Perú. El próspero negocio de las clínicas del grupo San Pablo

Perú. El prós­pe­ro nego­cio de las clí­ni­cas del gru­po San Pablo

Eli­za­beth Sala­zar Vega/​Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 18 de agos­to de 2020

El Gru­po San Pablo cuen­ta con 26 empre­sas en los sec­to­res salud, cons­truc­ción, hote­le­ría y edu­ca­ción, pero el pri­me­ro es su buque insig­nia. La clí­ni­ca San Pablo es la segun­da con mayor núme­ro de afi­lia­dos entre las Admi­nis­tra­do­ras de Fon­dos de Ase­gu­ra­mien­to en Salud (IAFAS) pri­va­das del país, y su cre­ci­mien­to se debe en par­te al esque­ma de nego­cio que el Esta­do no regu­la y les per­mi­te sub­con­tra­tar a empre­sas de médi­cos, aho­rran­do el pago de impues­tos y evi­tan­do posi­bles denuncias.

Las empre­sas detrás del nego­cio de la salud han incre­men­ta­do sus ganan­cias debi­do a un sis­te­ma públi­co que no ha logra­do ofre­cer un ase­gu­ra­mien­to uni­ver­sal y de cali­dad. A la fecha, el ter­cer pres­ta­dor de segu­ros con mayor núme­ro de afi­lia­dos, des­pués de los esta­ta­les SIS y Essa­lud, son las clí­ni­cas pri­va­das que ofre­cen sus pro­pios pla­nes de salud, logran­do cap­tar a 1 millón 35 mil usua­rios en todo el país. 

Se les deno­mi­na Ins­ti­tu­cio­nes Admi­nis­tra­do­ras de Fon­dos de Ase­gu­ra­mien­to en Salud (IAFAS) pri­va­das pre­pa­ga­das. Su públi­co prin­ci­pal son per­so­nas que al no estar vin­cu­la­das a un tra­ba­jo for­mal no pue­den acce­der a Enti­da­des Pres­ta­do­ras de Salud (EPS) o Essa­lud a tra­vés de su emplea­dor, y que has­ta la publi­ca­ción del Decre­to de Urgen­cia 017‑2019, de noviem­bre pasa­do, no cali­fi­ca­ban al Segu­ro Inte­gral de Salud (SIS) por­que su con­di­ción eco­nó­mi­ca no era de pobre­za extrema.

En todo el Perú son 16 las com­pa­ñías que ope­ran de esta for­ma, y a dife­ren­cia de las EPS Map­fre, Rímac, Pací­fi­co, Sani­tas y La Posi­ti­va, gru­po al que han rele­ga­do al cuar­to lugar en núme­ro de afi­lia­dos, estas brin­dan sus ser­vi­cios de con­sul­tas exter­nas, emer­gen­cias y hos­pi­ta­li­za­ción bajo sis­te­mas pre­pa­go, don­de el usua­rio abo­na direc­ta­men­te una cuo­ta men­sual para ser miem­bro y reci­bir aten­ción en el mis­mo establecimiento.

Mien­tras las estra­te­gia de algu­nos gru­pos eco­nó­mi­cos fue optar por la con­cen­tra­ción ver­ti­cal del ser­vi­cio de salud, al cons­truir sus pro­pios cen­tros médi­cos y crear com­pa­ñías ase­gu­ra­do­ras y admi­nis­tra­do­ras de fon­dos de cober­tu­ra, las IAFAS pre­pa­gas deci­die­ron cap­tar sus pro­pios clien­tes. Ellos ponen sus con­di­cio­nes tari­fa­rias y pue­den deci­dir con qué EPS fir­man con­ve­nios para reci­bir a más pacien­tes en sus instalaciones.

La mayor can­ti­dad de afi­lia­dos la con­cen­tra Onco­sa­lud, empre­sa del Gru­po Aúna y Enfo­ca Inver­sio­nes que ofre­ce pla­nes de cober­tu­ra y tra­ta­mien­tos con­tra el cán­cer bajo la moda­li­dad de IAFA pre­pa­ga­da y autó­no­ma, pues los ser­vi­cios que brin­da son exclu­si­vos para sus afi­lia­dos. En segun­do lugar, apa­re­ce la clí­ni­ca San Pablo, matriz del gru­po eco­nó­mi­co del mis­mo nom­bre y que ha sido cues­tio­na­da duran­te la pan­de­mia por sus cobros exce­si­vos en la aten­ción a pacien­tes con Covid-19. 

Esta últi­ma enca­be­za el gru­po de las IAFAS pre­pa­ga­das inte­gra­das, es decir, aque­llas que fac­tu­ran por los recur­sos que cap­tan de sus ase­gu­ra­dos y de pacien­tes exter­nos. Todas estas clí­ni­cas han encon­tra­do un esque­ma de nego­cio que les per­mi­te sub­con­tra­tar a empre­sas cons­ti­tui­das por médi­cos para que pres­ten ser­vi­cios en sus loca­les. Con ello, se aho­rran el pago de impues­tos y se pro­te­gen ante posi­bles denun­cias de mala praxis.

Los ries­gos de la ter­ce­ri­za­ción empresarial

Según los infor­mes de Super­in­ten­den­cia Nacio­nal de Salud (Susa­lud), al cie­rre del 2019 la clí­ni­ca San Pablo con­ta­ba con 38.106 afi­lia­dos acti­vos en sus paque­tes de ase­gu­ra­mien­to, y es el úni­co esta­ble­ci­mien­to de salud de su gru­po eco­nó­mi­co que está reco­no­ci­do como una IAFA pre­pa­ga­da. En su revis­ta ins­ti­tu­cio­nal, el con­glo­me­ra­do dice con­tar con 2.900 médi­cos y 5.300 cola­bo­ra­do­res en todo el país para aten­der esta deman­da fija, pero el víncu­lo con­trac­tual que man­tie­nen con la mayo­ría de ellos no es directo.

La clí­ni­ca ter­ce­ri­za los ser­vi­cios médi­cos a tra­vés de una moda­li­dad de nego­cio crea­da para com­pe­tir con los altos suel­dos que el SIS y Essa­lud pagan a sus tra­ba­ja­do­res, y lo hacen incen­ti­van­do al per­so­nal de salud para que cons­ti­tu­yan sus pro­pias aso­cia­cio­nes y empre­sas. Al per­mi­tir­les ser su pro­pio jefe, los sub­con­tra­tan a fin de que brin­den aten­ción en sus ins­ta­la­cio­nes, y les faci­li­tan equi­pa­mien­to y per­so­nal de apoyo.

La Ley de Ase­gu­ra­mien­to Uni­ver­sal N° 26842 ni las reso­lu­cio­nes de Sune­du regu­lan esta prác­ti­ca. El enton­ces jefe adjun­to de la Super­in­ten­den­cia Nacio­nal de Ase­gu­ra­mien­to en Salud (Suna­sa), hoy Susa­lud, Mario Ríos, seña­la que las IAFAS pri­va­das fun­cio­nan bajo los intere­ses del mer­ca­do, con la per­mi­si­vi­dad de un mar­co legal que empe­zó a rela­jar sus con­tro­les des­de fines de los 90’s, con la Ley de Moder­ni­za­ción del Segu­ro Social del gobierno de Alber­to Fujimori.

Esta fór­mu­la sir­vió al Gru­po San Pablo para posi­cio­nar­se en el rubro. En una entre­vis­ta que brin­dó a la revis­ta Dia­rio Médi­co, el 2014, el fun­da­dor de la cor­po­ra­ción, José Álva­rez Blas, seña­la: “Emplea­mos a 1.721 médi­cos y com­pe­ti­mos por con­tra­tar­los con Essa­lud, que ofre­ce suel­dos que no pode­mos pagar. Nues­tra fór­mu­la es pro­po­ner­le al médi­co crear su pro­pia empre­sa, y aso­ciar­se con San Pablo. Así tene­mos con­ve­nios con 485 empre­sas for­ma­das por ellos. De este modo vamos a lidiar con la com­pe­ten­cia esta­tal y con el défi­cit de personal”.

LA TERCERIZACIÓN PRECARIZA LA LABOR DEL MÉDICO Y LE AHORRA EL PAGO DE IMPUESTOS A LAS EMPRESAS

Fun­cio­na­rios y per­so­nal del sec­tor salud entre­vis­ta­dos para este artícu­lo ‑que soli­ci­ta­ron man­te­ner su nom­bre en reser­va- seña­la­ron que la ter­ce­ri­za­ción de los recur­sos huma­nos pre­ca­ri­za la labor del per­so­nal médi­co y les per­mi­te a las empre­sas aho­rrar­se el 18% del IGV en los ser­vi­cios pres­ta­dos, pues este cos­to es car­ga­do a la bole­ta de la empre­sa subcontratada. 

Por ejem­plo, en un ser­vi­cio coti­za­do en S/1.000 la clí­ni­ca sepa­ra el 20% como ganan­cia y car­ga el 18% de los impues­tos a la fac­tu­ra que emi­ti­rá el médi­co que pres­tó su ser­vi­cio a tra­vés de una empre­sa o aso­cia­ción; y a los S/​620 res­tan­tes este le debe­rá dedu­cir el 8% por ren­ta per­so­nal, que­dan­do para él S/​570.

Ade­más, si el ser­vi­cio se gene­ró en el mar­co del con­ve­nio con una ase­gu­ra­do­ra, el pago no será inme­dia­to. Las clí­ni­cas del Gru­po San Pablo se encuen­tran afi­lia­das al paque­te de la EPS Rímac, y el abono se rea­li­za cuan­do la ase­gu­ra­do­ra hace la transferencia.

