Tribunal Supremo Electoral pospone nuevamente las presidenciales en Bolivia
El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero, anunció en la ciudad de La Paz, que se posponen las presidenciales en Bolivia, luego de una reunión donde se informó el inicio del calendario electoral. La nueva fecha será el 18 de octubre con posibilidad de segunda vuelta el 29 de noviembre. También informó que esta fecha no amerita de la aprobación de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP).
El Órgano Electora Plurinacional (OEP)l, justifica la medida en un comunicado que circuló, tras el anuncio realizado por Romero, en el que explica que se debe a la entrada del país al proceso de pandemia mundial por Covid-19 y la aplicación de cuarentena para evitar contagios, así como de la transición “democrática” luego de la renuncia de Evo Morales.
“Por otro lado, hay que respetar el mandato constitucional que fijó los parámetros de esta excepcional transición política y constitucional que vive Bolivia, que señala que las nuevas autoridades de los Poderes Ejecutivo y Legislativo deben asumir sus cargos en 2020. Se trata, además, de una exigencia democrática básica: los Estados necesitan contar con autoridades legítimas, con un mandato ciudadano que solo emerge de las urnas. El cumplimiento de ambos imperativos debe generar simultáneamente tranquilidad y certeza a la ciudadanía, así como confianza en los actores políticos. Es el objetivo del Órgano Electoral”, indicó en el comunicado.
El expresidente Evo Morales se manifestó con varios mensajes por su cuenta twitter, ante la preocupación por la postergación del calendario electoral en Bolivia. Aseveró que “Las leyes 1297 y 1304 determinan los plazos para que las elecciones se realicen. El único Órgano del Estado que puede modificar ese plazo es la Asamblea Legislativa Plurinacional. Cualquier decisión unilateral es ilegal e inconstitucional”. Igualmente destacó que significaba un nuevo “golpe a la democracia boliviana” si el TSE aprueba la cancelación de los comicios, y que este hecho tiene un propósito: que Áñez continúe en el poder como presidenta de facto: “El pueblo ha soportado con mucha paciencia dos postergaciones”. Asimismo, dijo que “una postergación en la fecha de elecciones solo perjudicará al pueblo por la ingobernabilidad que se observa, la pandemia sin ningún control y la crisis económica; por eso ciudades dicen, hasta en encuesta de la derecha, que irán a votar el 6 de septiembre”.
Evo Morales: “La postergación de las elecciones es un nuevo golpe contra la democracia”
Resumen Latinoamericano
En el día de hoy el Tribunal Supremo Electoral ha demorado las elecciones de Bolvia hasta el 18 de octubre.
«Si el Tribunal Supremo Electoral posterga las elecciones es un nuevo golpe contra la democracia. El pueblo ha soportado con mucha paciencia dos postergaciones. El objetivo es prorrogar al Gobierno de facto», escribió en Twitter
Evo Morales evaluó como un «nuevo golpe a la democracia» los planes del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de postergar las elecciones generales en Bolivia a causa de la pandemia del nuevo coronavirus.
Evo tambien declaró la decisión de «inconstitucional» y acusó al Gobierno de facto de intentar proscribir a su partido.
Las elecciones generales en Bolivia se aplazaron al 18 de octubre, en vez del 6 de septiembre, anunció el órgano electoral, una medida que causó la inmediata repulsa del expresidente Evo Morales, quien la calificó de «inconstitucional» y acusó al Gobierno de facto encabezado por Jeanine Áñez de intentar proscribir a su partido.
Este es el segundo aplazamiento que sufren los comicios, que originalmente estaban convocados para el 3 de mayo, por la situación de emergencia sanitaria ante el coronavirus, que en el país está en plena alza.
El presidente del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia, Salvador Romero, comunicó a los medios en La Paz que el nuevo aplazamiento fue acordado por este órgano con base en «consideraciones de orden científico, legal y sociopolítico».
