Argentina. Nora Pulido: “Pareciera una moda decir que la prostitución es trabajo”

Argen­ti­na. Nora Puli­do: “Pare­cie­ra una moda decir que la pros­ti­tu­ción es trabajo”

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Por Lenny Cáce­res, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 20 de julio de 2020

“Todo tie­ne que ver con ins­ti­tu­cio­na­li­zar eso como tra­ba­jo, y no la situa­ción en la que están las muje­res. La situa­ción en la que están las muje­res es una situa­ción de extre­ma nece­si­dad, que no tie­nen una posi­bi­li­dad de inser­ción labo­ral por­que tam­bién hay cosas de las que no se habla”, sos­tu­vo en rela­ción al deba­te sobre la regu­la­ción de la prostitución.

En ese sen­ti­do, se mos­tró muy intere­sa­da en hablar de este aspec­to, “que es la entra­da de la cap­ta­ción de las muje­res para la pros­ti­tu­ción. Cuan­do hablan las regu­la­cio­nis­tas, algu­nas hablan des­de la total igno­ran­cia. Pare­cie­ra una moda decir que la pros­ti­tu­ción es tra­ba­jo sin refle­xio­nar, pero las que hablan sabien­do son las diri­gen­tes o las aca­dé­mi­cas que apo­yan, ocul­tan o no se habla nun­ca del momen­to del ingre­so al mun­do de la prostitución”.

“Pare­cie­ra que el ingre­so es de una mujer adul­ta, refle­xi­va, con todas sus con­di­cio­nes socia­les asen­ta­das, cómo­das y toma­ra una deci­sión pro­pia e infor­ma­da sabien­do el ries­go que corre, y eli­je este tra­ba­jo. Eso ocul­ta que en reali­dad todas entra­ron tem­pra­na­men­te, cuan­do eran muy joven­ci­tas”, cuestionó.

Hiper­se­xual­zia­ción de las infancias.

DDF: Otra cues­tión es la hiper­se­xua­li­za­ción de las infan­cias, como tra­tan a las niñas y los niños y como es el rol de la ESI en esto. Otra cosa, que no es lineal, son los abu­sos sexua­les en la infan­cia, las chi­cas ter­mi­nan en auto fla­ge­los, sui­ci­dios y en el sis­te­ma prostituyente…

NP: Eso no pode­mos decir que es lineal. Pero algu­nas esta­dís­ti­cas chi­cas exis­ten, un peque­ño tra­ba­jo de encues­tas que hizo AMADH en San­ta Fe advier­te que la mayo­ría habrían ingre­sa­do a la pros­ti­tu­ción tem­pra­na­men­te sien­do ado­les­cen­tes y des­pués de haber sido abu­sa­das sexualmente.

DDF: Y habrá, en esta hiper­se­xua­li­za­ción de los niños y niñas, por par­te de padres y madres adul­tas esto que se ha vis­to, a veces has­ta pros­ti­tu­ción pro­mo­vi­da por padres y madres. La niña que tie­ne 15, 16 años que sale con un señor mayor que le paga los estu­dios, o tipos casa­dos. Hay una fal­ta de mira­da pro­fun­da de la pro­ble­ma­ti­za­ción o de la psi­quis y de la salud de esas pibas.

NP: En muchas pro­vin­cias hay una natu­ra­li­za­ción de estas situa­cio­nes y yen­do más con­cre­ta­men­te toda­vía, entre­gar chi­cos y chi­cas, que se sabe por las notas perio­dís­ti­cas o de denun­cias de com­pa­ñe­ras que lo saben o las que tra­ba­jan en ser­vi­cios de niñez. Cuan­do las chi­cas ya están en tra­ta­mien­to se des­pren­de eso, que fue la pro­pia fami­lia la que las entregó.

El rol de la ESI.

Puli­do remar­có que “el secre­to está en la ESI bien apli­ca­da. Inclu­ye la can­ti­dad de cam­pa­ñas comu­ni­ca­cio­na­les o men­sa­jes hacia la socie­dad, den­tro y fue­ra de la escue­la. Es fun­da­men­tal aden­tro de la escue­la por­que for­ta­le­ce a chi­cos y chi­cas edu­cán­do­los en sus derechos”.

“Una edu­ca­ción basa­da en el diá­lo­go, en la con­vi­ven­cia y no en la vio­len­cia y el mal­tra­to. En tér­mi­nos de igual­dad. Si la escue­la se emban­de­ra con eso, si se apli­ca­ra, las mis­mas docen­tes, ellas mis­mas se irían trans­for­man­do, por­que es nece­sa­rio que se trans­for­men las y los docen­tes”, afirmó.