Este esque­ma ha per­mi­ti­do que algu­nos médi­cos encuen­tren ren­ta­ble cons­ti­tuir varias empre­sas de ter­ce­ri­za­ción, tan­to para el sec­tor pri­va­do como esta­tal, pues el artícu­lo 40 de la Cons­ti­tu­ción seña­la que nin­gún ser­vi­dor públi­co pue­de desem­pe­ñar labo­res adi­cio­na­les que no sea la docen­cia. Por eso, en las maña­nas pue­den con­tra­tar a un médi­co de mane­ra indi­vi­dual, y en la tar­de a la empre­sa que este constituyó.

El exmi­nis­tro de Salud Víc­tor Zamo­ra aña­de que, el segun­do moti­vo por el que las clí­ni­cas pri­va­das pro­te­gen este sis­te­ma de nego­cio se debe a que les ofre­ce un blin­da­je ante posi­bles denun­cias. “La clí­ni­ca no asu­me con­trol real sobre lo que se rea­li­za en sus loca­les por­que solo pone las pare­des. Esta asu­me res­pon­sa­bi­li­dad con todos aque­llos con los que ha fac­tu­ra­do, y estos son otras empre­sas jurí­di­cas. En un jui­cio, que pue­de tar­dar años, se defi­nen los ter­ce­ros civil­men­te res­pon­sa­bles y se van indi­vi­dua­li­zan­do y dilu­yen­do sus accio­nes en muchas empre­sas”, indi­có a Ojo­Pú­bli­co.

La enti­dad lla­ma­da a fis­ca­li­zar la actua­ción de las IAFAS pri­va­das es Susa­lud. El con­sul­tor legal Frank Gar­cía Ascen­cios, quien fue jefe de arbi­tra­je en dicha enti­dad has­ta el 2017, seña­la que el Gobierno inten­tó uni­for­mi­zar el con­trol sobre las las IAFAS públi­cas, pri­va­das y mix­tas el año 2013, con la publi­ca­ción del Decre­to Legis­la­ti­vo 1158 que deri­va la fis­ca­li­za­ción de dichos esta­ble­ci­mien­tos a la superintendencia.

Sin embar­go, has­ta hoy, dicha enti­dad ni el Eje­cu­ti­vo emi­ten una reso­lu­ción que defi­na la res­pon­sa­bi­li­dad legal en estos ser­vi­cios ter­ce­ri­za­dos. “Ante un cues­tio­na­mien­to por un acto médi­co la EPS se des­li­ga cul­pan­do a la clí­ni­ca, y esta, a su vez, se sub­di­vi­de en otras razo­nes socia­les por espe­cia­li­dad o ser­vi­cio pres­ta­do. Es una for­ma legal para obs­truir un recla­mo. En un pro­ce­so judi­cial sí se deter­mi­nan res­pon­sa­bi­li­da­des, pero es un pro­ce­so muy lar­go”, añadió.San Pablo

NUEVA SEDE. La cor­po­ra­ción tenía recur­sos para cons­truir tres nue­vas sedes este año. El 2019 inau­gu­ró su últi­ma sede en Arequipa.
Foto: Gru­po San Pablo

Para ase­gu­rar sus ganan­cias, las clí­ni­cas pri­va­das, sobre todo aque­llas que mane­jan sus pro­pias póli­zas, como las IAFAS pri­va­das, optan por gas­tar lo menos posi­ble de los fon­dos que pagó el ase­gu­ra­do, limi­tan­do los exá­me­nes o eva­lua­cio­nes para no redu­cir sus ingre­sos. Sin embar­go, en los últi­mos años la prin­ci­pal fuen­te de ingre­sos que han encon­tra­do las clí­ni­cas no son los ser­vi­cios médi­cos, sino la ven­ta de pro­duc­tos farmacéuticos. 

El estu­dio de la con­sul­to­ra Total Mar­ket Solu­tions (TMS), difun­di­do en medios loca­les en enero pasa­do, seña­la que el nego­cio de los esta­ble­ci­mien­tos pri­va­dos cerró el 2018 con una fac­tu­ra­ción de S/1.826 millo­nes, un 10% más que el año ante­rior, y la mitad de este mon­to corres­pon­de a ingre­sos en su far­ma­cia, segui­da por prue­bas para diagnósticos.

Un repor­ta­je de Cuar­to Poder reve­ló que la clí­ni­ca San Pablo ven­día el ome­pra­zol a S/​165 por uni­dad cuan­do el sec­tor públi­co lo ofre­ce a S/​1; la empre­sa tuvo que rec­ti­fi­car­se y anun­ció la apli­ca­ción de tari­fas soli­da­rias en medi­ca­men­tos para el tra­ta­mien­to de pacien­tes con Covid-19. Ojo­Pú­bli­co soli­ci­tó una entre­vis­ta con los voce­ros de esta cor­po­ra­ción, a tra­vés de su equi­po de pren­sa, pero al cie­rre de esta edi­ción no respondieron.

El poder detrás del gru­po económico

La pri­me­ra clí­ni­ca del Gru­po San Pablo fue inau­gu­ra­da en 1991 por el car­dió­lo­go José Faus­tino Álva­rez Blas, quien des­de el 2000 empe­zó a diver­si­fi­car sus inver­sio­nes en cua­tro ramas de nego­cio: salud, cons­truc­ción, hote­le­ría y edu­ca­ción. La pri­me­ra de estas es su buque insig­nia, con una red de 11 clí­ni­cas y cen­tros espe­cia­li­za­dos y de diag­nós­ti­co que fun­cio­nan en Lima, Are­qui­pa, Tru­ji­llo y Hua­raz. Pre­ci­sa­men­te, su Inmo­bi­lia­ria Mag­no­pa­ta S.A fue la res­pon­sa­ble de cons­truir dichas sedes.

En el rubro edu­ca­ti­vo con­tro­la el Ins­ti­tu­to San Pablo, y en el hote­le­ro la empre­sa Peru­vian Tours Agency S.A.C. que fun­cio­na bajo el nom­bre comer­cial de Aran­wa Hotels Resorts & Spas, en tres regio­nes del país. En total son 26 las razo­nes socia­les que depen­den de este con­glo­me­ra­do, y 13 de ellas se aco­gie­ron a los prés­ta­mos del pro­gra­ma esta­tal Reac­ti­va Perú por un total de S/​59 millo­nes 897 mil, cana­li­za­dos por el Ban­co de Cré­di­to del Perú (BCP) y Scotiabank.

El 91% de los fon­dos obte­ni­dos, con tasas de inte­rés míni­mas y ava­la­dos por el Esta­do, se des­ti­na­ron a los nego­cios de salud del gru­po. Las clí­ni­cas que cap­ta­ron los cré­di­tos máxi­mos de S/​10 millo­nes cada una, San Pablo, San Gabriel y Jesús del Nor­te, son las mis­mas que regis­tran san­cio­nes en Susa­lud por mala prác­ti­ca médi­ca en sus sedes de Hua­raz, San Miguel e Inde­pen­den­cia, como seña­ló Ojo­Pú­bli­co.

Sin embar­go, las finan­zas del gru­po esta­ban en azul al lle­gar la pan­de­mia, inclu­so con­ta­ban con US$100 millo­nes para inver­tir este año en la cons­truc­ción de tres sedes hos­pi­ta­la­rias, de entre 9 y 11 pisos, en los dis­tri­tos de La Vic­to­ria e Inde­pen­den­cia, en Lima; y en Tac­na. En abril del año pasa­do inau­gu­ra­ron su sede en Are­qui­pa y tenían pre­vis­to hacer lo mis­mo con estas nue­vas edi­fi­ca­cio­nes el 2021.

De acuer­do con sus esta­dos finan­cie­ros, la clí­ni­ca del mis­mo nom­bre fac­tu­ró S/​151 millo­nes al cie­rre del 2018, y el mayor por­cen­ta­je (63%) lo obtu­vo con el ser­vi­cio de hos­pi­ta­li­za­ción. En tan­to, el Com­ple­jo Hos­pi­ta­la­rio San Pablo ‑que reúne sus nego­cios del sec­tor médi­co- regis­tró una fac­tu­ra­ción total de US$118 millo­nes (S/​413 millones).

Estas cifras lo posi­cio­nan en el cuar­to lugar de enti­da­des pri­va­das con mayo­res ingre­sos en el rubro de la salud, según el ran­king de Amé­ri­ca Eco­no­mía. La lis­ta lo ubi­ca des­pués de la EPS Pací­fi­co, del gru­po Cre­di­corp; y de la EPS Rímac y la Clí­ni­ca Inter­na­cio­nal, ambos del gru­po Breca.Alvarez Blas

HEREDERO. El fun­da­dor del gru­po, José Álva­rez Blas, ha encar­ga­do el con­trol de sus nego­cios al menor de sus ocho hijos, Gabriel Álva­rez Huiman.
Foto: Gru­po San Pablo.

Si bien Álva­rez Blas es el geren­te gene­ral del con­glo­me­ra­do y ocu­pa car­gos direc­ti­vos en sus 26 empre­sas, en una entre­vis­ta con la revis­ta de la Aso­cia­ción de Clí­ni­cas Pri­va­das (ACP) dijo que se con­si­de­ra “un cami­nan­te del mun­do”, pues ha opta­do por seguir su pasión de artis­ta y ser fotó­gra­fo. Cuen­ta con una pági­na web con sus via­jes y tra­ba­jos, y ha publi­ca­do volu­mi­no­sos libros grá­fi­cos con el finan­cia­mien­to del mis­mo Com­ple­jo Hos­pi­ta­la­rio San Pablo.

El segun­do patro­ci­na­dor de sus publi­ca­cio­nes es la Fun­da­ción Alvar­tez, orga­ni­za­ción sin fines de lucro del Gru­po San Pablo que está exo­ne­ra­da del Impues­to a la Ren­ta; la mis­ma que se creó en la déca­da de los 90 para ayu­dar a niños con car­dio­pa­tías, pero actual­men­te rea­li­za char­las pre­ven­ti­vas y acti­vi­da­des de asis­ten­cia social. Lo pre­si­de la car­dió­lo­ga Bertha Hui­man Tipia­ni, espo­sa de Álva­rez Blas.

