Por Rodrigo Jesús Díaz Silva*, Resumen Latinoamericano, 31 de julio de 2020.
Hace mucho que ya nadie duerme ante las mentiras, aún cuando el cielo besa la madrugada de otro día de tantas trampas, que idearon los de traje cuello y corbata, permanece el grito y la esperanza, de lo porqué nuestra garra pelea sin tregua, por paz, justicia y la libertad…la libertad…el presente y el futuro con sabiduría del pasado, todo aquello que parece escabullirse cual pececillo asustado o travieso, valla a saber uno porqué le temen otros, los ajenos, los poderosos y cobardes, a los cambios y al desarrollo, al orden de una justicia social real , basada en la equidad y mejor calidad para un país que ha soportado tantas penumbras y tiranía, aunque la maldad es egoísta y majaderamente ignorante, sus títulos comprados en las universidades no los avala como brillantes, de hecho no brillan, porque su nada de luz se extingue cada vez…por eso han querido dejarnos ciegos, porque nuestra mirada es limpia y somos capaces de desenmascararlos, confrontarlos, ya no nos engañan… Tenemos simplemente que entender que no los haremos cambiar con política, sólo queda vencerlos en la arena de su romana injusticia y encerrarlos en las mismas cárceles que han edificado contra el pueblo, eso sí, sin canchas de tenis como en Punta Peuco…( Las patitas)…
Nos queda mucha de la fuerza de los supuestamente débiles, nosotros, qué bella palabra nos une, los que no tenemos las armas de fuego que tanto nos apuntan con odio inculcado por los psicópatas secuestradores del estado, amordazando la democracia que nos anhela y amamos en la lucha que hierve en las venas corriendo por las calles y las tierras que nos quitaron aprovechando la cuarentena neoliberal que nos sitió, pero no nos calló…
Los estamos venciendo a pesar de todo compañeros y compañeras, observen… cada vez que cantamos una canción rebelde, o ponemos el pecho contra sus cañones de acero, una flor en vez de metralla, o una piedra cuando estamos enojados de tanto atropello… Es verlos callendo a lo que debemos atender cada vez que sintamos la sombra de algunas tristezas, o fatiga por falta de alimentos, no tengamos vergüenza de acudir a una olla común, o pedir ayuda, porque el pueblo no se niega al pueblo, y porque cuando lo hacemos podemos ver cómo se desmoronan de ira los señores, y deciden dedicarse mejor a escapar de su vergüenza como ratas de alcantarilla, hacia otros trucos de su politiquería, con sus bolsillos llenos de dinero ensangrentado, tantos criminales ultrajando nuestra bandera… pero ya está culminando esta era de criminales, se viene la cultura, la comunidad y la historia que hemos cultivado, escrita en la nueva Constitución política, se viene por fin la democracia sin los disfraces de congresistas, sin los eslabones que empobrecen a un país rico, que tiene sin educación, sin salud, comida ni pañales a tantos niños…
Así que, durmamos tranquilos unas horas, descansemos merecidamente, antes que amanezca, porque aún tenemos el corazón latiendo para seguir construyendo, para seguir alentándonos los unos a los otros, y tantos sueños aún por concretar…
*escritor