Argen­ti­na. “Esta­mos ante una nue­va ren­di­ción financiera”

Por RedE­co, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 06 de agos­to de 2020.

El espe­cia­lis­ta en deu­da exter­na Héc­tor Giu­liano des­me­nu­za el acuer­do alcan­za­do con los acree­do­res: la mar­cha atrás res­pec­to de las pri­me­ras ofer­tas, una tasa de inte­rés record a nivel mun­dial y un arre­glo “incum­pli­ble”. “El fon­do de inver­sión que com­pró bonos a un 30% de su pre­cio, los va a cobrar al 98%”, detalla.

“Mi posi­ción es crí­ti­ca y doble­men­te fun­da­men­ta­da”, seña­la Héc­tor Giu­liano, eco­no­mis­ta espe­cia­li­za­do en deu­da exter­na, en rela­ción al acuer­do alcan­za­do en la madru­ga­da del mar­tes con los prin­ci­pa­les acree­do­res de bonos emi­ti­dos por el gobierno de Mau­ri­cio Macri. Una deu­da, por cier­to, que la pro­pia ges­tión Cam­bie­mos ya había decla­ra­do en vir­tual default (tam­bién cono­ci­do como “reper­fi­la­mien­to”) tras los resul­ta­dos de las PASO de agos­to del año pasado.

“La sema­na pasa­da ‑jun­to con dos per­so­nas ami­gas que tam­bién estu­dian este tema, Ale­jan­dro Olmos Gao­na y Fran­cis­co Javier Llo­rens- diri­gi­mos una car­ta al Pre­si­den­te para adver­tir­le la incon­ve­nien­cia de sus­cri­bir a esta cuar­ta ofer­ta que había pre­sen­ta­do el pro­pio gobierno por las con­se­cuen­cias incumplibles”.

Lejos de los pro­nós­ti­cos opti­mis­tas, Giu­liano remar­ca que no hay dema­sia­do que fes­te­jar si se com­pa­ran las metas pro­pues­tas al ini­cio de las nego­cia­cio­nes y lo que se ter­mi­na­rá fir­man­do de acuer­do a los últi­mos anun­cios. “Reca­pi­tu­le­mos: ¿qué pedía ori­gi­nal­men­te Argen­ti­na cuan­do pre­sen­tó su pri­me­ra ofer­ta a fines de abril pasa­do y qué es lo que se ter­mi­nó acep­tan­do? En toda rene­go­cia­ción de deu­da, en caso de cesa­ción de pagos como la Argen­ti­na, cuen­tan tres varia­bles: pri­me­ro, la qui­ta que se pide como deu­dor para que te con­do­nen y baje el mon­to; segun­do, el pla­zo, es decir, cuán­to tiem­po te dan de res­pi­ro para que cum­plas con las obli­ga­cio­nes; y ter­ce­ro, la tasa de inte­rés”, abre el jue­go en diá­lo­go con Canal Abierto.

Canal Abier­to: Empe­ce­mos por la qui­ta de capi­tal, ¿qué resul­ta­do ve en el acuer­do?
Héc­tor Giu­liano: En mate­ria de qui­ta sobre el capi­tal nomi­nal, que es el valor sobre el que se pidió el prés­ta­mo ori­gi­nal, el Gobierno decli­nó pedir­les qui­ta a los acree­do­res. La pri­me­ra ofer­ta se hizo pidién­do­le solo un 5,4% del valor de los títu­los. Y esta­mos hablan­do de fon­dos bui­tre que com­pra­ron la deu­da argen­ti­na a un 30% y aho­ra piden el 100%. Es decir que reco­no­cer­les el valor nomi­nal de los títu­los ya impli­ca una ganan­cia de más de tres veces lo que invir­tie­ron. El gobierno argen­tino pre­sen­tó cua­tro ofer­tas en estos meses, así que esta fue la quin­ta. En cada una fue decli­nan­do posi­cio­nes, mejo­ran­do la ofer­ta, empeo­ran­do la posi­ción argen­ti­na y mejo­ran­do la de los acree­do­res. En defi­ni­ti­va, decli­nó pedir el 5% y sola­men­te tie­ne una qui­ta del 1,9. Eso quie­re decir que el que com­pró esos bonos a 30% va a cobrar 98%.

