Boli­via. ‘El Mall­ku’ reavi­va al indigenismo

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 20 de agos­to de 2020.

Casi dos déca­das des­pués de lide­rar par­te de las pro­tes­tas que derri­ba­ron a un gobierno neo­li­be­ral, ‘El Mall­ku’ (jefe o líder en len­guas ayma­ra y que­chua) ha resur­gi­do en la caó­ti­ca polí­ti­ca boli­via­na de 2020.

Feli­pe Quis­pe Huan­ca, vete­rano líder sin­di­cal y polí­ti­co, vol­vió a los pri­me­ros pla­nos en el recien­te con­flic­to sobre las elec­cio­nes gene­ra­les y en sus apa­ri­cio­nes no dejó en pie a izquier­dis­tas ni a dere­chis­tas, ni al expre­si­den­te Evo Mora­les (2006−2019) ni a la actual gober­nan­te inte­ri­na Jea­ni­ne Áñez.

No es anar­quis­ta sino indi­ge­nis­ta; tam­po­co es un sin­di­ca­lis­ta cual­quie­ra sino un ayma­ra que a sus 40 años ingre­só a la uni­ver­si­dad y se titu­ló en historia.

Jeanine Áñez, presidenta transitoria de Bolivia

A sus 77 años, El Mall­ku tra­ta de hacer de las pro­tes­tas por elec­cio­nes y con­tra Áñez el pun­to de par­ti­da de «una nue­va rei­vin­di­ca­ción» de la inde­pen­den­cia cul­tu­ral y polí­ti­ca de los pue­blos indí­ge­nas, tras los 14 años del gobierno plu­ri­na­cio­nal de Mora­les y el giro con­ser­va­dor actual de Áñez, dijo a Sput­nik el soció­lo­go Vicen­te Guar­dia, de la Uni­ver­si­dad Públi­ca de El Alto.

Nom­bra­do la sema­na pasa­da «coman­dan­te de los blo­queos» por los indí­ge­nas de su natal Acha­ca­chi, com­ba­ti­va región en el alti­plano pró­xi­mo a La Paz, Quis­pe no logró pro­lon­gar esas pro­tes­tas has­ta la sali­da de Áñez, como había proclamado.

Pero tuvo tiem­po sufi­cien­te de pre­sen­cia en las calles y carre­te­ras cor­ta­das y ante las cáma­ras para pro­cla­mar que el indi­ge­nis­mo no esta­ba muer­to en Boli­via, sos­tu­vo Guardia.

«El fin de los blo­queos era tal vez lo que él mis­mo espe­ra­ba por­que ape­nas ha comen­za­do la cons­truc­ción o recons­truc­ción de un pro­yec­to que res­ca­ta vie­jas con­sig­nas, algu­nas cum­pli­das a medias duran­te la épo­ca de Mora­les», dijo el analista.

Repú­bli­cas y Estado

Mora­les ini­ció la trans­for­ma­ción de la Repú­bli­ca de Boli­via en un Esta­do Plu­ri­na­cio­nal, para resol­ver el con­flic­to his­tó­ri­co de un país cuya mayo­ría, los pue­blos indí­ge­nas, esta­ba exclui­da de la vida polí­ti­ca y social, y de la economía.

Coin­ci­dien­do par­cial­men­te con el diag­nós­ti­co de Mora­les, El Mall­ku relan­zó vie­jas pro­pues­tas de un nue­vo Esta­do con­tro­la­do por los indí­ge­nas que has­ta el siglo XVI, antes de la colo­ni­za­ción espa­ño­la, con­for­ma­ban el Kolla­su­yo, región del Tahuan­tin­su­yo o impe­rio de los Incas.

«Con todo orgu­llo pode­mos decir y pro­cla­mar al mun­do que somos del Kolla­su­yo. Esta nación kolla­su­ya­na tie­ne que liqui­dar a Boli­via en algún momen­to, para que naz­ca un ver­da­de­ro Esta­do nues­tro», dijo El Mall­ku a prin­ci­pios de agos­to, lucien­do un pon­cho rojo sím­bo­lo de man­do ante milla­res de cam­pe­si­nos en Acha­ca­chi, duran­te las últi­mas protestas.

«Ha lle­ga­do la hora de decir bas­ta, de avan­zar a nues­tro auto­go­bierno. Los extran­je­ros como los croa­tas sepa­ra­tis­tas que aho­ra están enca­ra­ma­dos en el poder, que se vayan de vuel­ta a sus paí­ses y no pre­ten­dan gober­nar­nos por siem­pre a que­chuas y ayma­ras», añadió.

Evo Morales, expresidente de Bolivia

Quis­pe alu­día a la fre­cuen­cia con que la pre­si­den­ta Áñez habla de la Repú­bli­ca y no del Esta­do Plu­ri­na­cio­nal de Boli­via esta­ble­ci­do por Mora­les, y a la pre­sen­cia de polí­ti­cos de ascen­den­cia croa­ta en car­gos cla­ves, inclui­dos tres minis­te­rios, en el Gobierno transitorio.

«Has­ta nos han vis­to como a bes­tias huma­nas. Nos han vis­to como sal­va­jes. Nos han tra­ta­do de mier­da y de todo», dijo al dia­rio Pagi­na Sie­te, refi­rién­do­se al líder cívi­co de San­ta Cruz (este), Rómu­lo Cal­vo, quien lla­mó «bes­tias huma­nas indig­nas de ser lla­ma­das ciu­da­da­nos» a los cam­pe­si­nos que par­ti­ci­pa­ban en los bloqueos.

Ante con­sul­tas de pren­sa sobre si el Gobierno de Mora­les fue o no un Gobierno indí­ge­na, sos­tu­vo que en los pasa­dos 14 años los indí­ge­nas no tuvie­ron el con­trol, por­que Evo «esta­ba rodea­do de blan­cos y mes­ti­zos», algu­nos «izquier­dis­tas solo de etiqueta».

Lar­ga lucha

El Mall­ku dijo en otra con­cen­tra­ción cam­pe­si­na en El Alto que los indí­ge­nas no des­car­ta­ban nin­gún méto­do de lucha para lle­gar al con­trol del Esta­do, que podría seguir sien­do cono­ci­do inter­na­cio­nal­men­te como Boli­via pero inter­na­men­te debe­ría reco­no­cer dis­tin­tas «nacio­na­li­da­des».

«Yo no soy boli­viano, soy kolla­su­yano», se defi­nió, expli­can­do que el nom­bre de Boli­via es una deri­va­ción del liber­ta­dor vene­zo­lano Simón Bolívar.

Quis­pe fun­dó el Movi­mien­to Indí­ge­na Túpac Kata­ri (MIP) en 1978 y orga­ni­zó el gru­po polí­ti­co Ayllus Rojos en la déca­da siguiente.

Dio un giro radi­cal en 1990 cuan­do creó el Ejér­ci­to Gue­rri­lle­ro Túpac Kata­ri (EGTK) que enar­bo­ló la recons­truc­ción del impe­rio incai­co con varios aten­ta­dos a redes eléc­tri­cascon el apo­yo de varios jóve­nes inte­lec­tua­les como Álva­ro Gar­cía Line­ra, quien fue lue­go el vice­pre­si­den­te de Mora­les. Quis­pe y Gar­cía Line­ra pasa­ron cin­co años en la cár­cel por las acti­vi­da­des del EGTK y ter­mi­na­ron libres y sin condena.

Manifestaciones y bloqueos en Bolivia

© REUTERS /​DAVID MERCADOHoras crí­ti­cas en Boli­viaTras su aven­tu­ra gue­rri­lle­ra, Quis­pe fue secre­ta­rio eje­cu­ti­vo de la Con­fe­de­ra­ción Sin­di­cal Úni­ca de Tra­ba­ja­do­res Cam­pe­si­nos de Boli­via, estu­dió His­to­ria en la Uni­ver­si­dad Mayor de San Andrés, de La Paz, escri­bió varios libros sobre las rei­vin­di­ca­cio­nes indí­ge­nas, ejer­ció como docen­te uni­ver­si­ta­rio y en 2002 lle­gó al par­la­men­to como dipu­tado por el MIP.

En 2003, fue uno de los líde­res de pro­tes­tas de sin­di­ca­tos y otros sec­to­res urba­nos y rura­les que derri­ba­ron al Gobierno neo­li­be­ral de Gon­za­lo Sán­chez de Loza­da, y dos años des­pués fra­ca­só como can­di­da­to pre­si­den­cial del MIP en la elec­ción de la que sur­gió el pri­mer Gobierno de Mora­les, de quien siem­pre se decla­ró opositor.

Estan­do fue­ra de las can­di­da­tu­ras en el actual pro­ce­so elec­to­ral boli­viano, El Mall­ku reite­ró en los últi­mos días que no ha renun­cia­do a sus aspi­ra­cio­nes de «gober­nar Boli­via de algún modo, en algún momento».

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