El objetivo es que el proceso electoral «considere los parámetros científicos y cuente con suficientes medidas de seguridad de salud», explicó.
La nueva fecha «genera mayores condiciones para la protección de la salud, facilidades de votación en el exterior, llegada de misiones de observación internacional, además de favorecer el despliegue logístico de todas las operaciones» para la cita con las urnas, agregó.
Bolivia a las puertas de un golpe de Estado electoral y político-militar
Liseth García – Cubainformación /Cuba en Resumen
Los militares y la policía, legitimadores del golpe de Estado en noviembre pasado en Bolivia, que auparon al gobierno de facto presididode manera anticonstitucional desde entonces por Jeanine Áñez, siguen su escalada contra el MAS, que se da como ganador en los sondeos de intención de votos realizados hasta ahora.
El partido del expresidente Evo Morales, que mantiene mayoría de 2⁄3 en el legislativo, ha garantizado una dualidad de poderes, un contrapeso a cualquier decisión tomada por la golpista. Es por eso que se pudo imponer la fecha del 6 de septiembre para realizar las elecciones, que si no llega a ser por las maniobras en torno a la Covid se habrían realizado el 3 de mayo.
Según comenta en el sitio de noticias Rebelión, el politólogo vasco Katu Arkonada, “la pandemia, que podríamos pensar que le ha venido bien a muchos para eternizarse en el poder, ha sido desastrosa para los golpistas en el gobierno. No solo porque han hecho una pésima gestión de la crisis de salud…, sino porque durante estos meses han sido numerosos los escándalos de corrupción en los que han incurrido diversas autoridades del gobierno golpista…pasando por comisiones millonarias en la compra de respiradores para enfrentar la epidemia, que han llevado a la cárcel al Ministro de Salud golpista”.
En la estrategia actual, de la mano de la embajada estadounidense y otros expertos, está desacreditar a quien tiene el MAS como candidato, Luis Arce Catacora, el ministro más exitoso durante el gobierno de Evo en 14 años, el que lidera en este momento todas las encuestas, y que podría ganar incluso en primera vuelta.
En un artículo reciente publicado por el diario The New York Times, de Raúl Peñaranda, afirma que tras un año de transición incierta, crisis sanitaria y recesión económica, Bolivia requiere recuperar la normalidad. El articulista sugiere que la solución es que Äñez, desprestigiada por su mala gestión, llegue a un acuerdo con el expresidente Carlos Mesa, candidato que marcha en segundo lugar en las encuestas.Incluso dice que lo ideal es que Áñez renuncie y de paso a Mesa.
La línea más dura a la vista es dejar fuera de la contienda electoral a Arce Catacora, al cancelar la personería jurídica del MAS-IPSP, por unas declaraciones donde el candidato presidencial mencionó unas encuestas en televisión, comentarios que le ley impide encampaña electoral. Aunque Arce no difundió ninguna encuesta, ni mostró gráficos ni otros datos, y la campaña no ha comenzado, es claro que buscan volver a los tiempos donde Bolivia escogía presidentes, con la exclusión de candidatos de las mayorías, apunta Arkonada.
Al propio tiempo, los golpistas han creado un grupo guerrillero “indígena-independentista” para cometer actos violentos y culpar al MAS. Todo ello con el apoyo de la estación CIA de la Embajada de Estados Unidos en La Paz. En caso de que no puedan anular al MAS, no se descarta un golpe de Estado clásico, con los militares a la cabeza, concluye el politólogo Katu Arkonada.
El silencio cómplice de EEUU y la UE en los planes prorroguistas en Bolivia
Ernesto Reyes – Cuba en Resumen /Resumen Latinoamericano.- Lo que pasa en Bolivia, donde se manipula con la pandemia para postergar elecciones generales, tendría corto alcance si no contara con el silencio cómplice de la Unión Europea y de los Estados Unidos, los cuales se llenan de retóricas evocaciones a la democracia cuando se trata de países que rechazan sus políticas injerencistas, pero toleran a gobiernos de derecha que violan sistemáticamente la Constitución Política y los derechos humanos.