En la prác­ti­ca, las cua­tro líneas de nego­cio del Gru­po San Pablo son mane­ja­das por sus ocho hijos, pero es el menor de ellos, Gabriel Álva­rez Hui­man, quien ocu­pa los car­gos geren­cia­les y toma las deci­sio­nes en la orga­ni­za­ción. El bra­zo dere­cho de él y su padre es el actual geren­te médi­co de la cor­po­ra­ción, Ama­dor Var­gas Gue­rra, expre­si­den­te del Cole­gio Médi­co del Perú (CMP) y quien res­pal­dó la lis­ta de can­di­da­tos que a la fecha pre­si­de este gremio. 

Por su par­te, la repre­sen­tan­te legal y quien ava­la los acuer­dos y tran­sac­cio­nes del con­glo­me­ra­do es Sara Rosa­do Sil­va, bachi­ller en Tra­ba­jo Social, y es quien sus­cri­bió el con­ve­nio con el Esta­do para que las clí­ni­cas San Pablo, Jesús del Nor­te, San Gabriel, San Juan Bau­tis­ta y San­ta Martha habi­li­ten sus camas UCI duran­te la pandemia.Amador Vargas

GERENTE. El geren­te médi­co de la cor­po­ra­ción, Ama­dor Var­gas Gue­rra, expre­si­den­te del Cole­gio Médi­co del Perú (CMP), es el bra­zo dere­cho de la fami­lia Álvarez.
Foto: Clí­ni­ca San Gabriel

Años antes, una de las per­so­nas cla­ves que acom­pa­ñó a este con­glo­me­ra­do fue Flor de María Phi­lips, quien tras una amplia expe­rien­cia con ase­gu­ra­do­ras pri­va­das pasó a ocu­par el car­go de Geren­te Cor­po­ra­ti­vo Admi­nis­tra­ti­va del Gru­po San Pablo, entre el 2009 y 2010. Dos años des­pués, el 2012, fue nom­bra­da como super­in­ten­den­ta de Susa­lud, la enti­dad encar­ga­da de fis­ca­li­zar y san­cio­nar a las clínicas.

Ella se man­tu­vo en el pues­to has­ta el 2016, en el mis­mo perio­do en que se dise­ñó la refor­ma nor­ma­ti­va de este orga­nis­mo. En 2013 su ges­tión nom­bró al exge­ren­te admi­nis­tra­ti­vo del Com­ple­jo Hos­pi­ta­la­rio San Pablo, Juan Temo­che Arau­jo, como inte­ri­no y lue­go jefe de la Inten­den­cia de Super­vi­sión de IAFAS en Susa­lud, car­go que dejó al falle­cer, en mar­zo del 2015.

Des­de abril del 2019, Susa­lud es lide­ra­da por Car­los Acos­ta Saal, y entre las denun­cias que debe­rá resol­ver su ges­tión está el caso de las 123 clí­ni­cas que cobra­ron por prue­bas para detec­tar la Covid-19 a pesar de que reci­bían los resul­ta­dos gra­tui­tos del Ins­ti­tu­to Nacio­nal de Salud. Entre las posi­bles infrac­to­ras, según la Con­tra­lo­ría Gene­ral de la Repú­bli­ca, están cua­tro empre­sas del Gru­po San Pablo: Jesús del Nor­te, San Gabriel, San Juan Bau­tis­ta y San­ta Martha del Sur.Eli­za­beth Sala­zar Vega@ElizabSalazar esalazar@​ojo-​publico.​com

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Esta­do y ase­gu­ra­do­ras com­pi­ten por las últi­mas camas UCI del sec­tor privado

Has­ta el vier­nes 31 de julio, eran cin­co las per­so­nas aten­di­das en el mar­co del con­ve­nio que sus­cri­bió el Esta­do con las clí­ni­cas para reci­bir en sus UCI a afec­ta­dos por el coro­na­vi­rus; y solo dos de ellos fue­ron deri­va­dos de un hos­pi­tal públi­co. Los esta­ble­ci­mien­tos de salud par­ti­cu­la­res fir­ma­ron con­tra­tos para garan­ti­zar la aten­ción de solo 38 pacien­tes en todo el país, pero sus camas están copa­das por afi­lia­dos con póli­zas de segu­ro privadas.Por Eli­za­beth Sala­zar VegaINTERCAMBIO. El SIS llegó a contratar 38 servicios de atención, pero solo 5 se han ejecutado hasta el momento.

