Dos vecinos de Écija fueron fueron detenidos el domingo a las 17:30 h. en Écija y retenidos en dependencias policiales durante más de 6 horas. Victoria Varela y Juan Manuel Luna, conocidos por sus años de actividad social en el pueblo, denuncian haber recibido “graves abusos físicos y verbales” de los dos agentes que los detuvieron, según su declaración, por negarse a ser identificados en la puerta de casa.
Según refieren, mientras bajaban algunos objetos de su vehículo, un coche de la Policía Nacional de Écija fue detenido frente a ellos. Ambos agentes les recriminaron no tener puesta la mascarilla. “Mientras entrábamos en el portal, intentamos explicarles que habíamos aparcado justo en la puerta, que solo eran unos pocos metros, que teníamos la mascarilla y nos la pondríamos en el momento, pero insistían en identificarnos”. Al parecer, la Policía les habría asegurado actuar “por las buenas o por las malas”, y ante la negación verbal de la pareja a identificarse, “entraron al portal y retorcieron el brazo a Victoria, haciéndola perder la estabilidad. Al tratar de ayudarla recibo un empujón y caigo al suelo, y un tío de 100 kilos me clava la rodilla en la espalda y después sobre el cuello, como vemos que hacen en Estados Unidos”, declara Luna.
Cuando los vecinos escucharon sus sus gritos y llamadas de socorro y bajaron al portal se los llevaron detenidos. Y la violencia que relatan empeora: “De camino a la comisaría, el agente que conducía empezó a acelerar por las calles del barrio y frenar en seco para que chocáramos con la mampara del coche. No nos pusieran el cinturón ni cuando lo pedimos. Después del golpe de frente, con ellos riéndose, caíamos con todo nuestro peso sobre las muñecas esposadas, sufriendo mucho dolor, y así lo repitieron hasta llegar”.
“Lo que necesitas es que te folle bien un policía”
Además, también denuncian amenazas y vejaciones verbales de tono sexual por parte de estos dos agentes durante el transcurso de los hechos: “vas vestida muy provocativa”, “lo que necesitas es que te folle bien un policía”, “podríais iros, a Mallorca por ejemplo si tuvierais dinero, pero tenéis que quedaros aquí” o “me quedan 30 años de servicio para pedirte la documentación” son algunas de las frases que recuerdan.
Luna, nervioso, cuenta que en el cuartelillo los sentaron con las manos tras el respaldo de las sillas, y pusieron en marcha un proceso de intimidación, como “de poli malo y poli bueno. Me dieron un puñetazo en la boca y me tiraron al suelo de un golpe por protestar, por decirles que su actuación era desproporcionada”.
Solicitaron un médico para que alguien revisara sus golpes, y en la visita al centro médico se sintieron “como delincuentes, teniendo que entrar esposados en una sala llena de vecinos”, siendo revisados todavía con los grilletes puestos y tratados “con prejuicios” por algunos profesionales médicos. “Somos padres de una niña pequeña y llevamos cuatro meses confinados en un piso de 70 metros con ella; yo trabajo desde hace años con 45 personas de riesgo en PRODIS [residencia y centro ocupacional para personas con diversidad intelectual], y después de formarme allí contra el virus, de cambiar mi vida y la de mi familia, y hacer lo imposible para que nadie esté en riesgo, nos acusarán de desobediencia y nos obligarán a irnos de aquí. Ya tenemos miedo”.
Mientras estudian presentar cargos contra los agentes, aseguran sentirse “intranquilos con actuaciones policiales como ésta, que durante el confinamiento han sido frecuentes en el barrio por parte de estos dos agentes”. Numerosos colectivos sociales, ciudadanos y reconocidos activistas represaliados como Óscar Reina o Roberto Mesa están apoyando la firma de un Manifiesto para exigir el fin de los abusos policiales amparados en la emergencia sanitaria, y una sentencia absolutoria para la pareja, que está citada mañana a las 10 h. en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Écija.
Miguel Á. Laguna
Fuente: www.lafarruca.news
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