Los ríos y embal­ses de las comar­cas gadi­ta­nas alta­men­te con­ta­mi­na­dos por gli­fo­sa­to – La otra Andalucía

Las ana­lí­ti­cas de gli­fo­sa­to rea­li­za­das por los orga­nis­mos de cuen­ca duran­te los años 2017 y 2018, y pro­por­cio­na­dos a Eco­lo­gis­tas en Acción por el Minis­te­rio para la Tran­si­ción Eco­ló­gi­ca y el Reto Demo­grá­fi­co (MITECO), con­fir­man la ele­va­da pre­sen­cia en nues­tros ríos y embal­ses del her­bi­ci­da glifosato.

El gli­fo­sa­to es un pro­duc­to alta­men­te tóxi­co que la Agen­cia Inter­na­cio­nal para la Inves­ti­ga­ción sobre el Cán­cer (IARC), depen­dien­te de la OMS, ha cla­si­fi­ca­do como poten­cial­men­te can­ce­rí­geno, pudien­do tam­bién pro­vo­car alte­ra­cio­nes endo­cri­nas. Es un pro­duc­to tóxi­co para los orga­nis­mos acuá­ti­cos, con efec­tos noci­vos duraderos.

Los aná­li­sis mues­tran la pre­sen­cia de gli­fo­sa­to en todas las cuen­cas de nues­tra pro­vin­cia. En el 34 % de las mues­tras se ha detec­ta­do la pre­sen­cia de gli­fo­sa­to por enci­ma del lími­te de detec­ción. Este tan­to por cien­to se apro­xi­ma a la mitad de las medi­cio­nes (41 %) en la Demar­ca­ción Hidro­grá­fi­ca del Gua­da­le­te-Bar­ba­te, que abar­ca la mayor par­te de la pro­vin­cia. El 23 % de las mues­tras ana­li­za­das han supe­ra­do el valor lími­te de 0,1 micro­gra­mos por litro (μg/​l) que las direc­ti­vas euro­peas de agua sub­te­rrá­nea y de agua de boca con­si­de­ran como el máxi­mo per­mi­si­ble para cual­quier pla­gui­ci­da que no ten­ga un lími­te espe­cí­fi­co, como es el caso del gli­fo­sa­to. Inclu­so, un 6 % de las mues­tras ha reba­sa­do el valor de 0,5 μg/​l que estas direc­ti­vas con­si­de­ran como el máxi­mo per­mi­si­ble para la suma de todos los pla­gui­ci­das presentes.

Mapa con los pun­tos de mues­treo y los valo­res detectados

Por otro lado, en un pun­to de mues­treo se ha detec­ta­do una con­cen­tra­ción de este pla­gui­ci­da que supo­ne el ter­cer máxi­mo nacio­nal, una con­cen­tra­ción que es varias cen­te­nas de veces supe­rior al lími­te per­mi­ti­do. Se tra­ta del Embal­se de Char­co Redon­do (27,3 μg/​l), con el agra­van­te de que abas­te­ce de agua pota­ble al Cam­po de Gibral­tar. Otro récord lo osten­ta el Arro­yo del Águi­la (7,6 μg/​l), jun­to a su desem­bo­ca­du­ra en el Embal­se de Zaha­ra-El Gas­tor, en pleno Par­que Natu­ral Sie­rra de Grazalema.

El siguien­te máxi­mo se da en el Embal­se de Gua­dal­ca­cín (1,52 μg/​l), valor tres veces supe­rior al lími­te per­mi­ti­do para la suma de todos los pla­gui­ci­das. Valor que es más preo­cu­pan­te si tene­mos en cuen­ta la gran can­ti­dad de valo­res altos de gli­fo­sa­to que arro­jan los aná­li­sis del agua de este embal­se des­ti­na­do al rie­go agrí­co­la y al abas­te­ci­mien­to de agua potable.

Otros pun­tos con­flic­ti­vos son el arro­yo Zurra­que (1,18 μg/​l), en la Bahía de Cádiz, y la cam­pi­ña entorno a Jerez (cua­tro pun­tos de medi­ción con valo­res 0,34 μg/​l, 0,177 μg/​l, 0,184 μg/​l y 0,35 μg/​l)… todos superan­do los lími­tes legales.

La gene­ra­li­za­da pre­sen­cia del gli­fo­sa­to en nues­tros ríos y embal­ses des­mien­te la jus­ti­fi­ca­ción apor­ta­da por las admi­nis­tra­cio­nes públi­cas que lo auto­ri­zan o uti­li­zan, y es que se degra­da con rapi­dez. Muy al con­tra­rio, que­da demos­tra­da su per­sis­ten­cia, sobre todo en eco­sis­te­mas acuá­ti­cos, los más vul­ne­ra­bles a este herbicida.

Todos estos resul­ta­dos son, si cabe, más preo­cu­pan­te aún si tene­mos en cuen­ta que, como resal­ta Eco­lo­gis­tas en Acción en su infor­me “Gli­fo­sa­to. Una pla­ga para la salud de nues­tros ríos, el medio ambien­te y las per­so­nas“, los pun­tos de bús­que­da de esta sus­tan­cia son esca­sos para exten­sio­nes de terri­to­rio muy grandes.

Por todo ello, Eco­lo­gis­tas en Acción de Cádiz se suma a las peti­cio­nes rea­li­za­das por nues­tra Con­fe­de­ra­ción Esta­tal y demandamos:

1. Reti­rar la auto­ri­za­ción a la comer­cia­li­za­ción de pro­duc­tos fito­sa­ni­ta­rios que con­ten­gan glifosato.

2. Redac­tar nor­mas armo­ni­za­das para el mues­treo y la ana­lí­ti­ca de pla­gui­ci­das por par­te de los ges­to­res de las demar­ca­cio­nes hidrográficas.

3. Ase­gu­rar que la reco­gi­da de infor­ma­ción sobre pre­sen­cia de pla­gui­ci­das sea más com­ple­ta y ajus­ta­da a la reali­dad. Y sir­va, a su vez, como pun­to de par­ti­da para pro­te­ger nues­tros ríos, al medio ambien­te y a las per­so­nas, de la con­ta­mi­na­ción por glifosato.

Francisco Vílchez

Andaluz de Granada (1980). Grado en Humanidades en la UGR. Pluriempleado en el sector servicios y aficionado a hablar de lo que la prensa no dice ni pío.

Latest posts by Fran­cis­co Víl­chez (see all)

Itu­rria /​Fuen­te

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *