Argentina. Importante comunicado de la Liga por los Derechos Humanos sobre la rebelión policial

Argen­ti­na. Impor­tan­te comu­ni­ca­do de la Liga por los Dere­chos Huma­nos sobre la rebe­lión policial

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Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 10 de sep­tiem­bre 2020.

Así no se resuel­ve la cues­tión de la lla­ma­da “inse­gu­ri­dad”, ni la con­duc­ción de la Bonae­ren­se ni mucho menos, enfren­tar el Plan Gol­pis­ta de las dere­chas y el Impe­ria­lis­mo Yankee.

En medio de una catás­tro­fe sani­ta­ria, pro­vo­ca­da por el sabo­ta­je a las medi­das de dis­tan­cia social, la fal­ta de pre­vi­sión sobre el plan­tel medi­co inten­si­vis­ta y la apa­ren­te resig­na­ción del Minis­te­rio de Salud de la Nación, una ver­da­de­ra sedi­ción poli­cial se ha des­ata­do en la pro­vin­cia de Bue­nos Aires, con final incier­to, y segu­ra­men­te cos­to­so para el gobierno y el cam­po popular.

Nin­gu­na de estas cala­mi­da­des eran ni son inevi­ta­bles, nada hay “natu­ral” en una pan­de­mia des­bor­da­da y mucho menos en una rebe­lión de la fuer­za poli­cial más cruel, corrup­ta y vio­len­ta de la Argentina.

Des­de el momen­to de la cons­ti­tu­ción del Fren­te de Todos, herra­mien­ta elec­to­ral crea­da para derro­tar a Macri en el terreno elec­to­ral, la hege­mo­nía de esa fuer­za ha opta­do una y otra vez por inten­tar resol­ver los esco­llos por la vía del acuer­do con la dere­cha, vetan­do y des­alen­tan­do la movi­li­za­ción popu­lar, en un cla­ro mode­lo de acción polí­ti­ca cupu­lar cuyos resul­ta­dos están a la vis­ta en la foto del nue­ve de setiem­bre: poli­cías arma­dos en la puer­ta de la Resi­den­cia Pre­si­den­cial y nue­vo récord de infec­ta­dos por el Covid 19, aho­ra 12293 en un día.

Es la hora de balan­cear un mode­lo de cons­truc­ción de poder polí­ti­co, de vol­ver a con­fiar en los movi­mien­tos socia­les que tam­bién debe­rían reco­no­cer que no hay razón algu­na para trans­fe­rir a nadie la defen­sa de nues­tros dere­chos y la con­quis­ta de nues­tros sueños.

La Bonae­ren­se defien­de sus privilegios

El ase­si­na­to de Lucas Verón en La Matan­za y la des­apa­ri­ción for­za­da segui­da de muer­te de Facun­do Astu­di­llo Cas­tro son los casos más rele­van­tes de una for­mi­da­ble segui­di­lla de agra­vios, ame­na­zas, deten­cio­nes arbi­tra­rias, tor­tu­ras en sede poli­cial, muer­te por Coro­na­vi­rus en sede peni­ten­cia­ria, ase­si­na­tos extra­ju­di­cia­les nom­bra­dos como “gati­llo fácil” y has­ta accio­nes de gru­pos fas­cis­tas de van­da­li­za­ción de espa­cios de memo­ria (el cole­gio don­de estu­dio Tere­sa Israel, los loca­les de la JP y el Pece de San Mar­tín y has­ta los pañue­los blan­cos de la Pla­za de Mayo)

De todos estos temas hubo deba­tes socia­les, con­fron­ta­ción entre la dere­cha clá­si­ca y el gobierno y has­ta entre sec­to­res del mis­mo gobierno, bási­ca­men­te entre las posi­cio­nes que sus­ten­ta­ba el Minis­te­rio de Segu­ri­dad de Nación y el de pro­vin­cia, apa­ren­te­men­te apo­ya­dos por sus res­pec­ti­vos pode­res ejecutivos.

