Por Juan Contreras Jara, Resumen Latinoamericano 29 de julio de 2020
Pese a la decisión autónoma de Celestino Córdova de no recibir tratamientos médicos ni alimentación forzada en su calidad de huelguista y preso político, situación respaldada desde el punto ético-médico por la declaracion de Malta, ayer la Corte de Apelaciones de Temuco acogió un recurso de protección presentado por el Servicio de Salud de la Araucanía, autorizando de esta manera la administración de todas las medidas terapéuticas necesarias ‑incluso la alimentación forzosa- que aseguren la vida e integridad física del machi quien recordemos cumple 87 días en huelga de hambre exigiendo que el Estado respete el Convenio 169 de la OIT al que está suscrito.
La resolución del tribunal temuquense especificó que «la extendida huelga de hambre ha puesto en riesgo sin lugar a dudas la vida del recurrido y ello implica, que si no se toman las medidas de salud del caso, podría producirse su fallecimiento, lo que implica una omisión del respeto a la vida como derecho fundamental que no puede ser permitido, más aun teniendo en consideración que actualmente, que nos encontramos afectados por una pandemia mundial».
La medida fue presentada ante la Corte de Apelaciones de Temuco por el director del Servicio de Salud de la Araucanía Sur, René Lopetegui Carrasco y habilita al personal del hospital Intercultural de Nueva Imperial realizar todo tipo de maniobras médicas sobre el cuerpo de Celestino Córdova, incluso contra su voluntad.
En este sentido, la resolución del tribunal expresó que «el ejercicio del derecho de autodeterminación del recurrido no es absoluto y debe equilibrarse con el respecto al derecho a la vida, y en la pugna debe necesariamente prevalecer éste último, ya que sin él no puede accederse al goce de los demás derechos; en tal sentido, debe tenerse en cuenta que la conducta del recurrido representa acciones del tipo suicida, en el sentido generalmente entendido de que representa una acción de carácter arriesgado que puede causar grave perjuicio a la persona».
Celestino Córdova lleva condenado siete años, no como autor, si no que como supuesto participante en la muerte del matrimonio de latifundistas Luchsinger-Mackay. Desde entonces ha llevado adelante cuatro huelgas de hambre, permaneciendo en una de ellas 102 días sin ingerir alimentos. Hoy el machi lleva 87 días en huelga sin obtener aún respuestas de parte del gobierno de Sebastián Piñera en cuanto a la aplicación del Convenio 169 de la OIT a su situación carcelaria.
Actualmente la situación de salud del Machi es totalmente crítica, así lo han confirmado desde su vocería, quienes insisten en la nula disposición del gobierno en establecer una mesa de diálogo que ponga fin a esta extensa medida de presión. Recordemos que desde el miércoles 15 de julio está hospitalizado en Nueva Imperial debido a sus constantes descompensaciones, que en las últimas dos semanas le han provocado sangrado abdominal interno, pérdida de visión en su ojo derecho y convulsiones.
Al delicadísimo estado de Celestino Córdova hay que agregar el riesgo que corre debido a la confirmación de Covid-19 de su esposa, Luisa Marilaf, quien debió visitar al machi en el hospital de Nueva Imperial cuando superaba los 80 días en huelga de hambre.
Marilaf, mediante un comunicado confirmó la situación pero a su vez responsabilizó al gobierno de Piñera por someter a ese tipo de riesgos tanto a las familias de los presos mapuche, como a los mismos comuneros. «Cuando haya tenido que visitar a mi esposo, responsabilizo al Estado por no resolver este conflicto y haber expuesto a la gente de todos los presos políticos mapuche y presos políticos no mapuche y de nuestro machi Celestino Córdova, quien tiene un mayor riesgo de muerte, por lo tanto, Estrategia maliciosa del estado».
Sobre esta resolución, la vocería de Celestino Córdova durante la marcha realizada hoy en Temuco emplazó a las y los manifestantes a «estar atentos, sobre todo ahora que el Estado ha interpuesto estos recursos de alimentación forzosa. Nosotros no estamos dispuestos a aceptar que nuevamente nos pasen a llevar en nuestra cultura, cosmovisión y tradiciones. Nuestro Machi no puede ser alimentado forzosamente, porque él ya lo dejo por escrito. Pidió que nos e le hiciera ningún tipo de reanimación o que se le conectara a alguna máquina. Él dice que si es necesario dar la vida, la vida doy, o ganamos o nos vamos al otro mundo».
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