Resumen Latinoamericano, 12 de agosto de 2020.
Este viernes por la mañana la localidad de Guernica se convertirá, sin duda, en centro de una importante movilización popular de los vecinos y vecinas que ocupan tierras en esa zona, acompañados por organizaciones sociales y políticas que reclamarán que no haya desalojo y se atienda la necesidad de los ocupantes que reclaman poder construir sus propias viviendas en un sitio que durante décadas estuvo totalmente vacío.
Esta toma de tierras que comenzara hace tres semanas en el Partido Presidente Perón, sigue siendo motivo de contradicciones(desalojar o no desalojar) dentro del gobierno bonaerense encabezado por Axel Kiciloff. No es para menos, ya que no se trata de una ocupación menor la que se producido en terrenos que no tienen dueño visible y que abarcan un total de cien hectáreas. En medio de la pandemia que ahora afecta con fuerza al tercer cordón del conurbano, más de 3.500 familias (unas 6 mil personas) se mantienen a pie firme en tierras que con toda lógica sueñan ver convertidas en varios barrios donde poder levantar sus viviendas.
En este marco, un juez sin ningún tipo de sentimientos (como suele ser habitual) llamado Martín Rizzo, del Juzgado de Garantías de Cañuelas, determinó un urgente desalojo de los ocupantes y puso como límite el sábado 22 de agosto. Precisamente a partir de esta decisión judicial sacada a relucir con una velocidad poco común es que la ocupación se convirtió en un hervidero. Por un lado, porque para dar el ultimátum planteado por Rizzo, el Municipio, a cargo de Blanca Cantero (esposa del cegetista Carlos Acuña) envió numerosos patrulleros y personal policial y municipal a efecto de intentar convencer a los vecinos que lo mejor que podían hacer es irse pacíficamente. Es obvio que Cantero y sus colaboradores de corbata nunca vivieron una situación como la de los ocupantes, y por eso se dan el lujo de “aconsejar” en ese sentido. Además, parecieran no darse cuenta que la toma de Guernica se ha convertido en un punto de inflexión, en que el hartazgo de verse siempre ninguneados decidió a miles de personas a ocupar y bancarse la que venga. “Cuando no tenés dónde dormir en invierno y además tus pibes te piden de comer, si no resolvés el problema como sea, mejor pegate tiro”, razonaba con sentido común uno de los ocupantes, explicando a nuestro cronista que a él no lo van a sacar “ni aunque vengan con una grúa”.
En la otra punta del tablero de este conflicto está un personaje que se caracteriza por jugar a ser «el Rambo del progresismo». Se llama Sergio Berni, y en los alrededores del municipio aseguran que será precisamente el ministro de seguridad de Kiciloff el que comandaría el operativo desalojo. Incluso han hecho trascender oficiosamente que se preparan para actuar con mano dura, algo que a Berni parece gustarle en demasía, y que por la magnitud de la toma, dicen estos mismos voceros «vendrán cientos de policías acompañados de topadoras para tirar las precarias construcciones, y algunas ambulancias para cubrir la eventualidad de enfrentamientos y heridos”. El tema es que ya no se trata de una serie de Netflix de las que recomienda el presidente en Página 12, sino de gente que necesita ser tratada de mejor manera y no vivir amenazándolas con la represión, como hicieron los uniformados que llegaron para “avisar” y dejaban caer la recomendación “mejor se van tranquilos porque cuando vengan los otros la van a pasar muy mal”.
Frente a estos anuncios poco halagüeños, los vecinos y vecinas sostienen que no se van a mover, y de hecho ya están cambiando las carpas y lonas que les servían de cobijo en los primeros días por casillas de madera, que están cambiando el panorama de la toma. Además no están solos y solas en esta pelea, hay junto a ellos numerosas organizaciones sociales ligadas a un frente territorial de lucha que reúne a la OLP-Resistir y Luchar, el Frente Darío Santillán-Corriente Plurinacional, Izquierda Latinoamericana, Movimiento de los Pueblos, Agrupación Víctor Choque, el MTR Votamos Luchar, Partido Obrero, PO Tendencia y muchas otras, que tienen a varios de sus militantes ocupando. Además, la Asamblea de vecinos, que este jueves va a deliberar masivamente cuenta con el apoyo de la combativa Gremial de Abogados y Abogadas, que están dispuestos a parar el desalojo apelando a todos los recursos judiciales posibles.
Fuera de la propia toma, son muchas las personalidades, organizaciones sociales y políticas que están dispuestas a arrimar apoyo a los ocupantes, convencidos de que tienen toda la razón de pretender un futuro mejor para sus hijos y nietos. En las últimas horas circulan por las redes mensajes de solidaridad de Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo-Linea Fundadora, el Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Perez Esquivel, el actor Norman Briski y muchos otros, entre los que se encuentran periodistas, documentalistas y agrupaciones sindicales de base.