Ber­ni sos­tu­vo una defen­sa orto­do­xa, a lo Bull­rich, del accio­nar de las fuer­zas poli­cia­les, lo que resal­tó al momen­to del secues­tro de Facun­do dado su defen­sa a ultran­za de la Bonae­ren­se y una defen­sa aún más con­ser­va­do­ra del “dere­cho a la pro­pie­dad pri­va­da,” por enci­ma y con­tra todo otro dere­cho, en el deba­te sobre las tomas de terre­nos bal­díos por per­so­nas pri­va­das del dere­cho cons­ti­tu­cio­nal a la vivien­da. Si Ber­ni se reco­no­ce pero­nis­ta, diga­mos que lo hace en la línea de Isa­bel, López Rega, Las­ti­ri y los que crea­ron la Tri­ple A y lan­za­ron el Ope­ra­ti­vo Inde­pen­den­cia. Sus denun­cias con­tra los com­pa­ñe­ros del Movi­mien­to Evi­ta y otros movi­mien­tos nos remon­tan a aque­llos años de El Cau­di­llo, el dia­rio que anun­cia­ba los ase­si­na­tos de la Tri­ple A. Su pasa­do gol­pis­ta y sus ambi­cio­nes lo con­vier­ten en un suje­to muy peli­gro­so para la demo­cra­cia y en pri­mer lugar para quie­nes lo pro­mo­vie­ron y defien­den. La vie­ja his­to­ria de Fran­kens­tein se renueva.

Por su lado, la Minis­tra Fre­de­ric debu­tó reci­bien­do a los orga­nis­mos de dere­chos huma­nos, pro­me­tien­do una ges­tión huma­nis­ta y abo­cán­do­se a revi­sar el farra­go de Pro­to­co­los y Regla­men­tos que no solo die­ron cober­tu­ra a las accio­nes per­se­cu­to­rias y repre­si­vas, sino que casi las obli­ga­ban a la fuer­za. La revi­sión del ‚modo en que se efec­tuó el Ope­ra­ti­vo con­tra San­tia­go Mal­do­na­do, la denun­cia penal corres­pon­dien­te, el esfuer­zo por ten­der puen­tes con las comu­ni­da­des mapu­ches del sur y una ima­gen ins­ti­tu­cio­nal que bus­ca empa­tía con los sec­to­res popu­la­res, apa­re­cen como sus pun­tos fuer­tes. El com­pro­mi­so con el escla­re­ci­mien­to del caso Facun­do Astu­di­llo Cas­tro apa­re­ció con­tra­pues­to al dis­cur­so y la prác­ti­ca del Minis­te­rio y el gobierno de la pro­vin­cia de Bue­nos Aires que no qui­so (o no supo) des­pe­gar­se nun­ca de la Bonae­ren­se en un caso don­de cua­ren­ta años de lucha con­tra el gati­llo fácil están en jue­go por lo que de qué lado de la mecha se colo­ca cada cual es decisivo.

El trein­ta de abril Facun­do Cas­tro des­apa­re­ce en un via­je a Bahía Blan­ca. El cin­co ce junio su mamá hace la denun­cia por des­apa­ri­ción for­za­da. El 16 de agos­to se encuen­tra un cuer­po esque­la­ti­za­do en un can­gre­jal. El dos de setiem­bre se iden­ti­fi­can esos res­tos como los de Facun­do Astu­di­llo Cas­tro. Dos días des­pués, o sea el cua­tro de setiem­bre, los gobier­nos nacio­nal y pro­vin­cial lan­zan un mega plan de segu­ri­dad con­sis­ten­te en más poli­cías, más autos, más balas, más tec­no­lo­gía. Nada ori­gi­nal, nada que no hayan hecho todos los gober­na­do­res ante­rio­res quie­nes tam­bién todos dije­ron que nun­ca antes se había hecho seme­jan­te esfuer­zo y otras pava­das. El ocho de setiem­bre, una rebe­lión poli­cial comen­zó so pre­tex­to de recla­mos sala­ria­les, ocu­pan­do nada menos que un lugar que en épo­cas de la dic­ta­du­ra mili­tar, un cen­tro clan­des­tino de deten­ción tor­tu­ra y exter­mi­nio, Puen­te 12.

Des­de el cua­tro al nue­ve de setiem­bre el pre­si­den­te ha habla­do varias veces sobre el tema de la lla­ma­da segu­ri­dad y la Bonae­ren­se. Fin­ge que es un tema sala­rial, des­co­no­ce el con­tex­to y la pro­yec­ción de la movi­da poli­cial (empa­ren­ta­da con los gol­pes poli­cia­les en Ecua­dor y Boli­via). De Facun­do, ni una pala­bra; de Lucas Verón y los otros cien­tos de jóve­nes vio­len­ta­dos en sus dere­chos, ni una pala­bra; del com­ba­te con­tra la vio­len­cia policial/​estatal, ni una palabra.

