Apa­re­ce el manus­cri­to anda­lu­sí del alme­rien­se al-Bil­ya­ni que pro­po­nía el con­fi­na­mien­to en el siglo XIV por otra pan­de­mia – La otra Andalucía

Sabía­mos que el secre­ta­rio, nota­rio, pre­di­ca­dor y poe­ta alme­rien­se Abu Abda­llah Muham­mad Ibn Mush­ta­mal al-Bil­ya­ni había escri­to una obra sobre la terri­ble epi­de­mia que aso­ló los con­ti­nen­tes de Asia, Afri­ca y Euro­pa en 1348 – 49 y que le dio el títu­lo, según sus bió­gra­fos, de Islah al-niya fi l‑masla al-tau­ni­ya (Refor­ma de la inten­ción, acer­ca del cur­so de la pes­te).

Manus­cri­to del alme­rien­se alme­rien­se al-Bil­ya­ni, apa­re­ci­do en El Cairo.

Así lo reco­gí yo mis­mo en el artícu­lo que redac­té para la obra colec­ti­va Biblio­te­ca de al-Anda­lus, en el que un total de 171 inves­ti­ga­do­res sis­te­ma­ti­za­mos el rico lega­do inte­lec­tual anda­lu­sí, en el que Alme­ría es un esla­bón muy des­ta­ca­do. Enton­ces no cons­ta­ba la exis­ten­cia de nin­gún manus­cri­to de la obra y por ello des­ta­qué que nos resul­ta­ba impo­si­ble deter­mi­nar el gra­do de ori­gi­na­li­dad de la mis­ma, sobre todo qué rela­ción guar­da­ba con la que com­pu­so su pai­sano y con­tem­po­rá­neo Ahmad Ibn Játi­ma, cuyo tra­ta­do sobre la pes­te sí se ha con­ser­va­do y es bien cono­ci­do (cua­tro manus­cri­tos nos han lle­ga­do has­ta aho­ra, cus­to­dia­dos en biblio­te­cas de El Esco­rial, Ber­lín, Rabat y Estambul).

Afor­tu­na­da­men­te, siguen, y segui­rán, apa­re­cien­do manus­cri­tos de obras anda­lu­síes, por la difu­sión que tuvie­ron esas valio­sas obras. En esta oca­sión ha sido en la céle­bre Mez­qui­ta cai­ro­ta de al-Azhar don­de se ha loca­li­za­do el manus­cri­to, que con­tie­ne tres obras anda­lu­síes. Acom­pa­ñan a la del alme­rien­se al-Bil­ya­ni una obri­ta del juris­ta mala­gue­ño afin­ca­do en Gra­na­da, don­de fue cadí de la comu­ni­dad, Ibn al-Hasan al-Bun­nahi (falle­ci­do a fina­les del siglo XIV), y otra más exten­sa del médi­co y secre­ta­rio gra­na­dino Abu l‑Qasim Ibn Suda (muer­to en Fez en 1404). La obra del alme­rien­se es la pri­me­ra y la más exten­sa de las tres. He podi­do leer­la y he com­pro­ba­do que al-Bil­ya­ni hizo un tra­ba­jo dife­ren­te y has­ta com­ple­men­ta­rio al que ela­bo­ró su coe­tá­neo Ibn Játi­ma. Lamen­ta­ble­men­te, no encon­tra­mos en ella refe­ren­cias espe­cí­fi­cas a Alme­ría, a dife­ren­cia de las que sí reali­zó su pai­sano. Ambos auto­res com­par­tie­ron maes­tro, el céle­bre Abu l‑Barakat al-Bala­fi­qi, quien actuó de alcal­de en Alme­ría duran­te la epi­de­mia. Se le men­cio­na en la obra cuan­do se des­ta­ca que, tras leer­le al-Bil­ya­ni su obra a este maes­tro de fami­lia ori­gi­na­ria de Vele­fi­que, Ibn al-Hach al-Bala­fi­qi pre­fi­rió dar­le el títu­lo de al-Durr al-mak­nun fi mas“ala al-taun (La per­la ocul­ta, acer­ca de la epi­de­mia de pes­te). Cons­ta de cin­co exten­sos capí­tu­los en los que abor­da, de un modo espe­cial, los temas lega­les, insis­tien­do en la impor­tan­cia del confinamiento.