CA: ¿Y con res­pec­to al pla­zo?
HG: Todos recor­da­mos que tan­to el pre­si­den­te (Alber­to) Fer­nán­dez como el minis­tro (de Eco­no­mía, Mar­tín) Guz­mán reite­ra­ron que Argen­ti­na no podía pagar ni capi­tal ni intere­ses has­ta noviem­bre del 2023. Eso fue recha­za­do de plano por los acree­do­res en las suce­si­vas ofer­tas. Aho­ra se acor­dó que Argen­ti­na empie­za a pagar en enero de 2021. Aho­ra esta­mos en agos­to, así que tene­mos que empe­zar a pagar en con­di­cio­nes cuyos deta­lles aún no se cono­cen, des­pués de un año que va a ter­mi­nar en con­di­cio­nes eco­nó­mi­cas y fis­ca­les muy malas. Por­que las medi­das toma­das con la cua­ren­te­na impli­can un paro en la eco­no­mía que ha pro­vo­ca­do una rece­sión extra­or­di­na­ria, con bajas de sala­rios reales por infla­ción y baja de sala­rios nomi­na­les gra­cias a que la CGT acep­tó esas qui­tas. Tam­bién bajas en las jubi­la­cio­nes reales por infla­ción y nomi­na­les por la no apli­ca­ción de la movi­li­dad jubi­la­to­ria. Esto es la eco­no­mía general.

CA: El gobierno tuvo que incre­men­tar los gas­tos, no sola­men­te en mate­ria sani­ta­ria sino tam­bién en el área social con medi­das como el IFE. En para­le­lo a este aumen­to, cayó la recau­da­ción…
HG: Esto hace que el défi­cit fis­cal se esté dis­pa­ran­do al demo­nio. ¿Y cómo se va a cubrir? Con más endeu­da­mien­to. Es para­dó­ji­co que en ple­na nego­cia­ción y situa­ción terri­ble para la eco­no­mía y para las finan­zas públi­cas, el gobierno cie­rre un acuer­do del que no hay la más míni­ma demos­tra­ción de repa­go sino la idea de patear para ade­lan­te com­pro­mi­sos. Pero no esta­mos nego­cian­do con peque­ños aho­rris­tas, sino con los fon­dos bui­tre más pesa­dos del mun­do que ‑des­de el pun­to de vis­ta finan­cie­ro- tie­nen más poder que el Esta­do argen­tino. En con­se­cuen­cia, res­pec­to a la varia­ble pla­zo, no sola­men­te tene­mos que empe­zar a pagar antes, sino que están con­cen­tran­do la mayo­ría de los ven­ci­mien­tos a menor pla­zo, de tal mane­ra que en los pla­zos 2024 – 2025 y 202830 se con­cen­tran más de 14.500 millo­nes de dóla­res de ven­ci­mien­tos de capi­tal e intere­ses. Que los intere­ses se han ido corrien­do des­de diciem­bre has­ta aho­ra, como el país no sus­pen­dió los pagos ni blan­queó su default e igno­ró esa situa­ción tre­men­da y acep­tó pagar mien­tras nego­cia­ba, en ese inte­rés se fue­ron suman­do intere­ses impa­gos que tota­li­za­rían entre 6 y 7.000 millo­nes de dóla­res más. Esto hablan­do de capi­tal, unos 65.000 millo­nes de dóla­res. A los que hay que agre­gar los intere­ses que ‑entre atra­sa­dos, corri­dos y capi­ta­li­za­dos- suma­rían uno 7.000 más. Así que tene­mos que cal­cu­lar que esta­ría­mos hablan­do de unos 72.000 millo­nes de dóla­res en total a negociar.