Puli­do plan­teó que “hay que trans­for­mar­se para dia­lo­gar y edu­car a los chi­cos y las chi­cas. Es mara­vi­llo­so ver cuan­do las docen­tes van toman­do con­cien­cia, se van trans­for­man­do con algo que no le die­ron en su for­ma­ción ni en espa­cios de capa­ci­ta­ción. La auto­rre­fle­xión de la ESI es muy pro­fun­da por­que tie­ne que ver con tu vida, sobre tu ser, sobre tus prác­ti­cas cotidianas”.

Para la espe­cia­lis­ta, esto “tie­ne que dar­se a tra­vés de talle­res refle­xi­vos que trans­for­men a los y las suje­tas que esta­mos den­tro de esa prác­ti­ca. Es fun­da­men­tal que las y los docen­tes ten­gan for­ma­ción en talle­res, que ten­gan esa refle­xión inter­na, me intere­sa mucho la edu­ca­ción que se les da a niños y niñas y no hubo una trans­for­ma­ción en ese tema”.

DDF: Los esta­dos han toma­do la ESI como un pro­ble­ma de edu­ca­ción y de muje­res, nos atra­vie­sa el machis­mo. Lo pasan de lar­go al tema de la ESI. Sería impor­tan­tí­si­mo enten­der­lo en pro­fun­di­dad, para enten­der lo de los abu­sos, la pros­ti­tu­ción o explo­ta­ción sexual.

NP: Y la cosi­fi­ca­ción que es la base. El minis­te­rio se preo­cu­pa, pero no se ocu­pa de la cues­tión de los femi­ci­dios. Es una la emer­gen­te últi­ma de la vio­len­cia estruc­tu­ral. Va a ser muy difí­cil pre­ve­nir pun­tual­men­te un femi­ci­dio si no se va hacien­do una pro­fun­da trans­for­ma­ción de las polí­ti­cas públi­cas, des­de aba­jo hacia arri­ba que invo­lu­cre todos estos temas, arti­cu­lan­do la socia­li­za­ción de las niñas, de las muje­res como per­so­nas, como suje­tas y no como obje­tos por­que así ter­mi­na en la muer­te. La vio­len­cia es un con­ti­nuum en el desa­rro­llo eta­rio de las muje­res, niñas, ado­les­cen­tes, y jóve­nes, lle­gan­do a la elec­ción de la pare­ja, for­ma­das con ese para­dig­ma. A la polí­ti­ca públi­ca si la toman sola­men­te con los emer­gen­tes visi­bles, “como qué hacer con las muje­res gol­pea­das”, va ser muy difí­cil erra­di­car la violencia.

DDF: Hay que tener Polí­ti­cas de prevención.

NP: Otro tema terri­ble es la apli­ca­ción de las leyes en el Poder Judi­cial. Víc­ti­mas que reco­rren todas las opcio­nes que les brin­dan y ter­mi­nan muertas.

DDF: Así pasa en todos lados para todas. La mayo­ría de las víc­ti­mas pasa por ese reco­rri­do de pedi­do de jus­ti­cia y protección.

NP: El emer­gen­te es la muer­te, lo que se ve, lo que se contabiliza.

“El lobby pro­xe­ne­ta es muy fuerte”.

Puli­do opi­nó sobre lo que ocu­rrió con el Minis­te­rio de Desa­rro­llo Social, que qui­sie­ron incluir a la pros­ti­tu­ción como tra­ba­jo, y advir­tió que “es gra­ví­si­mo, por­que ese regis­tro era para bus­car una cier­ta lega­li­za­ción de una can­ti­dad de prác­ti­cas que se hacen en el tra­ba­jo no regis­tra­do, tra­ba­jo informal”.

En ese sen­ti­do, seña­ló que “el lobby pro­xe­ne­ta en el mun­do es muy fuer­te y aquí no pasa des­aper­ci­bi­do, tam­bién es muy fuer­te en Argen­ti­na. Tie­ne fuer­tes recur­sos, tie­ne inte­lec­tua­les orgá­ni­cos en las uini­ver­si­da­des. Cuan­do gran par­te de las inves­ti­ga­cio­nes están diri­gi­das a defen­der la prác­ti­ca como “tra­ba­jo sexual” y a argu­men­tar en con­tra de la ley de tra­ta. Bus­can legi­ti­mi­dad a tra­vés de la aca­de­mia, legi­ti­mi­dad a tra­vés de los medios de comu­ni­ca­ción y de los sin­di­ca­tos, y aho­ra en el Esta­do. Pene­tran en varios minis­te­rios, el Minis­te­rio de la Mujer, el Inadi, se defien­de esa pos­tu­ra que en Argen­ti­na está fue­ra de las nor­mas lega­les y ahí se vió cla­ra­men­te cómo se inten­ta meter en un pro­gra­ma labo­ral esta­tal. No sabe­mos quié­nes la impulsaron”.