Ibn Mush­ta­mal al-Bil­ya­ni, como su pro­pio ape­lli­do indi­ca, era de fami­lia ori­gi­na­ria de Ville­na (Bil­ya­na), en la actual pro­vin­cia de Ali­can­te. De ahí su ape­la­ti­vo, al-Bil­ya­ni, el Ville­nen­se. Fue su abue­lo, Yaa­far, el que, a raíz de la con­quis­ta de su pue­blo, se tras­la­dó con su fami­lia a Alme­ría. El padre de Abu Abda­llah Muham­mad había naci­do en Ville­na y lle­gó a Alme­ría sien­do niño, for­mán­do­se en esta ciu­dad y tam­bién en Gra­na­da, la capi­tal del rei­no naza­rí, con nume­ro­sos maes­tros. Desem­pe­ñó diver­sos car­gos de los que nos intere­sa des­ta­car el últi­mo de ellos, que fue el de pre­di­ca­dor en la Mez­qui­ta de Oha­nes, lugar en el que falle­ció en noviem­bre de 1335. Allí lo sus­ti­tu­yó su hijo al fren­te del tem­plo oha­nen­se, para pasar des­pués a diri­gir la ora­ción en «la Alha­ma de Marchena».

El autor que nos ocu­pa, al que se atri­bu­yen otras obras, en ver­so, sobre tema lin­güís­ti­co y teo­lo­gía dog­má­ti­ca, y del que solo se con­ser­va­ba una mues­tra poé­ti­ca, nació y se for­mó en Alme­ría, don­de ejer­ció de nota­rio y don­de debió de falle­cer en octu­bre de 1363, qui­zá duran­te uno de los rebro­tes de pes­te que hubo.

Resul­ta har­to curio­sa la rela­ción que se esta­ble­ció a par­tir, al menos, del siglo XIV, entre los pue­blos de Oha­nes y Ville­na, rela­ción que per­du­ró pos­te­rior­men­te en la épo­ca cris­tia­na, pues, aun­que no cons­ta que nin­gún repo­bla­dor ofi­cial­men­te pro­ce­die­se de la pobla­ción ali­can­ti­na, en el Catas­tro de Ense­na­da (media­dos del siglo XVIII) apa­re­ce un Manuel Ville­na vivien­do en Oha­nes y ejer­cien­do allí la alfa­re­ría, una pro­fe­sión en la que debían de des­ta­car los moris­cos. ¿Pudie­ron esta­ble­cer­se más ville­nen­ses en Oha­nes duran­te la épo­ca naza­rí y, des­pués, tras la expul­sión de los moris­cos, regre­sar a Ville­na, para más tar­de vol­ver a Oha­nes, cuan­do ya eran con­si­de­ra­dos cris­tia­nos vie­jos? Hoy en día, no que­da nin­gu­na per­so­na con el ape­lli­do Ville­na en el pue­blo alpu­ja­rre­ño, como tam­po­co el ofi­cio de alfarero.

Muchas obras com­pues­tas en la Alme­ría anda­lu­sí se per­die­ron. Algu­nas han ido apa­re­cien­do en los sitios más insos­pe­cha­dos (en los años ’60 del siglo pasa­do se encon­tró un frag­men­to de la obra de al-Udri en una biblio­te­ca par­ti­cu­lar de Jeru­sa­lén) y gra­cias a esos folios tene­mos aho­ra mucha infor­ma­ción nove­do­sa. Sin duda algu­na, la gran obra sobre Alme­ría, la Mazi­yat al-Mari­ya de Ibn Játi­ma está per­di­da. Es pro­ba­ble que se encuen­tre algún día. Espe­re­mos que no muy lejano. In shaa Allah.

Jor­ge Liro­la Delgado

Fuen­te: www​.nova​cien​cia​.es

Latest posts by Otros medios (see all)

Itu­rria /​Fuen­te

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *