Méxi­co. Sana­ción en la sie­rra, con la tierra

Por Ama­lia N. Var­gas, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 20 de julio de 2020

Com­par­ti­mos expe­rien­cias de sabi­du­rías jun­to a los her­ma­nos indí­ge­nas Wixa­ri­ca. Los wixá­ri­kas o wixá­ri­cas (hui­chol [viˈʐaɾi­ka-viˈ­raɾi­ka]), cono­ci­dos en espa­ñol como hui­cho­les, son un gru­po mayo­ri­ta­rio en Naya­rit, Méxi­co. Habi­tan el oes­te cen­tral del país, en la Sie­rra Madre Occi­den­tal, prin­ci­pal­men­te en los esta­dos de Naya­rit, Jalis­co y par­tes de Duran­go y Zaca­te­cas. Se auto­de­no­mi­nan wixá­ri­ka (la gen­te) en su lengua. 

En nues­tro via­je a Méxi­co, lle­ga­mos a Gua­da­la­ja­ra, Jalis­co y a varios terri­to­rios indí­ge­nas; en uno de ellos en la zona casi del desier­to cono­ci­mos a varios Mara­ca­mes, Médi­cos tra­di­cio­na­les Wixa­ri­ca, hom­bres y muje­res medicina.Entre ellos cono­ci­mos a Zabo­ni­zoc, quien es médi­co tra­di­cio­nal Wixa­ri­ca, hijo de padres maya y wixa­ri­ca, vive actual­men­te en Gua­da­la­ja­ra y se dedi­ca a sanar por medio de las plan­tas sagra­das y el gran espí­ri­tu de la tierra.

Cos­mo­vi­sión del desier­to
El nom­bre Zabo­nin­zoc es de ori­gen maya, mexi­ca, este nom­bre es un nom­bre de siem­bra que le die­ron las comu­ni­da­des. El her­mano Zabo­nin­zoc nos expli­có que no les gus­ta­ba que le lla­má­ra­mos hui­cho­les, le pre­gun­té por­qué. Él dijo que hui­chol sig­ni­fi­ca­ba perro sucio, que es un nom­bre des­pec­ti­vo con el que lo lla­ma­ron los blan­cos, moti­vo por el cual ellos dicen que su cul­tu­ra es wixa­ri­ca, el pue­blo que ado­ra el vena­do y sana con las plu­mas del águila.

A con­ti­nua­ción com­par­ti­re­mos la entre­vis­ta acer­ca de la cos­mo­vi­sión; Medi­ci­na tra­di­cio­nal y la espiritualidad.

¿Cómo están los Wixa­ri­cas hoy?
Noso­tros esta­mos preo­cu­pa­do, tris­tes por la con­ti­nua tala de bos­ques, las con­ta­mi­na­cio­nes de ríos y mares y todo el medio ambien­te. Cree­mos que las esta­cio­nes están cam­bian­do, así como cam­bia acá aba­jo, allá arri­ba tam­bién cam­bia. Cam­bia tam­bién el mar, el aire y el agua, por eso cada vez sen­ti­mos más los movi­mien­tos telú­ri­cos y están tam­bién los vómi­tos del mar en los tiem­pos de luna­cio­nes. Por otro lado en los tiem­pos que hay cam­bios de una esta­ción a otra en esos momen­tos tam­bién vemos las depu­ra­cio­nes. Cree­mos que el hom­bre por muy cien­tí­fi­co o ilu­mi­na­ti que se crea, pue­de crear tem­pes­ta­des fic­ti­cias arro­jar median­te avio­nes y bom­bas al cie­lo sus nubes arti­fi­cia­les, que tie­nen con­ta­mi­nan­tes y ele­men­tos pató­ge­nos, noso­tros nos reí­mos, los mara­ca­mes, los espi­ri­tua­les, por­que el hom­bre no va a supe­rar al dios que domi­na la natu­ra­le­za total.
Las etnias esta­mos can­sa­das que nos lle­ven bici­cle­tas rotas, solo pin­ta­das y se nos rom­pen en la mon­ta­ña, en las sel­vas, y nos lle­van ropa y cosas del ban­co mun­dial de salud solo por votos de con­fian­za y se olvi­dan de las nece­si­da­des de ser­vi­cios, se olvi­dan de la edu­ca­ción, no cree­mos en los que pro­me­ten sino en los que hacen.
Cada año en nues­tras comu­ni­da­des hace­mos nues­tros cam­bios de varas o cam­bio de auto­ri­da­des, tene­mos nues­tras pro­pias auto­ri­da­des. Tam­bién tene­mos per­so­nas que están en des­or­den a esas per­so­nas, noso­tros los pone­mos tra­ba­jar, por­que andan de vagos por­que no saben qué hacer. Lo pone­mos de secre­ta­rios o cui­da­do­res para que ten­gan una res­pon­sa­bi­li­dad y se orde­nen ellos mis­mos. A dife­ren­cia del sis­te­ma capi­ta­lis­ta u occi­den­tal en vez de dar­le tra­ba­jo lo con­de­nan lo matan, los echan y así solo los per­ju­di­can más.
Esta mane­ra de dar­les tra­ba­jo o algo para hacer es una mane­ra de ayu­dar­los a res­pe­tar­se a ellos mis­mos y res­pe­tar la comu­ni­dad, la familia.

Sana­cion des­de la Con­tem­pla­ción y Agra­de­ci­mien­to
¿Cómo está su pue­blo en rela­ción a la salud?
Hoy el hom­bre se ata a la medi­ci­na por­que el medio les pro­vee las enfer­me­da­des y lue­go le pro­vee la cura, tiran en las nubes esos ele­men­tos pató­ge­nos. Tiran insec­ti­ci­das que pro­vo­can cán­ce­res y enfer­me­da­des y lue­go lar­gan cam­pa­ñas gra­tis de vacu­nas gra­tui­tas y te infec­tan, para que uno siga con­su­mien­do y gas­te en ellos, es decir tra­ba­ja­mos para pagar medi­ca­men­tos y hospitales.

Según usted el mun­do está ham­brien­to de espi­ri­tua­li­dad. ¿Cómo podría uno conec­tar­se con esa espi­ri­tua­li­dad?
El hom­bre debe des­per­tar y dar­se cuen­ta que trae dones, y pri­me­ro debe pen­sar el daño o el bene­fi­cio que pue­de cau­sar con esos dones inte­li­gen­cia súper dota­da que te da te Dios. Debe­mos fijar­nos de no cau­sar daño a los ele­men­tos de la natu­ra­le­za como las plan­tas, ani­ma­les, el aire y el agua. Inclu­so ver qué uso le doy a mi pro­pia ener­gía bue­na o mala, en rela­ción con las ener­gía de los ele­men­tos, eso es espi­ri­tua­li­dad para noso­tros es el res­pe­to y como uno se rela­cio­na con toda la natu­ra­le­za cada día. Pri­me­ro debo obser­var lo que la natu­ra­le­za me dio y con­tem­plan­do la natu­ra­le­za a dia­rio voy conec­tán­do­me más.
Lo pri­me­ro es estar pen­dien­te de las ener­gía de los ele­men­tos, los esta­dos de la natu­ra­le­za, eso es espi­ri­tua­li­dad. Lue­go la natu­ra­le­za te da lo segun­do, lo que nece­si­tas. Lo pri­me­ro que tene­mos que enri­que­cer es nues­tro espí­ri­tu des­pués la mate­ria y al últi­mo el cuerpo.

¿Qué hace el médi­co tra­di­cio­nal?
El médi­co tra­di­cio­nal, reco­rre ciu­da­des, paí­ses, pue­blos, el médi­co sufre la pena aje­na en car­ne pro­pia. Si quie­res cono­cer a los cha­ma­nes, médi­cos tra­di­cio­na­les, curan­de­ro, pri­me­ro reco­nó­ce­te a ti, den­tro de ti está la magia. Yo no ven­go hablar­te de dios sino, noso­tros habla­mos con dios, habla­mos con el gran espí­ri­tu dador de vida, ese dios está en la natu­ra­le­za, está en los niños, está en todos, en la cum­bre, esta aun en tu enemi­go, lo impor­tan­te es saber verlo.

¿Qué tipos de enfer­me­da­des curan en esta zona?
Noso­tros cura­mos el mal de ojo, levan­ta­mos la molle­ra. Por ejem­plo cuan­do se cae la molle­ra esta se cae por el peso o se el des­pren­di­mien­to por­que hay una des­hi­dra­ta­ción del car­tí­la­go de des­hi­dra­ta y pier­de fuer­za. Tam­bién cura­mos el empacho.

