inten­to de des­po­jo: la Gua­ya­na Ese­qui­ba, terri­to­rio en recla­ma­ción por Vene­zue­la. «El pró­xi­mo 30 de junio a peti­ción de Guya­na y Gran Bre­ta­ña, la Cor­te Inter­na­cio­nal de Justicia(CIJ) deci­di­rá si pro­ce­de o no la recla­ma­ción vene­zo­la­na de 159.542 km² des­po­ja­dos por la Coro­na Bri­tá­ni­ca en 1899». 

El can­ci­ller, Jor­ge Arrea­za, infor­mó que Vene­zue­la «con­for­me a su
posi­ción his­tó­ri­ca y en estric­to ape­go al Acuer­do de Gine­bra de 1966, no
asis­ti­rá a la insó­li­ta e irre­gu­lar audien­cia con­vo­ca­da por la CIJ sobre
la deman­da uni­la­te­ral de Guyana». 

«Quie­ren des­po­jar­nos defi­ni­ti­va­men­te de la Gua­ya­na Ese­qui­ba, ese es
el plan, cer­ce­nar­nos la sali­da al mar por allí», expli­ca María Alejandra
Díaz. Detrás del inten­to de que­dar­se con el terri­to­rio en dispu­ta se
encuen­tran las trans­na­cio­na­les: «detrás de Gua­ya­na hay más de 12
trans­na­cio­na­les visi­bles, y ya han entre­ga­do con­ce­sio­nes de manera
ilegítima».

Una de esas tras­na­cio­na­les es la petro­le­ra Exxon Mobi­le, con la cual se des­ató un inci­den­te en diciem­bre del 2018 cuan­do la Mari­na Boli­va­ria­na inter­cep­tó dos de sus buques, envia­dos por el gobierno de Gua­ya­na, que se encon­tra­ban de mane­ra ile­gal en aguas venezolanas.

Los tiem­pos

¿Cómo se miden enton­ces los logros de la estra­te­gia estadounidense?
El sal­do es nega­ti­vo pues­to en la figu­ra polí­ti­ca de Guai­dó y la
per­ma­nen­cia de Nico­lás Madu­ro en el gobierno. Pero Guai­dó es una pieza
tem­po­ral, un acci­den­te polí­ti­co: su desig­na­ción como «pre­si­den­te encar­ga­do» fue por una serie de coin­ci­den­cias, no por sus cua­li­da­des ni su pro­yec­ción a futuro.

En cam­bio, los inten­tos de des­po­jo de oro, acti­vos y terri­to­rios no son dise­ña­dos para ser tem­po­ra­les. Y es allí don­de la estra­te­gia avan­za en su plan de inten­tar usur­par bie­nes del Estado.

Se tra­ta de una arti­cu­la­ción de acto­res visi­bles e invisibles:
gobier­nos, jue­ces, abo­ga­dos, trans­na­cio­na­les, ope­ra­do­res polí­ti­cos, que,
de con­jun­to, se mue­ven entre las aguas del blo­queo eco­nó­mi­co y el
asal­to al poder, para repar­tir los bie­nes del país, redi­se­ñar­lo hoy y
para el plan futuro. 

Guai­dó cum­ple aún un rol en ese esque­ma como engra­na­je para
jus­ti­fi­car legal­men­te, por ejem­plo, el posi­ble secues­tro defi­ni­ti­vo del
oro en el Ban­co de Ingla­te­rra. El Gobierno fan­tas­ma que dice encabezar
es en reali­dad una legi­ti­ma­ción de robo que tie­ne pie­zas por concretar.

¿Trump pien­sa en cam­biar de estra­te­gia hacia Vene­zue­la como se espe­cu­ló? Resul­ta difí­cil ase­gu­rar­lo, en par­ti­cu­lar por­que sus decla­ra­cio­nes están hoy, más que nun­ca, mar­ca­das por la cam­pa­ña elec­to­ral. Lo que es segu­ro es el meca­nis­mo de des­po­je está dan­do fru­tos y que, a menos de cin­co de meses de la con­tien­da pre­si­den­cial no hará un cam­bio públi­co de polí­ti­ca que le pon­ga votos en riesgo.

* Fuen­te: Sputnik

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