En Bolivia el proceso democrático sufrió una convulsionada interrupción en noviembre de 2019. Para los partidos y organizaciones que nunca vieron con agrado a los indígenas en el gobierno, la violencia desplegada estaba justificada por el supuesto “fraude” que el MAS había cometido en las urnas. Para los conductores del llamado proceso de cambio y los movimientos sociales, se trató de un golpe de Estado. El debate sobre ambos puntos de vista puede ser eterno, pero sólo un aspecto, de los varios que hay, inclina la balanza a favor de la tesis del golpe de Estado: la entonces senadora Jeannine Añez era la segunda vicepresidenta del Senado y ante la renuncia de la presidenta de esa instancia, Adriana Salvatierra, primero tenía que ser electa presidenta del Senado y recién, y solo recién, podía asumir la presidencia de ese país en cumplimiento de lo que establece la CPE en materia de sucesión. Sin embargo, eso no ocurrió, no hubo quorum en el Senado y la sesión no se instaló, pero igual Añez se autoproclamó presidenta de Bolivia.
La Unión Europea, los Estados Unidos y el Brasil se hicieron de la vista gorda y reconocieron de inmediato a la presidenta de facto. En realidad, fueron los que avalaron esa irregularidad constitucional en negociaciones realizadas en una universidad privada de sello católico. Otorguemos, para no ser ingenuos, el beneficio de la duda y pensemos que quizá no tenían otra alternativa para superar la crisis política. Lo grave es que más de ocho meses después ni la UE ni los EEUU muestren algo de malestar sobre el tiempo prolongado que lleva el gobierno al que se suponía de transición y peor aún que, sobre todo la UE, estimule a que la situación se quede así por un tiempo más largo. Lo que se sabe es que su actual representante, Leo de la Torre, fue el más afanado para legitimar la presidencia de Añez y lo que se observa ahora es su sospechosa pasividad ante los anuncios de postergación de las elecciones y ante la violación de derechos humanos de decenas de personas detenidas por causas políticas, y la retención de siete ex autoridades del gobierno de Morales a quienes se les niega salvoconductos para salir del país rumbo a México, en clara transgresión del derecho internacional al asilo. Lo paradójico es evidenciar la gran actividad de UE y EEUU ante hechos que suceden en Venezuela o en Nicaragua y que desde sus perspectivas consideran irregulares, ilegales e inconstitucionales, y que desvíen su mirada ante lo que pasa en Bolivia. Contra los dos países gobernados por la izquierda saltan de inmediato, amenazan con medidas sancionatorias y de hecho las toman. Frente a las amenazas de cárcel que el ministro Murillo profiere todos los días contra militantes del MAS, interviene físicamente una clínica de propiedad del Estado cubano y acosa a toda persona sospechosa de ser masista, los funcionarios de EEUU y la UE prefieren mantener una actitud de clara complicidad. Esas delegaciones diplomáticas tendrán que responder algún día por su complicidad con la dictadura boliviana.
Es verdad que la pandemia se ha disparado en Bolivia y que el gobierno de facto es su mayor responsable porque privilegió la represión del MAS y de los movimientos sociales, y careció de un plan coherente para enfrentar y controlar el coronavirus. Pero también es verdad que el tiempo de la transición ya se agotó debido a la decisión de Añez de presentar su candidatura. El combate a la pandemia no puede negar el derecho a que los bolivianos elijan a sus gobernantes por la vía de las urnas.
¿Hasta cuándo EEUU y la UE serán cómplices de un gobierno de facto que no se quiere ir, que reprime a los movimientos sociales y que genera pánico psicológico en la población mediante la manipulación del Covid-19?
Tomado de Telesur
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