¿Cómo comien­zan las enfer­me­da­des en su comu­ni­dad?
Las enfer­me­da­des comien­za por tris­te­zas y cora­jes en extre­mos, noso­tros tra­ta­mos de curar con plan­tas, por­que hay una des­ar­mo­nía de los órga­nos vita­les en los jóve­nes niños, y adul­tos. Las enfer­me­da­des del hom­bre y la mujer son emo­cio­na­les, hay las enfer­me­da­des de pare­jas , las men­ti­ras los enga­ños, traen más enfer­me­da­des. A mis pacien­tes les pre­gun­to: “de qué estás tris­te”, y ellos me cuen­tan, la gen­te no se da cuen­ta que la ener­gía se des­gas­ta mucho y cuan­do ellos no quie­ren con­tar sus pro­ble­mas se enfer­man.
Las per­so­nas a veces andan preo­cu­pa­das y no saben por­que andan teme­ro­sos y tris­tes no saben por­qué. Noso­tros obser­va­mos por­qué andan así y en nues­tro tem­plo el kali­guey, ahí noso­tros les habla­mos para res­tau­rar sus órga­nos vita­les a tra­vés de noso­tros el gran espí­ri­tu de vida cura sus emo­cio­nes, sana sus espí­ri­tu y ahí se cura el espí­ri­tu su alma men­te y cuer­po, eso lo hace­mos median­te plu­mas de zopi­lo­tes plu­mas de gua­ja­lo­te los lim­pia­mos, le pasa­mos las plu­mas como los este­tos­co­pios de ener­gía, si está muy mal lo suc­cio­na­mos y saca­mos esa ener­gía den­sa o pesa­da.
Lim­pia­mos esas ener­gías den­sas pesa­das con pie­dras de cuar­zo y otras. Lue­go para res­tau­rar sus ener­gías le ofre­ce­mos medi­ci­na ela­bo­ra­das a base de plan­tas por medio de gotas, poma­das ungüen­to, estas cre­mas sacan el estrés, el rui­do. Tam­bién hace­mos masa­ji­tos. Aun con el rui­do de la gran ciu­dad pode­mos estar medi­tan­do en movi­mien­to, medi­ta­mos en el silen­cio de uno mis­mo. Debe­mos cami­nar cuan­do no tene­mos nada que decir.

¿Cómo uno se enfer­ma del mal de ojos?
La per­so­na se enfer­ma de mal de ojo por­que hay per­so­nas que incons­cien­te­men­te o cons­cien­te­men­te mue­ven ener­gía inten­sa y pesa­da y de ellas se nutren. Esas per­so­nas se ali­men­tan median­te la crí­ti­ca, median­te la envi­dia, mien­tras más se cri­ti­quen más se nutren. Se ali­men­ta de esa ener­gía den­sa, pesa­da, si tus estás en un nivel más ele­va­do, más tran­qui­lo rela­ja­do, dicen que en ése cora­zón no entra esa ener­gía pesa­da. Pero huma­na­men­te esas per­so­nas son vam­pi­ros ener­gé­ti­cos y ahí se des­com­pen­sa la otra per­so­na que pier­de su ener­gía.
Cuan­do la per­so­na pier­de ener­gías tie­ne estos sín­to­mas; le due­le la cabe­za, tie­ne dia­rrea y lue­go pasa a la des­hi­dra­ta­ción. Lo que sufre la per­so­na es des­com­pen­sa­ción ener­gé­ti­ca. Para recu­pe­rar la ener­gía per­di­da, noso­tros lo cura­mos con un hue­vi­to, un hue­vi­to es una célu­la com­ple­ta, tie­ne iones posi­ti­vos y nega­ti­vos es una célu­la viva, es un ser vivo poten­cia­do, lo pasa­mos y pasa­mos por el cuer­po de la per­so­na que está mal para com­pen­sar la ener­gía per­di­da o para extraer algu­na intro­mi­sión ener­gé­ti­ca, mien­tras hace­mos ora­cio­nes en nues­tra len­gua o cas­ti­lla invo­can­do las ener­gías. Y la gen­te vuel­ve a equi­li­brar sus ener­gías.
Debe­mos cui­dar nues­tro cuer­po físi­co y ener­gé­ti­co. Los órga­nos man­dan ener­gías vita­les y cuan­do se enfer­ma dejan de enviar las ener­gías y el cuer­po está en des­ar­mo­nía, con melan­co­lía. Tam­bién pue­de tener una mala ali­men­ta­ción espiritual.