“Noso­tras como femi­nis­tas no cree­mos que la pros­ti­tu­ción es tra­ba­jo. Y no cree­mos como dice el dis­cur­so pos­mo­derno de que ‘empo­de­ra a las muje­res’. Si hace­mos un aná­li­sis de la opre­sión de las muje­res, una de las pri­me­ras prác­ti­cas de opre­sión de las muje­res es la cap­ta­ción y apro­pia­ción de su poder repro­duc­ti­vo. Ya des­de el pasa­do remo­to, des­de el neo­lí­ti­co hay una prác­ti­ca de apro­pia­ción de la sexua­li­dad de las muje­res como un bien,luego se ins­ti­tu­ye la pros­ti­tu­ción muy tem­pra­na­men­te, con leyes, con nor­mas. En el 3000 antes de Cris­to”, explicó.

“Y se ins­ti­tu­ye para que los varo­nes tuvie­ran muje­res a su dis­po­si­ción. El ori­gen de la pros­ti­tu­ción está uni­do al ori­gen de la escla­vi­tud. Las pri­me­ras pros­ti­tu­tas fue­ron las muje­res de otras tri­bus, de otra cul­tu­ras ven­ci­das a quie­nes se las escla­vi­za­ba para el uso de sus cuer­pos, de su sexua­li­dad, de la repro­duc­ción y el uso sexual públi­co para los varo­nes. Están uni­dos en su ori­gen, escla­vi­tud y pros­ti­tu­ción. Es el ori­gen de la ins­ti­tu­ción. En el tras­la­do del tiem­po, a tra­vés de todas las eta­pas his­tó­ri­cas del desa­rro­llo de la huma­ni­dad, la ins­ti­tu­ción per­sis­tió, por­que es una de las bases del patriar­ca­do. Cuan­do deci­mos la pros­ti­tu­ción es un pilar del patriar­ca­do, lo es”, continuó.

La espe­cia­lis­ta sos­tu­vo que “sur­ge en el ori­gen del patriar­ca­do. En el domi­nio social, polí­ti­co, eco­nó­mi­co, y domi­nio repro­duc­ti­vo sexual de las muje­res. Enton­ces es inne­ga­ble que des­de un aná­li­sis femi­nis­ta que entien­de la vigen­cia his­tó­ri­ca y actual del patriar­ca­do vemos que el ori­gen del patriar­ca­do, el ori­gen de la pros­ti­tu­ción y el ori­gen de la escla­vi­tud, son orí­ge­nes prác­ti­ca­men­te comu­nes. Poder ver que esta ins­ti­tu­ción per­sis­te a lo lar­go de los mile­nios y que real­men­te es una ins­ti­tu­ción muy fuer­te y sos­te­ni­da por los varones”.

El SAP, una herra­mien­ta patriarcal.

Puli­do hizo alu­sión a otros aná­li­sis que se cen­tran en otras carac­te­rís­ti­cas nega­ti­vas del patriar­ca­do, don­de esgri­men que los pro­pios varo­nes son víc­ti­mas del patriar­ca­do. “Entien­do la corrien­te que dice que la socia­li­za­ción de los varo­nes es una socia­li­za­ción nega­ti­va tam­bién para el ser humano, que el patriar­ca­do es dañino para todos los seres huma­nos, por­que es una for­ma polí­ti­ca basa­da en la vio­len­cia. Es una ins­ti­tu­ción polí­ti­ca mile­na­ria que está basa­da en la vio­len­cia, en la dis­cri­mi­na­ción y en la supe­rio­ri­dad de unos seres sobre otros. Igual que todas las for­mas socia­les a las que pos­te­rior­men­te se unión, como el feu­da­lis­mo, como el capitalismo”.