INTERCAMBIO. El SIS lle­gó a con­tra­tar 38 ser­vi­cios de aten­ción, pero solo 5 se han eje­cu­ta­do has­ta el momento.Foto: Andina.4857

“Noven­ta mil soles vale la vida de nues­tra madre. Esta­mos en la clí­ni­ca San Gabriel, del dis­tri­to de San Miguel, pero para inter­nar­la nos piden el pago por ade­lan­ta­do”. El lla­ma­do de auxi­lio de Hels­si Buquich se hizo públi­co en sus redes socia­les el lunes 27 de julio con el fin hacer una colec­ta y reu­nir el dine­ro que les exi­gían. Su madre había tra­ta­do de ven­cer al coro­na­vi­rus des­de casa, con balo­nes de oxí­geno, por­que en cada hos­pi­tal o clí­ni­ca al que lla­ma­ban la res­pues­ta era la mis­ma: no había camas.

La clí­ni­ca San Gabriel, a don­de fue lle­va­da la madre de Hels­si, per­te­ne­ce al Gru­po San Pablo y es una de las 25 empre­sas pri­va­das que sus­cri­bie­ron el con­ve­nio con el Segu­ro Inte­gral de Salud (SIS) para reci­bir en UCI a pacien­tes con Covid-19 trans­fe­ri­dos por el Minis­te­rio de Salud. El acuer­do ‑que se logró a fines de junio, lue­go de infruc­tuo­sas nego­cia­cio­nes por cua­tro meses- reco­no­ce un úni­co pago de S/​55 mil por cama.

Los tér­mi­nos de refe­ren­cia de los con­tra­tos sus­cri­tos seña­lan que el con­ve­nio se acti­va cuan­do un ase­gu­ra­do del SIS, con diag­nós­ti­co seve­ro de Covid-19, es refe­ri­do de un hos­pi­tal públi­co tras cons­ta­tar que no hay camas dis­po­ni­bles en el sec­tor esta­tal. De mane­ra excep­cio­nal se acep­tan a pacien­tes que no son trans­fe­ri­dos y lle­gan direc­ta­men­te a a las clí­ni­cas en esta­do gra­ve. El obje­ti­vo es esta­bi­li­zar al afec­ta­do has­ta que se coor­di­ne con otro esta­ble­ci­mien­to que ten­gan una cama libre para con­ti­nuar su tratamiento.

EN SUS CONTRATOS LAS CLÍNICAS GARANTIZAN LA ATENCIÓN SOLO PARA UN MÁXIMO TOTAL DE 38 PACIENTES EN TODO EL PAÍS.

El Ges­tor de Camas ‑per­so­nal asig­na­do por el Minis­te­rio de Salud (Min­sa)- es quien veri­fi­ca en su sis­te­ma que no hay UCI dis­po­ni­ble en los hos­pi­ta­les públi­cos. Lue­go cote­ja si algu­na de las clí­ni­cas afi­lia­das libe­ró un cupo, y de ser así, se comu­ni­ca con sus repre­sen­tan­tes, lle­na un for­ma­to de refe­ren­cia y le envía una cap­tu­ra de ima­gen con los datos de afi­lia­ción del pacien­te al SIS. Con ello, la cama que­da asignada.

El SIS reali­zó dos con­vo­ca­to­rias para con­tra­tar ser­vi­cios de camas UCI en el sec­tor pri­va­do; la pri­me­ra fue de 55 uni­da­des, la segun­da de 71, pero los com­pro­mi­sos fir­ma­dos fue­ron para solo 38 pacien­tes. Has­ta el vier­nes 31 de julio, eran cin­co las per­so­nas aten­di­das en el mar­co del con­ve­nio; sin embar­go, solo dos de ellos fue­ron refe­ri­dos de hos­pi­ta­les públi­cos. El res­to lle­gó direc­ta­men­te a la sala de emer­gen­cia de las clínicas.San Gabriel

GRUPO ECONÓMICO. La clí­ni­ca San Gabriel per­te­ne­ce al Gru­po San Pablo y reci­bió S/​10 millo­nes en prés­ta­mos de Reac­ti­va Perú.
Foto: Clí­ni­ca San Gabriel.

No todos los cupos ofer­ta­dos son toma­dos por las empre­sas de salud. El núme­ro de camas que ofre­ce cada clí­ni­ca en su con­tra­to depen­de de la dis­po­ni­bi­li­dad pro­me­dio que mane­jan. Por ejem­plo, la Clí­ni­ca Inter­na­cio­nal se adju­di­có 12 ser­vi­cios; mien­tras que el Ste­lla Maris ofre­ció 2, y el res­to solo uno. El SIS ya alis­ta una ter­ce­ra con­vo­ca­to­ria para que más clí­ni­cas se sumen en Lima y otras regio­nes previstas. 

Mario Ríos, direc­tor de la ONG Dere­cho y Jus­ti­cia en Salud, con­si­de­ra que el incre­men­to de casos hace que el pacien­te SIS sea poco ele­gi­ble res­pec­to a usua­rios con póli­zas que tie­nen cober­tu­ras mayo­res a los S/​55 mil que ofre­ce el Esta­do. “La selec­ción es por dis­po­ni­bi­li­dad de camas, pero tam­bién por cri­te­rios eco­nó­mi­cos. Todos están colap­sa­dos, el sec­tor públi­co y pri­va­do, pero no hay nada que impi­da esta selec­ti­vi­dad. En este sen­ti­do, no resul­ta tan efi­caz este con­ve­nio”, añadió.