¿Cómo nos ali­men­ta­mos espi­ri­tual­men­te?
Para ali­men­tar­nos espi­ri­tual­men­te ener­gé­ti­ca­men­te debe­mos tra­ba­jar la armo­nía, debe­mos obser­var más la natu­ra­le­za, el fue­go, el vien­to. Debes obser­var a tu pare­ja, espo­sa o espo­so, a los niños y ver toda la per­fec­ción de tu cuer­po, debe­mos apren­der a auto obser­var­nos. Debe­mos con­tem­plar algo más pode­ro­so que uno mis­mo, como el sol, la luna, eso es espi­ri­tua­li­dad, algo que me mue­ve a hacer cosas des­de el cora­zón. Debe­mos sumar y tra­tar de evi­tar res­tear todo los que no haga bien lo debe­mos incor­po­rar.
Noso­tros tene­mos una pro­fe­cía acá en Méxi­co, tene­mos cin­co lagu­nas muy gran­des el lago Cha­pa­la, es el más gran­de, es un lago inte­li­gen­te como todos, esos cin­co lagos. Dicen que cuan­do el lago de Cha­pa­la se seque el mun­do se ter­mi­na­rá. Sabe­mos que el cuer­po, la ropa todo des­apa­re­ce, nues­tros cuer­pos irán a la tie­rra. Todo es de la tie­rra nues­tras cha­qui­ras o ador­nos, las pren­das vie­nen de la tie­rra por eso debe­mos agra­de­cer a la tie­rra.
Esta­mos vivos por­que vibra­mos, debe­mos vivir para hacer, no solo para des­gas­tar el tiem­po en cosas banales.

¿Qué es espi­ri­tua­li­dad para usted?
La Espi­ri­tua­li­dad es mirar­te aden­tro, escu­char­te has­ta los rui­dos que dicen tus órga­nos vita­les, escu­char la voz del silen­cio, mirar hacia arri­ba, mirar a tus her­ma­nos, los más nece­si­ta­dos que sufren es su tie­rras y dis­cri­mi­na­ción.
Debe­mos mirar con ama­bi­li­dad y res­pe­to, y mirar bien al que nos diri­ge en país. Mirar con ojos de bon­dad a los hom­bres y muje­res que a veces se equi­vo­can, o a los que siguen pre­sos de las pasio­nes des­or­de­na­das. Solo debe­mos hacer can­tos rezos ple­ga­rias al gran espí­ri­tu por nues­tros her­ma­nos, eso es espi­ri­tua­li­dad tra­ba­jar el amor. Invi­to a los her­ma­nos que reto­men la espi­ri­tua­li­dad vayan a las cere­mo­nias, vayan a la mon­ta­ña a las sie­rras al mar. Si las cere­mo­nias sobre­vi­ven es por­que son necesarias.

El rol de la mujer wixa­ri­ca
La mujer es una dado­ra de vida siem­pre anda copa­lean­do o sahu­man­do, anda coci­nan­do, bor­dan­do, tejien­do colla­res y are­tes todo el tiem­po es un ser fuer­te. La labor de la mujer es impor­tan­te a nivel del lina­je, es la que lle­va el eje de nues­tra fami­lia y cul­tu­ra. La mujer es una semi­lla dado­ra de vida, cuan­do una mujer está emba­ra­za­da y le dicen que corre ries­gos de vida dicen quie­ro que naz­ca mi hijo yo ya viví y cono­cí la vida. Es madre por exce­len­cia y protectora.

¿Cómo son los can­tos sagra­dos?
Nues­tros can­tos son como los tibe­ta­nos, son como man­tras, estas can­cio­nes de sana­ción solo can­ta­mos en cere­mo­nias. Noso­tros somos vena­di­tos del cora­zón de dios. Somos dan­zan­tes de las agua de los pai­sa­jes, entre cas­ca­das entre pai­sa­jes incon­ta­mi­na­dos can­ta­mos.
El can­to es así: “Eres vena­di­to de papaia­ri bus­cas una vida un sus­ten­to tu eres vena­di­to sagra­do y nacis­te en tu pue­blo por­que ahí debías nacer”.
Uno tie­ne que can­tar­se, tú tie­nes que hacer tu pro­pia tera­pia de can­to, tú tie­nes tu poder de sanar, debe­mos com­par­tir los cantos.

* Ama­lia N. Var­gas es Licen­cia­da en Cul­tu­ras Tra­di­cio­na­les- Foklo­re, Prof. Dan­zas Fol­klo­ri­cas y Bellas Artes. Magis­ter en Cul­tu­ra y Socie­dad (orien­ta­ción Sis­te­mas de Creen­cias). Medi­ci­na Indoamericana.

Imá­ge­nes: Dibu­jos hechos por her­ma­nos des­cen­dien­tes cora- wixa­ri­ka. Autor Jor­ge Chavez

Fuen­te: RedE­co

Itu­rria /​Fuen­te

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