Es lla­ma­ti­vo que el cua­tro de setiem­bre, dos días des­pués que se iden­ti­fi­que a Facun­do y cua­tro antes de le rebe­lión poli­cial, Fer­nán­dez haya dicho ” el pro­ble­ma de la inse­gu­ri­dad en el Gran Bue­nos Aires es el tema que más nos preo­cu­pa, más allá de la pan­de­mia” como si la pan­de­mia no fue­ra de lejos lo que más debie­ra ocu­par­lo, y de modo urgente.

En un escri­to publi­ca­do en Pági­na 12 el lunes sie­te de setiem­bre, el famo­so bió­lo­go Alber­to Korn­blit dice:”… esta­mos en cre­ci­mien­to expo­nen­cial de muer­tes: el 17 de mayo tenía­mos 375, el 11 de junio 865, el 5 de julio 1500, el 27 de julio 3 mil, el 19 de agos­to 6 mil. Aho­ra esta­mos en más de 9 mil y la pro­yec­ción indi­ca que para el 15 – 16 de sep­tiem­bre lle­ga­re­mos a 12 mil. Si el 11 de junio (cuan­do tenía­mos menos de mil) nos hubie­ran dicho que en sep­tiem­bre ten­dría­mos éstas cifras, de segu­ro, tam­bién nos habría pare­ci­do una exageración.”

O sea, que casi en un para­le­lo per­fec­to, el covid 19 se dis­pa­ró en los mis­mos días que Facun­do Cas­tro des­apa­re­cía y era lue­go encon­tra­do. Pero Fer­nán­dez deci­dió lan­zar el Plan de Segu­ri­dad, opcio­nes polí­ti­cas, no caprichos.

En estos días, dos dis­cu­sio­nes cru­za­ron en el espa­cio social que resis­tió al macris­mo y fue la base del triun­fo de Fer­nán­dez y Kici­llof: cómo redu­cir la vio­len­cia esta­tal, cómo impe­dir la impu­ni­dad de los ase­si­nos de Facun­do, de San­tia­go, de Rafael, de Lucas, de tan­tas y tan­tos por un lado y cómo fre­nar el esta­lli­do de los con­ta­gios que traen muer­te y van liman­do día a día la capa­ci­dad del sis­te­ma de salud públi­ca para resis­tir la pan­de­mia por el otro. No estoy dicien­do que la mayo­ría pien­se como noso­tros en uno u otro tema, no, pero sí que esa eran las preo­cu­pa­cio­nes al momen­to del lan­za­mien­to del Plan de Seguridad.

Sin embar­go, el Fren­te de Todos que asu­me los gobier­nos de la Nación y la pro­vin­cia de Bue­nos Aires, deci­dió escu­char otros deba­tes y otras voces. No por nada se hicie­ron reite­ra­das men­cio­nes a la inci­den­cia de la temá­ti­ca en la lla­ma­da opi­nión públi­ca y la ciu­da­da­nía. Como no podía ser de otro modo, el empo­de­ra­mien­to de la ges­tión Ber­ni a la Bonae­ren­se, suma­do al reco­no­ci­mien­to de sus deman­das por el Pre­si­den­te y el Gober­na­dor, desem­bo­ca­ron en esta rebe­lión casi de un modo direc­to, para nada casual o sor­pre­si­vo. No es la pri­me­ra vez que la con­ce­sión en cues­tio­nes de prin­ci­pio le jue­ga en con­tra a la fuer­za polí­ti­ca gobernante.

Me per­mi­to hacer un míni­mo reco­rri­do para decir que en el año 2004, ple­na vigen­cia del lide­raz­go de Nés­tor Kirch­ner, lue­go de movi­li­za­cio­nes mon­ta­das por la dere­cha detrás del caso Blum­berg se san­cio­na­ron en el Con­gre­so, con el voto de la ban­ca­da mayo­ri­ta­ria, las lla­ma­das ley Blum­berg que oca­sio­na­ron entre otras cosas Suma de penas: per­mi­te adi­cio­nar el tiem­po de pri­sión por dis­tin­tos deli­tos comu­nes come­ti­dos por la mis­ma per­so­na, con un tope de 50 años (antes el máxi­mo era de 25), Endu­re­ci­mien­to de penas: para los robos come­ti­dos con armas, para la tenen­cia ile­gal de armas –no inclu­ye las de cali­bres menores‑, y para deli­tos «abe­rran­tes», como secues­tros extor­si­vos segui­do de muer­te, la vio­la­ción segui­da de muer­te y la tor­tu­ra segui­da de muer­te, Prohi­bi­ción de las sali­das anti­ci­pa­das de pri­sión: limi­ta la liber­tad con­di­cio­nal para los auto­res de los ya men­cio­na­dos deli­tos «abe­rran­tes»
En el año 2007 el pre­si­den­te Kirch­ner envío y defen­dió la san­ción de una ley anti­te­rro­ris­ta a pedi­do de los orga­nis­mos internaci0onales finan­cie­ros, ley que fue vuel­ta a refor­mar a pedi­do de Cris­ti­na en el año 2011. El cen­tro ideo­ló­gi­co de la ley es el Art. 213 ter: «Se impon­drá pri­sión o reclu­sión de CINCO a VEINTE años al que toma­re par­te de una aso­cia­ción ilí­ci­ta cuyo pro­pó­si­to sea, median­te la comi­sión de deli­tos, ate­rro­ri­zar a la pobla­ción u obli­gar a un gobierno o a una orga­ni­za­ción inter­na­cio­nal a rea­li­zar un acto o abs­te­ner­se de hacer­lo (…)» que deja abier­ta la per­se­cu­ción a cual­quie­ra que resis­ta cual­quier medi­da guber­na­men­tal y que sen­tó las bases para la crea­ción por ley del lla­ma­do Tes­ti­go Arre­pen­ti­do que resul­tó cla­ve en las ope­ra­cio­nes de per­se­cu­ción polí­ti­ca con­tra algu­nos de los que la san­cio­na­ron a pesar de que una pres­ti­gio­sa Madre de Pla­za de Mayo dijo que se san­cio­na­ba para no usar­la a lo que le con­tes­té que las leyes que no se quie­ren uti­li­zar no se san­cio­nan. Sen­ci­llo de enten­der. Aun­que toda­vía la ley no ha sido uti­li­za­da en nin­gún jui­cio penal fede­ral, sus con­se­cuen­cias ideo­ló­gi­cas cul­tu­ra­les han sido demo­le­do­ras y pres­cin­dir de su aná­li­sis al momen­to de pen­sar cómo se cons­tru­yó el law fare en Amé­ri­ca Lati­na (leyes idén­ti­cas se vota­ron en casi todos los paí­ses)
Y un últi­mo recuer­do, de 2017, más cer­cano por­que fui­mos con­vo­ca­dos por el Sena­do de la Nación a opi­nar ante una Comi­sión pre­si­di­da por un ex com­pa­ñe­ro de la cár­cel de Coron­da bajo la dic­ta­du­ra, el sena­dor entre­rriano Guas­ta­vino, alia­do enton­ces al macris­mo en la san­ción de la refor­ma de la Ley de Eje­cu­ción Penal impul­sa­da por Macri y con pleno apo­yo de la “opi­nión públi­ca” Con la nue­va nor­ma­ti­va prác­ti­ca­men­te cesa­ron todos los estí­mu­los para tra­ba­jar o estu­diar (antes esti­mu­la­dos con reduc­ción de pena según la tra­di­ción peni­ten­cia­ria que lle­va casi un siglo). El alar­ga­mien­to de la pena, suma­do al aumen­to del mon­to puni­to­rio de las con­de­nas anti­ci­pa un colap­so peni­ten­cia­rio que no se resol­ve­rá con la pro­me­sa de más cár­ce­les. La pan­de­mia puso de mani­fies­to la catás­tro­fe huma­ni­ta­ria que se vive tras los muros. Unos doce mil en cár­ce­les fede­ra­les y otros ochen­ta y tres mil en las uni­da­des pro­vin­cia­les, acer­cán­do­nos a los cien mil per­so­nas pri­va­das de la liber­tad efectiva.