“Es una divi­sión sexual del mun­do don­de unos tie­nen el poder y otros no tie­nen nada. Es malo para la huma­ni­dad y para los varo­nes, pero los varo­nes usu­fruc­túan enor­mes can­ti­da­des de bene­fi­cios de este mode­lo polí­ti­co, tie­nen todos los pri­vi­le­gios y las muje­res no. Es un sis­te­ma que abso­lu­ta­men­te con­fi­gu­ra un mun­do de jerar­quías que ins­ti­tu­cio­na­li­zan la des­igual­dad y es esa la base de la apro­pia­ción del cuer­po de las niñas por los varo­nes, ya sean sus padres en el caso del inces­to o las vio­len­cias intra­fa­mi­lia­res”, añadió.

“A la apro­pia­ción del cuer­po de las jóve­nes cuan­do entran en el mun­do de la pros­ti­tu­ción, a la cosi­fi­ca­ción del cuer­po de las niñas tem­pra­na­men­te ves­ti­das como adul­tas, de la cosi­fi­ca­ción de las muje­res pues­tas como obje­tos y no como suje­tos. Ese es el mun­do y la socie­dad plas­ma­da por el patriar­ca­do”, advirtió.

Puli­do expre­só que “es el ori­gen que sub­sis­te y per­sis­te has­ta el día de hoy” y que las prác­ti­cas que “tie­nen más poder en sus esta­men­tos polí­ti­cos socia­les y más pro­fun­das son las prác­ti­cas patriar­ca­les. En casos de abu­so sexual vemos cerra­da defen­sa de los jue­ces, por­que tie­nen un para­dig­ma de que el varón con­ver­ti­do en padre de fami­lia y como tal con­si­de­ran que es inca­paz de come­ter esos delitos”.

“El SAP es algo que usan los jue­ces, es una herra­mien­ta útil a las prác­ti­cas patriar­ca­les que enmas­ca­ran en un dis­cur­so que pre­sen­tan como ‘teo­ría cien­tí­fi­ca’”, afir­mó y expli­có que “en reali­dad, el tras­fon­do de sus prác­ti­cas es negar las inves­ti­ga­cio­nes judi­cia­les, negar los dere­chos y la pala­bra de los niños y niñas, y se res­guar­dan detrás de esta fal­sa ‘teo­ría científica’”.

“Los agen­tes judi­cia­les tie­nen esa ‘herra­mien­ta fácil’ de inter­pre­ta­ción de con­duc­tas detes­ta­bles. Son con­duc­tas a las que ponen un nom­bre rela­ti­vo a la medi­ci­na, don­de todo lo que está sufrien­do ese niño/​niña es debi­do a esta “teo­ría cien­tí­fi­ca SAP”, y no al hecho real de que, si se inda­ga, detrás está el abu­so sexual”, manifestó.

Puli­do men­cio­nó el libro de Eva Giber­ti sobre Inces­to Paterno Filial, don­de sos­tie­ne “todo esto que habla­mos como una malla ideo­ló­gi­ca que está teji­da con mitos, pre­jui­cios, que impo­nen en los mode­los de des­igual­dad de géne­ro, todo esto que­da ocul­to en la mira­da de estos pro­fe­sio­na­les sin capa­ci­ta­ción, sin cono­ci­mien­tos, teñi­dos de esas con­cep­cio­nes. Estos fun­cio­na­rios judi­cia­les usan el SAP, por­que dicen que es cien­tí­fi­co y ade­más los tran­qui­li­za ponién­do­le a la madre una can­ti­dad de cali­fi­ca­ti­vos que ya tene­mos des­de la his­to­ria, como es his­té­ri­ca, mali­cio­sa, des­pe­cha­da. De un lado se pone al mari­do que es un hom­bre hono­ra­ble, y del otro lado ponen a la madre con estos calificativos”.

“La auto­ri­za­ción la tie­nen los varo­nes para apro­piar­se del cuer­po de las per­so­nas infe­rio­res. En la cons­ti­tu­ción his­tó­ri­ca de la fami­lia, el úni­co que tenía poder y dere­cho era el hom­bre que tenía la potes­tad. Todos los demás que vivían bajo el mis­mo techo, en el clan, quien man­da­ba era el páter fami­lia y por deba­jo esta­ban la mujer, los hijos, los escla­vos, los clien­tes, los alle­ga­dos. El úni­co que tenía dere­chos era el páter fami­lia. En la épo­ca moder­na se plas­ma en la socie­dad, el mode­lo libe­ral de fami­lia ins­tau­ra la infe­rio­ri­dad de la mujer y los niños con res­pec­to al padre. Cuan­do habla­mos de patriar­ca­do, es una refun­da­ción del patriar­ca­do nue­vo, moderno”, cerró.

Fuen­te: Dia­rio Femenino

Itu­rria /​Fuen­te

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