Así que en lugar de una qui­ta tene­mos un recar­go, por­que nos capi­ta­li­zan los intere­ses impa­gos. Es como que fue­ras a un ban­co y mien­tras nego­ciás, el ban­co te sigue recar­gan­do intere­ses como si fue­ra un reloj de taxi. Y cuan­do lle­gás a un acuer­do te plan­tea que esos intere­ses que debe­rías haber paga­do, y pagas­te una par­te y otra no, por la par­te que no pagas­te te da un nue­vo bono como par­te de capi­tal futu­ro que a su vez deven­ga intere­ses. Eso es usu­ra pura, por­que estás pagan­do intere­ses sobre intere­ses. Y eso es lo que hizo el minis­tro Guz­mán con bonos que ven­cen en 2030. Los intere­ses se empie­zan a pagar a par­tir del año que vie­ne has­ta el 2030.

CA: Nos que­da el ter­cer eje, la tasa de inte­rés…
HG: Argen­ti­na hoy está pagan­do una tasa de inte­rés que, según el ren­di­mien­to, va entre el 7 y el 11% anual en dóla­res. Es la tasa de inte­rés más alta del mun­do. Nin­gún país paga tan­to, como tam­po­co paga en el plano interno, con tasas del 30 al 40% y que duran­te el macris­mo lle­ga­ron al 70%. ¿Qué tasa pac­tó Argen­ti­na? Es una tasa de inte­rés cre­cien­te que empie­za con menos del 1% pero que rápi­da­men­te va cre­cien­do y se esta­bi­li­za en 5% de inte­rés anual. Este es uno de los pun­tos que en esa car­ta con­jun­ta que man­da­mos enfa­ti­za­mos. Hoy en día, las tasas inter­na­cio­na­les están entre el 0 y el 1%. El Teso­ro de los Esta­dos Uni­dos, como refe­ren­cia, colo­ca bonos a 30 años que rin­den el 0,25% anual. La Unión Euro­pea, que está tra­tan­do de sal­var paí­ses endeu­da­dos como Espa­ña o Ita­lia les va apres­tar como for­ma acce­si­ble tasas que a lo sumo lle­ga­rían al 1%. Y Argen­ti­na, que está en cesa­ción de pagos, no pue­de pagar ni el capi­tal ni pue­de ara­ñar el pago de los intere­ses por­que se los están capi­ta­li­zan­do está acep­tan­do con este acuer­do tasas del 5%, o sea 5 veces mayo­res que el mer­ca­do inter­na­cio­nal. Está nego­cian­do en el peor momen­to, por­que es un momen­to de cri­sis y está por el piso y hay algo más gra­ve, que es que no es sola­men­te Argen­ti­na que ya venía de arras­tre son que hay entre 40 y 50 paí­ses del mun­do que están al bor­de del default por­que esta cri­sis de la pan­de­mia ha des­equi­li­bra­do las finan­zas públi­cas de muchos paí­ses, tan­to de paí­ses en desa­rro­llos como desa­rro­lla­dos. La Unión Euro­pea y Esta­dos Uni­dos están sufrien­do las con­se­cuen­cias de esta crisis.

Enton­ces el con­ve­nio que se esta­ba nego­cian­do con Argen­ti­na tenía una doble dimen­sión: por un lado, la nacio­nal que es la que nos incum­be a noso­tros en lo direc­to, pero tam­bién inter­na­cio­nal. El Pre­mio Nobel Joseph Sti­glitz, que es ade­más el men­tor del minis­tro Guz­mán, ha plan­tea­do el caso Argen­tino como una expe­rien­cia pilo­to. Con lo que se arre­gle con Argen­ti­na va a ser toma­do en cier­ta medi­da como patrón o pun­to de refe­ren­cia para los acuer­dos que lle­guen otros paí­ses. Con lo cual esta­mos sen­tan­do un mal pre­ce­den­te, por el cual en lugar de ayu­dar a los paí­ses que estén en situa­ción de cri­sis pare­ci­da de default los va a agravar.

CA: ¿Cómo se lee este acuer­do en com­pa­ra­ción con otras nego­cia­cio­nes de deu­da?
HG: Está el caso de Ecua­dor, que ya ha lle­ga­do a un acuer­do des­fa­vo­ra­ble por su cuen­ta. O el caso de Líbano, que tam­bién está nego­cian­do al bor­de del default. Y hay varios paí­ses cen­tro­ame­ri­ca­nos, por no hablar de Afri­ca. Esta­mos vivien­do el peor momen­to de la cri­sis eco­nó­mi­co finan­cie­ra inter­na­cio­nal y resul­ta que bajo esta cir­cuns­tan­cia un gobierno que debie­ra haber y decla­ra­ba estar en impo­si­bi­li­dad de mejo­rar la ofer­ta, al final ter­mi­na acep­tan­do con­di­cio­nes que tie­nen un agra­van­te adi­cio­nal, que es que no se van a poder gra­bar por­que bajo estas con­di­cio­nes que se están deli­nean­do, cuyos deta­lles toda­vía no se cono­cen, no se cum­ple el prin­ci­pio de sos­te­ni­bi­li­dad de la deu­da públi­ca. Así que todo ese dis­cur­so de que no se va a apa­gar lo que no se pue­da pagar y que tene­mos que com­pro­me­ter­nos solo a lo que poda­mos pagar, que­da­ría solo en el dis­cur­so. Así que, des­de ese pun­to de vis­ta, mi opi­nión es total­men­te adver­sa a lo que se ha acor­da­do. Esta­mos fren­te a una nue­va ren­di­ción finan­cie­ra, cosa que es una cons­tan­te en Argen­ti­na. Cual­quie­ra sea el color de los gobier­nos de turno. Argen­ti­na lo vie­ne sufrien­do des­de hace 40 años. Des­de que con la dic­ta­du­ra se empe­zó a tra­ba­jar este sis­te­ma de deu­da per­pe­tua en la que el capi­tal nun­ca se can­ce­la, sino que se renue­va y se hace roll over per­ma­nen­te y total de las obli­ga­cio­nes. Es decir, ven­ce un bono vie­jo que se cam­bia por un bono vie­jo. Bajo este sis­te­ma de endeu­da­mien­to per­pe­tuo no hay mar­gen de manio­bra ni de mejora.

Y aho­ra se abre un nue­vo capí­tu­lo que es quien le pone el cas­ca­bel al gato. ¿Cómo va a pre­sen­tar los núme­ros el gobierno? Al final se tran­si­gió un valor más cer­cano al que pedían los acree­do­res. Argen­ti­na empe­zó pidien­do en abril un valor pre­sen­te de 39 dóla­res por cada 100 y los acree­do­res les pedían el 61. Ajus­ta­ron en 55. Esto quie­re decir que los acree­do­res sacri­fi­ca­ron y Argen­ti­na aumen­tó 17 pun­tos el valor del dólar que les acep­tó a los acree­do­res, que son lo fon­dos bui­tres que com­pra­ron títu­los al 30%.