Lo hemos dicho en una pre­sen­ta­ción ante el Minis­te­rio de Segu­ri­dad de la Nación y de la Comi­sión de Segu­ri­dad del Con­gre­so de la Nación. Lle­va­mos casi cua­ren­ta años de refor­mas poli­cia­les, pla­nes de segu­ri­dad, refor­mas legis­la­ti­vas y todas con el mis­mo mode­lo o matriz. A veces se amplían las juris­dic­cio­nes, a veces se achi­can, a veces se echan poli­cías a veces se toman. Y sin embar­go la vio­len­cia esta­tal no baja y las mafias del deli­to no des­apa­re­cen. El resul­ta­do sobre la diná­mi­ca del deli­to es casi intras­cen­den­te pero las refor­mas, siem­pre regre­si­vas, siem­pre un poqui­to más mano duras y puni­ti­vi­tas son el cal­do de cul­ti­vo para el pen­sa­mien­to de dere­cha que pre­go­na algu­nas men­ti­ras que el gobierno nacio­nal aho­ra ha hecho ver­da­de­ras.
Uno. La inse­gu­ri­dad la pro­vo­can los pobres, cuan­do se tien­tan con el deli­to como ha dicho Fer­nán­dez, enton­ces, si se tien­tan, palo y a la bol­sa, o sea, más poli­cías, más armas, más cár­ce­les. Es inacep­ta­ble que la inse­gu­ri­dad ven­ga del lado de los pobres “ten­ta­dos” en momen­tos que dos­cien­tos argen­ti­nos mue­ren por el Covid19, es decir por un sis­te­ma de salud insu­fi­cien­te, diez­ma­do por polí­ti­cas de pri­va­ti­za­cio­nes y ajus­tes per­pe­tuos. La inse­gu­ri­dad es que no haya médi­cos inten­si­vis­tas y que los que hay cobren unos cua­ren­ta mil pesos, mien­tras se des­ti­nan trein­ta y sie­te mil sete­cien­tos millo­nes al nue­vo plan, o sea a los poli­cías más corrup­tos y mafio­sos, los de la Bonae­ren­se.
Dos. Cuan­to más poli­cías más segu­ri­dad como si la poli­cía no tuvie­ra nada que ver con el lava­do de dine­ro, el trá­fi­co de dro­gas, la pros­ti­tu­ción y explo­ta­ción de las niñas, niños y ado­les­cen­tes. Se pre­ten­de que agran­dar la Poli­cía es la solu­ción cuan­do todos sabe­mos que son par­te del pro­ble­ma. Se pre­ten­de que el pro­ble­ma se resuel­ve con bue­nos cur­sos de for­ma­ción cuan­do la cul­tu­ra repre­so­ra es cons­ti­tu­ti­va de la vida coti­dia­na de la fuer­za y las seña­les de más auto­no­mía se tra­du­cen en más vio­len­cia y más nego­cios. Lejos de resol­ver, el Plan aumen­ta­rá la inse­gu­ri­dad aún en la inter­pre­ta­ción medio­cre y estre­cha que le asig­na el gobierno.
Tres. Lo que debe man­dar en un gobierno es la opi­nión públi­ca, no impor­ta si es de dere­cha, no impor­ta si la for­ma­tea Cla­rín y los medios comer­cia­les. Nadie tie­ne dere­cho a dis­cu­tir nada pues­to que el mun­do es así y así será para siem­pre. Des­pués de todo lo que se dijo sobre la Bonae­ren­se, des­pués de todo lo que dijo la madre de Facun­do sobre Ber­ni, la foto del pre­si­den­te con el gober­na­dor delan­te de una for­ma­ción de autos poli­cia­les es el ges­to que recon­for­ta a Cla­rín y a la dere­cha. Aho­ra, cada vez que se pre­ten­da salir de esa foto (repug­nan­te a las con­cien­cias demo­crá­ti­cas) la dere­cha mediá­ti­ca le exi­gi­rá que vuel­va allí, que se que­de allí. Que eso es lo que quie­re la “opi­nión públi­ca”. Pre­ten­der cam­biar algo en acuer­do de los pode­res más con­cen­tra­dos es de una inge­nui­dad extre­ma o de un cinis­mo cruel.
Otros (Callo­ni, Borón, Beins­tein) han escri­to sobre las gue­rras de cuar­ta dimen­sión, los alcan­ces del law fare com­bi­na­do con accio­nes poli­cia­les y de ocu­pa­ción de espa­cios públi­cos por las dere­chas. Todo es dema­sia­do obvio para acep­tar que la rebe­lión es un pro­ble­ma sala­rial moti­va­do en la injus­ta dis­tri­bu­ción de la copar­ti­ci­pa­ción impo­si­ti­va. Más allá de eso y de muchas más posi­bles cau­sas, hay un plan gol­pis­ta en mar­cha y no es cedien­do y cedien­do que se lo va a derro­tar.
Es impres­cin­di­ble mar­car la auto­ri­dad pre­si­den­cial ante los rebe­la­dos, ante la dere­cha gol­pis­ta y todos los que hoy mis­mo están mos­tran­do las uñas geno­ci­das, sucias de san­gre vie­ja y dóla­res fres­cos.
Pero para ello, es evi­den­te, que el movi­mien­to popu­lar debe­rá hacer oír su poten­te voz. Otra vez. Como sea

José Schul­man, pre­si­den­te de la Liga Argen­ti­na por los Dere­chos Humanos

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