La madre de Hels­si no tenía SIS, y en la clí­ni­ca no le expli­ca­ron la nece­si­dad de tra­mi­tar­lo para que pue­da ingre­sar aco­gién­do­se a la excep­ción de la nor­ma. Solo le dije­ron que al no haber sido refe­ri­da de un hos­pi­tal públi­co, tenía que pagar. Su fami­lia inda­gó e hizo los trá­mi­tes, y lue­go de mucho esfuer­zo logra­ron afi­liar­la al segu­ro públi­co a la maña­na siguien­te y se lo comu­ni­ca­ron a la Clí­ni­ca San Gabriel para que coor­di­nen su tras­la­do, pero esto no ocurrió. 

“El miér­co­les el Min­sa nos dijo que la clí­ni­ca no había repor­ta­do la nece­si­dad de una cama. Per­die­ron un día. Tuve que traer a un abo­ga­do para que nos entre­guen los docu­men­tos con los cuá­les ini­ciar el trá­mi­te de hos­pi­ta­li­za­ción. Aho­ra esta­mos espe­ran­do una res­pues­ta”, decla­ró la hija a Ojo­Pú­bli­co.

Ella ha pre­sen­ta­do una que­ja for­mal ante la Super­in­ten­den­cia Nacio­nal de Salud (Susa­lud). Su caso ayu­da a enten­der el frá­gil inter­cam­bio de pres­ta­ción de ser­vi­cios lue­go del con­ve­nio y la inca­pa­ci­dad del Esta­do de sen­tar a una mesa al sec­tor pri­va­do para prio­ri­zar la aten­ción de pacien­tes por enci­ma del nego­cio de la salud.

El papel de las aseguradoras

“El que debe bus­car la cama es el finan­cia­dor, no el pacien­te. Sus fami­lia­res no lo pue­den estar pasean­do y per­dien­do tiem­po valio­so, deben ir a un hos­pi­tal para que des­de allí se haga la refe­ren­cia a una clí­ni­ca que esté libre, pre­via veri­fi­ca­ción en el sis­te­ma. El con­ve­nio no esti­pu­la la sepa­ra­ción de camas para pacien­tes SIS, pues ello sería inhu­mano para otro que lo nece­si­te. Pero lo cier­to es que es esta­mos des­bor­da­dos, ya no hay camas. Se libe­ran con mucha len­ti­tud”, sos­tie­ne el geren­te gene­ral del Ste­lla Maris, Car­los Joo.

Los esta­ble­ci­mien­tos de salud que fir­ma­ron el con­ve­nio cuen­tan con una per­so­na res­pon­sa­ble de actua­li­zar la infor­ma­ción de sus ambien­tes libres, al ini­cio y al cie­rre del día. En la prác­ti­ca, esta ges­tión ter­mi­na suje­ta a la cola de pacien­tes con los que cuen­tan las 25 clí­ni­cas fir­man­tes del con­ve­nio, así como de la deman­da de usua­rios con Covid-19 en las Empre­sas Pres­ta­do­ras de Salud (EPS) con las que tie­nen afiliación.

Al igual que el Esta­do, las ase­gu­ra­do­ras como Map­fre, Pací­fi­co, Rímac y otros, desa­rro­llan sus pro­pias ges­tio­nes a fin de obte­ner una cama para sus pacien­tes crí­ti­cos. Ade­más, sus afi­lia­dos se inter­nan direc­ta­men­te en la clí­ni­ca cuan­do empie­zan a pre­sen­tar sín­to­mas gra­ves, y ape­nas se libe­ra la cama, ingre­san a UCI. Por ello, actual­men­te las camas con ven­ti­la­dor en las clí­ni­cas que sus­cri­bie­ron el con­ve­nio están copa­das por pacien­tes afi­lia­dos a estas ase­gu­ra­do­ras o con aque­llos que cuen­tan con póli­zas particulares.Camas uci

SIN CAMAS. El con­ve­nio entre el sec­tor públi­co y pri­va­do es para refe­rir pacien­tes que requie­ren camas con ven­ti­la­dor en UCI. 
Foto: Andi­na.
 

El pre­si­den­te de la Aso­cia­ción de Clí­ni­cas Par­ti­cu­la­res (ACP), Ale­jan­dro Lang­berg, seña­la que, ade­más de los cin­co pacien­tes que reci­bie­ron del SIS, han aco­gi­do a otros cin­co pro­ve­nien­tes de Essa­lud, en el mar­co de un con­ve­nio simi­lar que se fir­mó con dicha entidad.