CA: ¿Qué pasa con los que no acep­tan? ¿Hay ries­go de vol­ver al ciclo de jui­cios como el de Paul Sin­ger?
HG: Esto teó­ri­ca­men­te evi­ta esa situa­ción. En estos bonos exis­ten lo que se lla­man Cláu­su­las de Acción Colec­ti­vas, por la que una mayo­ría obli­ga a la mino­ría. Cuan­do se reúne a una deter­mi­na­da mayo­ría de los acree­do­res que acce­den a arre­glar, la mino­ría tie­ne que acep­tar esas con­di­cio­nes. Eso antes no esta­ba pre­vis­to, pero des­pués de las cri­sis del 2001, tan­to los bonos que emi­tió el gobierno de Kirch­ner en los mega­can­jes de 2005 y 2010 como los que emi­tió Macri a par­tir de 2016 lle­van estas cláu­su­las. Es más, las Cláu­su­las de Acción Colec­ti­vas, que con com­ple­jas en su apli­ca­ción por­que se hacen por títu­lo y por serie de títu­lo, iban entre el 75% y el 66%, con Kirch­ner y Macri res­pec­ti­va­men­te. Esto sig­ni­fi­ca que Argen­ti­na pro­pu­so lo siguien­te: si más del 50% de los acree­do­res bajo ley extran­je­ra están de acuer­do el res­to tie­ne que acep­tar. Y como el patrón del mer­ca­do es Blac­kRock, lo que ellos hacen es pala­bra san­ta. Si no se arre­gla­ba con Black Rock y el res­to de los fon­dos bui­tre como Tem­ple­ton o Fide­lity, ese por­cen­ta­je no se obte­nía. Esto quie­re decir que si se anun­ció un acuer­do el gobierno obten­dría la mayo­ría míni­ma nece­sa­ria para obli­gar a que el res­to se ten­ga que ade­cuar a estas con­di­cio­nes y no haya jui­cios como hicie­ron en su momen­to en Nue­va York. Esa es la car­ta de can­je, arre­glan, acep­ta la mayo­ría de los fon­dos acree­do­res y el res­to se tie­ne que ade­cuar a esa ofer­ta. Por eso la Argen­ti­na pre­sen­ta­ba pro­pues­tas. Es un aspec­to muy poco trans­pa­ren­te, por­que esos igno­tos tene­do­res mino­ris­tas no sabe­mos quié­nes son, pero yo sos­pe­cho que son tes­ta­fe­rros de los gran­des gru­pos. Por­que es difí­cil que un peque­ño aho­rris­ta vaya a com­prar bonos argen­ti­nos, sal­vo que lo haga con uno de estos mons­truos de la bol­sa que espe­cu­la con la com­pra-ven­ta de títu­los. Pero lo con­cre­to es que lo que se arre­gle con los fon­dos que han entra­do a nego­ciar con el gobierno deja­ría arre­gla­do el total. Igual hay un deta­lle, que es que esto no es inme­dia­to. Hoy ven­cía el pla­zo que había dado Argen­ti­na para que los acree­do­res acep­ten esta últi­ma ofer­ta. Como agra­van­te el pre­si­den­te se bajó un poco por­que pedía un máxi­mo de 53,50 y lo subió a prác­ti­ca­men­te a 55. Ade­más, va a man­te­ner abier­ta la ofer­ta has­ta el 24 de agos­to para que entren más acree­do­res como para rati­fi­car que no hay pro­ble­ma en el acuer­do. Des­pués de las for­ma­li­da­des, a par­tir de sep­tiem­bre se ins­tru­men­ta el acuer­do en los que los com­pro­mi­sos son que empe­za­mos a pagar a par­tir de enero.

CA: ¿Cómo se paga esto? Por­que esta­mos en un año en el que la eco­no­mía vie­ne para­da a raíz de la pan­de­mia del coro­na­vi­rus.
HG: Esa es la pre­gun­ta del millón. Por­que la cifra que está dan­do el Minis­te­rio de Hacien­da en cuan­to a aumen­to de défi­cit fis­cal es tre­men­da. El país está gas­tan­do más y recau­dan­do menos. ¿De dón­de va a sacar la pla­ta? La res­pues­ta está implí­ci­ta en el acuer­do, por­que la fina­li­dad del acuer­do es doble. La pri­me­ra deri­va­ción es que el gobierno acuer­da con los acree­do­res la for­ma en la que va a pagar, pero con­cen­tran­do los pagos en los pró­xi­mos 10 años, arran­can­do fuer­te en 2024, cuan­do el gobierno actual ya no está. Pero nada es gra­tis, por­que por un lado logra cier­to ali­vio, aun­que empie­ce a pagar el año que vie­ne. Pero con eso vie­ne la segun­da con­di­ción que es que al fir­mar un acuer­do con los acree­do­res el país que­da habi­li­ta­do for­mal­men­te para vol­ver al mer­ca­do inter­na­cio­nal de capi­ta­les a colo­car más deu­da. En vez de una tau­to­lo­gía es un círcu­lo vicio­so. La fina­li­dad del acuer­do es per­mi­tir el rein­gre­so de Argen­ti­na al mer­ca­do inter­na­cio­nal de capi­ta­les. Esta­mos fes­te­jan­do que vamos a poder vol­ver a endeu­dar­nos para poder pagar la deu­da que con­vi­ni­mos pagar aho­ra. Con lo cual, la cuen­ta de endeu­da­mien­to va a subir tan­to por lo que tene­mos que cubrir como por las car­gas de la deu­da futu­ra. Ade­más, vamos a tener más défi­cit fis­cal que cubrir. Por eso decía que no se cum­ple la pri­me­ra con­di­ción auto­im­pues­ta por el gobierno que era la de la lla­ma­da sos­te­ni­bi­li­dad de la deuda.

