Graciela Tiburcio /Alvaro Meneses/Resumen Latinoamericano, 9 de agosto de 2020
Toda una familia tiene que aclarar el asesinato de Solsiret Rodríguez Aybar. Wayka accedió al expediente fiscal y encontró nuevas luces que reconstruyen el crimen y el día siguiente con detalles que revelan el sospechoso comportamiento de varios integrantes de la familia Villanueva que aún no son incorporados como investigados en la indagación que por ahora continúa con Andrea Aguirre y Kevin Villanueva, ambos coautores del crimen según la tesis fiscal.
Hasta el cierre de este reportaje, Alexander Villanueva (papá), Yolanda Castillo (mamá), Brian Villanueva (expareja de Solsiret) y Franco Villanueva (hermano menor) aún no han sido formalmente incluidos dentro de la investigación fiscal. La narración que elaboramos a continuación permitirá esclarecer los vacíos que, en casi cuatro años desde el reporte de la desaparición de la activista feminista, no fueron tomados en cuenta por policías y fiscales.
Llamadas sopechosas
Las sospechas se levantan desde la hora cero del crimen. Entre las 2 y 4 p.m. del 23 de agosto de 2016, en la casa de la familia Villanueva, en la cuadra 49 de la avenida Colonial (Callao), Andrea golpeó reiteradas veces en el rostro a Solsiret hasta matarla. En ese mismo lapso de tiempo, se registraron cuatro conversaciones por teléfono entre Andrea y Kevin, quien estaba en Miraflores y se dirigió a casa tras las llamadas.
Pero Andrea no fue la única que llamó a Kevin durante esa hora clave. Hubo otro contacto telefónico que las fiscales anteriores del caso, María Quicaño y Lucila Aliaga, debieron haber tomado en cuenta: el reporte de llamadas revela que Kevin habló con su madre, Yolanda Castillo, a las 3:30 y 3:32 de la tarde.
Para Ivonne Macassi, abogada del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, a cargo de la defensa de la familia de Solsiret, que Yolanda se haya comunicado con su hijo “durante y después del crimen” es evidencia que la Fiscalía debería tener en cuenta para incluir a la madre de los Villanueva en la investigación.
Estrategia fallida
En el transcurso de la investigación, la Fiscalía citó en noviembre de 2016 a Yolanda Castillo para declarar sobre la desaparición de Solsiret, pero ella se negó a ir y solicitó declarar infundada la investigación, arguyendo que la víctima había abandonado su hogar (y a sus dos pequeños hijos) y que se había llevado ropa y dinero.
Los gemelos Kevin y Brian también se negaron a declarar ante la fiscal hasta que la solicitud de su madre fuera resuelta, pero la estrategia del silencio se cayó cuando la Fiscalía decidió continuar con la investigación.
Madrugada agitada
Los movimientos de los dos principales sospechosos del presunto feminicidio se retomaron desde las 5 de la mañana del día siguiente, miércoles 24 de agosto. A continuación, la narración de Andrea Aguirre sobre la conversación que habría tenido con su expareja, Kevin Villanueva (gemelo de Brian), para decidir sobre los restos de Solsiret:
“Me desperté a las 5 de la mañana aprox, (Kevin) me dijo que se iba a su clase, pero le pregunté por qué se iba tan temprano, me dijo que primero tenía que arreglar unas cosas, le pregunté qué cosas, respondiéndome que Solsiret no podía quedarse en la casa, que ya había guardado una parte dentro de su mochila, le pregunté a dónde iba, me dijo que no sabía y que solo salió de la habitación con su mochila color negro”.
Estos hechos fueron declarados por Andrea el pasado 19 de febrero ante el fiscal Jimmy Mansilla, cuatro días después de ser arrestada preliminarmente junto con Kevin Villanueva, durante su interrogatorio en la Dirincri. Esa misma tarde Kevin aseguró no recordar si la mañana del 24 estuvo en su casa en el Callao o si fue estudiar, pero, de haber salido habría sido “únicamente a estudiar”.
