Luis Enrique Aguilar Pereda/Resumen Latinoamericano, 28 de julio de 2020
Los Altos de Chiapas es uno de los territorios en México con mayor población indígena, pero el racismo y la discriminación que existen han mantenido a estos pueblos en una profunda pobreza material, falta de acceso a la justicia y servicios básicos que ha complicado su subsistencia y acentuado muchos problemas sociales.
Desde hace un par de años (2018) he dado seguimiento al conflicto territorial entre campesinos de Aldama y Chalchihuitán con grupos armados de corte paramilitar provenientes de Chenalhó que no encuentra un desenlace pacífico aún y donde la actuación del gobierno resulta sospechosa tomando acciones como el encarcelamiento de Cristóbal Santis representante de los comuneros desplazados del territorio de Aldama, al cual se le han atropellado sus derechos humanos básicos privándolo de la libertad.
Hasta la fecha el pueblo de Aldama ha recibido 316 ataques armados de los grupos paramilitares dónde han perdido la vida siete personas y otras 16 han resultado heridas.
En los tiempos de pandemia que estamos viviendo la problemática se ha agravado mucho, comienza a ver problemas de hambruna ya que los campesinos desplazados no pueden acceder a sus tierras para conseguir el alimento, ni resguardarse en sus casas por los constantes ataques armados a sus viviendas.
En uno de los últimos ataques que realizaron los paramilitares hacia la comunidad de Coco, una de las 11 comunidades bajo fuego en Aldama, el 17 de julio de 2020 la menor de 13 años María Luciana Lunes Pérez fue herida de bala mientras trabajaba en su casa el telar con lo que apoya el sustento familiar. Una de las balas que la alcanzó dentro de su hogar atravesó su hombro y otra le entró por la mejilla y tuvo que ser removida en un hospital de San Cristóbal.
El señor Melchor caficultor de la comunidad de Coco y padre de María Luciana tiene su casa justo en la línea de fuego a unos metros de Santa Marta comunidad de Chenalhó de donde atacan los paramilitares, nos muestra su casa y los impactos de bala que recibe, dos de estas balas alcanzaron a su hija.
La familia de María Luciana tuvo que desplazarse por el temor de morir, haciendo más crítica su situación porque Melchor no puede entrar a su tierra de cultivo desde hace dos años, desde que inició el conflicto. María Luciana está muy triste porque al estar herida no puede seguir trabajando el telar para tener unos pocos ingresos.
En la clínica donde le sacaron la bala incrustada en su mejilla le dieron una receta con medicamentos que superan los 1000 pesos, que son imposibles pagar en esta situación que viven.
Al día de hoy hay cientos de personas desplazadas por este conflicto en los Altos de Chiapas en medio de una pandemia que está golpeando seriamente a las comunidades indígenas, los desplazados en este momento están con hambre en medio de las frías montañas y están siendo atacados con armamento de alto calibre por grupos paramilitares, hoy es un día más de incertidumbre para los pobladores sotsiles de Aldama.
Antes de irme la familia me pidió insistentemente que pasara el mensaje al gobierno de que los están esperando con la ayuda que prometieron, que por favor no se olviden de ellos, que necesitan ayuda urgente.
Si quieres apoyar a la familia de Luciana y a las comunidades de Aldama puedes entrar a firmar o donar contacta al centro de derechos humanos Frayba que están dando seguimiento al conflicto.
FUENTE: desInformemonos