CA: ¿Qué se entien­de por sos­te­ni­bi­li­dad de la deu­da?
HG: La pri­me­ra inter­pre­ta­ción que pue­de hacer cual­quie­ra es que la deu­da se pue­da pagar. Pero no, lo que impli­ca en la jer­ga finan­cie­ra y prác­ti­ca quie­re decir que se lle­ga a un arre­glo tal que se com­pro­me­te a pagar reli­gio­sa­men­te intere­ses y cum­plir las con­di­cio­nes que impo­nen los acree­do­res, con ese com­pro­mi­so en mano el deu­dor pue­de pedir más deu­da, garan­ti­zan­do la sos­te­ni­bi­li­dad del pago de los intere­ses de la deu­da para hacer la reno­va­ción del capi­tal. Por­que el capi­tal nun­ca se can­ce­la, es per­pe­tuo. Se va reno­van­do y el pres­ta­mis­ta, como todo usu­re­ro, gana en tener al deu­dor apre­ta­do con una deu­da per­pe­tua reno­ván­do­le con­tan­te­men­te la deu­da y cobran­do intere­ses. Esta ence­rro­na, que es el abc de la deu­da, no sola­men­te va a seguir exis­tien­do, sino que, como para­do­ja, los gobierno pre­sen­tan sus clau­di­ca­cio­nes como vic­to­rias. Aho­ra lo están feli­ci­tan­do al gobierno. Cuan­do apa­rez­can todos los eco­no­mis­tas del esta­blish­ment segu­ra­men­te van a feli­ci­tar la razo­na­bi­li­dad del gobierno y ven­der expec­ta­ti­vas. Pero que­da la pre­gun­ta de quién y cómo se paga esto. Y la res­pues­ta es con más ajus­te fis­cal. Es como dijo el eco­no­mis­ta Gui­ller­mo Cal­vo el año pasa­do: un gobierno popu­lis­ta pue­de lle­gar a hacer el ajus­te de mane­ra más fácil por­que va a tener menos resis­ten­cia social.