A diferencia de su mala memoria, el reporte de geolocalización de su celular guardó las evidencias hasta hoy. Esa mañana, por dos llamadas de su madre Yolanda Castillo, se supo que Kevin estuvo en el Jirón Aragón del distrito de Magdalena del Mar, a 6 cuadras del circuito de playas de la Costanera y cerca a la casa de Susana Pinedo, amiga de Solsiret.
La Fiscalía sospecha que Kevin y Andrea revisaron el celular de Solsiret y vieron que había coordinado una salida con sus amigos, entre ellos Susana Pinedo, para la tarde del 23 de agosto. Por lo que al amanecer del día siguiente, “se infiere que (Kevin) llevó el cuerpo de la desaparecida hacia dicho lugar, posiblemente para ocultarlo o desaparecerlo totalmente, y si este (el cuerpo) apareciera se investigue que se dirigía a la casa de su amiga Susana”, sostiene la Fiscalía.
Versión en riesgo
La versión que Brian Villanueva le dio a la Fiscalía sostiene que se enteró de la desaparición de Solsiret por una llamada de su madre, alrededor de las 03:30 p.m. del 23 de agosto, ‑día y hora del crimen-. Y recién a las 9 de la noche llamó a avisar a su suegro, Carlos Rodríguez.
Al día siguiente, según su reporte de geolocalización, Brian estuvo en los siguientes lugares: desde las 11 de la mañana en los alrededores de la Comisaría de La Legua del Callao, en donde puso la denuncia por abandono de hogar y no por desaparición; a la 1:34 de la tarde en su casa de la avenida Colonial, en donde permaneció por lo menos hasta las 03:30 p. m. ; y desde las 03:33 p. m. hasta las 03:54 p. m. su celular estuvo nuevamente cerca a la comisaría.
En ese tramo de tiempo, Brian recibió falsos mensajes del celular de Solsiret citándolo en Plaza Norte, y regresó a casa para presuntamente cargar la batería de su celular y coger dinero para luego ir al centro comercial en compañía de su hermano menor, Franco Villanueva. Y fue desde el celular de Franco donde se comunicaba con Solsiret.
Cuando el padre de Solsiret llegó al centro comercial, recordó: “buscamos por todas las agencias y no lo encontramos, pero él (Brian) tampoco llegó, estuvimos allí como 45 minutos”. La Fiscalía, por su parte, solo tendría una forma de corroborar si Brian realmente estuvo en Plaza Norte la tarde del 24 de agosto: con la geolocalización del celular de Franco.
En setiembre de 2018, la fiscal anterior a cargo del caso, María Quicaño Bautista, le pidió al Poder Judicial que autorice la entrega de los registros de llamadas y reportes de geolocalización de Brian, Solsiret, Kevin, Alexander y Franco; pero la jueza Liliana Dina Lázaro Moya lo declaró infundado. Y en la subsanación del pedido, la fiscal Quicaño dejó fuera a Franco Villanueva, la pieza que podría faltar en el rompecabezas.
Recién el 28 de marzo de 2019, el nuevo fiscal a cargo del caso, Jimmy Mansilla, pidió el levantamiento de secreto de las comunicaciones de Franco, y el PJ ordenó que se entregue esa información en 24 horas. Pero hasta hoy, las abogadas de la familia de Solsiret, señalan que la empresa de telecomunicaciones Movistar aún no cumple con entregar la información.
Para complicar aún más el caso, el padre de los gemelos Brian y Kevin, declaró a la Policía que Solsiret estuvo en Plaza Norte la noche del 23 de agosto, y no del 24, como asegura su hijo. Alexander Villanueva Otero aseguró que Solsiret le pidió por mensajes de texto que la alojara en Huaraz, y que por eso, él mismo convenció a su hijo Brian de poner al día siguiente la denuncia por abandono de hogar.
Está en manos de la Fiscalía seguir el hilo en ese laberinto de versiones contradictorias, mientras los padres de Solsiret siguen esperando la verdad. “Para nosotros toda la familia está involucrada, es imposible que no hayan sabido lo que le hicieron a mi Sol. Todos vivían en una sola casa y ya está comprobado que el celular de mi hija todo el tiempo estuvo ahí”, declaró el papá de Solsiret a Wayka.
FUENTE: Wayka.pe