«Los pacien­tes que reci­bi­mos pue­den ser par­ti­cu­la­res, de com­pa­ñías de segu­ros o tam­bién del Esta­do. El pro­ble­ma es que las UCI de las clí­ni­cas, como en los hos­pi­ta­les públi­cos, están lle­nas, y en los esta­ble­ci­mien­tos ya hay pacien­tes a la espe­ra de ser ingre­sa­dos. Ade­más, tene­mos per­so­nas que están sien­do aten­di­das sin pago alguno, a la espe­ra de que el Esta­do reco­noz­ca si apli­ca o no el inter­cam­bio pres­ta­cio­nal. Eso pro­vo­ca un enor­me défi­cit finan­cie­ro para las clí­ni­cas”, se jus­ti­fi­có Langberg.

Para el jefe del SIS, Moi­sés Rosas Febres, esta situa­ción no pue­de resu­mir­se en un acto de opor­tu­ni­dad, de pre­fe­ren­cia o de quien lla­ma pri­me­ro, por­que se tra­ta de una nece­si­dad médi­ca en la que todos los pacien­tes en cola son impor­tan­tes. “El Decre­to Legis­la­ti­vo 1466, que regu­la los con­tra­tos, esta­ble­ce que cada ins­tan­cia tie­ne como prio­ri­dad sus pro­pios pacien­tes. Cual­quier esta­ble­ci­mien­to pri­va­do pue­de hacer inter­cam­bio siem­pre y cuan­do no des­cui­den la pobla­ción que nor­mal­men­te atien­den”, indi­có a Ojo­Pú­bli­co.

La deman­da creciente

Según la ACP, has­ta antes del con­ve­nio las 61 clí­ni­cas agre­mia­das logra­ron ampliar a 244 el núme­ro de camas UCI, pero el aumen­to de pacien­tes gra­ves con Covid-19 ha hecho que estos se encuen­tran cons­tan­te­men­te ocu­pa­dos. El pre­si­den­te de la Socie­dad Perua­na de Medi­ci­na Inten­si­va, Jesús Val­ver­de, indi­có en otra entre­vis­ta con Ojo­Pú­bli­co que la deman­da habi­tual en hos­pi­ta­li­za­ción con ven­ti­la­ción mecá­ni­ca cubría nue­ve de cada diez cupos dis­po­ni­bles, pero la pan­de­mia ha sobre­pa­sa­do estas cifras.

El Gru­po San Pablo –que aco­gió a 13 de sus clí­ni­cas al pro­gra­ma Reac­ti­va Perú, entre estas a la Clí­ni­ca San Gabriel- res­pon­dió las con­sul­tas de Ojo­Pú­bli­co a tra­vés de un comu­ni­ca­do. En este ase­gu­ra que la prio­ri­dad del inter­na­mien­to en UCI se da en fun­ción a la gra­ve­dad del pacien­te, inde­pen­dien­te­men­te de quien lo deri­ve; y que ape­nas lle­ga un afi­lia­do del segu­ro esta­tal lo comu­ni­can al Ges­tor de Camas.

“Cabe recor­dar que el con­ve­nio fir­ma­do es exclu­si­vo para la aten­ción de pacien­tes SIS y Essa­lud con nece­si­dad de UCI con ven­ti­la­dor, refe­ri­dos de un hos­pi­tal, pre­via auto­ri­za­ción- car­ta de garan­tía expe­di­da, y no es váli­do para la hos­pi­ta­li­za­ción en piso. Es nece­sa­rio que el SIS y Essa­lud actúen rápi­da­men­te acce­dien­do a nues­tros reque­ri­mien­tos de refe­ren­cia de pacien­tes a sus hos­pi­ta­les, para que no sea nece­sa­rio hacer­les nin­gún cobro”, señalan.

La empre­sa tam­bién seña­la que en com­pa­ra­ción con el SIS o Essa­lud, con «las EPS o ase­gu­ra­do­ras, cuan­do se soli­ci­ta una car­ta de garan­tía para la aten­ción médi­ca gene­ral­men­te esta es envia­da de inmediato». 

Al cie­rre de este infor­me, la madre de Hels­si con­ti­nua­ba en el tópi­co de emer­gen­cia de la Clí­ni­ca San Gabriel por­que la fami­lia no ha logra­do reu­nir los S/​90 mil para hos­pi­ta­li­zar­la en piso, pero se siguen fac­tu­ran­do cobros dia­rios por la aten­ción, los mis­mos que has­ta el vier­nes ya suma­ban S/​10 mil.

FUENTE: Ojo Público

“El miér­co­les el Min­sa nos dijo que la iban a lle­var al Hos­pi­tal de Ate, pero lue­go expli­ca­ron que hubo una des­coor­di­na­ción y no había cupo. Otra per­so­na que ingre­só des­pués fue deri­va­do esa mis­ma noche; no enten­de­mos con qué cri­te­rio”, aña­dió la joven, que tam­bién tie­ne a su her­ma­na hos­pi­ta­li­za­da en la Villa Mon­grut, de Essa­lud, por neu­mo­nía debi­do al Covid-19.



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