CA: Y fal­ta la deu­da con el FMI
HG: La situa­ción del Fon­do es un capí­tu­lo apar­te por­que el Fon­do fue cóm­pli­ce. Como bien dijo en su momen­to el pre­si­den­te Fer­nán­dez, aun­que des­pués no actuó así, el FMI fue corres­pon­sa­ble de esto. Macri vino a gober­nar con deu­da y en dos años tomó deu­da de mane­ra irres­pon­sa­ble por más de 86.000 millo­nes de dóla­res, que es más o menos la mis­ma cifra que se fugó del país en ese tiem­po. En dos años lle­vó al país a la cesa­ción de pagos, que fue la cri­sis de abril de 2018. En ese momen­to, si Macri hubie­ra teni­do un míni­mo de hones­ti­dad y dig­ni­dad ten­dría que haber abier­to las nego­cia­cio­nes de rees­truc­tu­ra­ción de deu­da con los acree­do­res. Si él lle­vó al país al default ten­día que ban­car­se él la rene­go­cia­ción. Pero lo que hizo fue pedir un sal­va­ta­je al Fon­do para que lo ban­ca­ra finan­cie­ra y polí­ti­ca­men­te para poder com­ple­tar el man­da­to. Y el far­do de la bom­ba de tiem­po de la deu­da se la pasa­ba al gobierno siguien­te, que fue lo que pasó con la asun­ción de Fer­nán­dez. Para mí, el agra­van­te de Fer­nán­dez es que en nin­gún momen­to dijo nada de esto. Muchos lo mar­cá­ba­mos des­de el pri­mer momen­to, pero la cla­se polí­ti­ca pare­ce que nun­ca se ano­ti­ció de la situa­ción. Nadie esta­ba denun­cian­do a Macri por ser un irres­pon­sa­ble que en com­pli­ci­dad con los acree­do­res esta­ba toman­do más deu­da impa­ga­ble para Argen­ti­na. Sin embar­go, esto ocu­rrió bajo las nari­ces de todo el mun­do y nadie dijo nada. En ese momen­to, Macri con­tó con la com­pli­ci­dad tan­to de los acree­do­res que apro­ve­cha­ron a baja de los bonos que com­pa­ra­ron a pre­cio basu­ra como del FMI que auto­ri­zó con los elo­gios de Lagar­de un endeu­da­mien­to que tam­po­co podía pagar. Mien­tras que el Fon­do es cóm­pli­ce de este desas­tre, tam­bién es el alia­do que apo­ya a Argen­ti­na y feli­ci­ta el acuer­do con los acree­do­res y des­pués van a hacer lo suyo que es lo que se supo­ne que es cam­biar el actual acuer­do stand by que es por tres años y que ya ven­ce por uno más lar­go, que se lla­ma de faci­li­da­des exten­di­das. Por lo cual, el Fon­do alar­ga­ría un poco más los pla­zos has­ta 10 años de pla­zo. Con esto, le daría una refi­nan­cia­ción a mayor pla­zo. Pero esa refi­nan­cia­ción tam­po­co es gra­tis. Por ejem­plo, Macri con­cer­tó el mega­prés­ta­mos por 57.000 millo­nes de dóla­res, que fue el prés­ta­mo más gran­de tan­to para el Fon­do como pres­ta­dor como para Argen­ti­na como recep­tor. De esos 57.000 millo­nes el Fon­do des­em­bol­só 44.000 y aho­ra la deu­da con el Fon­do es de 49.000, por­que des­de que se otor­gó has­ta aho­ra el Fon­do le va deven­ga­do 5.000 millo­nes de inte­rés. Así que aho­ra Argen­ti­na tie­ne que rene­go­ciar el acuer­do que fir­mó Macri y no pudo cum­plir, los intere­ses acu­mu­la­dos atra­sa­dos que tam­po­co se pue­de pagar y pedir con­di­cio­nes de refi­nan­cia­ción, que cuan­do son bajo faci­li­da­des exten­di­das se hacen con­tra con­di­cio­nes de ajus­te que son más duras y seve­ras que las que se hacen bajo acuer­do stand by, según el regla­men­te del Fon­do. Así que des­pués de cerrar este acuer­do con los acree­do­res, nos espe­ra la nego­cia­ción con el Fon­do, simul­tá­nea con la de los acree­do­res internos.

CA: Des­de el gobierno se plan­tea que este es el mejor acuer­do posi­ble. ¿Cree que podría haber habi­do otra alter­na­ti­va?
HG: Cuan­do los fon­dos recha­za­ron la cuar­ta ofer­ta el gobierno debió haber­la reti­ra­do y replan­tear­se los tér­mi­nos de la nego­cia­ción pidien­do el prin­ci­pio de igual­dad finan­cie­ra según el cual la Argen­ti­na tenía que rene­go­ciar su deu­da a las tasas de inte­rés inter­na­cio­na­les. Así como hacen los paí­ses euro­peos, Argen­ti­na podría refi­nan­ciar a 30 años a una tasa del 1% que es lo que corres­pon­de por jus­ti­cia a nivel inter­na­cio­nal. ¿Por qué Argen­ti­na tie­ne que pagar tasa 5 veces más altas que el mer­ca­do inter­na­cio­nal con las que va a tener una car­ga públi­ca que le va a res­trin­gir su cre­ci­mien­to? El gobierno plan­tea que hay que lle­gar a un acuer­do para poder cre­cer, pero la deu­da es el prin­ci­pal obs­tácu­lo del crecimiento.

Fuen­te: RedE­co

Itu­rria /​Fuen­te

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *