José Díaz/Resumen Latinoamericano, 21 de agosto de 2020
Las polémicas recientes por los actos racistas en el Perú, han tenido como respuesta la negación deliberada del racismo. Por fines publicitarios o políticos, el racismo está presente en diversas instancias de nuestra sociedad. ¿Cuánto hace falta para reconocerlo?
La polémica desatada en la última semana por el “brownface” (oscurecimiento facial con maquillaje) hecho por una surfista y un actor, han despertado nuevamente una discusión que cada cierto tiempo ingresa a la agenda peruana: el racismo. A la ola de polémica se le sumaron una serie de reacciones, tanto de los perpetradores de otros personajes, afirmando que aquel suceso no representa un acto de racismo.
Entonces, ¿qué es racismo? Definitivamente estas personas realizaron un acto racista pasivo, es decir, que sus acciones no iban dirigidas a mellar la dignidad de una persona en particular directamente, pero reproducían los estereotipos denigrantes sobre los que se basa el racismo contra la población andina.
Ellos afirman que formaba parte de una performance artística, aunque la asociación de un producto de limpieza facial con el blanqueamiento de la piel, es decir la desindigenización de tu rostro, reproduce un patrón de aspiraciones raciales caucásicas que contradice a la realidad multiétnica de nuestro país. Suavizar el hecho afirmando que es una performance artística, es otra forma de evasión.
Estrategias racistas
Hace solo unos meses, a inicios del 2020, en plena campaña electoral para la nueva composición del Congreso de la República, el candidato de Solidaridad Nacional, Mario Bryce tuvo un acto de racismo agresivo y directo con el candidato de Juntos Por el Perú, Julio Arbizu. Durante un debate en la sede del diario El Comercio, le entregó al segundo una barra de jabón en un gesto inapropiado y ofensivo.
La ola de críticas fue capitalizada por él para llamar la atención en un contexto de campaña electoral, y aunque nadie recuerda sus propuestas políticas, todos recuerdan aquel gesto racista. En aquel momento él se defendió negando haber tenido intenciones racistas, del mismo modo en que hicieron la surfista y el actor que incurrieron en “brownface”.
La negación del racismo en actos deliberadamente racistas es un reflejo de lo imbuido que está el racismo en las subjetividades de determinadas personas. Lo preocupante es que el patrón de negación se repite en un mismo perfil de personas: limeños, criollos, de fenotipo caucásico y estrato socio-económico elevado.
La negación colectiva, ayer, por ejemplo, una presentadora de televisión negaba en su cuenta de Twitter que el “brownface” constituyera un acto racista, refleja una solidaridad de clase entre este sector particular de la sociedad peruana. Un sector en donde la defensa del multiculturalismo peruano es solo usada como un instrumento para capitalizar los valores culturales andinos y amazónicos, pero no para tender puentes de clase ni promover un proyecto intercultural.
FUENTE: SERVINDI