Resumen Latinoamericano, 18 agosto de 2020.
Solo los países con una sólida salud pública han sido capaces de enfrentar exitosamente la pandemia de la COVID-19. Pero Panamá, donde el sistema de salud pública se quebró por más de 40 años de neoliberalismo, privatizaciones, donde la salud es una mercancía, donde el afán de hacer negociados despreció la salud preventiva y comunitaria, exhibe hoy uno de los peores resultados del planeta en el enfrentamiento de la COVID-19.
Los asombrosos datos de Panamá demuestran el fracaso del equipo y la estrategia gubernamental
Con 1734 muertes, nuestro país de apenas 4.3 millones de habitantes, está de 4 en fallecidos por millón de habitantes en el mundo, 1 en positividad y 2 en contagios por cada 100 mil habitantes en las últimas semanas.
Más de 22 mil panameños enfermos y con hambre aguardan en sus casas sin ningún apoyo ni asistencia del gobierno, ningún médico los visita, contagiando a la vez a familiares y vecinos. 1660 pacientes en hospitales y UCI saturan el sistema. Ambulancias deambulan por las ciudades con pacientes en busca de camas en hospitales y albergues públicos. Para poder ser recibidos en los hospitales privados se deben depositar como mínimo 10 mil dólares. Muchos deben pagar cientos de dólares por hisopados y test PCR. No hay real apoyo del Gobierno.
Los mismos trabajadores de la salud reconocen que están agotados, que no reciben la ayuda necesaria del gobierno, que se contagian y también mueren. Al menos diez médicos han fallecido. Hasta ahora 1371 trabajadores de la Caja de Seguro Social (CSS) se han contagiado.
Estamos en un hoyo sin escapatoria. Estancados en una altísima cifra de muertes y contagiados. Ha fracasado la llamada trazabilidad. No se realizan testeos masivos para aislar debidamente los casos positivos. El virus se extiende por todo el país. Hoy más de un panameño de tres a los que se les practica la prueba, salen positivos. No hay un tratamiento eficaz comprobado. Todo es ensayo y error. No están los kits ni los oxímetros prometidos. Hay muchas mentiras, incongruencias e improvisación.
Lo que se viene va a ser peor
Y a pesar de este cuadro tan desolador van a abrir algunas actividades económicas a partir del lunes 17 de agosto. El pueblo hambriento y desesperado no ve salidas. No hay que ser experto para saber lo que viene. Ya lo vimos cuando abrieron los bloques 1 y 2 y se suspendió abruptamente la cuarentena. Hoy nos encaminamos, en poco tiempo, a los más de 2 mil muertos y más de 80 mil contagios. Vamos a superar a China, el país con mayor población del planeta (1,400 millones) y donde se descubrió el virus. Es un hecho insólito.
Y en ese contexto, los mismos para quienes los negocios están por encima de la salud del pueblo, algunos profesionales que desdiciendo su juramento ven la salud como un simple motivo de lucro personal y no como un servicio al pueblo, se oponen a la llegada de médicos de Cuba, país reconocido, hasta por los enemigos de la revolución, por su eficiente salud pública en todos los campos. Nunca los hemos visto pronunciarse cuando se trata de gringos en la llamada “Operación Sonrisa o en los ejercicios contra insurgentes “Nuevos Horizontes”, por ejemplo.
Discípulos del propagandista nazi, Joseph Goebbels, y su máxima “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”, es decir los medios de comunicación y sus voceros en redes sociales, afirman que Cuba fracasó en su misión contra la COVID-19 en varios países y que ésta perseguía otros propósitos políticos.
Nada más alejado de la realidad. Países y pueblos agradecidos han reconocido el papel desempeñado por los médicos cubanos en el combate contra la COVID-19, así como en los tratamientos empleados, y hay una campaña en favor para que se les otorgue el reconocido premio Nobel.
Ya una misión de médicos cubanos dejaron una huella imborrable en 50 mil panameños con la Operación Milagros. Los mismos intereses mezquinos y egoístas hicieron expulsar a esta generosa delegación de médicos. Años después vimos los resultados. El principal renglón en la mora quirúrgica eran y son las operaciones de cataratas. Esto sirvió para que los hospitales y clínicas privados hicieran un gran negociado con los fondos de los asegurados. No permitamos que otra vez los mercaderes de la salud se salgan con la suyas. ¿A cuántos de esos 50 mil humildes panameños Cuba adoctrinó, incluidos los que con todos los gastos pagos viajaron a la Isla a recibir atención en sus hospitales? ¿Cuántos se volvieron comunistas?
El personal cubano no viene a reemplazar ni a desplazar a los médicos panameños. Viene a apoyarlos en su encomiable y sacrificada labor, a diferencia de lo que proponen los empresarios de traer “talento extranjero” que en verdad buscan atraer mano de obra barata para sobre explotarla. Si es cierto qué hay médicos desempleados, con idoneidad, hay que contratarlos con salarios justos y dignos. Pero extraña que si así es, como se afirma, a la fecha solo 3 hayan respondido a las 50 plazas que se abrieron, ninguno a la convocatoria de médicos del sector privado para iniciar labores en los hospitales públicos y tampoco nadie al entrenamiento que se les ofreció a los médicos nuevos para ser contratados. Son falacias.
Trump se opone a que los panameños reciban solidaridad en un momento tan crítico
Pero ya sabemos ahora que detrás de esta infame campaña están los intereses imperialistas y que la ingrata visita del Consejero de Seguridad Nacional de Trump, Robert O’Brien, tiene como propósito impedir la solidaridad y la ayuda desinteresada de la hermana República de Cuba. Los Estados Unidos, el país que es reconocido como el que peor ha manejado la pandemia, con más muertes y contagiados, y la potencia mundial que nos ha invadido militarmente en varias ocasiones, recordemos el 9 de Enero y el 20 de Diciembre, no tiene nada que ofrecernos en el combate contra la COVID-19 a diferencia de la patria de Martí y Fidel que exhibe uno de los mejores resultados, gracias a su personal altamente capacitado y solidario.
Por ello te invitamos a firmar estas líneas. Para darle la bienvenida a la misión humanitaria de Cuba y para repudiar la presencia del representante del sátrapa imperialista en nuestro país.
No dejemos que el odio, los prejuicios ideológicos, la xenofobia, el entreguismo, el egoísmo, la falta de valores humanos y los celos maten a la esperanza. ¿Cuántas muertes más tendremos que afrontar? ¿Quién se responsabiliza de ellas y de los enfermos?
Panamá, 14 de agosto de 2020.
FRENADESO
FRENTE NACIONAL POR LA DEFENSA DE
LOS DERECHOS ECONÓMICOS Y SOCIALES
¿Puedes ayudarme firmando esta petición?
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